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Authors: Carl Sagan

Tags: #Divulgación Cientifica, Ensayo

El mundo y sus demonios (64 page)

BOOK: El mundo y sus demonios
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Mi ejemplo favorito es esta historia que se contaba del físico italiano Enrico Fermi cuando, recién llegado a las costas americanas, se enroló en el «Proyecto Manhattan» de armas nucleares y se encontró cara a cara en plena segunda guerra mundial con los almirantes estadounidenses:

Fulano de tal es un gran general, le dijeron. ¿Cuál es la definición de un gran general?, preguntó Fermi corno era típico en él.

Se supone que es un general que ha ganado muchas batallas consecutivas.

¿Cuántas?

Después de sumar y restar un poco, se fijaron en cinco.

¿Qué fracción de generales americanos son grandes?

Después de sumar y restar un poco más, se fijaron en un pequeño tanto por ciento.

Pero imaginemos, replicó Fermi, que no existe algo así como un gran general, que todos los ejércitos son iguales y que ganar una batalla es puramente un asunto de posibilidades. Entonces, la posibilidad de ganar una batalla es una de dos, o 1/2, dos batallas 1/4, tres 1/8, cuatro 1/16, y cinco batallas consecutivas 1/32... que es cerca del tres por ciento. Es lógico
esperar
que un pequeño tanto por ciento de generales americanos venzan en cinco batallas consecutivas, por pura casualidad. Ahora bien, ¿alguno ha ganado
diez
batallas consecutivas?...

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O: Los niños que miran programas de televisión violentos tienden a ser más violentos de mayores. Pero ¿es la televisión lo que causa la violencia, o es que los niños violentos disfrutan preferentemente viendo programas violentos? Es muy probable que los dos enunciados sean verdad. Los defensores comerciales de la violencia en la televisión arguyen que cualquier persona puede distinguir entre televisión y realidad. Pero el promedio actual de los programas infantiles de los sábados por la mañana es de veinticinco actos violentos por hora. Cuando menos, eso insensibiliza a los niños pequeños ante la agresión y la crueldad sin ton ni son.
Y,
si pueden implantarse recuerdos falsos en los cerebros de adultos impresionables, ¿qué estamos implantando en las mentes de nuestros hijos cuando los exponemos a unos cien mil actos de violencia antes de que acaben la escuela elemental?

[26]
Violando las normas para «Oráculos y Magos» fijadas por Thomas Ady en 1656: «En cosas dudosas, daban respuestas dudosas... En lo que había probabilidades más seguras, daban respuestas más seguras.»

[27]
Cuyos secuaces habían entrevistado a los crédulos pacientes sólo una hora o dos antes. ¿Cómo podría conocer el predicador sus síntomas y las direcciones de sus casas si no era a través de Dios? Esa patraña del curandero fundamentalista cristiano Peter Popoff, denunciada por Randi en su momento, fue llevada al cine con poca ficción añadida en 1993:
Leap of Faith.

[28]
Sin embargo es considerable la responsabilidad de Truman en el ambiente de caza de brujas de finales de la década de los cuarenta y principios de los cincuenta. Su Orden Ejecutiva 9835 de 1947 autorizó la investigación de las opiniones y compañías de todos los empleados federales, sin derecho a replicar al acusador o incluso, en la mayoría de los casos, conocer el contenido de la acusación. Se despidió a todos los que se halló en falta. Su fiscal general, Tom Clark, estableció una lista de organizaciones «subversivas» tan larga que en un momento dado llegó a incluir la Unión de Consumidores.

[29]
Paine fue el autor del panfleto revolucionario
Sentido común.
Publicado el 10 de enero de 1776, vendió más de medio millón de ejemplares en pocos meses y despertó a muchos americanos a la causa de la independencia. Fue autor de los tres libros más vendidos del siglo XVIII. Generaciones posteriores le injuriaron por sus puntos de vista sociales y religiosos. Theodore Roosevelt le llamó «pequeño y sucio ateo», a pesar de su profunda creencia en Dios. Probablemente es el revolucionario americano más ilustre que no cuenta con un monumento en Washington, D. C.

[30]
Eso no planteaba ningún problema para muchos otros. «Creo, luego entiendo», dijo san Anselmo en el siglo XI.

[31]
Hubo una época en que la respuesta a esta pregunta era cuestión de vida o muerte. Miles Phillips era un marino inglés perdido en el México español. Él y sus compañeros fueron llevados ante la Inquisición el año 1574. Se les preguntó «si creíamos que la hostia de pan que el sacerdote elevaba sobre su cabeza, y el vino que había en el cáliz, era el cuerpo verdadero y perfecto de nuestro Salvador Jesucristo, ¿sí o no? A lo cual —añade Phillips—, si no respondíamos "¡Sí!" no había más solución que la muerte».

[32]
Como este ritual mesoamencano no se ha practicado desde hace cinco siglos, contamos con la perspectiva para meditar sobre las decenas de miles de personas que se ofrecieron voluntaria o involuntariamente como sacrificio a los dioses aztecas y mayas y aceptaron sus destinos con fe serena y el conocimiento confiado de que morían para salvar al universo.

[33]
El tiempo de espera medio para el rebosamiento estocástico es
mucho
más largo que la edad del universo desde el big bang. Pero, por improbable que sea, en principio podría ocurrir mañana.

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Y en algunos casos el escepticismo sería simplemente una tontería, como por ejemplo al aprender a deletrear.

[35]
No incluyo aquí la lluvia de «porqués» con que los niños de dos años atacan a veces a sus padres, quizá en un intento de controlar el comportamiento de los adultos.

[36]
Escrito con Ann Druyan

[37]
Escrito con Ann Druyan.

[38]
Años mas tarde escribió sobre la Biblia con palabras que recordaban las de Douglas. “No conozco otro libro que preconice tan planamente el sometimiento y la degradación de las mujeres”

[39]
Nerds
en el original. En Estados Unidos se aplica esta palabra a un grupo bastante nutrido de personas, científicos y otros, con un comportamiento y significación social que no tiene equivalente en español. «Bichos raros» me ha parecido el calificativo más cercano al término.
(N. de la t.)

[40]
El programa SETI fue brevemente resucitado en 1995 con contribuciones privadas y el apropiado nombre de Proyecto Fénix.

[41]
Escrito con Ann Druyan. Los dos capítulos siguientes incluyen más contenido político que cualquier otra parte del libro. No deseo sugerir que la defensa de la ciencia y el escepticismo conduzcan necesariamente a todas las conclusiones políticas y sociales que yo extraigo. Aunque el pensamiento escéptico es de valor incalculable en política, la política no es una ciencia.

[42]
Un pasaje típico del libro
Ruinas
de 1791 de Volney:

«Uno disputa, discute, lucha por algo que es incierto, por algo de lo que duda. ¡Oh, hombres! ¿No es esto una locura?... Debemos trazar una línea de distinción entre los que son capaces de verificación y los que no lo son, y separar con una barrera inviolable el mundo de los seres fantásticos del mundo de las realidades; es decir, debe eliminarse todo efecto civil de las opiniones teológicas y religiosas.»

[43]
. Lo que sugería que las autoridades no habían entendido nada de su historia, que se limitaban a sustituir a una figura histórica por otra en la lista de «irreprochables».

[44]
Como «héroe» de la Unión Soviética condecorado con profusión y conocedor de sus secretos nucleares, Sajárov escribió sin ambages en el año de guerra fría de 1968 —en un libro que se publicó en Occidente y se distribuyó ampliamente en samizdat en la Unión Soviética—: «La libertad de pensamiento es la única garantía contra la infección de los pueblos por los mitos de masas que, en manos de hipócritas y demagogos traidores, pueden transformarse en dictaduras sangrientas.» Pensaba tanto en Occidente como en Oriente. Yo añadiría que el pensamiento libre es una condición necesaria, pero no suficiente, para la democracia.

[45]
Escrito con Ann Druyan.

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