Gente tóxica. Descalificador o chismoso, agresivo o falso, cualquiera de estos tipos se enmarcan en una raza mayor denominada “gente tóxica” y que el psicólogo Bernardo Stamateas describe con maestría en un libro que muchos deberían consultar. En nuestra vida cotidiana no podemos evitar encontrarnos con personas problemáticas. Jefes autoritarios y descalificadores, vecinos quejosos, compañeros de trabajo o estudio envidiosos, parientes que siempre nos echan la culpa de todo, hombres y mujeres arrogantes, irascibles o mentirosos… Todas estas personas «tóxicas» nos producen malestar, pero algunas pueden arruinarnos la vida, destruir nuestros sueños o alejarnos de nuestras metas. ¿Cómo reconocer a la gente «tóxica»? ¿Cómo protegernos y ponerles límites? Bernardo Stamateas responde a estas preguntas con claridad y convicción. Sus consejos nos ayudarán a hacer nuestras relaciones personales más saludables y positivas. En definitiva, nos ayudarán a ser mucho más felices.
Bernardo Stamateas
Gente Tóxica
Las personas que nos complican la vida, y cómo evitar que sigan haciéndolo.
ePUB v1.1
Werth02.03.12
Título original:
Gente Tóxica
2008, Bernardo Stamateas
Todos, en algún momento de nuestras vidas, nos hemos encontrado con personas problemáticas (jefes, amigos, familiares, etc.). En todo grupo humano, ¿quién no se ha enfrentado con un manipulador que quería que hicieras todo lo que él disponía, con un psicópata que se había predispuesto a hacerte la vida imposible, con un jefe autoritario que pensaba que podía disponer de tu vida las 24 horas del día, con un amigo envidioso que celaba todo lo que obtenías, con un vecino chismoso que controlaba a qué hora salías y entrabas a tu casa y con quién?
Más allá del dolor que nos generaron estas personas, las preguntas de quienes alguna vez tuvimos que convivir con ellos son: ¿qué hago?, ¿cómo pongo límites sin lastimar ni lastimarme?, ¿cómo puedo lograr que esta "gente tóxica" no entre a mi círculo afectivo íntimo?
De todo esto trata este libro.
Muchas veces permitimos entrar a nuestro círculo más íntimo a los chismosos, a los envidiosos, a gente autoritaria, a los psicópatas, a los orgullosos, a los mediocres, en fin, a gente tóxica, a personas equivocadas que permanentemente evalúan qué dijiste, qué hiciste y por qué hiciste o dijiste algo (o por qué no lo hiciste o no lo dijiste).
Se trata de personas tóxicas que potencian nuestras debilidades, nos llenan de cargas y de frustraciones. Ellas, por cierto, saben todo lo que pasa en el ojo ajeno, pero se olvidan de ver qué es lo que percibe. cada uno de sus sentidos ¡No permitas que nadie tenga el control de tu vida ni boicotee tus sueños!
Conéctate con la gente correcta, confía en ti. ¡Estás capacitado para hacerlo! Si tienes en claro tu propósito y tus sueños podrás tener el control de tus emociones y de decidir a quienes quieres elegir para que te acompañen. El problema se suscita cuando decidimos quién nos acompañará mucho antes de tener en claro adónde queremos llegar. El propósito de tu vida es tuyo y sólo a ti te pertenece diseñarlo. La solución está en ti. Desafíate cada día a más, a mucho más.
Habrá personas que darán valor a tus sueños. Otras menospreciarán todo lo que te propusiste. No valores ninguna de aquellas palabras o sugerencias que provienen de "los tóxicos."
El que no se alegra de tu avance o de tus sueños, que diga lo que quiera, tú prosigue hacia la meta, no te amarres a quienes no se alegran con tus éxitos. Desprecia la opinión de la gente tóxica, sé libre de los críticos y serás libre de cada una de sus palabras y de sus acciones.
No idealices.
No esperes nada de nadie.
Cada capítulo de este libro es independiente uno de otro; cada uno de ellos tiene un principio y un final pero un mismo tema que los une: "
la gente tóxica
". Puedes comenzar por el que más te guste, o por el que pienses "éste es para mí", y recuerda que podemos liberarnos de toda clase de
gente tóxica
. En este texto, encontrarás técnicas que podrás poner en marcha. Una vez ejercitadas, vislumbrarás el camino hacia la autonomía mental, liberándote de culpas falsas y ajenas. Es tiempo de proponernos, cada uno en lo suyo, ser excelentes; no nos conformemos con menos. Cambiar es sencillo, es sólo una decisión que hoy está a tu alcance.
Aprendamos a negociar, pero no cedamos nuestros derechos, pues nos pertenecen. Disponemos de dos palabras imprescindibles: «sí» y «no»; ambas nos servirán de gran ayuda para resolver cualquier diferencia que podamos tener en nuestros vínculos interpersonales. Vivimos inmersos en una sociedad, somos seres sociales y, por lo tanto, necesitamos aprender a relacionarnos de forma saludable. ¡Bienvenido al mundo de los humanos! Convivir es difícil, pero se puede.
Por cierto, quiero puntualizar que la utilización del término «tóxico» referido a los efectos perjudiciales de las conductas de ciertas personas no es un invento mío. A partir de la década de 1980, aproximadamente, se utiliza ese término con referencia a las relaciones humanas. Se habla, por ejemplo, de «costumbres tóxicas», «personas tóxicas», «relaciones tóxicas», «líderes tóxicos» e incluso de «organizaciones tóxicas».
Para finalizar, quiero agradecerle a toda la gente tóxica que me ha inspirado a escribir este libro. ¡Éxitos!
Bernardo Stamateas
Con todo lo que yo hice por ti, ahora ¿me pagas así?
UNA MADRE A SU HIJO
La culpa es uno de los sentimientos más negativos que puede tener el ser humano y, al mismo tiempo, una de las maneras más utilizadas para manipular a los otros. Los psicólogos establecen que la culpa es la diferencia entre
lo que hice
y
lo que debería haber hecho
, entre
lo que quiero
y
lo que debería hacer
. La culpa es una emoción que nos paraliza, que nos impide seguir desarrollando todo el potencial que tenemos; la culpa es venganza, bronca y boicot contra uno mismo.
Vivir con culpa es vivir con cadena perpetua. Es condenarse a vivir insatisfecho, victimizándose todo el tiempo por la vida que nos ha tocado vivir.
"De noventa enfermedades, cincuenta son producidas por la culpa y las otras cuarenta por la ignorancia."
Anónimo
Ahora bien, la pregunta es: ¿nos tocó vivir esta clase de vida o hemos elegido erróneamente, decidido equivocadamente?
La búsqueda central de todos los seres humanos está orientada a encontrar la felicidad. Somos seres que fuimos creados para gozar, crecer, desarrollamos, cumplir nuestro propósito, satisfacer nuestras necesidades y alcanzar la tan anhelada alegría.
El ser humano tiene necesidades básicas que requiere desarrollar para poder vivir libre de culpas y así bloquear cada obstáculo que intente detenerlo. Veamos algunas de estas necesidades:
Cuando una de las áreas de nuestras vidas no alcanza toda su capacidad de expresión nos sentimos con culpa, nos volvemos vulnerables a la queja, a las demandas y a la manipulación. Si le damos permiso a la culpa que para que crezca y ocupe cada vez más espacio dentro de nuestras emociones, ésta se convertirá en la causante de una depresión que sabremos dónde comienza pero no dónde termina.
Desde el comienzo de la humanidad, a partir de la misma creación del primer hombre, Adán, la culpa y la victimización se metieron en el ser humano. La primera culpa nació en Adán por haberle hecho caso a Eva y haber comido del fruto prohibido. Entonces, por culpa, Adán comenzó a tapar su cuerpo: ya no podía mostrarse desnudo delante de su Creador. Por culpa de Eva, dice la historia, Adán
cayó
.
Ahora bien: ¿a dónde quedó la capacidad de Adán para decidir comer o no esa manzana? ¿Fue Eva la victimaria y Adán la víctima?
Sin damos cuenta, el hombre comenzó a llenar ese Edén con culpables e inocentes, con víctimas y victimarios y se predispuso a vivir y a asumir culpas ajenas, transformando una vida de libre albedrío en una vida culpógena llena de sacrificios, ritos y frustraciones innecesarios.
"El hombre capaz de sonreír cuando las cosas van mal, ya ha pensado a quien le echará la culpa."
Ley de Jones
¿Qué sucede cuando una persona experimenta sentimientos de culpa?
Sufrirá privaciones. Dirá frases tales como:
Desde el momento en que un obstáculo bloquea tu sueño y afirmas que no tienes capacidad para llevarlo a cabo, vives con culpa. La culpa es la emoción más obstaculizadora en el camino de los anhelos y objetivos. La culpa te hará sentir que no eres merecedor de esos beneficios, que tu deseo es mucho para ti, y, en medio de un mundo en el cual cada ser humano trata de obtener ventajas y de aprovechar al máximo cada oportunidad, te sumergirás en la culpa, dejando que otros tomen lo que es tuyo.
El autoreproche es un sonido interno y continuo que te hablará y te pedirá recibo por cada palabra que pronuncies. Se trata de una voz difícil de acallar, de una voz que detiene tu avance y te aleja de tus objetivos, de una voz demandante y quejosa a la que nunca podrás conformar, hagas lo que hagas, a menos que afirmes tus determinaciones y convicciones. Es un eco constante. Se trata, en síntesis, de esa voz amenazante que cada mañana, al levantarte, deposita en tu mente el primer pensamiento negativo del día:
Es una voz que intenta vivir en ti y a la que sólo tú autorizas la permanencia. Es una voz que constantemente replica en tu mente, te atormenta y obsesiona con un único pensamiento uniforme:
tú no puedes, nunca serás lo suficientemente bueno para alcanzar tu meta.