El Palestino (90 page)

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Authors: Antonio Salas

BOOK: El Palestino
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—Mi suegro, el papá de Magdalena Kopp, era uno de esos... y esa gente era de esos, eran verdaderos socialistas anticapitalistas...

La relación del suegro de Ilich Ramírez con el III Reich era una cuestión que nunca se había desarrollado en ninguna de sus biografías. Y tendría una relevancia fundamental en conversaciones futuras, cuando Carlos el Chacal me confesase la colaboración que su organización terrorista había recibido de oficiales de la temible STASI (Ministerio para la Seguridad del Estado) desde Berlín Oriental, con un pasado nazi, durante los años setenta y ochenta. Ilich me confesaría también la relación que su organización había mantenido durante años con oficiales de las SS, de origen palestino.

—Mira, mi hermano, nadie me ayudó más, dándome información... que viejos SS, Waffen SS, de Alemania, que controlaban los servicios de policía regional. La policía federal estaba con los americanos, con la OTAN, y la policía regional, había muchos antiguos Waffen SS. Te estoy hablando a mediados de los años sesenta, había treinta y cinco mil palestinos en Alemania Occidental, de nacionalidad alemana. Muchos de ellos eran veteranos de la guerra... de los ciento veinte mil voluntarios que fueron a luchar con los alemanes, contra los ingleses y contra los franceses. Y esta gente me contactó en Bagdad, en 1978, principios del 78, hace exactamente treinta años. Un capitán SS que hablaba árabe y alemán perfectamente, casado con una alemana, de origen árabe. Antiguo oficial del ejercitó iraquí, palestino del ejército iraquí, que en el 41 se alistó con el general Gailani, en Bagdad. Bueno, fueron derrotados por el ejército británico, por la aviación. Y entonces esta gente fueron a pelear allá con los alemanes. Con Husseini, el muftí de Jerusalén... unas ciento veinte mil personas. Y esa gente, chico, no solamente me contactan, (ininteligible)... dice... yo sé quién es usted, tal, tal, me presento... Un tipo, cincuenta y tantos años, muy en forma, y hablaba inglés perfectamente. Yo soy fulano de tal, tal, tal... caballero, mucho respeto, honor al vencido... pero, le digo, pero yo soy comunista. No, sabemos que es comunista, pero te hemos escogido a ti porque hay que ayudar a la guerrilla en Europa. Esa gente es buena gente. Hay que ayudarles. Le vamos a dar información, estamos a la orden. Y nos dieron mucha información. De ahí viene que la gente de la STASI no nos quería... Ellos se la daban de muy vivos, se consideraban los mayordomos de los rusos... pero a los alemanes orientales que venían con pendejadas, no teníamos relación ninguna con ellos. De ninguna manera. Y además, no necesitábamos sus informaciones porque las informaciones las agarrábamos directamente de la policía alemana. Y estos eran bien nazis...

Yo escuchaba —y grababa— pasmado. Cuando en
Diario de un skin
dediqué un capítulo a los neonazis islámicos,
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e incluso mencioné la historia de Hadj Amin Al Husseini, el gran muftí de Jerusalén, y su alianza con Adolf Hitler en 1941, no había hecho sino arañar superficialmente un aspecto de la historia mucho más importante de lo que imaginaba. Carlos el Chacal, icono de la extrema izquierda, me estaba confesando que durante años había colaborado directamente con oficiales de las Waffen SS, que desde las sombras de Berlín Oriental apoyaban a las bandas terroristas (Baader-Meinhoff, Brigadas Rojas... ¿ETA?) que aterrorizaban a los civiles europeos en los años setenta y ochenta. ¿Dónde queda la ideología política? ¿Dónde termina la violencia fascista y comienza la comunista? ¿Realmente existía alguna diferencia entre ultraizquierda y ultraderecha? Ilich Ramírez, quizás la voz más autorizada para opinar al respecto, abría ante mí una nueva dimensión de la historia del terrorismo en el siglo
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. Y, una vez más, todos, derecha, izquierda, nazis, comunistas, revolucionarios... todos mienten. La vinculación del terrorista más famoso del mundo antes de Ben Laden con las Waffen SS nos obligaría a reescribir la historia... Y las revelaciones de Carlos el Chacal no habían hecho más que comenzar.

Una y otra y otra vez, Ilich me pedía que intentase recolectar dinero en las mezquitas para su causa: «Pídele a los palestinos, que me deben mucho». Y durante muchos meses, tanto en 2008 como en 2009, me habló de todo tipo de temas: de su trabajo montando los sistemas de comunicaciones del gobierno de Damasco, de las organizaciones yihadistas actuales y su relación con ellas, de su conocimiento sobre Ben Laden y el 11-S, del atentado de la AMIA, de su captura en Sudán... Hablamos sobre Hassan Nasrallah, Nicolae Ceaucescu y Eduardo Rózsa, pero también sobre Raúl Reyes, Douglas Bravo o Hugo Chávez... Y también, y mucho, de Magdalena Kopp, su ex esposa y madre de su única hija legítima, Rosa.
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Una histórica del terrorismo europeo de los años setenta y ochenta sobre la que tampoco se ha escrito, según Ilich, la historia completa...

—Una llamada mía bastaría para condenarla a cadena perpetua... La que mejor disparaba con la bazoca era ella...

Y como es lógico, siendo yo español, también hablamos mucho de ETA.
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Antes de esta infiltración yo no podía ni imaginar que Carlos el Chacal había sido el elegido para cambiar la historia de España, aunque, en el último momento, un giro del destino le hizo alterar su protagonismo en la historia:

—Ah, claro, yo jugaba un papel fundamental en eso. Porque había relaciones... Este, por la cuestión de Carrero Blanco, querían que yo fuera el que hiciera la cuestión. Es decir, soy yo el que debía haber hecho lo de Carrero Blanco... pero no pude despegarme... porque los camaradas vascos no tenían la experiencia. Pidieron ayuda. Entonces estábamos en plena batalla aquí y fue... No podíamos, no podíamos, sencillamente no podíamos pasar unos meses allí para preparar eso, madre. Y los muchachos que lo hicieron allá los conozco. Conozco a algunos de ellos, no... Entrenó gente de ETA también en el Yemen...

Según me confesó, él había sido el responsable de la instrucción de muchos etarras en los campos de entrenamiento de Argelia, mucho antes de que Arturo Cubillas y otros miembros de ETA terminasen en Venezuela. Sin embargo, y esto es apasionante, también me contó algo que parece sacado del guión de la película
The Assignment (Caza al terrorista)
, aunque quizás sea al revés... Al coincidir en la prisión de París con varios miembros de ETA capturados por la policía francesa, esos militantes vascos le aseguraban que miembros de la banda habían conocido en Argelia a un supuesto Ilich Ramírez... que no era el auténtico.
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—... Hay camaradas vascos en prisión que me hablan de otros camaradas vascos que le hablaban de mí en Argelia, que le presentaban a un tipo como si fuera yo, y yo estuve en Argelia por última vez en el año 78 y estos hablan del 80...

¿Quién era el falso Ilich Ramírez que, a partir de 1978, continuaba entrenando a terroristas vascos en Argelia? Otra página pendiente de ser escrita en esta historia. Como todavía está por concluirse la vinculación de algunos etarras con el Islam, otro asunto fascinante que conocí de labios del Chacal. Porque, según Carlos, en las prisiones francesas en las que lleva encerrado más de una década, también conoció a etarras que se habían convertido al Islam, y que una vez liberados frecuentaban las mezquitas de Euskal Herria... que no son pocas.

Aunque, al final, hasta el mismísimo Ilich Ramírez, que legitimaba la ETA que luchaba contra la dictadura franquista, abominaba de los actuales terroristas vascos.
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—Los de ETA antes eran serios, ahora se dan por culo, etcétera. Antes eran gente muy seria... ahora van a la deriva. Son representantes de la sociedad española corrupta...

Cuando, en alguna ocasión, y como hacían todos mis camaradas revolucionarios en América Latina y mis hermanos musulmanes en Oriente Medio, me mostraba escéptico sobre la existencia de Al Qaida o de Ben Laden, y su relación con el 11-S, Ilich me respondía visiblemente molesto:

—Eso es mentira. Esa fue una acción yihadista... yo conozco a la gente...

Ilich Ramírez, que coincidió con Ben Laden en el espacio y el tiempo, Sudán a mediados de los ochenta, no solo me aseguró que había conocido personalmente a los que planearon el 11-S, sino que justificaba con un razonamiento frío e inmisericorde el atentado del «martes santo», y cualquier otra acción terrorista:

—La revolución es hoy, antes que nada, islámica... Un atentado vale más que todos los panfletos para fracturar la espesa pared de la ignorancia y de la indiferencia, más que toda una biblioteca de sabios análisis... Un atentado resuena como un trueno en la sombra espesa de las conciencias obesas, embrutecidas en el confort del egoísmo más estúpido... El terrorismo es una especie de himno a lo humano... Osama Ben Laden es el héroe de todos los oprimidos.

Supongo que para la forma de razonar de Carlos el Chacal, el yihad global al que llama Ben Laden no se diferencia tanto de la lucha armada que él lideró en los años setenta y ochenta, cuando el FPLP cometía atentados terroristas en nombre de la causa palestina en cualquier rincón del planeta. Quizás los actuales expertos en terrorismo deberían recordar ese precedente antes de aterrorizar a la opinión pública con una amenaza que no es nueva.

Resulta imposible resumir en tan pocas líneas tantas horas de conversaciones entre Ilich Ramírez y yo, sobre los temas más variados. Y no solo de la historia del terrorismo, sino que, teniendo en cuenta que Carlos el Chacal vive pendiente de la actualidad, cada semana comentábamos los últimos acontecimientos relevantes de la actualidad política en América Latina, Europa u Oriente Medio. Y ese año y el siguiente la actualidad iba a ofrecernos muchos temas de conversación.

El 22 de septiembre de 2008, por ejemplo, el director francés Olivier Assayas presentó en el prestigioso Festival de Cine de San Sebastián su última película,
L’heure d’été
. Y, durante la presentación, anunció a la innumerable prensa internacional congregada en el festival su próximo proyecto: una ambiciosa trilogía sobre la vida de Ilich Ramírez Sánchez, que se rodaría en Francia, Alemania, Líbano y Yemen, entre otras localizaciones, a partir de enero de 2009. Para el papel protagonista se pensaba en el español Javier Bardem. A Ilich no le hizo ninguna gracia la noticia.

Lo que sin embargo sí le alegró fue haber retomado, a través de mí, el contacto con su viejo amigo y compañero de aventuras Eduardo Rózsa Flores, que ese otoño tuvo la amabilidad de enviarme algunos de sus libros desde Hungría... Entre ellos
47 versos sufís
y
Lealtad, versos de la guerra
, que evidenciaban la aparente sensibilidad del ex guerrillero y actual vicepresidente de la Comunidad Islámica en Hungría. Rózsa tuvo la amabilidad de incluirme una dedicatoria manuscrita en sus libros. Este detalle tendrá su relevancia posteriormente. Como relevancia tendrá el hecho de que Rózsa recibió mis libros en su domicilio, en Hungría, y desde allí me envió los suyos.

Durante el Ramadán de ese año 2008, nuestra relación fluyó de forma natural. Rózsa se sintió halagado cuando le conté que varios hermanos me habían pedido su libro de versos sufíes en la mezquita para practicar el español. Y es que el Ramadán de 2008 lo viví de forma mucho más intensa que el de 2007 o 2006, aunque menos que en 2009. Cada año el noveno mes musulmán coincidía más cerca del verano a causa del ciclo lunar islámico, más corto que el lunar cristiano. En 2004 coincidió a mediados de noviembre, en 2005 y 2006 en octubre, y los dos años posteriores en septiembre. En 2009, el Ramadán cayó en el veraniego agosto. Eso implicaba que los días eran más largos, y por tanto resultaba mucho más duro soportar sin comer ni beber desde la salida hasta la puesta del sol. Los occidentales no deberíamos infravalorar el poder de la fe, y la fuerza de voluntad de los musulmanes durante el Ramadán es una forma de expresión de esa fe.

De hecho durante el Ramadán descubrí que situaciones en las que nunca había reparado, como el frescor que te llega al paladar tras cepillarte los dientes, durante ese mes me producían un alivio especial. Como solía acudir a la mezquita un buen rato antes de la oración para aprovechar ese ambiente de serenidad y recogimiento y estudiar el Corán o, como en este caso, disfrutar de la poesía de Eduardo Rózsa, al principio buscaba un lugar cerca de los ventiladores para aliviar la sed y el calor con el chorro de aire fresco. Pero terminé dándome cuenta de que el sonido de los ventiladores me estropeaba el audio de las grabaciones de cámara oculta, y finalmente me sentaba lo más cerca posible del imam de turno.

La noche vigésimo séptima de Ramadán, llamada la noche del Destino por considerar que marca el momento en que el profeta Muhammad recibió la revelación, me quedaba haciendo la vigilia en la mezquita con los hermanos más devotos. Durante la noche rezábamos, charlábamos y comíamos juntos en una comunión que nunca había conocido. Aunque los primeros años terminaba con un terrible dolor de rodillas, a causa de la sucesión de posturas del rezo musulmán durante horas, aquellas noches de Ramadán me ayudaron a comprender mucho mejor el sentimiento de hermanamiento y fidelidad de la Umma. Una fuerza imparable que cuesta mucho trabajo comprender en un Occidente materialista y agnóstico.

El nuevo yihad está en Iraq

Ilich Ramírez, por haber nacido donde y cuando lo hizo, en el seno de una familia comunista y en la Latinoamérica del furor revolucionario de los años cincuenta, conoció la causa palestina y se involucró en ella. Pero si en lugar de a mediados de los sesenta hubiese llegado a Oriente en la actualidad, muy probablemente se habría involucrado en la resistencia iraquí, como hizo el jordano Abu Musab Al Zarqaui. La invasión occidental de Iraq, encabezada por Bush, Blair y Aznar tras la firma de las Azores, ofreció a miles de voluntarios una causa noble por la que luchar. Pero a medida que pasaban los años y trascendían los daños colaterales a la invasión, esos argumentos eran cada vez mayores y no tiene nada de extraño que muyahidín de todo el mundo quisiesen viajar a Iraq para hacer su yihad.

El 12 de octubre de 2009, un grupo internacional de activistas por la paz, encabezado por la ex ministra de Asuntos de la Mujer de Iraq, Nawal AlSamarrai, envió un escalofriante informe a la Asamblea General de Naciones Unidas sobre la atroz realidad que están viviendo las mujeres en algunas regiones del país a causa de la ocupación. En Faluya, bastión de la resistencia y una de las ciudades más castigadas por los bombardeos, las mujeres tienen pánico a quedarse embarazadas, ya que desde que comenzaron los bombardeos norteamericanos, con uranio empobrecido o fósforo blanco, el número de bebés que nacen con terribles malformaciones genéticas es aterrador. En su informe, Al-Samarrai exponía cómo en el Hospital General de Faluya, en el mes de septiembre anterior, se habían producido 170 nacimientos, de los cuales el 24 por ciento falleció en menos de una semana. Un 75 por ciento de esos bebés fallecidos presentaban malformaciones genéticas severas: dos cabezas, un solo ojo, espina bífida, piel cubierta de escamas, intestinos fuera del cuerpo, ausencia de algunas extremidades, etcétera. Según el mismo informe, remontándose al mismo mes, pero de 2002, antes de la invasión, en el mismo hospital se habían producido 500 nacimientos, de los cuales solo seis de los bebés murieron durante la primera semana de vida y solo uno de los casos presentaba deformidades...

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