El curioso incidente del perro a medianoche (16 page)

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Authors: Mark Haddon

Tags: #Drama, Infantil y juvenil, Intriga

BOOK: El curioso incidente del perro a medianoche
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Pero eso es una verdadera tontería porque no son más que estrellas, y podrías unir los puntitos como quisieras, y hacer que pareciese una señora con un paraguas que saluda, o la cafetera de la señora Shears, que es de Italia, con un asa y vapor que sale, o un dinosaurio

Además en el espacio no hay líneas, así que podrías unir trocitos de
Orión
con trocitos de la
Liebre
o
Tauro
o
Géminis
y decir que son una constelación llamada
El Racimo de Uvas
o
Jesús
o
La Bicicleta
(sólo que no tenían bicicletas en las épocas romana y griega, que fue cuando llamaron Orión a Orión).

En cualquier caso,
Orión
no es un cazador o una cafetera o un dinosaurio. Es Betelgeuse y Bellatrix y Alnilam y Rigel y 17 estrellas más de las que no me sé los nombres. Y son explosiones nucleares a billones de kilómetros de aquí.

Y ésa es la verdad.

179

Estuve despierto hasta las 3:47. Ésa fue la última vez que miré mi reloj antes de quedarme dormido. Tiene una esfera luminosa que se enciende si aprietas un botón, así que pude verla en la oscuridad. Tenía frío y me daba miedo que Padre saliese y me encontrara. Pero me sentía más seguro en el jardín porque estaba escondido.

Miré el cielo mucho rato. Me gusta mirar el cielo por la noche en el jardín. En verano, a veces salgo con mi linterna y mi planisferio, que está hecho de dos círculos de plástico con un alfiler en el centro. En la parte de abajo tiene un mapa del cielo, y en la parte de arriba una apertura en forma de parábola. Giras la apertura para ver el mapa del cielo que se ve ese día del año desde la latitud 51,5º norte, que es la latitud en que está Swindon, porque el pedazo más grande de cielo siempre está en el otro lado de la Tierra.

Y cuando miras el cielo sabes que estás viendo estrellas que están a cientos y miles de años luz. Y algunas de las estrellas ni siquiera existen ya porque su luz ha tardado tanto en llegar a nosotros que ya están muertas, o han explotado y han quedado reducidas a enanas rojas. Y eso te hace sentir muy pequeño, y si en tu vida tienes cosas difíciles es agradable pensar que son lo que se llama «insignificantes», es decir, que son tan pequeñas que no tienes que tenerlas en cuenta cuando haces un cálculo.

No dormí muy bien a causa del frío y porque el suelo era muy desigual y puntiagudo debajo de mí y porque Toby estaba arañando un montón en su jaula. Pero cuando desperté totalmente amanecía y el cielo estaba naranja y azul y morado, y oí el canto de los pájaros, que es lo que se llama «El coro del alba». Y me quedé donde estaba durante otras 2 horas y 32 minutos, y entonces oí que Padre salía al jardín y gritaba: «¿Christopher…? ¿Christopher…?».

Así que me volví y encontré un viejo saco de plástico cubierto de barro que antes tenía abono, y nos acurrucamos yo y la jaula de Toby y mi caja de comida especial en el rincón entre la pared del cobertizo y la valla y la pila de agua de lluvia, y yo me tapé con el saco de fertilizante. Y entonces oí que Padre se acercaba por el jardín y saqué mi navaja del Ejército Suizo del bolsillo y abrí la hoja de la sierra, y la agarré por si nos encontraba. Y oí que abría la puerta del cobertizo y miraba dentro. Y entonces oí que decía: «Mierda». Y entonces oí sus pisadas en los matorrales en torno al costado del cobertizo, y mi corazón latía pero que muy rápido y noté esa sensación como de tener un globo dentro del pecho otra vez, y pensé que quizás había mirado detrás del cobertizo, pero yo no podía verlo porque estaba escondido, pero no me vio, porque lo oí alejarse otra vez por el jardín.

Entonces me quedé quieto y miré mi reloj y permanecí quieto durante 27 minutos. Y entonces oí que Padre encendía el motor de su furgoneta. Supe que era su furgoneta porque la oigo muy a menudo y estaba cerca y sabía que no era ninguno de los coches de los vecinos, porque los que toman drogas tienen una furgoneta Volkswagen y el señor Thompson, que vive en el número 40, tiene un Vauxhall Cavalier, y la gente que vive en el número 34 tiene un Peugeot y todos suenan diferente.

Y cuando oí que se alejaba de la casa supe que ya podía salir.

Y entonces tuve que decidir qué hacer porque ya no podía vivir en la casa con Padre porque era peligroso.

Así que tomé una decisión.

Decidí que iría y llamaría a la puerta de la señora Shears y que me iría a vivir con ella, porque la conocía y ella no era una extraña y yo había estado antes en su casa, cuando hubo un corte de electricidad en nuestro lado de la calle. Pero esta vez no me dirá que me vaya, porque yo le diré quién ha matado a Wellington y así ella se dará cuenta de que yo soy un amigo. Y además comprenderá por qué yo ya no puedo seguir viviendo con Padre.

Saqué los regalices y la galleta de barquillo rosa y la última clementina de mi caja especial de comida y me las metí en el bolsillo y escondí la caja especial de comida bajo el saco de fertilizante. Entonces cogí la jaula de Toby y mi otro abrigo y salí de un salto de detrás del cobertizo. Caminé por el jardín y junto al costado de la casa. Abrí el cerrojo de la puerta del jardín y salí frente a la casa.

En la calle no había nadie, así que crucé y recorrí el sendero de la casa de la señora Shears y llamé a la puerta y esperé y decidí qué iba a decir cuando abriese la puerta. Pero no vino a la puerta. Así que volví a llamar. Entonces me di la vuelta y vi a unas personas caminando por la calle y tuve miedo otra vez, porque eran dos de las personas que toman drogas de la casa de al lado. Así que cogí la jaula de Toby y rodeé la casa de la señora Shears y me senté detrás del cubo de la basura para que no pudiesen verme.

Y entonces tuve que planear qué hacer.

Y lo hice pensando en todas las cosas que podía hacer y decidiendo si eran la decisión correcta o no.

Decidí que no podía volver a casa.

Y decidí que no podía irme a vivir con Siobhan porque ella no podía cuidar de mí después de que el colegio hubiese cerrado, porque era mi profesora y no una amiga o un miembro de mi familia.

Y decidí que no podía irme a vivir con el tío Terry porque vivía en Sunderland y yo no sabía cómo llegar a Sunderland y no me gustaba el tío Terry porque fumaba cigarrillos y me acariciaba el pelo.

Y decidí que no podía irme a vivir con la señora Alexander porque no era una amiga o un miembro de mi familia ni siquiera aunque tuviese un perro, porque no podía quedarme a dormir en su casa o utilizar su cuarto de baño porque ella lo había usado y era una extraña.

Y entonces pensé que podía irme a vivir con Madre, porque ella era mi familia y yo sabía dónde vivía porque me acordaba de la dirección de las cartas que era 451c Chapter Road, Londres NW2 5NG. Sólo que ella vivía en Londres y yo nunca había estado en Londres. Yo sólo había estado en Dover para ir a Francia, y en Sunderland para visitar al tío Terry y en Manchester para visitar a la tía Ruth que tenía cáncer, aunque cuando yo estuve allí no tenía cáncer. Y yo nunca había ido solo a ningún sitio aparte de la tienda de la esquina. Y la idea de ir solo a alguna parte me daba mucho miedo.

Pero entonces pensé en irme a casa otra vez, o en quedarme donde estaba, o en esconderme cada noche en el jardín y que Padre me encontrara, y eso me hizo sentir mucho más asustado. Y cuando pensé en eso sentí que iba a vomitar otra vez como me había pasado la noche anterior.

Y entonces me di cuenta de que no podía hacer nada que me pareciese seguro. E hice un dibujo de eso en mi cabeza, así

Y entonces imaginé que tachaba todas las posibilidades que eran imposibles, que es como en un examen de matemáticas, cuando miras todas las preguntas y decides cuáles vas a hacer y cuáles no vas a hacer y tachas todas las que no vas a hacer y así tu decisión es definitiva y no puedes cambiar de opinión. Y era así

Lo cual significaba que tenía que irme a Londres a vivir con Madre. Y podía hacerlo en tren porque yo lo sabía todo de los trenes, gracias a mi tren de juguete: cómo consultas el horario y vas a la estación y compras un billete y miras el tablón de salidas para ver si tu tren tiene retraso y entonces vas al andén correspondiente y subes a bordo. Y me iría desde la estación de Swindon, donde Sherlock Holmes y el doctor Watson se paran a comer cuando van de camino a Ross desde Paddington en
El misterio de Boscombe Valley
.

Y entonces miré la pared opuesta al pequeño pasaje que había a un lado de la casa de la señora Shears donde yo estaba sentado, y vi la tapa circular de una cacerola metálica muy vieja apoyada contra la pared. Y estaba cubierta de óxido. Y parecía la superficie de un planeta porque el óxido tenía la forma de países y continentes e islas.

Y entonces pensé que nunca podría ser astronauta porque ser astronauta significa estar a cientos de miles de kilómetros de distancia de casa, y mi casa estaba ahora en Londres y eso está a unos 160 kilómetros, que es más de 1.000 veces más cerca de lo que estaría mi casa si estuviera en el espacio, y pensar eso me dolió. Como cuando me caí en la hierba una vez en el borde de unos columpios en el parque y me corté la rodilla con un pedazo de botella rota que alguien había tirado por encima del muro, y me corté de cuajo un pedazo de piel, y el señor Davis tuvo que limpiar la carne de debajo del pedazo con desinfectante para quitar los gérmenes y la porquería y me dolió tanto que lloré. Pero este dolor estaba dentro de mi cabeza. Y me ponía triste pensar que nunca podría convertirme en astronauta.

Y entonces pensé que tenía que ser como Sherlock Holmes y tenía que «abstraer mi mente a voluntad en grado sumo» para así no darme cuenta de cuánto me dolía dentro de la cabeza.

Y entonces pensé que necesitaría dinero si me iba a Londres. Y necesitaría cosas de comer, porque era un viaje largo y yo no sabía de dónde sacar comida. Y entonces pensé que necesitaría a alguien que cuidase de Toby, porque no podía llevármelo conmigo.

Y entonces
Formulé un Plan
. Y eso me hizo sentir mejor, porque había algo en mi cabeza que tenía un orden y unas pautas y tan sólo tenía que seguir las instrucciones una detrás de otra.

Me levanté y me aseguré de que no hubiese nadie en la calle. Entonces fui a la casa de la señora Alexander, que es la de al lado de la casa de la señora Shears, y llamé a la puerta. Entonces la señora Alexander abrió la puerta y dijo:

—Christopher, ¿qué demonios te ha pasado?

Y yo dije:

—¿Puede cuidar de Toby por mí?

Y ella dijo:

—¿Quién es Toby?

Y yo dije:

—Toby es mi rata.

Entonces la señora Alexander dijo:

—Ah…, sí. Ahora me acuerdo. Me lo contaste.

Entonces sostuve en alto la jaula de Toby y dije:

—Es éste.

La señora Alexander retrocedió un paso hacia su vestíbulo. Y yo dije:

—Come bolitas especiales y puede comprarlas en una tienda de animales. Pero también come galletas y zanahorias y pan y huesos de pollo. Pero no debe darle chocolate porque tiene cafeína y teobromina, que son metilxantinas, y es venenoso para las ratas en grandes cantidades. Y necesita agua fresca en su botella todos los días. Y no le importa estar en la casa de otra persona porque es un animal. Y le gusta salir de su jaula, pero no pasa nada si usted no lo saca.

Entonces la señora Alexander dijo:

—¿Por qué necesitas que alguien cuide de Toby, Christopher?

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