Read Guía de la Biblia. Nuevo Testamento Online

Authors: Isaac Asimov

Tags: #Histórico

Guía de la Biblia. Nuevo Testamento (2 page)

BOOK: Guía de la Biblia. Nuevo Testamento
2.8Mb size Format: txt, pdf, ePub
ads

A nosotros, la «regla de oro» nos resulta más familiar en forma afirmativa, que no sólo nos aconseja contenernos de hacer lo que es odioso, sino proceder con lo que es deseable. La afirmativa se nos da a lo largo del Sermón de la Montaña de Jesús:

Mateo 7.12.
Así que, todas las cosas que quisierais que los hombres hiciesen con vosotros, así también hacer vosotros con ellos...
[5]

o bien, tal como se expresa en Lucas:

Lucas 6.31.
Y como queréis que os hagan los hombres, así hacedles también vosotros.
[6]

Muchas veces se escucha la «regla de oro» expresada de la manera siguiente: «Haz a los otros lo que quisieras que los demás te hiciesen a ti». Aunque ésta no es la máxima que aparece en la Biblia, ni en la King James ni en la Revised Standard Version.

Al prepararse para el viaje, Tobías se encuentra con Rafael bajo apariencia humana, y el arcángel se ofrece a guiar al joven hasta Ragues. Tobías padre pregunta cuidadosamente por la identidad del guía:

Tobías 5.12.
Pues yo soy Azarías ... grande entre tus hermanos.

Azarías es la forma griega del hebreo Azariah, o Ezra (Esdras); el nombre está escogido con cuidado, pues significa «Yahvé ayuda».

Río Tigris

Tobías y el ángel emprenden viaje.

Tobías 6.1. ...
llegaron al atardecer a las orillas del río Tigris, donde pasaron la noche.

Se ve aquí que el autor bien podía ser alejandrino, pues muestra un conocimiento deficiente de la geografía de Asia. Parece creer que Nínive se encontraba a un día de viaje del Tigris (referido en otras partes de la Biblia como Hiddekel; v. cap. I, 1), cuando en realidad la capital asiria se asentaba justamente a la orilla de ese río.

Además, Nínive se hallaba en la orilla oriental del río, y como Ragues estaba a unos setecientos cincuenta kilómetros al este del río no había que llegar ni cruzar el Tigris para dirigirse de una ciudad a otra.

Mientras se lava en el río, Tobías atrapa un pez grande y Rafael le ordena guardar el corazón, el hígado y la hiel. Le explica que el corazón y el hígado pueden utilizarse para combatir los demonios. y la hiel sirve para curar las cataratas.

Edna

Finalmente llegan a Ecbatana, una vez más a 225 kilómetros de su objetivo. Rafael propone que se queden con Ragüel, padre de Sara, y que se disponga el matrimonio entre los dos jóvenes. Cuando llegan a casa de Ragüel, el anfitrión nota en seguida el parecido familiar de Tobías:

Tobías 7.2.
Dijo Ragüel a Edna, su mujer: «¡Cómo se parece este joven a Tobit, mi primo»

Una señal de la popularidad de los libros apócrifos es que muchos de los nombres que aparecen en ellos se han hecho de uso común. Tobías es un ejemplo, tanto en esa forma como en su abreviatura inglesa, Toby.

Edna es otra muestra, quizá sorprendente. No suena a nombre bíblico y, en realidad, no aparece en los libros canónicos. Lo primero que a uno se le ocurriría, es que se trata de un nombre anglosajón, pues el prefijo «Ed» (de «Aed», que significa «propiedad»; de ahí que constituya un elemento característico de los nombres de personas con propiedades) era un rasgo común entre la aristocracia anglosajona. Ejemplos de esto son Edward, Edwin, Edmund, Edgar, para los varones y Edith y Edwina para las mujeres.

Edna, sin embargo, es una palabra hebrea que significa «rejuvenecimiento».

Después, todo va bien. Tobías obtiene permiso para casarse con Sara, aunque debidamente le advierten de la muerte de siete maridos anteriores. Pero Tobías quema el hígado del pez en la cámara nupcial y el ensalmo aleja a Asmodeo. El matrimonio es felizmente consumado y luego hay un largo banquete nupcial.

Rafael sigue viaje hasta Ragues y recoge los diez talentos debidos a Tobías. A continuación vuelven todos a casa y Tobías utiliza la hiel del pez para curar las cataratas a su padre.

Entonces se da a conocer Rafael y todo acaba en perfecta felicidad. La familia disfruta de buena salud, de una vida larga y de una descendencia numerosa. En una verdadera orgía de anacronismos y de cronologías, Tobit aconseja en su lecho de muerte a Tobías que salga de Nínive, pues su caída está próxima. Tobías se retira a Ecbatana, la ciudad de su mujer, y sobrevive el tiempo suficiente para ver la destrucción de Nínive:

Tobías 14.15.
Antes de morir tuvo noticia de la ruina de Nínive, cuyos habitantes llevaron cautivos Nabucodonosor y Asuero...

En realidad, fue tomada por Nabopolasar, padre de Nabucodonosor, y por Ciájares rey de la Media. Asuero (es decir, Jerjes) no reinó hasta un siglo y cuarto después de la caída de Nínive.

Sin embargo, quizá fuese intención del autor utilizar la destrucción de Nínive como indicación a sus lectores de que el imperio seléucida también sería destruido. Si es así, y si el libro se escribió realmente en el 200 aC, el redactor fue un profeta bastante bueno. Desde luego, el imperio seléucida no fue destruido por completo, pero su poder sobre Judea desapareció y los judíos iniciaron de nuevo un período de orgullosa independencia. Y esa época llegó sólo una generación después de que se escribiera el libro de Tobías (si aceptamos el 200 aC como fecha de la redacción), de manera que sus primeros lectores quizá viviesen para ver el fin de la dominación seléucida, igual que Tobías vivió para ver la caída de Nínive.

2. Judit

Nabucodonosor • Arfacsad • Ragau • Hidaspes • Holofernes • Joaquim • Betulia • Judit • Bagoas

Nabucodonosor

La fábula histórica que sigue al libro de Tobías es el libro de Judit, nombre de la protagonista del relato. Acerca de la fecha de su composición, la hipótesis más aceptada la fija alrededor del 150 aC, poco después de la caída de la tiranía seléucida. Fue una época de gran fervor nacionalista, a lo que mucho contribuyeron historias que narraban grandes hazañas contra adversarios imposibles. Judit es un ejemplo de ello.

Pese a que el libro de Judit carece de los elementos sobrenaturales que se encuentran en Tobías, Judit posee un carácter ficticio mucho más claro. No se incluye ni en el canon judío ni en la versión King James. No obstante, ha sido enormemente popular a causa de la historia que narra.

Empieza situándose en el tiempo:

Judit 1.1.
Era el año duodécimo del reinado de Nabucodonosor, que reinó sobre... Nínive...

Si se toma la fecha en serio, entonces el libro de Judit empieza en el 594 aC, cuando Sedecías está en el trono de Jerusalén y el reino de Judá camina hacia su destrucción.

Sin embargo, la confusión ya se ha iniciado, porque Nabucodonosor reinaba en Babilonia sobre el imperio caldeo, y no en Nínive sobre el imperio asirio. En realidad, Nabucodonosor no llegó al trono hasta que Nínive fue destruida por completo.

Arfacsad

Pero la historia no sólo empieza con Nabucodonosor; en seguida cambia a otro monarca:

Judit 1.1.
...en los días de Arfacsad, rey de los medos ...en Ecbatana,

Judit 1.2.
a la que rodeó de un muro...

No hay documentación de nadie llamado Arfacsad, ni nada parecido, entre los reyes de los medos.

Según Herodoto, el primer rey importante de los medos fue Deioces, que subió al trono hacia el 700 aC y reinó hasta el 647. Las zonas del sur de la Media estaban entonces bajo el intermitente dominio asirio, después de que los ejércitos conquistadores lo invadieran en el 710 aC.

Pero la Media recobró con Deioces cierta libertad de movimientos. Según Herodoto, construyó Ecbatana, lo que probablemente quiera decir que la fortificó y que la convirtió en capital y en residencia real. Sin duda pagó tributo a los reyes asirios de Nínive, pero fundó un linaje real que sería grande en el siglo posterior a su muerte.

El hijo de Deioces, Fraortes, reinó, según Herodoto, del 647 al 625 aC, extendiendo el poderío medo. Asiria estaba entonces ocupada con las guerras elamitas, las rebeliones babilonias, las intrigas egipcias y las incursiones de los bárbaros cimerios. Con Asiria plenamente ocupada, Fraortes pudo unir las tribus del norte y del oriente de Asiria y fundirlas en un imperio regido desde Ecbatana; un imperio que pronto contribuiría a la destrucción de Asiria.

En consecuencia, podemos suponer que el Arfacsad al que se refiere Judit 1.1 representa una condensación de recuerdos vagos concernientes a Deioces y a Fraortes, tratándose fundamentalmente de este último.

Ragau

Los triunfos de Fraortes despertaron inquietud en Asiria, y al final hubo guerra entre ambas naciones. Esto se refleja en el libro de Judit:

Judit 1.5.
En aquellos días combatió Nabucodonosor contra Arfacsad en la gran planicie de Ragau.

Ragau es la ciudad llamada Ragues en el libro de Tobías (v. cap. l). Está muy al interior del territorio medo, de manera que puede concebirse una vigorosa ofensiva asiria.

En la realidad histórica, Fraortes reinó cuando Asurbanipal (el Asnafer del libro de Esdras, v. cap. I, 1) estaba en el trono asirio.

Asurbanipal atacó a Fraortes que, de acuerdo con Herodoto, fue derrotado y muerto por los ejércitos asirios en el 625 aC, el año último del reinado de Asurbanipal.

El vago recuerdo de tal guerra pudo convertirse en la batalla de Ragau, en la cual Nabucodonosor de Asiria derrotó a Arfacsad de la Media.

Hidaspes

Se describe el ejército reunido por Nabucodonosor:

Judit 1.6.
Le habían salido al paso todos los habitantes ... del Éufrates, del Tigris y del Hidaspes; y en la llanura ... de los elamitas y muchísimos pueblos ... los hijos de Jeleal.

En conjunto no es ésta una mala descripción de la mitad oriental del territorio regido por los asirios (o por el auténtico Nabucodonosor, si vamos a eso). Los hijos de Jeleal son los caldeos, que en época de Asurbanipal fueron sometidos a Asiria y que en tiempo de Nabucodonosor dominaban todo el Semicírculo Fértil. A los elamitas también los dominó Asurbanipal (v. cap. 1, 16).

El único fallo serio es la mención del río Hidaspes. Es uno de los cinco ríos que discurren por la provincia paquistaní de Punjab (nombre que significa «cinco ríos»). En la actualidad se llama rio Jhelum.

El Hidaspes estaba en la frontera oriental del imperio persa o cerca de ella; luego, por poco tiempo, pasó a ser dominio de Alejandro Magno. De hecho, Alejandro libró la última de sus cuatro grandes batallas en Asia en el río Hidaspes, en el 326 aC.

Al tratar de explicar que Nabucodonosor reclutó su ejército en los rincones más apartados de su imperio, el autor de Judit menciona el Hidaspes de manera casi instintiva porque constituía los límites de un imperio que le resultaba mucho más familiar que el asirio.

Nabucodonosor también pidió tropas de las naciones al oeste y al sur de Asiria. Tales naciones se enumeran íntegramente; pero en pocas palabras, eran Asia Menor, Siria, Israel, Judá y Egipto. Las tierras occidentales rehusaron su ayuda y Nabucodonosor juró venganza; luego se dirigió a derrotar a Arfacsad con las fuerzas que tenía a mano.

Holofernes

Una vez conquistada la Media, Nabucodonosor se preparó para acudir al oeste.

Judit 2.4. ...
Llamó Nabucodonosor ...a Holofernes, general de su ejército..., y le dijo:

Judit 2.5. ...
En saliendo de mi presencia...

Judit 2.6. ...
invadirás toda la tierra del occidente, por haber desobedecido la orden de mi boca.

Durante su reinado, Asurbanipal combatió efectivamente en el oeste. Fue en Egipto, que se había rebelado en la época de su acceso al trono (v. cap. I, 12). Pero no existen documentos de que infligiera a Judá daño especial alguno. En su época, Manasés era rey de Judá (v. cap. I, 14); fue leal partidario de Asiria y tuvo un reinado pacífico.

Desde luego, surgió la tradición de que en el reinado de Manases se produjeron ciertos problemas con Asiria, porque en 2 Crónicas se menciona que Manasés fue hecho prisionero y llevado a Babilonia (v. cap. I, 14). El autor de Judit quizá tuviese una idea vaga de la campaña occidental de Asurbanipal y de la supuesta cautividad de Manasés.

Pero, ¿quién fue Holofernes, entonces? No se menciona a tal general en ningún documento de Asiria ni de Babilonia.

Resulta que, tres siglos después del reinado de Asurbanipal, surgió una situación que generó acontecimientos de características similares. Entonces era el imperio persa el que dominaba el Asia occidental con mano dura, y el monarca que se sentaba en el trono era Artajerjes III, que reinó del 358 al 338 aC. Igual que Asurbanipal fue el último monarca poderoso de los asirios, así Artajerjes III fue el último rey fuerte de los persas.

Artajerjes, como Asurbanipal, hubo de librar campañas en Egipto, que se rebelaba periódicamente contra el dominio persa. De hecho, en el 404 aC, tras la muerte de Darío II, rey de Persia, las rebeliones egipcias se sucedieron hasta el punto que los reyes nativos lograron el dominio efectivo de Egipto. En ese periodo de tiempo, las historias tradicionales enumeran tres dinastías, la XXVIII, la XXIX y la XXX. Ninguno de tales reyes fue especialmente poderoso, y la mayoría sólo reinó brevemente.

En la época en que Artajerjes III llegó al trono persa, Nectanebo II, último rey de la dinastía XXX y último monarca nativo que gobernó Egipto hasta los tiempos medievales, acababa de acceder al poder. En el 346 aC, tras grandes preparativos, Artajerjes III envió una expedición occidental hacia Egipto. Se sucedieron cinco años de duros combates que aplastaron a Nectanebo II y reinstauraron el dominio persa.

¿Y quién era uno de los generales que mandaban el ejército persa? Holofernes.

Parece razonable, pues, suponer que el autor de Judit fundiera la campaña egipcia de Artajerjes con la de Asurbanipal, convirtiendo a Holofernes, el general persa, en el comandante del ejército asirio.

Joaquim

La marcha de Holofernes se describe detalladamente, con muchos nombres geográficos al parecer enteramente inventados, pues no pueden identificarse con nada existente en la superficie terrestre. Sin embargo, es de suponer que Holofernes se dirigiera al noroeste de Nínive, conquistara Asia Menor y luego se desviara al sur para bajar a la costa, ocupando o asolando Siria, Fenicia y Filistea.

Seguidamente, le tocaba el turno a Judea:

Judit 4.1.
Así que los hijos de Israel que moraban en Judá oyeron todo cuanto había hecho... Holofernes...

BOOK: Guía de la Biblia. Nuevo Testamento
2.8Mb size Format: txt, pdf, ePub
ads

Other books

Treasured Secrets by Kendall Talbot
Seaworthy by Linda Greenlaw
Nerd and the Marine by Grady, D.R.
The Stars Asunder: A New Novel of the Mageworlds by Doyle, Debra, Macdonald, James D.
Freezing People is (Not) Easy by Bob Nelson, Kenneth Bly, Sally Magaña, PhD