Las mujeres casadas no hablan de amor (36 page)

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Authors: Melanie Gideon

Tags: #Romántico

BOOK: Las mujeres casadas no hablan de amor
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—¿Tienes hambre? ¿Quieres que comamos ya? —pregunta.

Miro la hora. Son las once y media.

—No, todavía no.

Curiosea dentro del armario y saca una caja de galletas saladas.

—¿Tenemos hummus?

—En el segundo estante. Detrás de los yogures.

—Tengo una noticia —dice William, mientras abre el frigorífico—. Me han ofrecido un empleo.

—¿Qué? ¡William! ¿Estás de broma? ¿Cuándo?

—Llamaron ayer. Es en Lafayette. Muchas ventajas: seguro de salud, póliza dental…

—¿Quién llamó ayer? Ni siquiera me habías dicho que estabas en conversaciones serias con alguien.

—Tenía miedo de que no prosperara. No quería darte falsas esperanzas. Es una empresa de material de oficina.

—¿Material de oficina? ¿Cómo Office Max?

—No, no es como Office Max. Papelerías King. Es una empresa familiar, pero está creciendo. Tienen dos locales en el área de la bahía y abrirán dos más en San Diego este año. Seré coordinador de marketing directo.

—¿Marketing directo? ¿Octavillas, carteles y buzoneo?

—Sí, Alice, el tipo de publicidad que la gente tira a la papelera sin leerla. He tenido suerte de que me hayan elegido para el empleo. Había docenas de aspirantes. Parecen simpáticos. Es un trabajo normal y corriente.

—Claro que sí —digo—. Pero, William, ¿es lo que tú quieres?

¿Acaso sueña con vender material de oficina?

—Lo que yo quiera no tiene demasiada importancia —responde en voz baja.

—Oh, William…

Levanta una mano para hacerme callar.

—No, Alice. No digas nada. Te debo una disculpa. Y si te callas por un momento, podré disculparme. Tenías razón. Debí esforzarme más para quedarme en KKM. Yo tuve la culpa de que me despidieran. Te defraudé. Defraudé a toda la familia. Lo siento. Lo siento mucho, de verdad.

Estoy atónita. ¿Acaba de reconocer William que quizá haya tenido algo que ver con su despido y que no todo se debió a los recortes de personal? ¿Acaba de decir que la culpa ha sido suya? Se inclina sobre el fregadero y se pone a mirar al jardín por la ventana, mordiéndose el labio. Mientras lo observo, siento que los últimos retazos de enfado por el desastre de Cialis se esfuman.

—No me has defraudado, William. Y no te despidieron sólo por falta de esfuerzo. Lo sé. Había una parte que tú no podías controlar.

William asiente.

—Gracias por decirlo. Significa mucho para mí.

—Quizá también sea un poco mi culpa. Todo esto. Donde estamos. Quizá yo también te he defraudado un poco.

Se vuelve para mirarme.

—Tú no me has defraudado, Alice. No digas eso, ¿de acuerdo?

—De acuerdo. Pero si te he defraudado, y probablemente lo he hecho, lo siento. Yo también lo siento mucho.

Asiente e inspira profundamente.

—Debería aceptar ese empleo. Siempre me ha gustado el papel… También los bolígrafos… Y los post-it… Y los rotuladores fosforescentes…

—¡A mí me encantan los rotuladores fosforescentes! Sobre todo los verdes.

—Y los juegos de sobres y el papel de carta…

—¡Y las grapadoras! ¡No olvides las grapadoras! ¿Sabes que ahora venden grapas de diferentes colores? Y el centro Lafayette es precioso. Probablemente podrás salir a comer por ahí cuando estés en la oficina y comprar café en Starbucks por la tarde.

—No lo había pensado —dice William, mientras mete una galleta en el hummus—. Estará bien.

—¿Has dado ya una respuesta?

—Antes quería hablarlo contigo.

—¿Y cuándo tienes que contestarles?

—Me han dado una semana.

—Bueno, entonces dejemos que se asiente la idea y consideremos a fondo las ventajas y los inconvenientes.

Espero que esto me dé tiempo para averiguar qué pasará con mi trabajo. En la escuela todavía no me han dicho nada respecto a mi solicitud de trabajar a tiempo completo a partir del próximo otoño, pero tengo esperanzas. Con frecuencia, la asociación de padres y madres no decide qué va a hacer con sus fondos hasta el último minuto.

—Teniendo en cuenta que no tengo ninguna otra oferta de trabajo, todo son ventajas, Alice. No veo ningún inconveniente —dice William.

Tiene razón. No podemos darnos el lujo de elegir. Nadie puede. Ya no.

92

Al día siguiente, me despierto con fiebre y dolor de cabeza. Paso la mañana en la cama y, a la hora del almuerzo, William y Zoé me suben una bandeja con sopa de pollo con fideos chinos, un vaso de agua con hielo y el correo: una carta en un sobre y la revista
People
.

Huelo la sopa.

—¡Mmm! ¡Qué buena!

—Del restaurante Imperial Tea Court —dice.

—¿Has ido hasta el Imperial Tea Court? ¿En Berkeley?

Se encoge de hombros.

—Hacen la mejor sopa con fideos. Además, mis días de traerte sopa a la hora del almuerzo están contados.

—¿Por qué lo dices? —pregunta Zoé.

—Por nada —respondo yo.

No les hemos dicho nada a los niños de la oferta de trabajo de William. Sé que están preocupados y que sentirán un gran alivio cuando se enteren de que ya vuelve a trabajar, pero no quiero decirles nada hasta que hayamos tomado una decisión en firme. William y yo nos miramos.

—Obviamente, lo ha dicho por algo —dice Zoé.

Jampo
entra corriendo en la habitación y se sube a la cama de un salto.

William lo echa.

—Aquí no puedes estar. ¿Qué te parece si vamos a correr un poco, monstruito?

Jampo
lo mira con actitud agresiva, como si fuera un terrorista, y sorpresivamente le da un lametazo en la cara. William se ha estado esforzando mucho con
Jampo
. ¿Se habrán hecho amigos ya?

—¿Puedes llevarme a casa de Jude antes de salir a correr, papá? —pregunta Zoé.

Ya es oficial: Jude y Zoé vuelven a ser una pareja. Al día siguiente de atrapar al ratón, oí a Zoé que hablaba por teléfono con Jude, llorando y pidiendo disculpas. Esa noche, Jude vino a casa a cenar y los dos se cogieron de la mano por debajo de la mesa. Fue tan bonito que casi me eché a llorar.

—Sí, creo que sí. De todos modos, Caroline y yo tenemos que hablar con Nedra acerca del pastel. Alice, ¿todavía seguís sin hablaros?

—Estoy a punto de enviarle señales de humo —digo.

—La boda es dentro de dos semanas, así que ya puedes ir encendiendo el fuego.

Después del almuerzo, duermo un poco más, y cuando me despierto, tomo más ibuprofeno. No se me pasa la jaqueca. Me duele todo, hasta las costillas. Presto atención al movimiento en el piso de abajo, pero no se oye nada. Estoy sola. Me conecto, pero no hay ninguna novedad de Investigador 101: ningún correo electrónico ni ninguna publicación en Facebook. Me siento casi aliviada. Termino los fideos. Hojeo la revista. Por fin, abro la carta que venía con el correo del día.

Estimada Alice Buckle:

La Asociación de Madres y Padres de Alumnos de la Escuela Primaria Kentwood lamenta comunicarle que no renovará su contrato de profesora de teatro para el próximo curso escolar. Como usted sabe, el sistema de escuelas públicas de Oakland está pasando por un momento de graves carencias presupuestarias, de modo que hemos decidido destinar a otros apartados los fondos que antes dedicábamos a los cursos de teatro. Valoramos mucho sus años de leal servicio y le deseamos éxitos y mucha suerte en sus futuras actividades.

Atentamente, Sra. ALISON SKOV Sr. FARHAN ZAVALA Sra. KENDRICK BAMBERGER Sra. RHONDA HIGHTOWER Sra. de CHET NORMAN Miembros del consejo de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos de la Escuela Primaria Kentwood

Oigo un portazo en el piso de abajo y, segundos después, unas carcajadas. Me quedo en la cama, aturdida. ¿Cómo no lo he adivinado? Tendría que haberme dado cuenta de que había algo raro cuando me encontré con la señora Norman en el Berkeley Rep. Es evidente que ella ya lo sabía. ¡Se comportó con tanta altanería y su marido se empeñó tanto en disculparse por todo! Estoy segura de que fue idea suya que no me renovaran el contrato.

Cuando William sube la escalera haciendo mucho ruido con sus zapatillas de deporte, finjo estar dormida. Viene hasta mi lado de la cama y siento su mirada en la cara. Con suavidad, me toca la frente con el dorso de la mano, para ver si tengo fiebre.

—Finges muy mal —me dice.

—Me han despedido —susurro.

Oigo el crujido del papel, cuando abre el sobre y lee la carta.

—Mierda de gente —dice.

—Es muy doloroso —digo, casi en un gemido.

William apoya su mano sobre la mía.

—Ya lo sé, Alice, ya lo sé.

Paso otros tres días enferma.

—Es una gripe de verano —dice Bunny—. Tienes que dejar que siga su curso.

Todas las mañanas me levanto pensando que se me ha pasado. Bajo la escalera, me sirvo un café, el olor me produce náuseas y vuelvo otra vez a mi habitación.

—Es muy mala paciente —dice Jack.

—La peor —dice William.

—¿Debería suspirar más? —pregunto.

—Sí, y también deberías gemir un poco —responde William.

—Tenemos que hablar —digo—. Acerca de «nada» —añado, refiriéndome a su oferta de trabajo.

—Cuando te sientas mejor.

Veo programas malos de televisión. Paso mucho tiempo conectada a la red, curioseando donde no debería.

EPK3 (Foro de padres de la clase de teatro de tercer curso de la Escuela Primaria Kentwood) - Resumen n.° 134 EPK3

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Mensajes en este resumen: 6

1. He abierto un grupo: «Para que vuelva Alice Buckle.»

¡Apuntaos todos!

Publicado por: Mami_granjera

2. Re: He abierto un grupo: «Para que vuelva Alice Buckle.» ¡Apuntaos todos!

¡Sí! Cuenta conmigo. Tengo que reconocer que me siento muy mal por la forma en que se ha llevado a cabo todo esto. Demasiado impersonal. Alguien (ya sabes a quién me refiero, Tormentanormanda) debió tener el valor de decírselo a la cara. Por lo menos tendríamos que haberle organizado una comida de despedida en Blackberries o en Red Boy Pizza. Sí, es verdad.
La telaraña de Carlota
fue un desastre. Todos estamos de acuerdo en eso (lo siento por las madres de las ocas). Pero ¿no merece otra oportunidad? ¿O al menos un poco de reconocimiento por todos los años que nos ha dedicado?

Publicado por: aBBBejaReina

3. Re: He abierto un grupo: «Para que vuelva Alice Buckle.» ¡Apuntaos todos!

¿Estáis de broma? ¿Tengo que recordaros que Alice Buckle prácticamente puso a hacer un
striptease
a nuestras hijas en el auditorio del colegio? Lo único que faltó fue la barra vertical.

Publicado por: Helicopmama

4. Re: He abierto un grupo: «Para que vuelva Alice Buckle.» ¡Apuntaos todos!

Por favor, no abráis ese grupo. Hay circunstancias que condujeron a la rescisión del contrato de Alice Buckle que ninguno de vosotros conocéis y que por desgracia no puedo revelaros en este momento. Sólo puedo deciros que la señora Buckle cometió varios errores graves. Olvidémoslo y sigamos adelante.

Publicado por: Tormentanormanda

5. Re: He abierto un grupo: «Para que vuelva Alice Buckle.» ¡Apuntaos todos!

Alice Buckle es amiga mía y puedo deciros que no quiere el trabajo. Ya no. Cuando se enteró, habría hecho cualquier cosa por recuperarlo, porque tenía miedo de que su familia se quedara sin NINGÚN ingreso (su marido también está en el paro). Pero después de pensárselo unos días, ahora está de acuerdo con Tormentanormanda y cree que ha llegado el momento de seguir adelante. Le gustaría pedir perdón por sus equivocaciones y espera que no eliminéis completamente los cursos de teatro de la escuela.

Publicado por: Fan_DavidMamet_182

6. Re: He abierto un grupo: «Para que vuelva Alice Buckle.» ¡Apuntaos todos!

He disfrutado de cada minuto que he pasado trabajando con vuestros hijos.

Publicado por: Fan_DavidMamet_182

Suena mi móvil.

—¿Volvemos a hablarnos? —pregunta Nedra.

—No.

—Me he enterado de lo de tu trabajo. Lo siento mucho, Alice.

—Gracias.

—¿Cómo estás?

—Tengo la gripe.

—¿Quién pilla la gripe en verano?

—Yo, por lo visto. ¿Has decidido ya si quieres pastel de limón o de frambuesas?

—Ostras.

—¿Pastel de ostras?

—No, de aperitivo.

—¿No crees que están demasiado trilladas? Por aquello de que son afrodisíacas.

—Muy buenas disculpas —dice Nedra—. Aceptadas. ¡Cena festiva dentro de dos noches!

—¿Vas a organizar la cena de todos modos, cuando falta tan poco para tu boda?

—Haremos algo fácil: comida italiana. Tú trae un frasco de salsa de tomate.

—¿Nedra?

—¿Qué?

—Jude es un chico increíble.

—Zoé también. Un beso. Nos llamamos.

Termino la llamada y entro en mi cuenta de Facebook.

Nedra Rao

echa de menos a su mejor amiga.

Hace 2 horas

Nedra Rao

Ya no «me gusta» la Escuela Primaria Kentwood.

Hace 3 horas

Linda Barbedian

no puede creer que vaya a quedarle el nido vacío.

Hace 4 horas

Kelly Cho

Et tu, Brute?

Hace 5 horas

Phil Archer

La casa de empeños es una cápsula del tiempo. ¿Quién iba a decirlo?

Hace 6 horas

Helen Davies

Se busca responsable para la División de Alimentación y Bebidas, en Boston. Asombradme. Convencedme. Véase LinkedIn para más información.

Hace 7 horas

93

John Yossarian está casado.

Lucy Pevensie está casada.

¿Debo felicitarlo?

Y yo a usted.

Entonces, ¿supongo que las cosas van bien?

¿Las cosas?

Con su mujer.

Las cosas están ahora más claras con mi mujer. Sin embargo, creo que en todas las otras áreas se están volviendo más confusas, menos claras.

¿En el trabajo, por ejemplo?

Sí, en el trabajo. Estoy buscando otro empleo. Ha llegado el momento de marcharme del Centro Netherfield.

¿Por mí?

No, por mí. Siento que he cruzado un límite. Usted no ha hecho nada malo.

Lo siento mucho.

No tiene por qué.

Bueno, si hace que se sienta mejor, parece que yo también he cruzado un límite en el trabajo. Voy a tener que buscar otro empleo.

Oh, no, Casada 22.

:( No importa. Ha sido culpa mía. Cometí el error de mezclar mi amor por los niños con mi amor por el trabajo. Estaba cansada. Actué torpemente. Tenía que haberlo dejado hace mucho tiempo.

¿Y ahora qué?

Ahora tendré que redimirme.

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