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Authors: Albert Boadella

Tags: #Teatro

Daaalí (10 page)

BOOK: Daaalí
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HITLER—
Protokoll beiseite. Mein lieber Mussolini. Ich kann es kaum erwarten, Dir meine Pläne auszubreiten. Zuerst werde ich in Österreich einmarschieren und meine Heimat heim ins Reich holen. Der Reichsführer-SS Himmler wird jede Opposition liquidieren.

(El hombre desnudo sangra. Su cuerpo se estremece. Es un grito sin sonido.)

MUSSOLINI—
(Pintando un recorrido de sangre a lo largo de la cama.)
I
o con cinqüe divisioni invadiró Abisinia, ma non restare en qüesta posizione, no! Continueró avanzando, come sempre, avanzando, avanzando.

(Por detrás del piano ha aparecido DALÍ. Ha dejado un pequeño caballete con una tela y pinta. «Reminiscencia arqueológica del Ángelus de Millet». Por la tela negra se va reproduciendo lo que DALÍ va pintando. GALA, cerca de él, le presenta el cuadro original del Ángelus de Millet.)

HITLER—
Dann werde ich hier entlang der ganzen Grenze das Sudetenland in Besitz nehmen und von allen Seiten in die Tschechoslowakei eindringen und die Flugzeuggeschwader vom dicken Göring werden Prag, diese dekadente Stadt, wenn nötig, dem Erdboden gleich-machen.

MUSSOLINI—
Io entreró da Trieste alhora con le forze coloniali, invadiró Albania, arriberó fino al mare e faró del mare Adriático, il mare del fascio.

(MUSSOLINI se ríe.)

(El hombre desnudo se coloca de espaldas a ellos.)

HITLER—
(Riendo mientras pinta en la espalda del hombre desnudo una estrella de David.)
Als nächstes werde ich Westpreussen und die freie Stadt Danzig wieder ins Deutsche Reich eingliedern. Und dann, weisst du, was ich dann mache? Dann überfalle ich Polonien und werde im Zentrum von War-schau ein Judenghetto einrichten.

MUSSOLINI—
(Pintando de rojo el brazo derecho.)
A mi, siccome tanto freddo non mi conviene, faró una incursione verso la Grecia. Si mi aiuti con il tuo «panzzers», arriberó fino in Turquia... la Yugoslavia la lascio per te.

HITLER—
(Pintando de rojo el brazo izquierdo.)
Nachdem ich im Norden Dänemark und Norwegen besetzt habe, marschiere ich gen Westen und überrenne mit 5000 Panzern Nederland, Belgicum und Luxemburg und marschiere siegreich von Norden und Osten in France ein.

MUSSOLINI—
Alhora, caro Adolfo, ci troberemo a Parigi e, sensa espiritu de volta, ti prepareró degli Spagheti alla putanesca, ma no in quencona rasa, no, nel Maxim's.

HITLER—
Dazu werden wir leider keine Zeit haben, weil meine Genérale in die Union Sowjet einmarschieren müssen. Komm!

(HITLER y MUSSOLINI se marchan hacia el teclado. Escuchan Beethoven. Brindan haciendo sonar las copas.)

MUSSOLINI—
Salute! ¡ Salud!

HITLER—
Prost!

(Sorben los pinceles como si bebiesen con una pajita. Escuchan el concierto de piano.)

HITLER—
(Confundiendo al autor de la música.)
Sehr schön, Wagner!

MILITAR NAZI 1—
(Dejando de tocar el piano y corrigiendo a Hitler.)
Mein Führer, das ist Beethoven....

(Sin querer aceptar su equivocación, HITLER riñe al SOLDADO NAZI 1, que corre hacia el teclado. Para disimular toca con su compañero el «Original Rags» de Scott Joplin. Mientras van tocando se van agachando como si quisiesen desaparecer de la furia de un HITLER que propina fuertes puñetazos contra el piano.)

HITLER—
(HITLER argumenta a gritos que el autor de la partitura es Wagner y no Beethoven.)
Wie bitte, Sie unterstehen sich, dem Führer zu widersprechen? Sie sind wohl vom dicken Affen gebissen worden? Der Führer hat immer Recht, schreiben Sie sich das hinter die Löffel! Und wenn der Führer sagt, es ist Wagner, dann ist es Wagner! Wagner! Wagner!
(A MUSSOLINI.)
Wagner!!!!!

(HITLER se dirige hacia el hombre desnudo. Los soldados, reconfortados, vuelven a tocar «Claro de luna».)

MUSSOLINI—
(A los soldados, y no muy alto, para que HITLER no lo oiga.)
Ma Rossini e milliore...

(HITLER y MUSSOLINI han llegado al lado del hombre desnudo. Agresivos, manchan a la vez su cuerpo de sangre.)

MUSSOLINI—
Io sbarcheró nel Cairo con diechi milioni di marineri toscani.

HITLER—
Dann greife ich England an, aus der Luft und vom Meer, und ich werde London so lange bombardieren, bis die Themse und der Big Ben von der Landkarte gewischt sind.

MUSSOLINI—
El mio ejercito violará tutte le donne francesi de Niza, Tulone e anche le marsigliesi.

(HITLER da órdenes para que cese la música. El piano calla. HITLER, de un golpe, tira al hombre desnudo al suelo. MUSSOLINI deja su copa en la bandeja y después se sitúa al lado de HITLER. Se cruza de brazos. Silencio.)

HITLER—
(Marcando de sangre, en la espalda del hombre desnudo, los lugares en donde se instalarán campos de concentración.)
Dann werde ich in Dachau, Auschwitz, Treblinka, Bergen-Belsen und Mauthausen Arbeitslager zur Förderung der deutschen Konzentration einrichten.

(HITLER deja su copa en la bandeja.)

MUSSOLINI—
(Haciendo un discurso.)
Io instaureró un nuovo imperio romano e il papa mi proclamerá Imperatore d'Italia e delle sue province.

(HITLER se ha situado al lado de MUSSOLINI. Silencio.)

HITLER—
(Haciendo el saludo fascista, como si una multitud le alentase.)
Sieg Heil!

MUSSOLINI—
(Haciendo el saludo fascista, como si una multitud le alentase.)
Duce!

HITLER y MUSSOLINI—
(Alternando.)
Sieg Heil! Duce! Sieg Heil! Duce!

(Los dos soldados nazis han cogido de debajo del piano un gramófono y un violín. Se sitúan al extremo derecho. El SOLDADO NAZI 2 se sienta en el piano con el gramófono sobre las piernas. El SOLDADO NAZI 1 se dispone a tocar el violín. El SOLDADO NAZI 2 da cuerda al micrófono y hace sonar un disco. Suena el vals «Die Fledermaus: Ouverture» de Johanm Strauss).

MUSSOLINI—
Mio caro Adolfo, sono piu nazi que te.

HITLER—
Mein lieber Duce.

(MUSSOLINI muy amigable, da golpecitos en la espalda de HITLER. Los golpecitos son cada vez más cordiales.)

MUSSOLINI—
Sei forto, eh? É un homo forto, Adolfo!
(Abrazándolo.)
Sei verdaderamente forto!

(Finalmente, y de una forma brusca, MUSSOLINI coge a HITLER de la mano y los dos bailan el vals. Mientras, el SOLDADO NAZI 1 va tocando el violín. Lo utiliza al mismo tiempo de ametralladora. Dispara hacia todos lados. De golpe, MUSSOLINI deja de bailar.)

MUSSOLINI—
Adolfo, sonno molto eccitato. Sento una vertíggine infrenàbile. Io ti voglio. Ti voglio adesso, tutto per me, Adolfo. Ti voglio.

(MUSSOLINI excitado y a una cierta distancia, se desabrocha el cinturón.)

HITLER—
Benito... Ja, ja, ja...

(HITLER se desabrocha el abrigo militar y enseña lo que MUSSOLINI no puede esperar ver nunca: dos grandes pechos de mujer.)

HITLER—
(Riéndose.)
Auf in den Kampf!

MUSSOLINI—
(Defraudado y con los pantalones bajados.)
Mama mia, porca puttana! Ma questo non é possibile! Mondo di Merda! Dio cane! Madonna che inculata!
(Se restriega los genitales con el piano.)
Io son un lanzafiama que a bisoño de descargare tote el fuoco de la mia pasione pénica. Bisoño...
(Girándose y fijándose en el hombre desnudo.)
Europa... nombre de ragazza! Vene aquí!

(MUSSOLINI coge al hombre desnudo por la cintura y lo cornea. Se marchan por la izquierda.)

HITLER—
Benito, Verräter! Europa gehört mir!
(A los dos soldados nazis.)
Raus!.. Raus!.. Raus!
(Los dos soldados no reaccionan. HITLER se oprime fuertemente los pechos y los utiliza de ametralladora. Dispara.)
Ra, ta, ta, ta, ta, ta, ta...!!!

(El Vals deja de oírse. Los dos soldados se marchan por la derecha. Se llevan el gramófono y el violín. GALA se ha marchado con el Ángelus por el fondo a la derecha. DALÍ se ha escondido detrás del piano con el caballete. La pintura «Reminiscencia arqueológica del Ángelus de Millet» está acabada. HITLER se queda sólo en escena. Mira hacia la pintura. Suena un discurso grabado de HITLER.)

Cuadro 21

Relojes blandos

DALÍ sale por detrás del piano. La pintura se difUmina lentamente. DALÍ llega al lado de HITLER. Deja su bastón inglés apoyado en el piano y le quita el abrigo militar que lanza sobre el piano. La espalda desnuda de HITLER queda al descubierto. HITLER lleva una pulsera roja con la cruz gamada. DALÍ se concentra en la espalda, y cogiendo la tercera copa, moja el pincel y se dispone a pintar un reloj sobre la espalda de HlTLER. Primero dibuja, en negro, una circunferencia, después el botón para dar cuerda y finalmente marca las horas.

DALÍ—
La blandura de aquella carne hitleriana, comprimida bajo la guerrera militar, suscitaba en mí tal estado de éxtasis gustativo-lechoso-nutritivo y wagneriano, que hacía palpitar violentamente mi corazón. Emoción tan rara en mí, que ni tan sólo me ocurría en la práctica de la masturbación. Yo había previsto el fin de Hitler con dos años de antelación. Sería ec-sac-ta-men-te un día de primavera a las veintitrés horas, catorce minutos...
(Pintando la hora exacta.)
... de la noche!

(DALÍ deja la copa de pintura negra en la bandeja. Mira obsesivamente el reloj pintado, y moviendo las manos, consigue que la espalda de HITLER se mueva a su capricho. HITLER mueve la espalda y el reloj se deforma. Con los movimientos que DALÍ hace con las manos, la pintura difuminada sobre la tela negra se va transformando en la pintura «La persistencia de la memoria o los relojes blandos». Al mismo tiempo, HITLER se va marchando por encima del piano hasta desaparecer.)

DALÍ— ¡
Gala, Gala! Venez!

(GALA aparece por la derecha.)

DALÍ—
Dépêche toi! Gala! Vite! Dépêche toi! Gala! Venez! Regardez !

(DALÍ la coloca de espaldas a la pintura y le tapa los ojos. Después quita las manos y GALA, aunque de espaldas a la pintura, la contempla. DALÍ oye lo que se imaginaba escuchar.)

GALA—
Ça, c'est extraordinaire! Quien vea esta pintura no podrá olvidarla jamás. ¡Ni el mismísimo Picasso ha sido capaz de crear una imagen así para ser recordada!

DALÍ—
La ha hecho tu pequeño Dalí. Repetez, s'il vous plait.

GALA—
(Mientras coge el abrigo militar de HITLER.)
Ni el mismísimo Picasso ha sido capaz crear una imagen así para ser recordada.

DALÍ—
Repetez encore une fois, ma chérie!

GALA—
(Marchándose por la derecha con el abrigo.)
¡No me da la gana!

DALÍ—
Ah, merci, Gala!
(Provocándose una nueva visión.)
¡Picasso! ¡Picasso! Ya te veo... ya te veo. Metro, metro veinte, como Dios, ¡como Dios! Encima de tu pedestal de príncipe de los gitanos pintores... ¡Picaaassooo!
(Por el fondo izquierdo entran cuatro hombres vestidos de negro manipulando un muñeco de medio metro con pantalón safari y camiseta de rayas azules; es PICASSO manejado por sus marchantes.)
¡Genio de la pintura picaresca!..

Cuadro 22

Picasso

Los cuatro marchantes se acercan a DALÍ. El MARCHANTE 2 lleva a PICASSO sobre los hombros.

DALÍ—
... Te has dignado bajar rodeado de tus ladillas intelectuales a las catacumbas delirantes de esta mi exposición.

MARCHANTE 1—
(Acento inglés.)
Es que el maestro está muy agotado, ¿eh?, porque acaba de inaugurar una exposition con veinte mil setecientos cuadros.

MARCHANTE 2—
(Acento francés.)
Todos vendidos en el vernissage.

DALÍ—
Bah, pues permíteme que desvíe por unos instantes tu suprema indiferencia mostrándote mis relojes blandos convertidos en persistencia de la memoria.

MARCHANTE 3—
(Después de haber escuchado a PICASSO.)
El maestro le anima a seguir pintando y le reconoce también como el más grande bromista de la pintura moderna.

DALÍ—
Yes, of course... Yes... yes...

MARCHANTE 4—
(Muy amanerado.)
Aunque el maestro encuentra también aceptable que la pintura tenga una función terapéutica para desequilibrados.

DALÍ—
¡Tú!, ladilla del huevo del lado derecho de Picasso.

MARCHANTE 4—
¿Yo?

DALÍ—
Yes!.. Pregúntame qué diferencia hay entre Picasso y Dalí.

MARCHANTE 4—
¡Ah, eso!

DALÍ—
Ah, pues me gusta mucho que me haga esa pregunta, ya era hora, porque yo en cierta ocasión respondí aquello de que... Picasso es español, yo también. Picasso es un pintor, yo también. Picasso es un genio, yo también. Picasso es comunista, yo tampoco.

(PICASSO se molesta.)

MARCHANTE 2—
El maestro prefiere no hablar de política con Dalí.

DALÍ—
(A PICASSO.)
Ah, pues, admirado marqués d'épater le bourgeois, dos puntos, te ruego encarecidamente que me sigas por los laberintos de mi paranoia crítica. Allez, venez, allez!

(DALÍ camina hacia el centro. Todos le siguen. Se detienen. Se disponen a ver la exposición de DALÍ. DALÍ golpea con el pie fuertemente en el suelo y da una vuelta sobre sí mismo. En la tela negra aparece, de golpe, un cuadro de DALÍ.)

DALÍ—
(Diciendo el título del cuadro.)
¡Galarina!

(Los MARCHANTES y PICASSO observan escépticos el cuadro. DALÍ irá enseñando sus cuadros usando el mismo procedimiento.)

DALÍ—
¡Premonición de la Guerra Civil Española!

(Lo miran sin interés.)

DALÍ—
¡Buñuel de Calanda!, naturalmente.

(Tomándoselo a broma.)

DALÍ—
¡El gran masturbador!

(Sonríen.)

DALÍ—
¡Dalí de espaldas pintando a su Gala, de espaldas!

(Ironizan.)

DALÍ—
¡Velázquez con un personaje!

(Ríen sarcásticos.)

DALÍ—
¡Fuente necrofílica manando de un piano de cola! Aquí se ve el piano.

(Desternillándose de risa.)

DALÍ—
¡El espectro del sex-appeal!, con el pequeño Dalí en el ángulo inferior derecho. Sí, éste soy yo, el pequeño Dalí, el pequeño Dalí.

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