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Authors: Laurell K. Hamilton

Tags: #Fantástico, #Erótico

Narcissus in Chains (40 page)

BOOK: Narcissus in Chains
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—No.

—Sin embargo, veo la acusación en tus ojos. Soy un monstruo por lo que le he hecho. Pero me sentiría más un monstruo si lo hubiera matado. ¿O tal vez hubieras preferido que lo dejara ir por las calles de la ciudad y que masacrara a la gente?

—Damián nunca haría eso.

—Se volvió loco,
ma petite
. Se convirtió en un extraño. ¿Te acuerdas de la pareja que fue sacrificada hace unos seis meses?

—Vi varias parejas sacrificadas durante el último año. Tendrás que ser más específico.

Estaba enojado ahora, también. Genial, podríamos estar enojados juntos.

—Ellos estaban en un coche, en un semáforo. La parte delantera del coche estaba abollada como si se hubieran llevado un cuerpo, pero ningún cuerpo fue encontrado.

—Sí, me acuerdo de uno. Tenían las gargantas arrancadas. La mujer había intentado defenderse. Tenía heridas en los brazos, donde algo la había arañado.

—Asher encontró a Damián vagando a pocas manzanas del coche. Estaba cubierto de sangre. Luchó contra Asher, y tomó a más de media docena de nosotros controlarlo y llevarlo a casa. ¿Se supone que tengo que dejarlo deambular por las calles después de eso?

—Deberías haberme llamado —dije.

—¿Y qué? ¿Lo habrías ejecutado? Si la locura es un motivo viable en el sistema judicial, entonces no puede ser considerado responsable. Sin embargo, tu sistema judicial no nos da los mismos privilegios que les da a los humanos. No se puede alegar demencia y vivir.

—Vi la escena del crimen. No se veía como si un vampiro lo hizo. Parecía más como un cambiaformas, pero… las marcas estaban equivocadas. —Sacudí la cabeza—. Fue vicioso, un animal vicioso.


Oui
, y por eso lo encerramos lejos y esperamos que llegaras a casa por nosotros, por el sentido de su difícil situación. Al principio no hice nada para impedir que llegara a ti, pero no habías venido.

—No sabía.

—Sabías que Damián era tuyo, y sin embargo no hiciste preguntas sobre él.

—No lo sabía —dije, de nuevo, cada palabra apretada de ira.

—Y no tenía otra opción, Anita. Tuve que ponerlo a resguardo.

—¿Crees que la locura es permanente?

Se encogió de hombros, los brazos todavía abrazando su cuerpo.

—Si fueras un vampiro y él tu hijo vampiro, yo diría que no. Pero no eres un vampiro, eres nigromante, y yo simplemente no lo sé.

—Si queda tan loco…

—Él tendrá que ser destruido —dijo Jean-Claude, con voz suave.

—No quería que esto sucediera.

—Tampoco yo.

Nos quedamos allí por unos momentos, mientras pensaba en todo y Jean-Claude o bien pensaba también, o se quedó allí.

—Si todo lo que estás diciendo es cierto, entonces no tenías otra opción —dije.

—Pero todavía estás enojada conmigo. Aún me castigarás por ello.

Miré hacia él.

—¿Qué quieres que diga? ¿Que lo hayas empujado a una caja más de seis meses detiene el brillo de nuestra relación? Sí, me molesta.

—En circunstancias normales, rescatarías a Damián y me evitarías por un tiempo hasta que la ira se enfriase.

Asentí.

—Sí, eso es correcto.

—Pero me necesitas,
ma petite
, en estas primeras noches. Necesitarás otro vampiro con el que te enseñe a controlar el hambre.

—No puedo vivir contigo, no puedo vivir sin ti, ¿es eso?

—Espero que tu enojo se enfríe antes de que necesites mi ayuda otra vez, pero me temo que no. Acuérdate de esto,
ma petite
, el
ardeur
no está regido por la moral, o incluso por tus preferencias. Si luchas lo suficiente, finalmente cederás, y estarás fuera de tu control y éste elegirá. Entonces, has este por mí, si no me perdonas enseguida, mantente siempre a al lado ya sea de Nathaniel o del Nimir-Raj. No para mí bien, sino por el tuyo. Pues creo, que entre los dos, yo te perdono antes que cuando duermes con otros.

Dejamos la conversación allí.

Busqué a Asher y me confirmó la historia. Infiernos, esperé a que Willie McCoy saliera de su ataúd y escuché la historia de él. Damián tenía mierda y mató a un joven que al parecer lo golpeó con su coche. El hombre había salido para ver a quienquiera que hubiera atropellado. Lo había herido y Damián mató al hombre. Pero la mujer que estaba en el vehículo… entró después a por ella. Puede que tengamos que matarlo, porque no había entendido lo que significaba Damián para mi magia. No había entendido un montón de cosas.

Conduje en el atardecer del suave verano con Nathaniel a mi lado. Había sido un día muy largo. Iba a casa a recoger a Rafael y los wereratas, a Micah y su pard. Había dejado un número en el hospital de cambiaformas, y me habían llamado. Casi no he llamado, pero necesitábamos refuerzo esta noche. Mi vergüenza era un pequeño precio a pagar. Si hubiera estado en contacto con Jean-Claude y Richard por el último medio año, probablemente podría haber hablado con Richard sobre toda la mierda que había hecho.

Había vuelto a casa para tratar de restablecer una relación, o dos, pero era sobre todo para limpiar el lío que mi ausencia había provocado. Richard podría estar muerto para la luna llena, y Jacob, ser Ulfric. Damián podría estar en locura permanente y podría ser destruido. La pareja que le había golpeado con su coche hubiera estado viva si hubiera sabido qué diablos estaba haciendo mi magia.

Había evitado una gran cantidad de enseñanzas de Marianne, porque era demasiado parecido a la brujería pura para mis creencias monoteístas, pero ahora sabía que tenía que comprender mi capacidad de trabajo. No podía permitirme el lujo de ser aprensiva.

Dios me decía que yo estaba bien con él, no estaba mal. Pero en cierto nivel no me lo creía. En cierto nivel pensaba que la brujería, resucitar muertos, no era muy cristiano. Si Dios estaba bien conmigo al hacerlo, entonces ¿cuál era mi problema? Rezaba con la suficiente frecuencia y obtenía la respuesta más de una vez. La respuesta fue que tenía que hacerlo, esto era lo que tenía que hacer. Si para Dios, era bueno entonces ¿quién era yo para cuestionarlo? Mira por dónde mi arrogancia había conseguido dos muertos, uno loco, y si Richard pierde el grupo… habría muchos más muertos.

Sentí una tranquilidad dentro de mí mientras conducía. Normalmente, el toque de Dios es de oro y reconfortante, pero a veces, cuando he sido muy lenta y no hacia lo que Él quería para mí, consigo este tipo de tranquila-tristeza, como un padre viendo un niño que aprende una necesaria dura lección. Nunca ni una vez había rezado a Dios por Richard ni Jean-Claude, no se trata de a quién elija de todos modos. Simplemente no me había parecido correcto pedir a Dios que me ayudara a escoger un amante, sobre todo cuando creía que sabía a quién él elegiría. Me refiero a que los vampiros son malos, ¿verdad?

Sin embargo, conduciendo a través de la caída de la oscuridad, sintiendo su suave presencia llenar el coche, me di cuenta de que no lo había pedido porque había tenido miedo de la respuesta. Fui y le pedí, y no obtuve una respuesta, pero sabía que me había escuchado.

VEINTE

Estaba totalmente oscuro cuando llegamos a mi casa. Casi todas las luces de la casa estaban encendidas, estaban dando una fiesta y nadie se había molestado en decirme.

El camino estaba lleno y desbordante hasta la carretera. Una de las razones por las que había alquilado la casa era porque no tenía vecinos cercanos que quedaran atrapados en cualquier crisis que tenía. En mis crisis suelen participar los disparos, por lo que los vecinos solían salir heridos, había sido mi principal requisito para una casa. No había nadie alrededor para mirar por la ventana y que pregunte qué demonios estaba pasando al lado. Sólo árboles y el camino solitario, a ninguno le importaba lo que hiciera. O al menos no creo en el cuidado de árboles, aunque Marianne me diga que estoy equivocada en eso. Nunca se sabe.

Terminé aparcando bastante lejos de casa, sin nada más que los árboles a ambos lados de la carretera.

Apagué el motor, y Nathaniel y yo nos sentamos en la oscuridad, escuchando el motor. No había dicho mucho desde que volví a salir del cuarto de baño con Jean-Claude, nada en absoluto en los cuarenta minutos en el coche, ni yo había hablado.

Dejé a Jean-Claude en un arrebato, con una cita para regresar mañana por la noche y recoger a Damián. No era sólo Damián encerrado todos estos meses lo que me hizo no querer estar con Jean-Claude, era que por fin me transformó en uno de los monstruos.

Ya sabía que el sexo con él unían más las marcas, pero ahora que se enlazó con las marcas… ¿qué hacemos con el sexo entre nosotros ahora? ¿Qué más podría pasar con las marcas? ¿Sólo había cambiado con Jean-Claude, o iba a tener sorpresas místicas esta noche con Richard, también? Lo más probable, y Jean-Claude realmente no tenía ni idea de lo que podrían ser las sorpresas. No sabía lo que estaba haciendo. De verdad que no. Como no sabía lo que estaba haciendo, y Richard no tenía ni idea, nos dejó en un mal lugar. Llamaría mañana a Marianne en la teoría de que una magia es muy similar a otra, pero hasta entonces estaba por mi cuenta. Gran sorpresa.

Por supuesto, no estaba exactamente sola. Miré hacia el asiento delantero a Nathaniel. Él me miraba, con el rostro tranquilo, las manos en su regazo, y el cinturón de seguridad en su lugar.

Se había recogido el cabello en una trenza gruesa, dejando su cara muy simple y sin adornos. En la luz de la luna sus ojos parecían de color gris pálido, en lugar de su habitual violeta vibrante. Sin el pelo o los ojos, parecía más cerca de lo normal de lo que jamás lo había visto. Fue de repente una persona que se sentaba frente a mí, y me di cuenta de golpe que realmente no pensaba en Nathaniel como persona. No como un ser humano adulto independiente de todos modos. Fue más una carga que una persona para mí. Alguien que debe ser rescatado. Era una causa, un proyecto, pero no una persona.

El calor comenzó a presionar en todo el Jeep. Si nos quedáramos sentados mucho más tiempo tendría que encender el aire acondicionado de nuevo. Si Jean-Claude tenía razón, entonces había tenido relaciones sexuales con Nathaniel la noche anterior. Tenía la esperanza de que Jean-Claude no tuviera razón, porque todavía consideraba a Nathaniel un niño, un niño maltratado. Te haces cargo de ellos, no tienes relaciones sexuales con ellos, ni siquiera si querían hacerlo.

Mi pecho dolía, débilmente, por las marcas de sus dientes. Habíamos compartido una cama tan a menudo que se sentía extraño cuando no estaba a mi lado. Pero todavía no lo veía como un adulto. Triste, pero cierto.

—Jean-Claude está bastante seguro de que el
ardeur
está bien alimentado y que no será un problema para el resto de la noche —dije.

Nathaniel asintió.

—No será necesario alimentarlo de nuevo hasta que hayas dormido unas pocas horas. Jean-Claude me lo explicó, un poco.

Eso me molestó.

—Él lo hizo, ¿no?

Sacudió la cabeza.

—Anita, él está preocupado por ti.

—Estoy segura.

—En realidad no vas a dormir esta noche en el Circo, ¿verdad?

—No —dije.

Estaba sentada en el asiento con los brazos cruzados sobre el estómago. Estoy segura de que parecía tan terca como me sentía.

—Y cuando te levantes mañana, ¿entonces qué?

Su voz era muy suave en el caliente y oscuro coche.

—No sé lo que quieres decir.

—Sí, lo sabes —dijo.

Suspiré.

—No quiero hacer esto, Nathaniel. No quiero que el Incubo de Jean-Claude este dentro de mí. Prefiero ser Nimir-Ra, de verdad a tener que alimentarme de los demás.

—¿Y si eres las dos cosas? —preguntó con voz más suave.

Me encogí de hombros, con los brazos cruzados todavía, pero me abrazaba más que ser terca ahora.

—No sé.

—Estaré allí para ti, Anita.

—¿Dónde? ¿cuándo? —le miré.

—Mañana, cuando te despiertes.

—¿Qué más te dijo Jean-Claude mientras corría por ahí tratando de averiguar acerca de Damián? —La mirada de Nathaniel nunca vaciló, nunca cambió. Él no estaba avergonzado o molesto en lo más mínimo sobre la conversación.

—No te guardaría rencor si tuvieras relaciones sexuales reales conmigo.

Estudié su rostro.

—¿No tomas en cuenta lo que hemos hecho hoy como sexo?

Lo hice mitad pregunta, mitad declaración.

—No —dijo.

—Yo tampoco, pero… —Me alegré de que estaba oscuro, porque me sonrojé, pero maldita sea quería a otra persona para responder a esta pregunta—. Sé por qué creo que no fue sexo real lo de hoy, pero ¿por qué no?

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