Ahora bien, cada momento de conciencia, cada momento de percepción interior, por medio de la observación de sí a la luz del Trabajo, cada momento en que de súbito se ve qué insensato ha sido uno, no sólo altera el futuro sino también el pasado. Empieza por re-ordenar la memoria del pasado de una manera diferente, es decir de una manera que corresponda a la memoria interna en que las cosas están correctamente ordenadas según su valor, su escala, su importancia. ¿Ha pensado alguna vez cómo lo hacen actuar las verdades nimias que no son otra cosa que opiniones, y qué poca atención presta a las verdades que enseña el Trabajo que son de un orden muy diferente? Siempre se plantea entre nosotros el problema de la persona que siente que ha cumplido su deber. Esto es, desde luego, complacerse en sí mismo, o como se prefiera llamarlo. Pero cuando tales personas se enfrentan con el Trabajo es inútil retornar a esta clase de memoria. El Trabajo es algo nuevo y no importa cuánto haya sufrido en el pasado o las distinciones que haya ganado, o los esfuerzos que haya hecho, o las recompensas de vida que haya obtenido. De hecho, quienquiera que sea, este Trabajo es un nuevo punto de partida y se ocupa de algo muy diferente; es una segunda educación que se refiere a nuestro verdadero significado en este planeta. Como han oído, nadie puede interpretar la vida en función de sí misma. La vida tomada en función de sí misma carece de sentido. Piense en lo que significa. ¿Puede ver la vida de una manera más completa? Quizá haya tenido suerte personalmente, pero, ¿Puede hallarle algún sentido a la vida en función de sí misma? Me refiero a una idea del Trabajo: que el Hombre está dormido y que en consecuencia todo sucede inevitablemente. Si reflexiona profundamente sobre este particular, ¿acaso puede decir que interpreta verdaderamente la vida en función de sí misma? El Trabajo dice que cada persona que posee un Centro Magnético ya conoce, quizá sin conocerlo, que la vida no puede ser explicada, ni interpretada en términos de sí misma. Es preciso añadir algo a la vida para darle su justo sentido. Y aquí acude el Trabajo con sus propias ideas de vida en esta Tierra y de lo que el Hombre debe hacer con su vida. Sólo cuando se logra otra clase de conocimiento acerca de la significación de la vida en la Tierra la vida puede convertirse en un medio de trabajo, en una maestra. De lo contrario, sólo el Trabajo es el maestro en relación con lo que sucede en la Tierra. Estas son las Buenas Nuevas. Esto nos permite tomar la vida como un medio y no como un fin. Así todas nuestras molestias y tribulaciones, la incesante falta de armonía de todo empieza a tener un nuevo sentido. Cada acontecimiento desagradable dejará de hacernos negativos y cesaremos de identificarnos con cada crisis de culpar a los otros por cada molestia, de dejarnos arrastrar por cada accidente de la vida. Las dificultades no nos harán ya perder energía. ¿Espera que la vida será siempre como la desea? O hay un orden de ideas y de trabajo diferentes que pueden eventualmente hacer frente a las situaciones que la vida mecánica crea a cada momento. Tenemos que construir una barca en la que podamos sentarnos sin anegarnos. Tenemos que preparar los remos y el timón. O, para dar otro ejemplo, tenemos que construir una balsa para cruzar una corriente muy dificultosa. Pero no podemos construir ni la barca ni la balsa: es preciso encontrar una que ya haya sido construida para nosotros y apoderarse de ella. La humanidad consciente siempre ha obrado sobre la humanidad mecánica y le dio barcas, balsas, arcas que le permitieran cruzar esa corriente. Si su sentimiento por el Trabajo es intenso, si quiere realmente algo que lo lleve a través de la vida, entonces cuenta con algo ya preparado para este propósito. Embarcarse en una barca o una balsa o un arca depende de la creación de una nueva memoria. Si puede recordar este Trabajo, si, por ejemplo, recuerda que no debe ser negativo cuando es muy fácil serlo, ya entró en la nave, y hallará que lo protege del incesante zozobrar de todos los días. La memoria de Trabajo es muy diferente de la memoria de vida. Recuerdo que G. nos dijo una noche: "Recuerden, recuerden, recuerden, recuerden por qué están en el Trabajo". ¿Por qué están ustedes en el Trabajo? ¿Por qué están aquí? Muchas veces reflexioné sobre este particular y lo pensé muchas veces en la época en que G. lo dijo. Comprendí que no se podía obtener nada del Trabajo a no ser que se lo deseara sinceramente. Por cierto pueden existir motivos entremezclados pero en la memoria nada queda registrado salvo a través del afecto, y así en una persona no puede surgir una verdadera memoria de Trabajo a menos que lo haga por medio del afecto. Lo que se ama se recuerda y el amor nunca duerme. En nosotros, muchas otras partes suelen dormir.
Birdlip, 13 de enero, 1945
La doctrina de los 'yoes' I
Regresemos a la enseñanza fundamental del Trabajo y tomemos como ejemplo la doctrina de los "Yoes". "¿Cuántos 'Yoes' tenemos en nosotros?", preguntó una vez O. "¿Tenemos 20 ó 30?" O. replicó: "Tenemos centenares de miles de 'Yoes' en nosotros, pero debido a la acción de los topes no los vemos distintamente y seguimos creyendo que hay un solo 'Yo' que siempre actúa y siente de la misma manera. Este es el 'Yo' Imaginario. La imaginación nos hace creer que tenemos un 'Yo', el 'Yo' Imaginario, que nos impide cambiar". En otra oportunidad se le preguntó si los "Yoes" eran imaginarios, y contestó claramente que los "Yoes" eran seres reales en nosotros, personas reales, pero en virtud de no verlos nos imaginábamos tener un "Yo" Real. "Los 'Yoes' son reales", dijo, "pero el 'Yo' Imaginario es imaginario. Cada 'Yo' es una personita que vive en uno mismo".
Del mismo modo que la gente está dividida en Hombre Nº 1, Hombre Nº 2 y Hombre Nº 3, los "Yoes" que existen en una persona están divididos de una manera similar. Cada "Yo" tiene una parte pensante, una parte emocional y una parte motora, pero su centro de gravedad suele estar más en la esfera de los pensamientos o de las emociones o de las acciones. Cada "Yo" es un ser distinto que se hace cargo de nosotros y habla por nuestro teléfono llamándose a si mismo "Yo". Algunos de los "Yoes" nos hacen mucho daño, otros son indiferentes y algunos son útiles. Hace poco alguien preguntó si todos nuestros pensamientos provenían de diferentes "Yoes". La respuesta fue "Sí". Pero no es sólo esto; todos nuestros estados de ánimo, nuestros sentimientos, nuestras acciones, nuestras palabras, provienen de diferentes "Yoes" en nosotros. Tal como somos, no tenemos individualidad, ni "Yo" Real, ni un "Yo" principal que controle a todos los demás "Yoes" y los disponga en un orden correcto. Al principio es más fácil observar a los "Yoes" que actúan prestándonos ciertas clases de pensamientos. Observe que está pensando de cierta manera acerca de una persona. Este es un "Yo" que está pensando, pero usted cree que es usted mismo. O digamos que está pensando sobre su vida: es otra vez un "Yo" y usted lo toma como a sí mismo. Cuando una persona no ve ese ardid constantemente repetido, toma todos esos pensamientos como ella misma. Piensa: Yo estoy pensando en tal cosa. O dice: Es así como pienso yo. No ve que alguien está pensando por ella y que ella no piensa en absoluto. Oye los pensamientos de esos "Yoes" como si fuera ella quien los está pensando. De hecho, piensa que piensa. Ahora bien, los "Yoes" mejores pueden ver a los "Yoes" peores, pero los "Yoes" peores no pueden ver a los mejores. Lo que es superior puede ver a lo que es inferior, pero, lo inferior no puede ver lo superior. Cuando se empieza a observar verdaderamente los propios pensamientos se suele ver cierta clase de pensamientos que no se desea aceptar, ya sea relativos a las otras personas o a uno mismo. Ahora bien, si piensa que esos pensamientos son usted o si usted dice: "Yo pienso esto", entonces comete uno de los mayores errores que se pueden cometer en el Trabajo. Concede a esos pensamientos poder sobre usted porque se identifica con ellos, o simplemente concuerda con ellos sin darse cuenta de lo que el Trabajo enseña incesantemente, es decir, que debe practicar la separación interior. Si toma todo lo que sucede en la esfera de sus pensamientos como "Yo", no le será posible practicar la separación interior. ¿Por qué? Porque toma todo lo que pasa en sus pensamientos como si mismo. ¿Cómo puede separarse si toma todo como sí mismo, todo como "Yo"? ¿Cómo "Yo" puede separarse de "Yo"?
Ahora bien, en lo que concierne a la esfera de las emociones, existen también muchos "Yoes" que producen cambios en nuestros estados emocionales. De igual modo que ciertos "Yoes" transmiten pensamientos a nuestra mente, así otros transmiten sentimientos a la esfera de nuestras emociones. Esos "Yoes" afectan directamente el estado emocional y tocan apenas el pensamiento. Algunos de esos "Yoes" suelen agotarnos, hacernos perder la confianza en nosotros mismos, deprimirnos, desalentarnos, etc. Sin embargo, son "Yoes" que obran en nosotros y que se nutren a nuestras expensas. Si al menos pudiéramos siempre recordarnos a nosotros mismos, esos "Yoes" no tendrían poder sobre nosotros. Pero por regla general les hemos concedido tanto poder que ni siquiera se nos ocurre desafiarlos y entran y salen de nuestra parte emocional como si les perteneciera. Ahora bien, aunque sean difíciles de observar directamente, al cabo de un tiempo en el Trabajo será capaz de descubrir su presencia al tener la percepción de una baja de nivel o de una súbita pérdida de energía. Si usted no es bastante rápido, esa clase de "Yoes" penetrarán en su persona y se posesionarán de usted y luego para librarse de ellos necesitará días de trabajo. Es preciso aprender a andar dentro de nosotros mismos muy cuidadosamente. Es inútil discutir con los "Yoes" desagradables. Por eso la práctica de la separación interior tiene tanta importancia en el Trabajo. Basta dormirse un instante en una situación difícil para permitir la entrada de esta clase de "Yoes". En el próximo instante estará en poder de ellos y le harán ver y sentir todo según su modo peculiar. Si en tal momento alguien en el Trabajo le produce un choque apropiado sentirá al punto de una manera muy diferente y se preguntará qué se proponía hacer. Esto significa un cambio; que otros "Yoes" se han hecho cargo de usted. Todo nuestro trabajo finca en separarnos de los "Yoes" equivocados, primeramente en la esfera de los pensamientos y luego de las emociones. Se entabla una lucha en uno mismo entre los diferentes "Yoes", equivocados y correctos. El Trabajo nos procura el poder de separarnos de los "Yoes" equivocados. La vida no puede darnos ese poder, por el contrario la vida alienta muchos "Yoes" equivocados. Por eso nos enseñan a observarnos a nosotros mismos a la luz del Trabajo. El Trabajo es un sistema de observación y proviene de la Humanidad Consciente, es decir, de aquellos que lucharon en la batalla de los "Yoes" y alcanzaron su meta. Cuando estamos en malos estados de pensamiento o de sentimiento, si no realizamos esfuerzo alguno para recordar mejores estados somos arrastrados, y sin embargo no deberíamos no ser arrastrados. Lo que nos arrastra es nuestra elección. Gozamos internamente del poder de elección. Cuando somos incapaces por el momento de hacer algo con nosotros mismos, por lo menos debemos retener el poder de no ceder completamente a nuestro estado, de no creer por entero en él y, por así decirlo, de tener paciencia con nosotros mismos y de advertir que estamos muy equivocados, pese a no saber cómo se puede salir de ese estado. Luego, tenga la seguridad de que al cabo de un rato estará otra vez en un mejor estado. Pero si cede plenamente a sus pensamientos y sentimientos, si les dice "Yo", en un sentido total, entonces establecerá en sí mismo algo de lo cual le costará mucho separarse. Cuando entienda sin que le quepa la menor duda que en usted tiene diferentes 'Yoes", cuando pueda oírlos hablar o los advierta obrando sobre sus emociones, y sin embargo se mantenga separados de ellos, empezará a comprender el lado práctico del Trabajo. Empezará a comprender la primera línea del Trabajo, es decir, trabajar sobre sí.
Birdlip, 21 de enero, 1945
Nuevas notas sobre los yoes
(Respuestas a las preguntas que surgieron en la disertación anterior)
- ¿Qué es un "Yo"?
. Un "Yo" es una personalidad definida en nosotros, un pequeño ser con una parte intelectual, una parte emocional y una parte motora. Es preciso comprender que nuestros "Yoes" son personas muy reales. En una ocasión O. dijo: "Todos ustedes piensan que los 'Yoes' no son reales. Creen que son teóricos. Les aseguro que son muy reales y viven en la Casa de nuestro Ser y nos controlan incesantemente". Entonces citó la Parábola de la Casa en Desorden en la que no hay Amo y donde cada "Yo" utiliza el teléfono en nombre del Amo.
- ¿No es deseable identificarse con los "Yoes" que buscan el Trabajo? ¿No llegan a ser esos "Yoes", "Mayordomo Delegado", luego "Mayordomo" y finalmente "Yo" Real?
. No es deseable identificarse con cosa alguna, pero lo dejaremos pasar. Es deseable emprender el Trabajo con "Yoes" que prestan atención a lo que dice, en especial cuando se está en poder de los "Yoes" negativos. Por medio de la observación de sí efectuada a través del Trabajo y lo que enseña, cierto número de "Yoes" se separan del resto y éstos forman el Mayordomo Delegado. Este desarrollo de la conciencia por medio de la observación de sí conduce gradualmente a los estados superiores de Mayordomo y Amo. Si una persona no sustenta los "Yoes" del Trabajo, éstos se debilitan y hasta pueden abandonarnos para siempre.
- ¿Es posible dividir nuestros "Yoes" en grupos de "Yoes" similares con los cuales la mayoría de nosotros está familiarizado? ¿Es posible tratarlos como grupos o se debe escoger cada "Yo" y trabajar sobre él individualmente?
. Sí, los "Yoes" están divididos en diferentes grupos porque moran en diferentes subdivisiones de los centros. Los "Yoes" que ocupan las más reducidas subdivisiones de los centros son "Yoes" pequeñísimos. Suelen ser útiles para la vida pero no pueden comprender el Trabajo. Por dicha razón es menester valorar el Trabajo y sentirlo como si fuera algo distinto y más grande que la vida, porque a través de esa valoración emocional nos situamos en seguida en presencia de los "Yoes" mayores. Por mucho tiempo es imposible ver los "Yoes" individualmente, pero es posible descubrir que se tiene un sinnúmero de personalidades diferentes. Estas personalidades están compuestas de muchos "Yoes" pero cada una constituye un grupo definido. Por ejemplo, en mi caso tengo un gran número de "Yoes" que pertenecen a mi personalidad médica. O. dijo una vez: "Intenten ver las personalidades muy definidas en ustedes. Se tiene una personalidad social, una personalidad profesional, una personalidad doméstica, etc., pero cada una de esas personalidades está compuesta de gran número de pequeños 'Yoes'".
- Puesto que los "Yoes" están representados en cada centro, ¿cabe decir que la impaciencia es producida por un "Yo", y si es así, implica ello que este hábito está acompañado por la impaciencia intelectual y la impaciencia emocional?
. Si, ciertamente, la impaciencia es producida por un "Yo" que está sobre todo en las pequeñas subdivisiones del Centro Motor. Sí, puede estar acompañada por la impaciencia intelectual y la impaciencia emocional. Puede ser producida por un poderoso "Yo" que obra de igual manera sobre los 3 centros. Esto exige observación. La observación comienza cuando se advierte el diferente trabajo de los tres centros. Si advierte que intelectualmente está en un estado de impaciencia, en un estado incierto, notará que efectúa ciertos movimientos pero a menudo la mera impaciencia se debe a un pequeño "Yo" automático en el Centro Motor —por ejemplo, una persona suele rascarse la cabeza y esta clase de impaciencia pertenece a un "Yo" pequeñísimo y prácticamente automático del Centro Motor y no interfiere en el trabajo del Centro Emocional o del Centro Intelectual. Tenemos todos ciertas clases de mañas mecánicas hasta cuando estamos sumergidos en una profunda concentración.
- ¿Son todos los "Yoes" adquiridos?
. Si, son todos adquiridos y fueron adquiridos de distintas maneras. Se dice generalmente que se adquieren por medio de la imitación y la educación, pero todos son adquiridos porque pertenecen a la Personalidad que a su vez se adquiere. El Trabajo dice que tal vez sea cierto que en nosotros hay un vestigio de "Yo" Real, pero es todo cuanto dice. Pero el "Yo" Real no es adquirido: está en potencia desde nuestro nacimiento. No hacemos el "Yo" Real. Buscamos aproximarnos a él. Entonces
conocemos quienes somos.
- ¿Hay "Yoes" en la Esencia?
. No, no puede decirse que haya "Yoes" en la Esencia aunque algunos "Yoes" que adquirimos estén muy cercanos a ella. Por otra parte, tenemos "Yoes" que están muy alejados de la Esencia y que pertenecen principalmente a la Falsa Personalidad. Si nuestra Personalidad fuera la expresión de nuestra Esencia y se ajustara a ella, por así decirlo, podríamos decir que todos nuestros "Yoes" estarían conectados con la Esencia, pero esto no es así tal como somos al presente. Por medio de la presión de la educación y del medio ambiente nuestra Personalidad suele ser muy distinta de la Esencia y cuando esto es así no tiene nada de extraño que el grado de nuestra inarmonía interior sea inusitadamente alto.
- Supongamos que un hombre o una mujer tenga en su Personalidad "Yoes" útiles tales como los "Yoes" hospitalarios, los "Yoes" que nos ayudan, los "Yoes" hábiles en el manejo de herramientas, etc., pero que actúan para "ser vistos por los hombres". Supongamos que después de haber trabajado sobre ellos sean capaces de hacer las mismas cosas por sí mismos... ¿llegarán a ser esos "Yoes" esenciales en ellos?
. Tenemos toda clase de "Yoes" útiles adquiridos por medio de nuestra crianza y educación. Es menester recordar que la Personalidad debe ser formada y que suele formarse según los casos de un modo mejor o peor. Un buen adiestramiento acompañado de una disciplina apropiada son necesarios a toda persona. Todos tenemos que aprender buenos modales, o un oficio o una profesión. Todo esto es adquirido. La acción del Trabajo es tal que escoge aquellos "Yoes" que le son útiles y los eleva, por así decirlo, para que ya no obren en forma mecánica sino que puedan ser usados conscientemente. El Trabajo construye en nosotros una especie de Arca en la cual todo lo útil tiene cabida. Nosotros somos incapaces de hacerlo. La acción del Trabajo lo hace y dispone todo en su orden correcto.
- [a]
¿Es la Esencia la semilla desde la cual puede crecer el "Yo" Real?
. Sí, en cierto modo. Vale más decir que tras la Esencia está el "Yo" Real y a través del desarrollo de la Esencia nos ponemos en contacto con el "Yo" Real. El objeto que se propone el Trabajo es hacer que seamos más reales, es librarnos de los falsos, irreales "Yoes". Esto sólo puede lograrse por medio de la sinceridad interior, de una prolongada observación y a través de una prolongada influencia del Trabajo sobre nosotros. Esto último depende de la lucha que se entable para mantener vivo el Trabajo en uno mismo por un largo período Todo esto nos lleva al desarrollo de la Esencia, que nos pone en contacto con el Mayordomo y el "Yo" Real. Es preciso concebir al Mayordomo y al "Yo" Real como si estuvieran por encima de nosotros en un nivel superior, esperándonos y siendo, por así decirlo, más internos, más profundos, por debajo de la superficie donde tiene lugar gran parte de nuestra vida psíquica. Llamarlo un movimiento hacia arriba o un movimiento hacia dentro es lo mismo. Todo el Trabajo debe ser hecho por nosotros mismos. Estamos en la misma posición que si nos hubiéramos extraviado v tuviéramos que volver a encontrar nuestro camino. Todo hombre es creado perfecto —esto es, con un "Yo" Real— pero descendemos al mundo al mismo tiempo literal y psicológicamente y nos extraviamos. Hay una razón para que esto ocurra así, y una de las explicaciones es que fuimos creados como organismos capaces de desarrollo propio. Es un experimento. Cada hombre y cada mujer es un experimento. Sobre esta idea es preciso reflexionar constantemente.
8) [b]
¿Es el "Yo" Real, el límite del desarrollo potencial de cada hombre, diferente para cada cual, o el mismo?
. Si, es la realidad última a la que se puede llegar. Tras el "Yo" Real está Dios. Por cierto cada persona es una formación individual y así el "Yo" Real nunca puede ser el mismo. Desdichadamente tratamos de imitar a las otras personas y es lo mismo que si un narciso quisiera convertirse en tulipán. No hay un solo cristal de nieve que no sea diferente de otro cristal de nieve en la forma de su cristalización aunque el modelo hexagonal del cristal de nieve sea el mismo.
- ¿Hay alguna diferencia entre los "Yoes" y la conciencia interior?
. En esta pregunta no veo conexión alguna entre estos dos factores. Los "Yoes' son "Yoes" y la conciencia interior es la conciencia interior. Si por conciencia interior se quiere decir el poder de observación de sí, a través del cual se ven los "Yoes" en uno mismo, del mismo modo que si se tiene una linterna eléctrica en la oscuridad se podrá ver la pared que está enfrente de uno, ¿acaso la pared es la misma cosa que la linterna?
El Trabajo dice que por medio de la observación de sí dejamos filtrar un rayo de luz en nosotros. Mediante ese rayo de luz podemos ver algo, pero un "Yo" no es la misma cosa que un rayo de luz y desde luego un rayo de luz no significa la luz física sino la luz de la Conciencia, que el Trabajo se propone acrecentar más allá de todo lo imaginable, para que uno pueda ver de una sola mirada todo lo que pasa en cada centro.
Comentaré ahora una o dos observaciones que se hicieron en los sub-grupos acerca de algunos puntos descollantes en la disertación:
- Se dijo en la disertación una cosa que me pareció muy alentadora. Si ve realmente una cosa, aun cuando no pueda hacer nada con ella, ésta se alejará
. Esto es muy justo. Y viéndolo se tiene una vislumbre de lo que trata el Trabajo. Logra una vislumbre de lo que es la observación de sí y por qué es enseñada en una forma tan estricta. El Trabajo dice que la Observación de Sí es un método para cambiar al Ser. Comprenderlo es muy importante y a veces se necesitan muchos años para ello. Les haré esta pregunta: ¿cómo es posible separarse de algo en uno mismo a no ser que se lo observe? Si no se puede ver a sí mismo del todo y nunca observa quién está obrando a través de usted en distintos momentos —si, en suma, se toma a sí mismo como una unidad— no podrá cambiar. Si sólo puede ver lo que no hizo, y nunca observa lo que hizo, por cierto se preocupa exclusivamente por las cosas externas y no ha despertado el poder del "Yo" observante o el sentido interior que a todos nos fue dado. El sentido interior nos fue dado para que pudiéramos cumplir nuestro designio como organismos capaces de desarrollo propio. Todo desarrollo interior sería totalmente imposible si no tuviéramos ese sentido volcado interiormente hacia nuestra vida psíquica y si sólo poseyéramos los cinco sentidos volcados exteriormente.
- Los "Yoes" están vivos pero pueden ser inducidos a morir.
Por cierto los "Yoes" están vivos y son entes muy reales. Si llegan a morirse o no, esta es otra cuestión. El Trabajo se contenta con enseñarnos que si no son alimentados se debilitan, pero sí, como las sombras del Hades, le sorben la sangre, cobran vida y empiezan a hablar. Los "Yoes" pueden ausentarse de su persona por un tiempo y volver a visitarla —pero esta es otra cuestión—. Pero se aplica especialmente a los "Yoes" superiores del Trabajo en uno mismo. Nuestros "Yoes" ordinarios están constantemente con nosotros. Como otra vez les he dicho, son llamados "los pobres".
- Sería interesante descubrir lo que hay en uno. Se podría tener una vida muy variada, con muchos "Yoes" variados, de los cuales algunos son muy valiosos.
Esto significaría haber alcanzado el nivel del Hombre Equilibrado capaz de moverse libremente dentro de sí y cuyos diferentes centros están desarrollados hasta cierto punto, es decir, el hombre que ya no tiene su centro de gravedad en un centro como lo tienen los hombres Nº 1, Nº 2 y Nº 3. Por ejemplo, si estoy muy identificado con mi vida en mi papel de médico no seré capaz de moverme libremente dentro de mí mismo y sólo tendré un desarrollo parcial. Cuando una persona está identificada con su lado profesional o el de su nacimiento, sea cual fuere éste, no puede llegar a ser un Hombre Equilibrado. Una de las mejores frases que se puede aplicar al Hombre Equilibrado es: "un ser capaz de ver lo que significa no estar identificado con la vida". Su vida pasada no debe apoderarse de usted y oprimirlo. Todos ustedes tienen aquí un trabajo práctico que ha de entretenerlos por muchos años.
Comentaré ahora dos nuevas preguntas que me fueron enviadas mientras estaba describiendo lo que dije anteriormente:
- ¿El "Yo" que pasa directamente al Centro Emocional es tan bien conocido por el Centro Intelectual, debido al hábito, que ya no necesita pasar primero por el Centro Intelectual?
. ¿Conoce en realidad un "Yo" tan distintamente? Es preciso que recuerde que algunas impresiones son recibidas por el Centro Emocional y que es necesario observar cómo reacciona el Centro Emocional frente a la vida sin ninguna observación de sí. Tenemos que emplear el Centro Intelectual para observarnos a nosotros mismos y no dejar que una impresión sea recibida directamente por el Centro Emocional sin el momento de conciencia que le permita ver donde es recibida. El "Yo" observante se inicia en el Centro Intelectual donde nuestra conciencia, hablando generalmente, está situada. Todo estriba en lo que se deja pasar. Se puede tomar accidentalmente un hierro al rojo y sin embargo observar la reacción antes de que tenga lugar automáticamente. Todo radica en el Centro Instintivo y el ligero control ejercido por él, y lo mismo se aplica al Centro Emocional.
- ¿Cómo puede un "Yo" afectar directamente al Centro Emocional? ¿Puede una impresión pasar directamente al Centro Emocional sin atravesar el Centro Intelectual o la red de asociaciones? ¿Una emoción negativa es invariablemente precedida por un pensamiento?
. Una emoción negativa, ¿es precedida por un pensamiento? Creo que es una cuestión de actitud. Si todavía no ha visto cómo reacciona desde la actitud, que en primer lugar es mental y a la que no acompaña prácticamente pensamiento alguno y empero
es,
luego la impresión caerá directamente en la parte negativa del Centro Emocional. El Trabajo enseña que nuestras impresiones penetran a través del Centro Intelectual y luego pasan a los otros centros. Es necesario tener un punto consciente en el lugar donde penetran. Si se permite que una impresión penetre sin impedimento alguno entonces seguirá su camino habitual. Empezaremos ante todo a fiscalizar el efecto de las impresiones externas en el Centro Mental. Por ejemplo, si siento frío, ¿tengo acaso que temblar y quejarme? Si tengo un mayor control de mí mismo no necesito reaccionar de este modo a no ser que desee hacerlo. Si no soy demasiado mecánico en el punto de entrada de las impresiones, la mente será capaz de realizar una especie de selección de modo que no se pongan en movimiento las mismas reacciones. Lo que propone el Trabajo es establecer un punto consciente en el lugar de entrada de las impresiones, y esto demanda la capacidad de separarse del incesante efecto de la vida que penetra y reacciona siempre de la misma manera mecánica. Es maravilloso darse cuenta de que no es necesario tomar siempre de la misma manera un hecho de la vida. Pero para ello es preciso poseer la capacidad de ver el hecho y al mismo tiempo nuestra reacción mecánica ante él. Cuando el Trabajo interviene entre estas dos cosas —el suceso externo que penetra a través de los sentidos y la reacción mecánica que por lo general tiene lugar— cuando se produce ese momento de elección consciente que el Trabajo busca suscitar en nosotros, empezamos a comprender de qué trata en la práctica el Trabajo. Esto se llama trasladar al
Hidrógeno 12
al punto de las impresiones entrantes. Significa también vivir más conscientemente.