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Authors: Albert Boadella

Tags: #Teatro

Daaalí (7 page)

BOOK: Daaalí
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TODOS—
¿Adónde vas, Tapiolas?

TAPIOLES—
(Con un fuerte acento catalán.)
Hombre, es que... es que me pensaba que era para mi fundación.

POLLOCK—
¡Sí, hombre, eres un marrano!

(Pelea verbal. Insultos y amenazas. DALÍ detiene la pelea tocando la campanilla. Silencio.)

DALÍ—
Tal y como suponía, son ustedes unos charcuteros pornográficos del arte. Unos viles bricoleurs del sexo pictórico. En definitiva un cony de berros que han empestifat tot l'art del segle vint.

(Los pintores van a recoger las maderas con el papel blanco que todavía están en el suelo. Lloran y se castigan autoflagelándose al ver que DALÍ tiene razón en lo que dice.)

DALÍ—
... Todo buen pintor ha de saber copiar exactamente una espalda perfecta, en medio de la rapiña y de la insurrección del arte actual. Aprendan de Dalí. Supuestos pintores... ¡A pintar!

(DALÍ toca nuevamente la campanilla. Comienza el ejercicio. Los pintores se han situado con las maderas con el papel blanco delante del piano. Al lado del teclado está MONDRIAN, a su izquierda POLLOCK, después KANDISNKY y al otro extremo del piano, TAPIOLES. GALA se quita la capa roja. Todos se excitan nuevamente al ver la espalda desnuda de GALA. GALA se cubre las nalgas con una sábana blanca. Lo que está pintando es el cuadro de DALÍ «Gala desnuda de espaldas». Todos se disponen a pintarla.)

MONDRIAN—
(Inspirado.)
Voy a romper mi interior metafísico para que salga todo el mal rollo que lleva mi alma.

KANDINSKY—
(Poseído.)
¡Eh! ¡Eh, eh, eh! ¡Tú, tú, tú, tú, tú! ¡Mira lo que hago, mira! ¡Mira lo que pinto! ¡Mira, mira, mira! (Dibuja en el papel blanco una línea curva y un círculo.) ¡Toma!

POLLOCK—
¿Qué estás haciendo, ruso?

KANDINSKY—
¡Coño! Que estoy proyectando cromáticamente las relaciones centrífugas que me salen de...
(Tocándose la bragueta.)
... de los Urales.

POLLOCK—
(Buscando un estímulo para inspirarse.)
Kandinsky... ¡Písame!..

KANDINSKY—
¡No! ¡No, no, no que te puedo hacer daño!

POLLOCK—
¡Me da igual, tú, písame!

KANDINSKY—
¡No, hombre! ¡Que no ves que con estos zapatones tan grandes te puedo hacer mucho daño!

(TAPIOLES anima a KANDINSKY para que pise a POLLOCK.)

POLLOCK—
Ruso, tú piensas demasiado.

KANDINSKY—
(A TAPIOLES.)
¡Yo no pien...

MONDRIAN—
(Pisando con fuerza a POLLOCK y cogiéndolo desprevenido.)
¡Toma!

POLLOCK—
¡Hostia! ¡Hostia! ¡Aaaaaaay! ¡Ya siento toda la animalidad en mí!
(Se pellizca los pezones.)
¡Ahora sí que p uedo p intar! ¡Se van a enterar los críticos y los museos de arte contemporáneo!
(Hace garabatos, sin parar, en el papel en blanco.)
¡Vas bien, Pollock! Tú, ahora vas bien. ¡Ahora vas lanzao! ¡No te pares que ahora vas lanzao!

TAPIOLES—
Pues yo voy a????????
(Explica, intelectualmente, lo que quiere pintar. Es tan profundo lo que dice que parece que hable para sí mismo, de manera que sólo puede entenderse el final de la frase.)
????? nuevos materiales???????? Salvador Espriu??????? magma solidario????? para pintores sin fronteras.

KANDINSKY—
Pero, qué bueno, ¡qué bueno que es el Tapiolas!

POLLOCK—
¡Pero qué bueno que eres Tapioles!

MONDRIAN—
¡Eres un boniato!

POLLOCK—
¡Es tan... es tan... tan humanamente humano que!.. O sea, ahora yo... Yo creo que voy a...

MONDRIAN—
Sí, yo también.

POLLOCK—
Yo, ahora... ¡Viva la solidaridad!

(Irán excitándose y acabarán diciendo lo primero que les pasa por la cabeza.)

KANDINSKY—
¡Vivan las ONG!

MONDRIAN—
¡Viva la madre Teresa de Calcuta!

POLLOCK—
¡Y los indios maricones!

MONDRIAN—
¿Qué?

POLLOCK—
¡No! ¡Los mohicones! ¡Mohicones, mo-hi-co¬nes!

KANDINSKY—
¡Y vivan Greenpeace y Mendiluce y la OTAN!

POLLOCK-
¡Y la guerra!

MONDRIAN—
¡Y el exterminio!

POLLOCK—
¡Y la limpieza étnica!

KANDINSKY—
¡Y la silla eléctrica!

MONDRIAN—
Y...

KANDINSKY—
Y...

POLLOCK—
Y...

MONDRIAN—
Y...

POLLOCK—
¡Y viva el coitus interruptus!

TAPIOLES—
¡Y vivan las nuevas texturas catalanas!

(Todos miran a TAPIOLES y fruncen la nariz.)

DALÍ—
(Dando por iniciado el ejercicio.)
¡Gala, Gala, Gala... !

POLLOCK—
(A GALA advirtiendo que los modelos no tienen que moverse.)
¡Chavala, ni se te me muevas!

(DALÍ, con un largo pincel, se dispone a pintar la espalda de GALA por encima de la tela negra. A medida que vaya moviendo el pincel se irá reproduciendo aquello que DALÍ pinta. En primer lugar, y dibujando una línea continua negra, hará el contorno de la figura de GALA, después pintará los vacíos y el fondo. Suena «L'inverno. Largo» de «Le quatro stagioni» de Vivaldi).

KANDINSKY—
(Porque la música que se oye es demasiado clásica para él.)
¡Vaya mierda de hilo musical!

POLLOCK—
Esto es música para domingueros.

KANDINSKY—
Esto, esto es una mierda. Escucha, escucha.

(Cantan en falsete «Las cuatro estaciones».)

POLLOCK—
La la lalá.

(Todos cantan mientras pintan.)

TAPIOLES—
Nyigo nyí nyigo nyí nyigo...

(TAPIOLES pinta de espaldas a todo el mundo para que nadie vea lo que hace; MONDRIAN ha cuadriculado el papel en blanco con unas líneas gruesas; KANDINSKY continúa su composición de puntos y líneas, y POLLOCK no para de hacer garabatos. DALÍ empieza a pintar la sábana y el cabello de GALA.)

TAPIOLES—
(A KANDINSKY.)
Tú, vamos a mirar las proporciones, hombre.

KANDINSKY—
Sí, sí. Vamos a mirar las proporciones.

(Todos corren hacia GALA y a una cierta distancia toman las proporciones utilizando la técnica del dedo.)

TAPIOLES—
Alto, ancho. Alto, ancho. ¡Ya'stá!
(Se excita.)
¡Nyaca, nyaca!

(Todos, menos POLLOCK, vuelven a su sitio.)

POLLOCK—
(Al lado de GALA intentando ponerle la mano sobre la espalda.)
Eh, mira. Mira, mira, mira. Ay, ay, ay, ay, ay. Mira, mira, mira. Mira. Hala, hostia. Mira, mira, mira. Huy, huy, huy... Mira, hala.

MONDRIAN—
(Advirtiendo a POLLOCK que tenga cuidado.)
Ay, ay, ay, ay...

(GALA le propina a POLLOCK una fuerte bofetada que le deja sin sentido.)

POLLOCK—
¡Hostia!

(POLLOCK vuelve rápido a su sitio de trabajo con la mano en la mejilla.)

MONDRIAN—
(Irónico.)
Ahora se te ha movido la chavala, ¿eh?

TAPIOLES—
(Refiriéndose al sonido de la bofetada.)
¿Qué ha sido esto, Manlleu?

KANDINSKY—
Esto ha sido un bofetón de la Tuneu.

TAPIOLES—
Mare de Déu!

(POLLOCK mira lo que MONDRIAN está pintando.)

MONDRIAN—
Pollock, ¡no me copies!

KANDINSKY—
(Mirando lo que POLLOCK ha pintado y dando consejos.)
Ta bien, sí. Pero si le pones un poco de azul...

POLLOCK—
(A DALÍ.)
Profe, ¡el ruso me está copiando!

KANDINSKY—
¡Uy, sí! ¡Qué miedo, mira! ¡Estoy temblando! ¡Yankee soplón!

(«Las cuatro estaciones» está llegando al final. Uno a uno, y en voz alta, firman los cuadros.)

MONDRIAN—
Mon-dri-an.

POLLOCK—
Po-llock.

KANDINSKY—
Kan-dins-ky.

TAPIOLES—
Ta-pio-les.

DALÍ—
Ga-la, Salvador Dalí.

TAPIOLES—
Ja estic.

TODOS—
Yo también.

(La música concluye.)

TODOS—
(Mostrando cada uno su cuadro.)
¡Mireeeee!

(Todos, de espaldas al cuadro de DALÍ, van mostrando su obra. MONDRIAN ha hecho una composición con colores rojos y azules que se equilibran con el blanco. O sea, una cuadrícula colorada, típica de la última etapa de MONDRIAN; una especie de «rellena y colorea». POLLOCK ha llenado de garabatos negros la superficie en blanco y ha acabado realizando una composición típica del expresionismo abstracto. KANDINSKY ha realizado, dentro de su estilo, una composición de puntos y líneas. TAPIOLES ha agujereado el papel, ha pintado la cruz característica en muchos de sus cuadros y una letra B. Todos están satisfechos de la interpretación que han hecho de la espalda de GALA.)

DALÍ—
Y yo, también.

(Todos se giran para ver el cuadro de DALÍ. El acabado de DALÍ, de un realismo casi fotográfico, contrasta con diferencia con las abstracciones de los otros pintores. Al ver el cuadro opinan sarcásticamente.)

POLLOCK—
¡Esto es viejo!

KANDINSKY—
¡Esto es antiguo!

TAPIOLES—
¡Y anacrónico!

MONDRIAN—
¡Y de derechas!

POLLOCK—
¡Esto, hasta incluso diré, que esto, es reaccionario!

KANDINSKY—
¡Y pasado de moda!

TAPIOLES—
¡Y decadente!

MONDRIAN—
¡Y relamido!

TODOS—
¡Fuera! ¡Fuera!..

(DALÍ los hace callar tocando la campanilla. Los pintores aguantarán contenidos la bronca de DALÍ.)

DALÍ—
Queridos sujetos, con todos mis respetos, son ustedes unos payasos, en el peor sentido de la palabra, que han convertido el arte en manualidades de frenopático. El poco talento que tienen se...

(A la ENFERMERA, que se encuentra cerca de la salida de la derecha, se le cae al suelo una caja metálica con pastillas. El ruido detiene la situación. Tanto DALÍ como los demás pintores se quedan inmóviles mirando el lugar donde ha caído la caja. La ENFERMERA la recoge lentamente del suelo y anda otra vez hacia la cama. Lo hace lentamente. El delirio de DALÍ continúa en el punto donde se había interrumpido.)

DALÍ—
... Como decía, el poco talento que tienen se les debe haber malgastado todo, en utopías de libertad y en semen.

TODOS—
(Imaginándose que pueden perder una gotita de semen.)
¡Uy!

DALÍ—
En cambio, en cambio, en cambio, el divino Dalí, si por casualidad una gota de líquido espermático se pierde, necesita al instante una diarrea de dólares para taponar el derrame.

TODOS—
(Nadie ha entendido absolutamente nada.)
¿Qué, qué, qué, qué, qué?

(Todos intentan dar sentido a lo que DALÍ ha dicho.)

TAPIOLES—
Pienso ?????..
(Hace el gesto de una masturbación.)
... magma experimental postmoderno ????? sobre el cuadro.

KANDINSKY—
Sí, hombre, claro. Ahora lo he entendido todo. Mira, mira. Tú vas allí y pones todo, ¿no? Después te vas acercando poco a poco. Sacas el titol y haces...
(Imita el gesto de una masturbación que acaba en eyaculación.)
Fuuu, fuuu... Y ya se hace solo.

POLLOCK—
¡Ah, sí, claro! Es muy fácil, sí. O sea, tú coges y pones, pones, pones. Bien liso, bien liso, bien liso. Que no, que no... que no... ¡No! ¡Liso! ¡Pinzas!
(Imita el gesto de una masturbación con el sexo muy pequeño que acaba con un pequeño orgasmo y una débil eyaculación.)
Cri cri cri cri cri. Uy, uy, uy, uy... Y chap, chap, chap. Ya está.

MONDRIAN—
(Directo al grano.)
¡Una paja!

POLLOCK—
(A MONDRIAN.)
Sí. Pero, cuidado..., una paja mental.

DALÍ—
Con mi permiso voy a proceder a una desinfección inmediata.
(Rompiendo los papeles pintados.)
Con mi permiso, con mi permiso, con mi permiso, con mi permiso...

(Todos los pintores lloran.)

DALÍ—
Lloran como niños, por lo que no han sabido defender como pintores. ¡Limítense inquisitorialmente a copiar al maestro!

(Los pintores obedecen a DALÍ. Intentarán pintar en la otra cara de la madera.)

TAPIOLES—
Bueno, si això està «xupat», home.

KANDINSKY—
Esto es fácil.

MONDRIAN—
Es fácil.

(POLLOCK intenta poner el pie encima del piano para apoyar la madera sobre la cama, pero por mucho que lo intenta, no puede.)

TAPIOLES—
(A KANDINSKY.)
Yo la voy a hacer sin mirar, tú. ¡Con dos cojones!

KANDINSKY—
(A TAPIOLES.)
Mira, con una mano que lo voy a hacer. ¡Toma!

(Todos hablan pero nadie pinta. No saben cómo hacerlo.)

TAPIOLES—
(A KANDINSKY.)
Oye, ¿tú que pones?

KANDINSKY—
(A TAPIOLES.)
No sé, no sé... pero, claro, es que me falta un color, ¿eh?

TAPIOLES—
Yo es que, ahora mismo no encuentro ni el yin ni el yan. A ver si al menos encuentro el yen.

KANDINSKY—
¿Sabes qué pasa?

TAPIOLES—
¡Qué!

KANDINSKY—
Que no me sale.
(Llora.)

TAPIOLES—
¡A mí... a mí... a mí tampoco me sale!
(Llora.)

MONDRIAN—
¡No me sale!
(Llora.)

(Todos lloran.)

POLLOCK—
(Cogiendo del suelo un trozo de su pintura que DALÍ ha roto.)
Esto. ¡Esto sí que era bueno! ¿Por qué? Porque era moderno.
(Exaltado.)
¡Viva la modernidad!

(Todos, menos TAPIOLES, cogen su trozo roto. TAPIOLES, en su lugar de trabajo, se coloca de espaldas a todo el mundo y trabaja su pintura rota.)

MONDRIAN—
¡Viva lo abstracto!

KANDINSKY—
¡Viva el informalismo!

POLLOCK—
¡Vivan todos los ismos!

MONDRIAN—
¡Viva la vanguardia!

KANDINSKY—
¡Viva Bilbao y el Guggenheim!

POLLOCK—
¡Y una mierda seca, pegada en un cuadro!

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