Kronos. La puerta del tiempo (6 page)

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Authors: Felipe Botaya

Tags: #Bélico, Histórico

BOOK: Kronos. La puerta del tiempo
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Todos miraban al general Kammler sin poder adivinar de qué podría tratarse la nueva misión que pensaban que les iba a encomendar. Uno de los oficiales pasó unos documentos que dejó frente al general.

—Tras haber sido trasladados con éxito a los períodos Cretácico, Pleistoceno y Carbonífero, la primera parte del proyecto ya está finalizada. Hemos comprobado que nuestra máquina funciona a la perfección. Han estado muy atrás en el tiempo. Ha sido un hito histórico que algún día se sabrá. Los análisis científicos sobre geología, astronomía, flora, fauna y biología prehistórica han sido extraordinarios y van a revolucionar los conocimientos de la ciencia hasta hoy. No pueden ni imaginarse los errores y desviaciones que tiene la ciencia actual, dirigida por judíos en su mayoría. Tenemos la llave de la verdad y numerosas pruebas determinantes de todo tipo.

El general Kammler abrió la carpeta que su adjunto había dejado ante él.

Horst pensaba en las palabras del doctor Joseph Noske y el planeta Marduk, en el cambio que ello representaba en la astronomía y en las consecuencias que tendría la próxima llegada del enorme planeta.

—Lo que les vamos a explicar ahora es el máximo secreto militar del III Reich y lo hacemos porque quiero que participen en la misión que estamos preparando.

Kammler hablaba mirando el contenido de la carpeta que acababa de abrir.

Levantó su vista:

—Cualquier delación o traición será pagada con la vida.

Los rostros de los miembros del equipo de Horst demostraban una mezcla de interés, curiosidad y temor ante lo que podía avecinarse. Georg miró a Horst y este a sus compañeros. El silencio era total.

El general continuó:

—A la nueva fase de trabajo la denominamos Realidad Predeterminada y tiene una diferencia fundamental con lo que ustedes han hecho hasta ahora en épocas pasadas. En la Realidad Predeterminada ustedes podrán y deberán interactuar en el momento histórico en el que se hallen. Como ya saben, una de las premisas obligatorias de los protocolos de actuación en los traslados pasados ha sido el no interactuar con los elementos del entorno para no producir una paradoja temporal. Lo han hecho muy bien, ya que hoy estamos todos aquí y no han modificado la evolución. Los restos que han podido dejar y la lejanía temporal visitada no han dado lugar a problemas, salvo el que puedan encontrarse los científicos si analizan estratos geológicos de tiempo determinados y aparecen objetos que no se corresponden con la época.

Sonrió al decir esto.

—Ya hay algunos casos en la actualidad en museos y muchos serán guardados celosamente fuera de la vista pública y de los libros para no variar la historia oficial del mundo y el prestigio de los arqueólogos.

—Desde luego es de difícil explicación. No tengo ninguna duda— añadió Horst, ante la sonrisa de todo su equipo.

El general Kammler apoyó, afirmando con la cabeza, el comentario de Horst.

—Ahora será diferente, señores —siguió el general—. Su nuevo traslado será para modificar el curso de los acontecimientos venideros y, por ello, su viaje será primero al pasado y luego al futuro…

Todo el equipo de Horst se quedó mudo al escuchar la propuesta del general Kammler.

Horst intervino.

—Pero general Kammler, yo no soy físico, pero entiendo que el pasado ha existido y que tenemos claras referencias de él y, aunque desconozco cuáles son los principios para llegar hasta él, creo que se puede llegar, y así ha sido. Pero no puedo imaginarme cómo ir al futuro que aún no ha existido. No lo puedo entender.

—Usted habla desde su punto de vista de persona normal y corriente,
Hauptsturmführer
Bauer —contestó sin dilación Kammler—. Y seguramente suena lógico lo que dice —añadió—. El doctor Otto Schoppe y su ayudante directo, el doctor Willy Gebhardt, ambos pertenecientes a las SS científicas y de mi equipo especial en particular, que han trabajado en Realidad Predeterminada desde sus inicios, pueden darle algunas sugerencias muy interesantes sobre su duda acerca del futuro. —Kammler dio paso a los científicos.

El doctor Otto Schoppe, un hombre de unos 55 años y algo mayor que su colega el doctor Gebhardt, se puso de pie y se dirigió a una pizarra a la izquierda de todo el grupo y cerca de la puerta de entrada.

—Apreciado
Hauptsturmführer
Bauer y equipo —su voz sonaba melodiosa—. Comprendo perfectamente su duda y seguramente la de sus hombres ante el destino temporal que solicitamos. Intentaré ser muy básico en mi explicación, ya que la física sobre la que trabajamos es muy compleja —Horst y sus hombres agradecieron la gentileza que, además, era totalmente cierta.

—Mi colega, el doctor Gebhardt, un equipo de más de cuarenta científicos que dirigen los doctores Kurt Debus y Walter Gerlach y yo, llevamos trabajando casi 10 años en la mecánica cuántica y la predicción de un flujo de vacío que denominamos Energía de Gravedad Cero. Es una búsqueda que se inició para que Alemania no fuese dependiente de la energía basada en el petróleo que consideramos totalmente desfasada y en cuyo uso apenas se aprovecha un 37% de la energía generada. Nuestro trabajo, como pueden fácilmente imaginar, ha sido y es inmenso y nos ha hecho entrar de lleno en una física nueva que deja la anterior totalmente obsoleta. Esta situación ha provocado también que hayamos encontrado otros desarrollos que complementan la búsqueda inicial y que son muy interesantes. Por ejemplo, el término Gravedad Cero que he comentado antes, se refiere a los cero grados Kelvin y quiere decir que esta energía existe incluso cuando hay una ausencia absoluta de calor. Hemos demostrado cómo una pareja electrón-positrón puede sobresalir de unas fluctuaciones de vacío. De ahí ha surgido la llamada electrodinámica cuántica. El Principio de Incertidumbre de nuestro colega Heisenberg permite a la mecánica cuántica «prestar» —sonrió ante el término— esa energía durante cortos períodos de tiempo. El éter aparece entonces ante la ciencia no como una sustancia material, sino como una energía que fluctúa de forma aleatoria. En ese momento surgió una pregunta fundamental para nosotros: ¿podría el espacio lleno de fluctuaciones de flujo eléctrico ser coherente con una relatividad especial? Hemos podido demostrar que la densidad D de la energía espectral en las fluctuaciones de la Gravedad Cero debe tener la forma particular de una función de frecuencia ‘f’: D(f) = Kf3, donde la constante K está en relación con la constante de Planck.

El doctor Schoppe se aproximó a la pizarra y comenzó a escribir una especie de diagrama:

—Con todos estos conocimientos, hemos desarrollado un supersistema que ya es operativo y que se basa en tres principios fundamentales: El sistema de energía física en sí mismo; la Energía de Gravedad Cero operativa y la activación e ingeniería de la curvatura espacio-tiempo.

Horst y sus compañeros seguían la explicación con sumo interés y el general Kammler observaba sus reacciones durante la explicación del doctor Schoppe.

Este continuó pausadamente.

—Estos principios están relacionados para su desarrollo con otras áreas que hemos trabajado en profundidad, como la física escalar, que incluye: el medio de interactuación o sustrato del éter, la curvatura dinámica del espacio-tiempo, la aplicación en los circuitos del criterio Sistemas Abiertos (y no cerrados como en la física convencional) y la Geometría o Topología Eléctrica en los parámetros de los circuitos integrados y sus vectores.

El doctor Schoppe fue escribiendo todos estos detalles y el diagrama se fue convirtiendo en un especie de árbol, donde iba interconectando cada elemento con los que le correspondían.

—Imaginemos que una persona solo piensa en álgebra lineal para convertir y sustituir un sistema multi-vector en un único vector —dibujó tres figuras a base de vectores: una con forma triangular, otra con forma cuadrada y una tercera con forma hexagonal. Las figuras estaban hechas de flechas que indicaban rotación—. Esa persona acabará cambiando el sistema entero por un vector de resultado cero, o lo que es lo mismo: V(vector) = ai+bj+ck. —Fue señalando cada punto en las figuras—. De todas maneras, aunque parezca resuelto, cada uno de estos sistemas contiene una rotación interna o esfuerzo, y por ello algo queda todavía, pero ¿cómo representarlo matemáticamente? Aquí, los trabajos de la doctora Adler y de mi colega y amigo el doctor Gebhardt han sido fundamentales.

Mientras el doctor Gebhardt agradecía las palabras de Schoppe, este bebió un poco de agua y siguió:

—El uso del álgebra no puede resolver estas dudas, se necesita ir más allá. La geometría era la solución ya que, como tal, no es ni más ni menos que un sistema matemático determinado por lo que asume, desde Euclides hasta la geometría Hiperbólica o Elíptica. En geometría de quaterniones, un quaternión es simplemente un escalar más un vector. Para que me entiendan: un escalar es magnitud pura, un número que no tiene dirección, que simplemente está. Luego si es así, un quaternión (q) es un escalar (e) más un vector (v), q=e+v.

El doctor Schoppe volvió a la fórmula simple anterior, pero incluyendo el nuevo criterio: q= e+ai+bj+ck.

La tiza sonaba con fuerza mientras el doctor Schoppe hablaba y escribía.

—Esto quiere decir que en álgebra linear hubiésemos acabado una vez más sin nada, es decir, con un vector cero. Pero en geometría de quaterniones, los escalares, que no son cero, todos multiplican y dan, de acuerdo con las reglas de la multiplicación de quaterniones, el siguiente resultado: q x q = e2+t2+u2+w2+x2+y2+0v, donde 0v es el vector cero y las cantidades al cuadrado son los escalares multiplicados. Por ello, los escalares representan puras magnitudes de energía integrada en ellos. Son una estructura que posee dirección o traslación temporal. Rompen la física convencional y, por lo tanto, son manejables técnicamente hablando. En este punto y si me han seguido hasta ahora, señores, podemos entender qué es la física escalar: no es un vector estándar o física lineal, de ningún modo; se trata de la física no-lineal de fuerzas internas en un medio determinado y calculado de espacio-tiempo. Ustedes y sus traslados cronológicos son el resultado de esta explicación muy simplificada.

Todos se quedaron mudos ante las palabras del doctor Schoppe, tratando de poner en orden lo que habían podido comprender. Su colega, el doctor Gebhardt, se puso en pie en este punto de la explicación con la intención de ampliar las palabras del doctor Schoppe, mientras solicitaba su permiso para añadir varios datos.

—No se preocupen —comenzó el doctor Gebhardt con una sonrisa y mirando a Horst y su grupo—. Intentaré también hablarles de forma sencilla. Tenemos comprobada la existencia de otros planos temporales incluso en este momento y aquí mismo —la voz del doctor Gebhardt era más rotunda y grave—. Es decir, aquí y ahora hay otras personas que no nos ven y tampoco nosotros a ellas y que conviven en planos dimensionales y temporales diferentes. El pasado, el presente y el futuro conviven al mismo tiempo. No hay un antes, un ahora o un después. Esos planos pueden cruzarse o formar puertas de entrada de forma accidental, como en el caso de la desaparición de su camarada Karl Wehrmann, o podemos aplicar la ingeniería que hemos desarrollado con éxito, para abrirlas y entrar y salir de ellas a nuestra voluntad. Imaginen lo que eso nos ha permitido ya y hasta dónde podemos llegar. No hay límites —de nuevo, la explicación que estaban recibiendo superaba sus ideas más descabelladas, aunque para Horst y sus hombres ya todo era posible en términos técnicos—. Esas comprobaciones sobre los planos temporales nos han permitido desarrollar y trabajar la compleja información contenida en un campo de torsión temporal. Hemos trabajado deliberadamente el potencial estructural de ese campo u onda condicionándola, dimensionándola y activándola a nuestra voluntad. Le llamamos Resonancia Escalar Atrapada, o lo que es lo mismo, nos referimos a él como a ese mecanismo atrapado que nos ha permitido dirigir el giro de las partículas, tanto biológicas como no-biológicas, para su uso en viajes en el tiempo. Si se genera un campo de torsión de suficiente magnitud, podemos curvar las cuatro dimensiones del espacio que todos conocemos en torno al generador. Cuanta más torsión generamos, más espacio perturbamos. Cuando curvamos el espacio, curvamos el tiempo y podemos monitorizarlo a nuestro antojo ¿me comprenden ahora? —Aunque compleja, la explicación era clara en su conjunto.

El doctor Schoppe aprobaba las palabras de su colega mientras este seguía su explicación.

—Vemos el medio éter como un vasto campo de potencia escalar que puede ser dividido en ondas gemelas longitudinales, que es la base del espacio-tiempo. Cualquier objeto físico normal de nuestra vida diaria, desde el átomo de cualquier cosa hasta un planeta, tiene lo que llamamos una firma escalar que es única. Son como nuestras huellas dactilares. Sabemos que esa información contenida en la firma escalar puede ser modulada y ello quiere decir que la física escalar es una física extremadamente flexible y adaptable si se sabe trabajar técnicamente. Dependiendo de la configuración de esa firma escalar y del nivel de potencia utilizada, podemos inducir a distancia efectos beneficiosos tanto biológicos como psicológicos pero, al mismo tiempo, también podemos introducir enfermedades, daños o traumas psicológicos e incluso alterar el clima. Podemos lanzar energía en estado puro, como un rayo, sobre un objetivo y congelarlo hasta su muerte, o radiarlo lentamente hasta cocerlo vivo. También podemos volar una región entera de un país enemigo sin que el enemigo sepa qué es lo que ha ocurrido. Es un paso más allá; es la Física Escalar Electromagnética. Aún no está listo al 100%, pero nos falta poco y necesitamos tiempo. —Las palabras del doctor Gebhardt eran terribles.

Su voz siguió sonando con rotundidad.

—Como añadido a lo que les he dicho, y en relación con los viajes en el tiempo en ambas direcciones pasado-futuro y tras analizar en profundidad los hallazgos que hemos logrado, podemos concluir que también nos permiten aplicar esta técnica en un terreno novedoso como pueden ser los viajes espaciales ya que todo el sistema, debidamente reorientado, es capaz de poner en órbita y propulsar una nave en el espacio exterior sin límite aparente. Puedo asegurarles que la Campana es la máquina más increíble de la historia técnica y, además, muy versátil. Señores, podemos enviarles al futuro a través de una de esas
puertas
en los planos temporales que se encuentran a nuestro alrededor y que nos permiten seleccionar la fecha de destino que nos interese sin errores y conseguimos esto curvando el tiempo hasta que encontramos el punto objetivo. En ese momento saltamos hasta allí. De hecho, y según nuestros estudios, pasado, presente y futuro están en un mismo plano. No hay cronología de antes o después y hemos de saber saltar de un tiempo a otro.

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