El poder del mito (9 page)

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Authors: Joseph Campbell

Tags: #Ensayo, Referencia

BOOK: El poder del mito
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EL VIAJE INTERIOR

Una cosa que sucede en los mitos es que en el fondo del abismo surge la voz de salvación. El momento más negro es el momento en que el verdadero mensaje de transformación está a punto de suceder. De lo más oscuro surge la luz
.

M
OYERS
: Alguien me preguntó: «¿Por qué te atraen los mitos? ¿Qué ves en lo que dice Joseph Campbell?». Y respondí: «Estos mitos me hablan porque expresan lo que dentro de mí sé que es cierto» ¿Por qué es así? ¿Por qué me parece que estas historias me dicen lo que dentro de mí sé que es cierto? ¿Es algo que viene del fundamento de mi ser, del inconsciente que he heredado de todos los que vinieron antes de mí?

C
AMPBELL
: Así es. Tienes el mismo cuerpo, con los mismos órganos y energías que el hombre de CroMagnon hace treinta mil años. Al vivir una vida humana en la ciudad de Nueva York, o al vivirla en las cavernas, pasas por los mismos estadios de la infancia, la llegada a la madurez sexual, la transformación de la dependencia infantil en la responsabilidad de la vida adulta, el matrimonio, después la decadencia del cuerpo, la pérdida gradual de sus poderes, y la muerte. Tienes el mismo cuerpo, las mismas experiencias corporales, de ahí que respondas a las mismas imágenes. Por ejemplo, una imagen constante es la del conflicto del águila y la serpiente. La serpiente apegada a la tierra, el águila en un vuelo espiritual… ¿no es un conflicto que experimentamos todos? Y entonces, cuando se amalgaman, tenemos un maravilloso dragón, una serpiente con alas. En toda la tierra la gente reconoce estas imágenes. En mitos polinesios o iroqueses o egipcios, las imágenes son las mismas, y hablan de los mismos problemas.

M
OYERS
: ¿Sólo usan distintos ropajes porque aparecen en épocas diferentes?

C
AMPBELL
: Sí. Es como si una misma obra teatral fuera de un lugar a otro, y en cada sitio los actores del lugar vistieran trajes del lugar y representaran la misma obra de siempre.

M
OYERS
: Y estas imágenes míticas son transportadas de generación en generación, de un modo casi inconsciente.

C
AMPBELL
: Lo que resulta sencillamente fascinante, porque están hablando del misterio profundo que hay en ti y en todo lo demás. Es un
misterium
, un misterio,
tremendum et fascinans
, tremendo, estremecedor, porque destruye todas tus ideas preconcebidas sobre las cosas, y al mismo tiempo fascinante, porque es tu propia naturaleza y tu propio ser. Cuando empiezas a pensar en estas cosas, en el misterio interior, la vida interior, la vida eterna, no dispones de muchas imágenes. Empiezas, por ti mismo, a ver las imágenes que ya están presentes en algún otro sistema de pensamiento.

M
OYERS
: En tiempos medievales existió la idea de que se podía leer el mundo, como si el mundo tuviera mensajes para uno.

C
AMPBELL
: Oh, claro que los tiene. Los mitos te enseñan a leer los mensajes. Te dicen las probabilidades típicas.

M
OYERS
: Dame un ejemplo.

C
AMPBELL
: Una cosa que sucede en los mitos, por ejemplo, es que en el fondo del abismo surge la voz de salvación. El momento más negro es el momento en que el verdadero mensaje de transformación está a punto de suceder. De lo más oscuro surge la luz.

M
OYERS
: Como en el poema de Roethke, «en un tiempo oscuro, el ojo empieza a ver». Quieres decir que los mitos te aportaron esta conciencia.

C
AMPBELL
: Yo vivo con estos mitos, y me lo dicen continuamente. Porque el problema puede ser comprendido metafóricamente, como la identificación con el Cristo que hay en ti. El Cristo que hay en ti no muere. El Cristo que hay en ti sobrevive a la muerte y la resurrección. Puedes identificarlo con Shiva. Yo soy Shiva… Esta es la gran meditación de los yoguis del Himalaya.

M
OYERS
: Y el paraíso, la meta que deseamos casi todos, está dentro de nosotros.

C
AMPBELL
: El paraíso y el infierno están dentro de nosotros, y todos los dioses están dentro de nosotros. Esta fue la gran aportación de los Upanishads de la India en el siglo IX a.C. Todos los dioses, todos los paraísos, todos los mundos, están dentro de nosotros. Son sueños magnificados, y los sueños son manifestaciones en forma de imagen de las energías en conflicto del cuerpo. Esto es el mito. El mito es la manifestación en imágenes simbólicas, en imágenes metafóricas, de las energías de los órganos en conflicto del cuerpo. Este órgano quiere esto, aquél quiere aquello. El cerebro es uno de los órganos.

M
OYERS
: Por eso cuando soñamos, estamos pescando en un vasto océano de mitología que…

C
AMPBELL
:… que va más y más y más lejos. Puedes mezclarlo con los complejos, y cosas así, ya sabes, pero en realidad, como dice el proverbio polinesio, estás «sobre una ballena pescando pececitos». Estamos sobre una ballena. El terreno del ser es el terreno de nuestro ser, y cuando miramos hacia el exterior, vemos todos estos pequeños problemas aquí y allá. Pero si miramos adentro, vemos que nosotros somos la fuente de todos ellos.

M
OYERS
: Hablas de una mitología que existe aquí y ahora en el sueño. ¿Qué es el sueño?

C
AMPBELL
: Te duermes y tienes un sueño que habla de las condiciones permanentes de tu psique tal como se relaciona con las condiciones temporales de tu vida en este momento.

M
OYERS
: Explícate.

C
AMPBELL
: Por ejemplo, puedes estar preocupado por un examen que tengas que hacer. Entonces sueñas con un probable fracaso, y encuentras que el fracaso estará asociado con muchos otros fracasos en tu vida. Se hallan todos acumulados, juntos. Freud dice que ni el sueño más interpretado está interpretado totalmente. El sueño es una inagotable fuente de información sobre ti mismo.

Un sueño que contenga preguntas como «¿Aprobaré el examen?» o «¿Debo casarme con esa chica?», es puramente personal. Pero en otro terreno, el problema de pasar un examen no es simplemente un problema personal. Todos debemos superar pruebas de algún tipo. Se trata de algo arquetípico. De modo que ahí encontramos un tema básicamente mitológico aun cuando se trate de un sueño personal. Estos dos niveles (el aspecto personal y el gran problema general, del cual el problema personal es sólo un ejemplo) se hallan presentes en todas las culturas. Por ejemplo, todos tenemos el problema de enfrentarnos con la muerte. Se trata de un misterio que interesa a todo el mundo.

M
OYERS
: ¿Qué aprendemos de nuestros sueños?

C
AMPBELL
: Aprendes sobre ti mismo.

M
OYERS
: ¿Cómo prestamos atención a nuestros sueños?

C
AMPBELL
: Todo lo que tienes que hacer es recordar tu sueño en cuanto te despiertes, y anotarlo. Después tomas una pequeña fracción del sueño, una o dos imágenes o ideas, y haces asociaciones a partir de ellas. Escribe cuanto acuda a tu mente, lo que venga, lo que sea. Encontrarás que el sueño está basado en un cuerpo de experiencias que tiene cierta importancia en tu vida, y que no sabías que estaba influyendo sobre ti. Pronto habrá un nuevo sueño, y la interpretación irá más lejos.

M
OYERS
: Un hombre me dijo una vez que no recordó sus sueños hasta que se jubiló. De pronto, al quedarse sin el lugar habitual en el que enfocaba su energía, empezó a soñar y soñar y soñar. ¿Te parece que en nuestra sociedad moderna tendemos a descuidar la importancia de los sueños?

C
AMPBELL
: Desde que se publicó
La interpretación de los sueños
de Freud, ha habido un reconocimiento general de la actividad onírica. Pero ya antes existía la interpretación de sueños. Había ideas supersticiosas sobre los sueños, por ejemplo, pasará tal cosa porque soñé que pasaría.

M
OYERS
: ¿En qué se diferencia un mito de un sueño?

C
AMPBELL
: Un sueño es una experiencia personal de ese terreno profundo y oscuro que constituye el soporte de nuestras vidas conscientes, mientras que un mito es el sueño de una sociedad. El mito es el sueño público y el sueño es el mito privado. Si sucede que tu mito privado, tu sueño, coincide con el de la sociedad, habrás logrado un buen acuerdo con tu grupo. Si no, te aguarda una aventura en la selva oscura.

M
OYERS
: De modo que si mis sueños privados están de acuerdo con la mitología pública, tengo más posibilidades de llevar una vida feliz en esa sociedad. Pero si mis sueños privados están en desacuerdo con los públicos…

C
AMPBELL
: …tendrás problemas. Si te ves obligado a vivir en ese sistema, serás un neurótico.

M
OYERS
: Pero ¿no hay muchos visionarios, e incluso hombres públicos y héroes, cercanos a la neurosis?

C
AMPBELL
: Sí, los hay.

M
OYERS
: ¿Y cómo lo explicas?

C
AMPBELL
: Son personas que han abandonado la sociedad que los habría protegido, y se han internado en la selva oscura, en el mundo del fuego, de la experiencia original. La experiencia original no ha sido previamente interpretada, por lo que tendrás que arreglártelas solo. O puedes o no puedes. No tienes que salir muy lejos del sendero ya interpretado para encontrarte en situaciones muy difíciles. El coraje para enfrentarse con las pruebas y dar a luz un cuerpo nuevo de posibilidades en el campo de la experiencia interpretada para que la experimenten otros… eso es lo que hace el héroe.

M
OYERS
: Dices que los sueños nacen de la psique.

C
AMPBELL
: No sé de qué otro lugar podrían venir. Vienen de la imaginación, ¿no? La imaginación tiene sus bases en la energía de los órganos del cuerpo, y éstos son los mismos en todos los seres humanos. Al provenir la imaginación de una base biológica, lo más probable es que produzca determinados temas. Los sueños son sueños. Hay ciertas características de los sueños que pueden ser enumeradas, no importa quién los esté soñando.

M
OYERS
: Pienso en el sueño como en algo muy privado, mientras que un mito es algo muy público.

C
AMPBELL
: En ciertos estadios un sueño privado trabaja sobre temas verdaderamente míticos, y no puede interpretarse sino mediante una analogía con un mito. Jung habla de dos órdenes de sueño, el personal y el arquetípico o de dimensión mítica. Un sueño personal puedes interpretarlo por asociación, viendo de qué asuntos de tu propia vida habla, o en relación a tus problemas personales. Pero de vez en cuando se produce un sueño que es puro mito, que transporta un tema mítico, o del que se dice, por ejemplo, que viene del Cristo interior.

M
OYERS
: De la persona arquetípica dentro de nosotros, el yo arquetípico que somos.

C
AMPBELL
: Exacto. Ahora bien, hay otro sentido, más profundo, del tiempo del sueño… que es el de un tiempo que no es tiempo, sino un estado perdurable de ser. Hay un mito importante de Indonesia que habla sobre esta edad mitológica y de su terminación. En el comienzo, según esta historia, nuestros antepasados no se distinguían en cuanto al sexo. No había nacimientos, no había muertes. Hasta que sé celebró una gran danza pública, en el curso de la cual uno de los participantes fue sacrificado y despedazado, y sus trozos enterrados. En el momento de aquel asesinato los sexos se separaron, de modo que la muerte quedó equilibrada por el engendramiento, el engendramiento por la muerte, mientras que de las partes enterradas del cadáver desmembrado nacieron las plantas alimenticias. El tiempo trajo al ser, la muerte, el nacimiento, y el matar y comer a otros seres vivos, para la preservación de la vida. El tiempo intemporal del comienzo concluyó en un crimen colectivo, un asesinato o deliberado sacrificio.

Ahora bien, uno de los problemas más importantes de la mitología es reconciliar la mente con esta brutal precondición de toda vida, que vive porque mata y se alimenta de otras vidas. Y no podemos engañarnos diciendo que sólo comemos vegetales, porque ellos también están vivos. ¡De modo que la esencia de la vida es devorarse a sí misma! La vida vive de las vidas, y la reconciliación de la mente y sensibilidad humanas con este hecho fundamental es una de las funciones de algunos de esos ritos tan brutales en los que el ritual consiste principalmente en matar; imitando aquel primer crimen primordial, del cual surgió este mundo temporal, en el que todos participamos. La reconciliación de la mente con las condiciones de la vida es fundamental en todas las historias de creación. En este aspecto todas se parecen mucho.

M
OYERS
: Tomemos la historia de la creación en el Génesis, por ejemplo. ¿En qué se parece a otras historias?

C
AMPBELL
: Bueno, tú lee el Génesis y yo leeré historias de creación de otras culturas, y ya veremos.

M
OYERS
: Génesis 1: «En el principio Dios creó los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo».

C
AMPBELL
: Esto es de «El Canto del Mundo», una leyenda de los indios pima de Arizona: «En el comienzo había sólo oscuridad en todas partes, oscuridad y agua. Y la oscuridad se espesó en lugares, reuniéndose y separándose, reuniéndose y separándose…».

M
OYERS
: Génesis 1: «Y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: "Hágase la luz"; y la luz se hizo».

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