El misterio de Wraxford Hall (46 page)

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Authors: John Harwood

Tags: #Intriga

BOOK: El misterio de Wraxford Hall
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—No, pero… hay una posibilidad… —dije tímidamente—. Si usted me permite ser Clara, podría decir que me entregó a otra familia… exactamente tal y como entregó a Clara a Ada, para protegerme, y ahora nos hemos encontrado de nuevo… Laura podría seguir siendo la hija de Ada, y… y a mí me encantaría tenerla a usted como madre. No se lo diría a nadie, lo prometo, y así Laura podría ser mi hermana…

Mi voz se quebró al final de la frase, y las lágrimas anegaron mis ojos de nuevo. Ella me abrazó y me acarició el pelo y me susurró aquellas palabras de consuelo que tanto había deseado oír en labios de mi propia madre, y me encontré absolutamente incapaz de dejar de llorar hasta que empapé su hombro con mis lágrimas y me tranquilicé en sus brazos, sintiendo el calor del sol en mi espalda y deseando que aquel momento durara para siempre. Pero supe que tendría su respuesta en cuanto levantara la mirada.

—Lo que dices es sólo un sueño feliz, Constance, y no puede ser… El secreto nos separaría a todas: acabaríamos susurrando en las esquinas y más pronto que tarde Laura acabaría sospechando lo que habíamos hecho. No tuve otra elección cuando le entregué a mi hija a Ada: sería imperdonable engañarla una segunda vez.

»No: Eleanor Wraxford desapareció hace veinte años, y ya no volverá jamás. Yo soy Helen Northcote, y así me quedaré, y el secreto que te ruego que guardes, si lo deseas, es que tú y yo nos encontramos aquí esta mañana.

Se levantó, y me ayudó a levantarme. Allí estuvimos de pie, durante mucho tiempo, mirándonos.

—¿Nunca la volveré a ver? —dije.

—Siempre pensaré en ti —contestó, y me abrazó por última vez, antes de que se volviera y se alejara por la colina hacia el mar de tejados que se veía allá abajo, con la cúpula de San Pablo elevándose sobre la bruma de innumerables chimeneas.

Mi fantasía del inframundo, el que estaba debajo del suelo de la cocina, con sus interminables túneles extendiéndose en la oscuridad, volvió a mi pensamiento mientras observaba cómo se alejaba Nell, recordando cuán a menudo había mirado aquella cúpula cuando era niña. Mis pensamientos regresaron a Edwin, que quizá ya estaba esperándome en los jardines junto a la iglesia, pero me quedé en la colina, mirando cómo se empequeñecía la figura de Nell… mucho tiempo después de que hubiera desaparecido de mi vista.

JOHN HARWOOD, estudió literatura y filosofía en las universidades de Tasmania y Cambridge. Profesor en la Universidad de Flinders, en Australia, dejó este trabajo para dedicarse de lleno a la escritura. Ha escrito ensayos, poesía, biografías, crítica literaria y novelas. Respecto a esta últimas, su género es el de misterio clásico.

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Notas

[1]
El Foundling Hospital fue una de las grandes instituciones caritativas victorianas: fundado en 1739 por un filántropo llamado Thomas Coram, estaba destinado a proteger y educar a los niños abandonados. El imponente edificio se encontraba en el céntrico barrio londinense de Holborn, donde hoy está el parque de Coram's Fields. El hospicio fue demolido a principios del siglo
XX
y la institución se trasladó posteriormente a Surrey y Hertfordshire. [Todas las notas son del traductor].
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[2]
Job 1, 21.
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[3]
Se trata del famosísimo
Dictionary of the English Language
(1755), del erudito Samuel Johnson (1709-1784). Era tan popular que los ingleses solían denominarlo así: «Dr Johnson’s Dictionary».
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[4]
Los poetas Percy Bysshe Shelley (1792-1822) y George Gordon, lord Byron (1788-1824), eran paradigmas del Romanticismo, pero también de una conducta desordenada e inmoral a ojos de los severos victorianos.
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[5]
La protagonista se refiere a la historia de la ninfa Perséfone, raptada por Hades, dios de los infiernos. Deméter, madre de la joven y diosa de la Naturaleza, lo abandonó todo por buscarla, y una gran desolación se cernió sobre la tierra, hasta que Zeus obligó a Hades a devolverla al mundo. Hades prometió hacerlo con la condición de que la ninfa no comiera nada durante el trayecto; engañada, Perséfone comió seis semillas de granada (o cuatro, o una, dependiendo de las tradiciones), y por esa razón tuvo que repartir su vida entre el mundo subterráneo y la tierra. Así explicaba la mitología los ciclos estacionales de los cultivos y las plantas. El barquero Caronte y el can Cerbero son también personajes infernales de la mitología clásica.
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[6]
La mitología griega aseguraba que los campos del Hades estaban atestados de este siniestro arbusto: se consideraba el alimento de los muertos y en la Antigüedad se solía plantar junto a las tumbas. Es la planta consagrada a Perséfone.
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[7]
Summerland o Summer Land, un lugar maravilloso donde reinaban la belleza y la paz, era el colmo de la vida ultraterrena. Estas ideas se deben al filósofo y místico Emanuel Swedenborg (1688-1772), y fueron adoptadas por el espiritista, «hipnólogo» y clarividente Andrew J. Davis (1826-1910), autor de
The Great Harmonia
(seis vols.; 1850-1861) y
A Stellar Key to the Summerland
(1868).
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[8]
La biblioteca privada de préstamos más importante de Bloomsbury y Oxford Street, cerca de donde vivía Constance, era la de Charles Edward Mudie (1818-1890). La suscripción costaba una guinea al año; a cambio, el suscriptor podía sacar todos los libros que quisiera, de uno en uno. Los establecimientos de Mudie (Select Library) tuvieron un gran éxito, y su propietario llegó a convertirse en editor del poeta J. R. Lowell y del ensayista R. W Emerson.
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[9]
«All Things Bright and Beautiful» es un famosísimo himno anglicano escrito por la irlandesa Cecil F. Alexander (1818-1895); apareció en la colección
Hymns for Little Children
(1848), cuyo éxito obligó a reimprimirla en veinte ocasiones sólo en el siglo
XIX
.
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[10]
El himno «Abide with me» (1847) se debe al escocés Henry F. Lyte (1793-1847).
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[11]
Juan 20, 29. Se trata del famoso episodio de la incredulidad del apóstol Tomás.
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[12]
«O God, Our Help in Ages Past» es un himno basado en el salmo 90; la letra es del «padre de la himnodia inglesa», Isaac Watts (1674-1748), y la música, de William Croft (1678-1727).
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[13]
«Lead, Kindly Light»: himno de John H. Newman (1801-1890); la música era de John B. Dykes (1823-1876). A continuación se cita el himno «The Lord's My Shepherd» («El señor es mi pastor», basado en el salmo 23, y con música de William Gardiner en 1812.
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[14]
Se refiere, naturalmente, a la ola de asesinatos cometidos por Jack el Destripador. Los cinco crímenes tradicionalmente atribuidos a este asesino se encuadran entre el 31 de agosto y el 9 de noviembre de 1888.
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[15]
Los priest's holes o «escondrijos de los curas» eran lugares ocultos que se construyeron en algunas mansiones rurales para proteger a los sacerdotes católicos de las persecuciones anglicanas instigadas por la reina Isabel I de Inglaterra a partir de 1558. Carlos II (1630-1680) recuperó el trono para la monarquía tras las guerras civiles y la república de Oliver Cromwell (1599-1658).
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[16]
Se trata del soneto «On first looking into Chapman's Homer», de John Keats (1795-1821), incluido en
Poems
, de 1817; el fragmento al que se refiere el personaje es éste:
«Then felt I like some watcher of the skies /When a new planet swims into his ken;/ Or like stout Cortez when with eagle eyes /He star'd at the Pacific and all his men / Look'd at each other with a wild surmise»
(«Me sentí entonces como el observador de los cielos cuando descubre un nuevo planeta, o como el gran Cortés cuando observó el océano Pacífico con sus ojos de águila, y todos sus hombres se miraron con indecible asombro»). Joseph Turner (1775-1851) es, evidentemente, el gran pintor romántico de las nebulosas londinenses y los escenarios sublimes.
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[17]
Myles Birket Foster (1825-1899) fue uno de los grandes ilustradores y acuarelistas victorianos, especialmente valorado por sus escenas campestres y costumbristas.
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[18]
«Break, break, break, / On thy cold gray stones, O Sea!»
. Son los primeros versos de un poema de Alfred Tennyson (1809-1892) sobre la añoranza de lo perdido; sus últimos versos dicen: «Rompe, rompe, rompe a los pies de los acantilados, oh, mar, que los dulces encantos del día que murió ya nunca volverán a mí».
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[19]
«The dread of something after death», Hamlet
(III, i); el verso se encuentra en el famoso monólogo del protagonista: «To be, or not to be…».
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[20]
The Borough
(1810) es un extenso poema de George Crabbe (1754-1832), natural de Aldeburgh, como el narrador de este segundo libro. La historia de Peter Grimes narra la vida de un pescador, acusado de asesinato y amargado por las severas relaciones sociales de la aldea.
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[21]
«For the sword outwears its sheath, /And the soul outwears the breast…»
. Son dos versos del poema «So, we'll go no more a roving» («No volveremos a caminar juntos») (1817), de lord Byron.
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[22]
El médico alemán Franz Anton Mesmer (1734-1815) dio nombre a esta doctrina pseudocientífica, que mezclaba la hipnosis, la astrología, y los rudimentos de la electricidad y el magnetismo («magnetismo animal»), mediante la cual se pretendían curar afecciones e incluso dominar las voluntades ajenas. La doctrina del mesmerismo tuvo mucho éxito a finales del siglo
XVIII
y principios del siguiente, pero pronto cayó en desgracia y, a mediados del
XIX
ya nadie creía en esas técnicas, completamente devaluadas y desestimadas por la ciencia.
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[23]
Se trata de un famoso cuadro de Turner, en el que aparece una máquina de ferrocarril avanzando en medio de la lluvia y cruzando un puente. Se presentó en la Royal Academy en 1844.
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[24]
El científico inglés William Snow Harris (1791-1867) dedicó toda su vida al estudio de la electricidad, el galvanismo y el magnetismo; escribió varios manuales sobre la electricidad y en 1843 publicó
Thunderstorms
, sobre las tormentas eléctricas naturales: éste es el texto al que se refiere el personaje.
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[25]
En 1770, el alemán Johann W. Ritter von Kempelen (1734-1804) presentó en la corte de la emperatriz María Teresa de Austria un autómata del que se decía que podía jugar al ajedrez. El maniquí adosado al mecanismo iba ataviado con turbante y ropajes exóticos, de ahí que el autómata se conociera con el nombre de «El Turco». En realidad, todo era un fraude: el mecanismo no servía más que para ocultar a un experto ajedrecista que manejaba el aparato. El Turco le ganó una partida a Napoleón en París, pero perdió contra Benjamin Franklin en Londres.
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[26]
Se refiere a los acantilados de Dover, citados en El rey Lear (IV, i):
«… half way down,/ Hangs one that gather samphire: dreadful trade»
(«Colgado a mitad del acantilado cuelga el que recoge hinojo marino: ¡terrible oficio!».
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[27]
El clérigo alemán Johann Heidenberg, más conocido como Johann Trithemius o Tritemio (1462-1516), desarrolló parte de su obra en torno a la astrología, la alquimia y la magia, por lo cual se le considera uno de los padres del ocultismo. Su trabajo más popular es la obra de códigos titulada
Steganographia
(1606).
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[28]
Job 38, 35.
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[29]
Apocalipsis 8,5.
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[30]
El médico inglés John Elliotson (1791-1868), frenólogo y mesmerista, fue uno de los principales impulsores de la doctrina de Mesmer en Inglaterra; estaba especialmente interesado en el desarrollo terapéutico del mesmerismo. Sus críticos, en el comité del hospital donde trabajaba y en otras instituciones, le obligaron a demostrar sus teorías: fracasó y no tuvo más remedio que abandonar su puesto en el hospital.
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