Los cuadernos secretos (76 page)

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Authors: John Curran

Tags: #Biografía, Ensayo, Intriga

BOOK: Los cuadernos secretos
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»¡Ah! ¡Fue planeado de maravilla, Hastings! Cerillas fabricadas en el extranjero, veneno para las alimañas… No es difícil conseguir el fósforo. Y basta con una dosis mínima para que sea mortal. La dosis medicinal es de cinco a quince miligramos. Ya con veinticinco miligramos puede ser mortal de necesidad. Lograr que uno de los comprimidos de fósforo se parezca a los que había en el frasco…, eso no comporta mayor dificultad. Se puede adquirir una máquina para fabricar los comprimidos, y la señorita Wheeler seguro que no los hubiera examinado con detenimiento. Un comprimido colocado al fondo del frasco… Cualquier día, el día menos pensado, la señorita Wheeler se lo habría tomado como si tal cosa, y la persona que lo hubiera colocado siempre tendría una coartada perfecta, porque a ella no se le vería por los alrededores de la casa en diez o doce días.

—¿A ella?

—A Mollie Davidson. ¡Ah!
Mon ami
, no vio usted qué ojos puso cuando cayó la pelota de mi bolsillo y dio un bote. Para el iracundo señor Graham la pelota no significaba nada, pero para ella… «No sabía que tuviera usted un perro, monsieur Poirot». ¿Por qué pensó en un perro? ¿Por qué no pensó en un niño? También a los niños les gustan las pelotas. Pero eso…, dice usted que eso no es prueba de nada. Que no es más que una apreciación de Hércules Poirot. Sí, desde luego, pero todo encaja en su sitio. El señor Graham monta en cólera ante la sola idea de la exhumación… y lo manifiesta. Ella en cambio muestra más cautela. Le da miedo causar la impresión de que la rechaza. ¿Y qué me dice de la sorpresa y la indignación que no logra contener cuando se entera de que su primo en todo momento estaba informado? Él lo sabía… y no se lo dijo. Su crimen ha sido en vano. ¿Recuerda que dije que fue muy desafortunado que él no se lo dijera? Desafortunado, ya lo creo, para la pobre señorita Wheeler. Supuso su sentencia de muerte. Todas las sabias precauciones que había tomado, por ejemplo cambiar el testamento, fueron en vano.

—¿Quiere decir que el testamento…? No, perdone, no lo entiendo.

—¿Por qué hizo un testamento nuevo? Por el incidente de la pelota del perro,
mon ami
.

»Imagine usted, Hastings, que su deseo es provocar la muerte de una anciana señora. Idea usted un sencillo accidente. La anciana hasta ahora ha tenido un resbalón por culpa de la pelota del perro. La anciana suele dormir mal, se levanta, recorre la casa por la noche. Bien, usted coloca la pelota del perro en lo alto de las escaleras, y tal vez también coloca usted un cordel fino y fuerte. La anciana tropieza y cae de cabeza dando un alarido. Todos salen a ver qué sucede. Usted quita el cordel roto que había colocado mientras todos los demás se apiñan en torno a la anciana. Cuando acuden a ver cuál ha sido la causa de la caída, encuentran…, encuentran la pelota del perro en el mismo sitio en que la dejaba tantas veces el animal.

»Pero en este punto, Hastings, llegamos a otra cosa. Suponga usted que esa misma noche, con anterioridad, después de jugar con el perro, la anciana ha dejado la pelota en donde suele y el perro sale… y no vuelve. Eso es lo que sabe la anciana gracias a la señorita Lawson al día siguiente. Se da cuenta de que no pudo ser el perro el que dejó la pelota en lo alto de las escaleras. Sospecha la verdad…, pero sospecha de la persona errónea. Sospecha de su sobrino, de James Graham, cuya personalidad no es precisamente encantadora. ¿Y qué es lo que hace? Primero me escribe para sugerirme que investigue el asunto. Luego modifica su testamento y le dice a James Graham lo que ha hecho. Cuenta con que él se lo diga a Mollie, aunque es de James de quien ella sospecha. ¡Los dos han de saber que su muerte no les dejará nada!
C’est bien imaginé…
, para ser una anciana dama.

»Y justamente ése,
mon ami
, ése fue el sentido de las palabras que dijo al morir. Mi conocimiento del inglés no es gran cosa, pero sí suficiente para saber que es una puerta lo que se queda entreabierta, no una imagen. La anciana señora quiso comunicar a Ellen sus recelos. El perro… La imagen que había sobre el jarrón de la repisa, junto con el lema “Toda la noche fuera…” y la pelota en el jarrón. Ése es el único motivo que tiene para sospechar. Probablemente piensa que su enfermedad obedece a causas naturales, pero en el último instante tiene la intuición de que no es así. —Calló durante unos momentos—. ¡Ah! Si al menos hubiese echado la carta al correo… Yo podría haberla salvado. Ahora, en cambio…

Tomó una pluma y acercó un papel.

—¿Qué piensa hacer?

—Voy a escribir una crónica completa y explícita de todo lo ocurrido. Y se la voy a enviar a la señorita Mollie Davidson dándole a entender que se va a solicitar que se proceda a la exhumación.

—¿Y entonces?

—Si es inocente, nada —dijo Poirot con gravedad—. Si no es inocente…, veremos.

ix

Dos días después apareció en el periódico una noticia según la cual una tal señorita Mollie Davidson había fallecido a resultas de una sobredosis de jarabe para dormir. Me quedé espeluznado
[8]
. Poirot apenas cambió el gesto.

—Pero no, no. Todo se ha resuelto de manera muy feliz. Nada de feos escándalos, nada de juicios por asesinato. A la señorita Wheeler eso no le habría gustado nada. Habría querido mantener a salvo su intimidad. Por otra parte, no es conveniente dejar suelta a una asesina, ¿no le parece? De lo contrario, tarde o temprano se producirá otro asesinato. Un asesino siempre repite el crimen. No —siguió diciendo con aire soñador—, no. Todo se ha resuelto francamente bien. Ya sólo queda trabajar un poco más a fondo los sentimientos de la señorita Lawson, tarea que por cierto la señorita Davidson estaba llevando a cabo con bastante éxito, hasta que llegue al punto de entregar la mitad de su fortuna al señor James Graham, que a fin de cuentas es quien tiene derecho a quedarse con todo el dinero. Siempre y cuando se piense que se vio privado de la herencia por un malentendido, por un error de apreciación. —Sacó del bolsillo la pelota de caucho de brillantes colores—. ¿Se la enviamos a nuestro amigo Bob? ¿O la conservamos en la repisa? Es un recordatorio,
n’est ce pas, mon ami?
, de que nada es tan trivial que se pueda pasar por alto, nada. Por un lado, un asesinato; por el otro, nada más…, nada más que el incidente de la pelota del perro…

Bibliografía selecta

De los muchos libros que se han escrito sobre Agatha Christie, los que siguen me han sido de gran ayuda:

Barnard, Robert:
A Talent to Deceive [Un talento para el engaño]
(1980)

Campbell, Mark:
The Pocket Essentials Guide to Agatha Christie [La guía de bolsillo esencial sobre Agatha Christie]
(2006)

Morgan, Janet:
Agatha Christie
(1984)

Osborne, Charles:
The Life and Crimes of Agatha Christie [Vida y asesinatos de Agatha Christie]
(1982)

Sanders, Dennis y Lovallo, Len:
The Agatha Christie Companion [Manual de Agatha Christie]
(1984)

Sova, Dawn B.:
Agatha Christie A to Z [Agatha Christie, de la A a la Z]
(1996)

Thompson, Laura:
Agatha Christie, An English Mystery [Agatha Christie, un misterio inglés]
(2007)

Toye, Randall:
The Agatha Christie Who’s Who [Quién es quién en Agatha Christie]
(1980)

JOHN CURRAN, fan de Agatha Christie de toda la vida y uno de los mayores expertos del mundo en la autora, vive en Dublín. Durante muchos años editó el boletín informativo oficial de Agatha Christie y ha sido asesor del National Trust durante la restauración de Greenway House, la casa de Christie en Devon. John ha estado trabajando junto con el nieto de Agatha Christie, Mathew Prichard, para crear el Agatha Christie Archive, y actualmente está escribiendo su tesis doctoral sobre Agatha Christie en el Trinity College, Dublín.

Notas

[1]
«¡Primero la vida, señorita Lemon! ¡Ya la archivará después!», dice Poirot a su ansiosa secretaria en
El increíble robo
.
(N. del T.)
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[2]
La primera grafía es la correcta. Muchos anglohablantes nativos tienen con la ortografía problemas bastante mayores que los hispanohablantes, y el caso de las dobles consonantes suele ser habitual motivo de tropiezo.
(N. del T.)
<<

[3]
En esta edición, de acuerdo con los usos en castellano, hemos convertido los guiones que rematan la frase en puntos suspensivos. Asimismo, se dan los títulos con que se conocen popularmente las obras de Agatha Christie.
(N. del T.)
<<

[4]
La diferencia, de una sola letra y apenas perceptible auditivamente, distingue el verbo «indagar», primer término, del sustantivo «indagación», el segundo.
(N. del T.)
<<

[5]
La frase, empleada para probar las linotipias y los teclados de las antiguas máquinas de escribir, es en inglés «The quick brown fox jumps over the lazy dog» («El zorro marrón y veloz salta sobre el perro perezoso»). La solución de Christie significa «El zorro marrón y veloz salta contento».
(N. del T.)
<<

[6]
Tenga en cuenta el lector que el epígrafe
The ABC of Murder
recuerda mucho a
The ABC Murders [Los asesinatos del abecedario]
, título que corresponde a una de las novelas más conocidas de Christie, que en español se publicó como
El misterio de la guía de ferrocarriles
. El autor «juega» con los títulos de Christie para poner nombre a los capítulos y epígrafes de este libro; en todo momento hemos conservado los títulos «acuñados» de las obras de Agatha Christie, aunque tengan un irredimible sabor de época y no se compadezcan del todo —y muchas veces en nada— con los originales.
(N. del T.)
<<

[7]
Literalmente «en la calle Queer», «en la calle Extraña». Pero fonéticamente también indica «calle de la indagación»:
Inquire St.
se pronuncia igual.
(N. del T.)
<<

[8]
Evelyn en inglés puede ser indistintamente nombre de varón o de mujer.
(N. del T.)
<<

[9]
Véase nota en capítulo 3, apartado El ABC del asesinato.
(N. del T.)
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[10]
En el original,
One, Two, Buckle my Shoe [Uno, dos, átame el zapato]
, que sí es una cantinela popular; véase más adelante, capítulo 4, apartado Diez Negritos.
(N. del T.)
<<

[11]
En el original «Four and Twenty Blackbirds», es decir, «Veinticuatro mirlos».
(N. del T.)
<<

[12]
Un arenque rojo, o
red herring
, es la designación habitual en inglés de una pista falsa.
(N. del T.)
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[13]
Efectivamente, «U. N. Owen» tiene una fonética muy similar a
unknown
, es decir, «desconocido».
(N. del T.)
<<

[14]
Véase nota [10].
(N. del T.)
<<

[15]
Véase nota [11].
(N. del T.)
<<

[16]
Además de explicar el título elegido en español, en inglés son términos muy cercanos:
blackbirds
son «mirlos»;
blackberries
, «moras».
(N. del T.)
<<

[17]
La novela, titulada en inglés como la canción, se publicó en castellano como
Asesinato en la calle Hickory
.
(N. del T.)
<<

[18]
Conste que no lo dice a la manera usual,
Do you know?
, sino en una transcripción del dialecto escocés, y más en concreto de Glasgow:
D’ye ken?
(N. del T.)
<<

[19]
Véase nota [4].
(N. del T.)
<<

[20]
Como en todos los demás casos, damos la traducción de los títulos de Christie que existe en el mercado editorial en español. «El capricho de Greenshore» no llegó a publicarse en cuanto tal. La vacilación entre «capricho» y «locura» la admite el original inglés,
folly
, que en este caso hace referencia no a una locura, sino a un capricho arquitectónico como es el «templete» de Nasse House.
(N. del T.)
<<

[21]
Peggy, o Peg, es el diminutivo de Margaret. Pero
peg
también significa «estaca, clavija», y Old Peg Leg vendría a ser «vieja pata de palo».
(N. del T.)
<<

[22]
Véase nota [9].
(N. del T.)
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[23]
Véase nota [13].
(N. del T.)
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[24]
Es la noche de Guy Fawkes, en que se conmemora en Inglaterra con hogueras y fuegos de artificio el hecho de que en 1605 este individuo introdujera una gran cantidad de pólvora en el Parlamento con la intención de volarlo y eliminar a los protestantes del poder. No llegó a explotar.
(N. del T.)
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