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Authors: Eduardo Inda,Esteban Urreiztieta

Tags: #Ensayo, #Biografía

Urdangarin. Un conseguidor en la corte del rey Juan Carlos (44 page)

BOOK: Urdangarin. Un conseguidor en la corte del rey Juan Carlos
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Bidart era el lugar idóneo para coger fuerzas. Allí el turismo español es prácticamente insignificante, no se venden periódicos españoles, las radios patrias se oyen de chiripa, si es que se oyen, y tan solo te puedes enterar de lo que sucede al sur de Hendaya viendo la tele. El catálogo de excursiones que garantiza el lugar es infinito: puedes ir a comer a San Sebastián, a Fuenterrabía o a San Juan de Luz, de compras a la cosmopolita Biarritz o de turismo cultural al norte de Navarra. Esto último es lo que hicieron los duques, que aprovecharon los días de asueto para conocer las cuevas de Zugarramurdi, un pueblo navarro que no aparecería en el mapa si no fuera porque es célebre en el mundo entero porque allí se celebraban aquelarres, reuniones de brujas. Es más: en 1610 se dictó un auto de fe por el cual la Inquisición procesó a cuarenta vecinas en un pueblo que sobrepasa con dificultad los doscientos habitantes. ¿Querían Iñaki y Cristina aprender a conjurar algún mal espíritu?

Lo que sí es seguro es que a Bidart no fueron a celebrar la renovación del contrato de Iñaki Urdangarin como delegado de Telefónica en Estados Unidos de América. Más que nada, porque por aquellos días sabían que el acuerdo, desvelado en exclusiva por
El Mundo
el 16 de julio, empezaba a ser papel mojado. La multinacional, la primera
telecom
del mundo de habla hispana y una de las
top ten
mundiales, había prorrogado el vínculo, que vencía el 31 de julio, en las mismas condiciones existentes: 1,5 millones brutos al año, más otros 1,2 en especie y una indemnización de 4,5 kilos. Números mareantes, de futbolista de élite. César Alierta había sacado adelante el marrón pese a la oposición de cuatro quintas partes del consejo de administración, que veían con preocupación la fuga de clientes que estaba provocando la vinculación del nombre de Urdangarin con Telefónica.

En Bidart descansó, pero lo justo. Las llamadas de Madrid fueron constantes, martilleantes. Tanto Zarzuela como Telefónica, en este caso el orden de los factores no altera el producto, le exigían que abandonase la compañía sin más dilación.

—Que no, que no, que no pienso dejarlo. Yo ni he hecho nada ni estoy condenado, por tanto, no sé a qué viene esto —alegaba el interfecto defendiendo lo indefendible.

Las presiones fueron in crescendo. El dedo pulgar real volvió a enfocar el suelo e Iñaki Urdangarin quedó sentenciado. Esta vez no lo podría salvar ni la mismísima reina de España.

El martes 28 de agosto, a eso de las once de la mañana, los duques hicieron saber que regresaban a España tras tres años viviendo a cuerpo de rey en la capital federal estadounidense. Los interrogantes se sucedieron: «¿Y eso qué significa, que sigue en Telefónica pero en España o que lo echan?». Ni dos horas después se supo que se había procedido a una suspensión de su contrato, factor que pospone el presumible pago de los 4,5 millones de indemnización. No es una excedencia, como erróneamente se ha señalado, porque su contrato no es indefinido, sino temporal.

En Telefónica vuelven a alucinar con un ADN al que directamente califican de «extraterrestre». ¿Y por qué si ya se ha ido el espantaclientes? Pues porque a primeros de septiembre no se le ocurrió mejor cosa que pasarse varios días por la delegación de la compañía en Barcelona, ubicada en un rascacielos próximo al Forum y a los primeros números de la Diagonal. Y no iba unos minutos, media hora o una hora, sino toda la mañana. Nadie se atreve a decirle «no vuelvas más», pero la recurrente presencia de su exdirectivo no es bien vista, es un engorro.

Entre tanto, se ha sabido que la justicia suiza ha bloqueado sus cuentas en aquel país y que la policía española los ha cazado a él y a Diego Torres vaciando otra que tenían en Andorra con 400.000 euros públicos que, posteriormente, fueron puestos a buen recaudo en Luxemburgo, donde esconden otro millón.

¿Y ahora qué? ¿Se atreverán a condenarle o se irá de rositas? Son las preguntas que se hace Juan Español día sí, día también, como si esto fuera una apuesta de carreras de caballos. En palacio están más tranquilos, toda vez que las encuestas internas que manejan muestran una recuperación de la institución y un alejamiento del fantasma de la abdicación, que empezó a ronronear en pleno auge del caso Urdangarin y que se disparó tras el incidente de Botsuana. Y son tan conscientes como el que más de que, dado el caudal de pruebas que hay encima de la mesa, una exoneración del duque de Palma sería lo peor que le podría ocurrir a la institución, ya que a partir de ese momento no se la creería nadie o solo los monárquicos irredentos. Vamos, que sería peor el remedio que la enfermedad.

El príncipe respira más aliviado tras unos meses en los que él cogió el timón del barco en plena tormenta, tomando las decisiones estratégicamente más acertadas y viendo cómo un inconsciente ponía en riesgo su futuro trabajo. Luego fue desplazado y se dio marcha atrás en muchos de estos pasos que consistían básicamente en aplicar la teoría
fernandina
—de Fernando Almansa—, de amputación de los miembros gangrenados. Lo que parece irrecuperable es su relación con su cuñado y con su hermana, a los que él y la princesa de Asturias han retirado el saludo. De hecho, no fueron al velatorio ni a las exequias por el padre del duque de Palma el pasado mes de mayo. Claro que tampoco hizo acto de presencia don Juan Carlos, pero sí doña Sofía y la infanta Elena, lo que resulta igual de significativo o más.

En el Gobierno son conscientes igualmente de que a Iñaki Urdangarin no lo salva ni Santa Isabel, la patrona de su pueblo, Zumárraga. Pero ya hay plan B: ante la inevitabilidad de una condena que dan por segura, se han puesto manos a la obra, a estudiar la posibilidad de conceder un indulto al duque de Palma, dentro de un par de años o tres, cuando la eventual sentencia sea firme. Están dispuestos a arrostrar el desprestigio que la concesión de esta medida de gracia supondría.

¿Y el rey qué opina? El jefe del Estado está que se sube por las paredes al comprobar que todo su trabajo de décadas se puede ir al garete por las corruptelas de un
postizo
. Y también da como segura la condena de su todavía yerno. Este es, precisamente, el eje de su nueva batalla: forzar la máquina para que su hija se divorcie o, más bien, se separe del reo. Al primero de los españoles le gustaría ver dentro de un año un titular que diga: «Iñaki Urdangarin, absuelto». Pero como él mejor que nadie sabe que eso es ciencia ficción, quiere que de los dos titulares posibles, «condenado el yerno del rey de España» o «condenado el exyerno del rey de España», salga el menos malo.

¿Quién es quién?

Iñaki Urdangarin.
Nació en Zumárraga, Guipúzcoa, el 15 de enero de 1968. Es el sexto hijo de Juan María Urdangarin Berriotxoa y Claire Liebaert Courtain. Ingresó con dieciocho años en el equipo profesional de balonmano del F. C. Barcelona y jugó en sus filas hasta que se retiró en el año 2000. Fue internacional en 175 ocasiones y participó en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, Atlanta 96 y Sydney 2000 (consiguió las medallas de bronce en los dos últimos). Es diplomado en Ciencias Empresariales por la Universidad de Barcelona y licenciado en Administración y Dirección de Empresas y Máster en Business Administration por ESADE. Presidió el Instituto Nóos entre 2003 y 2006. En 2007 fue nombrado miembro del Consejo de Telefónica Internacional y en 2009 se trasladó a Washington como delegado de Telefónica Internacional USA. En agosto de 2012 le fue rescindido su contrato debido al escándalo de Nóos. Contrajo matrimonio con la infanta Cristina en la catedral de Barcelona el 4 de octubre de 1997. Ostenta el título de duque de Palma y tiene cuatro hijos: Juan Valentín de Todos los Santos, Pablo Nicolás, Miguel de Todos los Santos e Irene.

Cristina de Borbón y Grecia.
Nació en Madrid el 13 de junio de 1965. Se licenció en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense de Madrid. Realizó un máster en Relaciones Internacionales en la Universidad de Nueva York. Actualmente es directora del Área Social de la Fundación La Caixa en Barcelona y es la presidenta de honor de la Comisión española de la Unesco. Asimismo preside la Fundación Internacional de Vela para Discapacitados. Ostenta el título de duquesa de Palma.

Diego Torres Pérez.
Nació en Mahón el 20 de mayo de 1965. Conoció a Iñaki Urdangarin siendo profesor del departamento de Política de Empresa de ESADE. A partir de 2003 creó con el duque de Palma el Instituto Nóos de Investigación Aplicada, en el que el marido de la infanta Cristina ocupó la presidencia y él, la vicepresidencia. También crearon juntos la Fundación Deporte, Cultura e Integración Social (FDCIS), que presidió Torres y en la que Urdangarin ocupó el puesto de presidente del consejo asesor. Controla junto a Urdangarin media docena de sociedades instrumentales que montaron para vaciar las arcas de Nóos. Es padre de dos hijos. Está imputado, junto a Urdangarin, por malversación de caudales públicos, fraude a la administración, falsedad documental, prevaricación y blanqueo de capitales.

Ana María Tejeiro.
Nació el 3 de enero de 1968 en Figueras (Barcelona). Es la esposa de Diego Torres. Fue nombrada por su marido responsable del área jurídico-fiscal del Instituto Nóos. Está imputada también por alzamiento de bienes al ser descubierta por la Fiscalía Anticorrupción ocultando el dinero del Instituto Nóos en plena investigación judicial.

Miguel Tejeiro.
Nació el 10 de noviembre de 1957 en Madrid. Es asesor fiscal y posee el bufete Medina Tejeiro, ubicado en la calle Balmes de Barcelona. Este despacho se convirtió en el epicentro administrativo del Instituto Nóos. Fue nombrado por su cuñado Diego Torres secretario del Instituto Nóos.

Marco Antonio Tejeiro.
El otro cuñado de Diego Torres estudió Farmacia, trabajó en diferentes empresas como administrativo y comercial pero acabó llevando la administración de las sociedades instrumentales de su pariente. Concretamente se encargaba de tramitar la facturación falsa de las mismas siguiendo las directrices que le daba Torres y su socio Iñaki Urdangarin. Formalmente ocupaba el cargo de responsable del departamento contable y financiero del Instituto Nóos.

Carlos García Revenga.
Es el secretario personal de las infantas y fue nombrado tesorero del Instituto Nóos por Iñaki Urdangarin. García Revenga fue profesor de Cristina y Elena en el colegio Santa María del Camino. Fue profesor particular y tutor de esta última en los estudios de posgrado. Montó con ella una empresa de asesoramiento contable, financiero e inmobiliario, Global Cinoscéfalos, que fue obligado a disolver. También ayudó al duque de Palma en la tramitación de sus negocios y le acompañó a visitar a los grandes clientes del Instituto Nóos.

Julita Cuquerella.
Es la secretaria personal de Iñaki Urdangarin. Cuquerella es licenciada en Filología inglesa y maestra, profundamente religiosa y madre de siete hijos. Tramitó el cobro de una comisión de 375.000 euros en Suiza para el duque de Palma y dio de alta a parientes suyos en la empresa patrimonial de Urdangarin y la infanta Cristina sin que prestaran servicio alguno con el único objeto de que los duques de Palma defraudaran impuestos.

Mario Sorribas.
Ayudante personal de Iñaki Urdangarin en el Instituto Nóos y en su empresa patrimonial Aizoon. Se encargaba de prepararle la documentación para sus discursos e intervenciones y colaboraba con él en las reuniones de trabajo. El duque de Palma le otorgó plenos poderes en su sociedad familiar para llevar a cabo cualquier trámite administrativo y lo colocó en la tapadera que utilizaron para evadir fondos públicos al paraíso fiscal de Belice.

Miguel Zorío.
Propietario de la prestigiosa agencia de comunicación y relaciones públicas valenciana Lobby, fue el embajador de Iñaki Urdangarin en Valencia. Comenzó haciéndose cargo de la comunicación del Instituto Nóos en la comunidad valenciana y fue el principal impulsor del proyecto de los Juegos Europeos. Su testimonio ha sido clave para desentrañar el funcionamiento de la entidad que presidía el duque de Palma. Zorío reveló la disputa entre Urdangarin y su socio por el reparto del botín y desarticuló la estrategia de defensa del marido de la infanta Cristina al contar que Nóos era una bicefalia en la que mandaban al mismo nivel el duque de Palma y Diego Torres.

Eugenio Calabuig.
Propietario de la empresa Aguas de Valencia. Pagó a Iñaki Urdangarin una comisión de 375.000 euros en Suiza después de que el duque de Palma le ofreciera sus contactos para conseguir la adjudicación de un trasvase entre el mar Rojo y el mar Muerto que nunca se llevó a cabo.

Salvador Trinxet.
Es el propietario de la asesoría fiscal Braxton Consulting de Barcelona. Su empresa se dedica a la comercialización de estructuras societarias fiduciarias en paraísos fiscales y vendió a Iñaki Urdangarin y a Diego Torres una empresa tapadera para que evadieran los fondos del Instituto Nóos a Belice. La entidad que les proporcionó se denomina De Goes Center for Stakeholder Management y puso al frente de la misma a un testaferro panameño. Trinxet se encargó también de abrir a la pareja cuentas en Luxemburgo para que pudieran acceder a los fondos desviados.

Jaume Matas.
Fue consejero de Hacienda de Baleares y presidente de la comunidad autónoma en dos ocasiones, la última entre 2003 y 2007. José María Aznar le nombró ministro de Medio Ambiente en el año 2000. Contrató a Iñaki Urdangarin para la organización del denominado Illes Balears Forum, unas jornadas de apenas dos días de duración que costaron al contribuyente de las Islas 1,2 millones de euros la primera edición y 1,1 millones la segunda. Está imputado en la causa por adjudicar los fondos públicos a Urdangarin a dedo y sin que mediara concurso público alguno. Pesa sobre él una condena de seis años de cárcel por corrupción.

Francisco Camps.
Expresidente de la Comunidad Valenciana por el PP. Adjudicó a Iñaki Urdangarin 4,5 millones de euros públicos por la organización de tres ediciones del denominado Valencia Summit, unos ciclos de conferencias destinados a analizar el impacto de los grandes eventos en las ciudades. Pero también por conseguir que Valencia fuese la sede de los Juegos Europeos, algo que nunca logró el duque de Palma.

José Luis
Pepote
Ballester.
Exregatista, consiguió el oro en los Juegos Olímpicos de Atlanta en la clase Tornado. Entabló amistad con Iñaki Urdangarin al coincidir con él en la Residencia Blume de Barcelona y se introdujo en el círculo más íntimo de la familia real al regatear con el príncipe y la infanta Cristina. Al ser nombrado director general de Deportes del Gobierno balear en 2003 fue el hombre que hizo de enlace entre el duque de Palma y el expresidente popular Jaume Matas. Se encuentra imputado por diseñar el amaño de concursos públicos al Instituto Nóos.

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