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Authors: Aquiles Nazoa

Tags: #teatro, #humor, #poesía

Humor y amor (13 page)

BOOK: Humor y amor
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IMPORTANCIA Y PROYECCIÓN
DE LA ÑEMA DE COLÓN

Prólogo por el
AUTOR

Mañana 12 de Octubre,

tu estatua, Colón, se cubre

de flores, como un poema;

pero entre tanta zalema,

tanto homenaje barato

no habrá en este mundo ingrato

quien se acuerde de tu ñema!

ACTO UNICO
(Unico en su tipo)

El drama ocurre en Castilla,

la noble y vetusta villa

donde la reina Isabel

nos echó la gran varilla

de aportar la mostacilla

con que vino el loco aquel.

Decoración principal:

un castillo un poco eval

en cuyos espesos muros

suelen hacer los zamuros

su ejercicio matinal.

Hay al foro una redoma

junto a la cual se destaca

la leyenda de una placa

que dice en letras de goma:

"Fue en estas sagradas gradas

donde Ulrico Barbatiesa

libró su duelo a nalgadas

contra Bartolo de Mesa.

Gloria a la sangre leonesa!

Vivan las fuerzas armadas!"

La católica Isabel,

como siempre, está rezando;

costumbre que al rey Fernando

tiene ya como un chirel.

¡Y eso que reza por él!

ISABEL

San Pepe y San Timoteo,

oíd de mi alma los gritos,

y haced, oh santos benditos,

que el Rey consiga un empleo!

(Entra un sirviente gordito

que fue esbirro en Guasdualito.)

ESBIRRO

¡Señora, qué obstinación!

Aunque no hace casi nada

que de una sola patada

lo saqué por el balcón,

señora, que maldición,

el porfiado siempre gana

y esta vez por la ventana

volvió a meterse Colón!

(Llorando)

¿Habré de decirle

que vuelva a otra hora?

Decidme, señora,

¿le ordeno pasar?

¿Le suelto los perros?

¿Lo saco con humo?

¿Lo entierro? ¿Lo inhumo?

¿Lo mando a peinar?

ISABEL

Mejor que esa lata

ya casi obsesiva,

será que salgamos

de esa lavativa;

veremos qué quiere,

veré que motiva

su afán de buscarme

con ansia tan viva;

sin duda es un loco

con chispa inventiva

que tiene un invento

de gran perspectiva

del cual me ha nombrado

madrina adoptiva,

o el jefe de alguna

cooperativa

de entierros por cuotas

o viejas con chiva,

que quiere sin duda

que yo me suscriba

al módico precio

de un real para arriba.

Aquí nadie busca

que yo lo reciba,

si no es por el gusto

de echar lavativa.

¿No ve que se cree

la gente abusiva

que yo me la paso

de vaga aquí arriba?

(Aquí aparece Colón

y es tan grande su emoción

ante Isabel de Castilla,

que le quiebra una costilla

del primer apurruñón.)

COLÓN

Señora, en el corazón

y en el páncreas y el riñón

y otros órganos internos

recibid besitos tiernos

del almirante Colón.

LA REINA

Bueno, Cristóbal, al grano:

¿qué buscas en esta villa?

¿A qué has venido a Castilla

con esa ñema en la mano?

COLÓN

Pues mi visita de ahora

se debe a que os traigo el mapa

donde, aunque os parezca chapa,

mi tesis se corrobora

de que es la Tierra, señora,

redonda como una papa.

LA REINA

¿Papa el mundo que Dios hizo?

Pues vaya tesis extraña...

(¡Entienda que en esta España

hay más locos que el carrizo!)

Mas papa, salchicha o queso,

para usar vuestros vocablos,

¿queréis decirme qué diablos

tengo yo que hacer con eso?

COLÓN

Que si una buena mascada

me entrega vuestra persona,

muy pronto la real corona

tendrá esa papa pelada.

LA REINA

¡Ay, Colón, con qué tristeza

tan buena oferta rechazo,

pero es tal nuestra limpieza

que hablándote con franqueza

te caíste a platanazo!

COLÓN

Perdonad, señora, el tono,

pero con tal lechería

debierais dejar el trono

y abrir una pulpería.

LA REINA

No seas injusto, Colón,

tú ves así la cuestión

porque tú eres un extraño,

pero aquí hace como un año

que no se prende el fogón.

Y es más bien de un desparpajo

y de un sarcasmo tremendo

pedirnos plata sabiendo

que el rey está sin trabajo.

COLÓN

Pero, y aquesos banquetes

que os pegáis con estofado,

con embriagantes claretes,

con perniles de venado

y una lonjas de pescado

que brillan como machetes

y un champán color dorado

cuyos corchos, cual cohetes,

estallas en los golletes

y van a dar al tejado...

¿Acaso todo eso es fiado?

LA REINA

Esos, querido Colón,

son sobrados que a Fernando

le mandan de cuando en cuando

sus parientes de Aragón.

(Colón, que es un caradura,

nota la intensa amargura

que su sonrisa refleja

y en voz baja le aconseja

que empeñe la dentadura.)

La reina envuelve sin ruido

los mentados atributos

y a los cinco o diez minutos

ya están montado el hervido.

Y gracias a su bolsillo

que de nuevo está colmado,

sale Colón del Castillo

como garrafón quebrado.

Pero aunque ya tiene la blanca

para comprarse un buen bote,

vienen a pararle el trote

los sabios de Salamanca.

LOS SABIOS

Antes de emprender camino,

conteste, señor Colón,

¿por qué el rabo del cochino

parece un tirabuzón?

Contéstanos sin tropiezo,

¿por qué razón al zamuro

le ha salido ese pescuezo

como un plátano maduro?

(Pero Cristóbal, qué va,

parece que ni los nota,

y a tanta pregunta idiota

no dice ni fo ni fa.)

LOS SABIOS

Los puntos no contestados

confirman nuestra opinión

de que los cables cambiados

tiene Cristóbal Colón.

(Ante tamaño anatema,

Colón no contesta nada,

pero, para estratagema,

deja a la audiencia asombrada

parando, muy bien parada

sobre un pupitre una ñema.)

Y según dice el Mantilla,

fue esa suerte tan sencilla

lo que al fin pudo lograr

que a Colón y a su pandilla

se les diera la flotilla

con que cruzaron el mar.

Moraleja

Más puede a veces un truco

que la ciencia y el sistema.

Si no es por aquella ñema

no soltamos el guayuco.

LOS MARTIRIOS DE COLÓN,
FRAGMENTOS DE UN DIARIO ESCRITO
POR EL FAMOSO ERUDITO
MAMERTO ÑAÑEZ PINZON

ACTO I

Al levantarse el telón

sale Castilla la Vieja,

con su bocina en la oreja,

su rosario y su bastón.

Abrese luego el portón

y aparece una capilla

donde Isabel de Castilla

se la pasa en oración.

ISABEL
(rezando)

Soy la redondez del mundo,

sin mí no puede haber Dios:

papas, cardenales, sí,

pero pontífices, no.

(Llorando)

San Pepe y San Timoteo,

oíd de mi alma los gritos,

y haced, oh santos benditos,

que el Rey consiga un empleo!

(aparece un criado
bastante malcriado)

CRIADO

Perdonad la interrupción.

Ahí afuera está de nuevo

el italiano del huevo

con otra demostración.

No lo he dejado pasar,

porque, aunque muy caballero,

tiene ese tercio un pelero

que da mucho que pensar.

ISABEL

¿Te refieres a Cristóforo?

¡Que pase! Pobre criatura:

lo que él tiene no se cura

pero se alivia con fósforo.

(Entra Colón cantando

"La Vaca Lechera".)

COLÓN

Tengo una gran carabela,

no es una barca de vela:

está bien calafateada

y la lleva timoneada

Colón, Colón.

¡Colón, Colón!

ISABEL

¡Queridísimo Colón!...

¿A qué vienes a Castilla?

¿Qué buscas en esta villa

famosa por su jabón?

¿Qué se te ofrece, Colón?

¿En qué socorrerte puedo?

¿Por qué andas con ese dedo

parado como un cañón?

COLÓN

Pues mi visita de ahora

se debe a que os traigo el mapa

donde, aunque os parezca chapa,

mi tesis se corrobora

de que es la Tierra, señora,

redonda como una papa.

ISABEL

¿Papa el mundo que Dios hizo?

Pues vaya tesis extraña...

(¡Entienda que en esta España

hay más locos que el carrizo!)

Mas papa, salchicha o queso,

para usar vuestros vocablos,

¿queréis decirme qué diablos

tengo yo que hacer con eso?

COLÓN

Que si una buena mascada

me entrega vuestra persona,

muy pronto la real corona

tendrá esa papa pelada.

ISABEL

¿Y trajiste el presupuesto?

COLÓN

¡Por supuesto!...

Aquí tenéis todo el plan,

incluyendo camarera

y un entierro de primera

por si muere el capitán.

ISABEL

¡Pero eso es más de un millón!

O, al menos, eso aparenta.

¿Por qué no sacas la cuenta?

¡Saca la cuenta, Colón!

COLÓN
(contando con los dedos)

Un cuartillo es un cuartillo;

dos cuartillos medio real,

tres cuartillos, tres cuartillos

cuatro cuartillos, un real...

ISABEL

Mi pena es infinita,

pues la contestación

es que yo ahorita ahorita

no tengo ni un doblón.

(Llorando)

¡Ay, Cristóbal,

nada iguala

nuestra mala

situación!

Le adeudamos

a Macherna

su quincena

de oración;

Torquemada

brinca y salta

por la falta de carbón;

no le damos

un mendrugo

ni al verdugo

ni al bufón,

y Anastasio

mi alquimista

se contrista

con razón:

de mil mezclas

que ha intentado

no ha sacado

ni latón.

COLÓN

Pero, ¿ y aquesos banquetes

que os pegáis con estofado,

con embriagantes claretes,

con perniles de venado

y una lonjas de pescado

que brillan como machetes

y un champán color dorado

cuyos corchos, cual cohetes,

estallas en los golletes

y van a dar al tejado...?

¿Acaso todo eso es fiado?

ISABEL

Esos, querido Colón,

son sobrados que a Fernando

le mandan de cuando en cuando

sus parientes de Aragón.

COLÓN

El viento está ligero,

tranquila está la mar...

Si no tenéis dinero,

dadme algo que empeñar.

ISABEL

Pues bien, toma esta prendas,

las limpias con alcohol

y por lo que las vendas

te compras el perol.

(Le entrega al descubridor

con un gran desprendimiento,

seis frascos de linimento

y un reloj despertador.)

COLÓN

De todo se ha desprendido...

¡Que soberana tan noble!

Si llego a pedirle el doble

también hubiera caído!

(De pronto llegan

catorce sabios

con astrolabios

de este color,

y se apoderan

rápidamente

del eminente

Descubridor.)

CORO DE SABIOS

Ya la reina te dio real,

más no irás al Continente

si no sales con un veinte

del examen trimestral.

SABIO I

Cristóbal, venga al tablero

y a ver si nos adivina:

entre el huevo y la gallina

¿cuál de los dos fue el primero?

SABIO II

Antes de emprender camino,

conteste, señor Colón,

¿por qué el rabo del cochino

parece un tirabuzón?

SABIO III

Contéstanos sin tropiezo,

¿por qué razón al zamuro

le ha salido ese pescuezo

como un plátano maduro?

(Otro sabio, de Silesia,

con un revólver le apunta

y en rumano le pregunta

por qué entra el perro a la iglesia.

Pero tiene el genovés,

tal crisis de nerviosismo,

que hablar con él es lo mismo

que llamar al 03.)

TODOS LOS SABIOS

Contestarnos no ha podido,

y es nuestro fallo aplastante

que el mencionado almirante

tiene el cerebro podrido.

(Y a punto de fracasar,

Colón el ingenio extrema,

y entonces pide una ñema

para poder contestar.

El pedido estrafalario

causa a Macherna extrañeza,

pero asomó la cabeza

por detrás del escenario.)

MACHERNA
(llamando)

Pí, pí, pí, pí, pí, pí,

pí, pí, pí, pí, pí,

pí, pí, pí, pí,

pí, pí, pí,

pí, pí,

pí,

Entonces hace

por una esquina

la Real Gallina

su aparición;

se sube el traje,

se mete al nido

y hace un pedido

para Colón.

Y a todo el mundo

deja asombrado

del resultado

de su gestión,

pues es gallina

de estilo nuevo

y en vez de un huevo

pone un mamón.

COLÓN

¡Así como ha hecho

la gallina esa,

yo también podría

dar la gran sorpresa!

ACTO II

Ya lista la embarcación

y embarcado el bastimento,

fregado, pero contento,

sale de Palos Colón.

COLÓN Y SUS MARINOS

—¿Izasteis las velas?

—¡Izadas están!

—¿Levasteis el ancla?

—¡También, capitán!

—¿Abordo están todos?

—¡Ya todos están!

—Tocad la campana.

—Muy bien, capitán,

¡titaqui titán!

¡titaqui titán!

COLÓN
(al pueblo)

¡Adiós, viejos y chavalos!

A dejaros ya me apronto,

pero os prometo que pronto

regresaremos a Palos!

ACTO III

Alta mar. Pasa el navío.

La escena que se ve a bordo

no es escena sino un lío

verdaderamente gordo.

COLÓN

¡Santo Dios, no sé que hacer!

Se me está alzando la gente

y el fulano Continente

ni sueña en aparecer.

Y a regresar no me atrevo;

los barcos están muy malos

y si de vuelta los llevo

tal vez no lleguen ni a Palos.

(Y tan sumido Colón

está en su preocupación,

que pasa la noche entera

manejando una ponchera

creyendo que es el timón.)

EXTRACTOS SIGNIFICATIVOS
DEL DIARIO DE COLÓN

Lunes

"Hoy es treinta de febrero

y no hay de tierra ni asomo.

Yo por mi parte estoy como

tablita de gallinero."

Lunes siguiente

"Con tirarme por la borda

me amenazaron ayer.

Algo me hace suponer

que aquí se va a armar la gorda."

Dos lunes después

"Después de quitarme el mando

Vicente Yañez Pinzón

me amarró de un botalón

en el que voy meditando:

¿Será que está conspirando

Vicente Yañez Pinzón?"

MARINERO I
(a Colón)

Si no da en puerto el navío

en tal fecha de tal año,

os vais a llevar un baño

de padre y muy señor mío!

COLÓN

¡No, no, yo no se nadar!

Hacedlo por patriotismo:

¡No me tiréis al abismo

donde reina el calamar!

MARINERO II

Pues si lo haremos, Colón;

o desandas el camino

o de tu triste destino

dará cuenta el camarón.

COLÓN

¡No lo hagáis, pues es grotesco

que yo, tan noble y honrado,

tenga por tumba un pescado

que a lo mejor no es ni fresco!

(Llorando)

¡Oh! ¡Que desgracia la mía!

¡Morir como una langosta

junto a un peñón de la costa

que bate el mar noche y día!

(Pero Rodrigo de Triana

grita: ¡Tierra! en ese instante

y así es como el Almirante

se salvó por la campana.)

AUTOR

Y con esta conclusión

en que se salva Colón,

finaliza el drama escrito

por el famoso erudito

Mamerto Ñañez Pinzón.

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