Read Manalive Online

Authors: Gilbert Keith Chesterton

Tags: #Clásico, otros

Manalive (23 page)

BOOK: Manalive
2.1Mb size Format: txt, pdf, ePub
ads

Cuando por fin hablaron, era evidente que una conversación, hacía rato interrumpida, volvía a reanudarse de pronto.

—Pero ¿a dónde la lleva su marido? —dijo Diana con su tono práctico.

—A lo de una tía —dijo Mary—; ahí está la broma. Existe realmente una tía, y a ella le dejamos los chicos cuando yo arreglé que me echaran de la otra pensión aquí a la vuelta. Nunca nos tomamos más de una semana de esta clase de vacaciones, pero a veces nos tomamos dos semanas juntas.

—¿Y a la tía no le importa? —preguntó inocentemente Rosamund—. Por supuesto, quizá sea estrechez de criterio o… ¿cómo es que se dice ? … bueno, lo que era Goliat…, pero yo he conocido a muchas tías a quienes les parecería … una tontería, digamos …

—¿Tontería? —exclamó Mary con animación—. ¡Ay, Señor! Ya lo creo que es tontería. Pero ¿qué le vamos a hacer? Es un hombre tan bueno, y pudiera haberle dado por víboras, en cambio, o qué sé yo qué.

—¿Víboras? —preguntó Rosamund un poco intrigada.

—Tío Harry tenía víboras en su casa, y decía que lo querían —replicó Mary con perfecta sencillez—. Tía lo dejaba andar con ellas en el bolsillo, pero no en el dormitorio.

—Y usted… —empezó Diana frunciendo un poco las oscuras cejas.

—¡Ah, yo hago lo de Tía! —dijo Mary—. Con tal de no alejarnos de los chicos más de quince días, me presto al juego. Me llama señora de “Hombrevida”, pero hay que escribirlo en una sola palabra, si no se sulfura todo.

—Pero cuando a los hombres se les antojan esas cosas… —empezó Diana.

—Pero ¿a qué hablar de los hombres? —exclamó con impaciencia Mary—; ¡ni que fuéramos unas novelistas, o alguna calamidad por el estilo! No hay hombres. No existe semejante gente. Hay un hombre; y, sea quien fuere, es completamente distinto.

—De modo que no hay garantías —dijo Diana en voz baja.

—¡Ah, no sé! —contestó Mary con tono bastante despreocupado—. Sólo dos cosas se pueden decir de ellos en general. En ciertos momentos curiosos, son mandados hacer para cuidarnos a nosotras, pero nunca son capaces de cuidarse a sí mismos.

—Se está levantando un vendaval —dijo de repente Rosamund—; miren esos árboles allá lejos, y las nubes como van más rápidas.

—Ya sé lo que están pensando —dijo Mary—; y no sean un par de tontitas. No les hagan caso a las novelistas. Sigan ustedes por la calle real; porque la verdad de Dios es de Dios. Sí, querida, Michael a veces será extremadamente desarreglado. Arthur Inglewood será peor: será arreglado. Pero ¿para que otra cosa están todos los árboles y todas las nubes, mis gatitas tontuelas?

—Las nubes y los árboles se agitan para todos lados —dijo Rosamund—. Viene tormenta, y no sé por qué me pone toda alborotada. Michael, en realidad, se parece bastante a una tormenta, me asusta y hace que me sienta feliz.

—No se asusten —dijo Mary—. Bien visto, estos hombres tienen una ventaja: son de los que salen mucho.

Una arremetida repentina de viento a través de los árboles arrastró las hojas moribundas por el camino, y se pudo oír rugir débilmente los árboles distantes.

—Quiero decir —dijo Mary— que son de los que miran mucho hacia afuera, y se interesan por el mundo. No importa que sea discutiendo, o haciendo ciclismo, o atropellando los confines del mundo, como hace Innocent. Siga al hombre que se asoma a la ventana y trata de comprender el mundo. Guárdese del hombre que mira por dentro y trata de comprenderla a usted. Cuando el pobre Adán salió a entretenerse en el jardín (Arthur hará eso), el otro tipo vino y entró como un gusano, ¡ah, vieja víbora odiosa!

—Usted está de acuerdo con su Tía— dijo sonriendo Rosamund—: nada de víboras en el dormitorio.

—Yo no solía estar muy de acuerdo con mi tía —contestó Mary con sencillez—, pero creo que tenía razón en dejar que tío Harry coleccionara dragones y grifos con tal de que eso lo hiciera salir de casa.

Casi al mismo momento brotaron luces en el interior de la pensión oscurecida, convirtiendo las dos puertas de vidrio que daban al jardín en portones de oro bruñido. Los portones de oro se abrieron de golpe, y el enorme Smith, que durante tantas horas había estado sentado como una tosca estatua, vino volando y dando vueltas de carnero por el césped, al paso que gritaba: ¡Absuelto! ¡Absuelto de culpa y cargo! Haciéndole eco, Michael vino corriendo hacia Rosamund, y la hizo girar locamente en lo que pretendía ser un vals. Pero el grupo, a estas horas, conocía a Innocent y a Michael, y sus extravagancias se aceptaban alegremente; mucho más extraordinario fue el hecho de que Arthur Inglewood se dirigiera sin ambages a Diana y la besara, ni más ni menos que si fuese una hermana que cumpliera años. El mismo doctor Pym, si bien se abstenía de bailar, contemplaba la escena con verdadera benevolencia; porque en realidad toda la absurda revelación lo había turbado menos que a los demás; suponía a medias que esos tribunales irresponsables y discusiones insanas formaban parte de las pantomimas medievales de la Vieja Nación.

Mientras la tempestad rasgaba el cielo como con trompetas, una ventana tras otra se fue iluminando en el edificio; y antes de que el grupo, muerto de risa y abofeteado por el viento, hubiese tanteado su camino otra vez hacia la casa, se vio que la gran figura de chimpancé de Innocent Smith se había escurrido por la ventanita de su buhardilla y que, rugiendo repetidamente “¡Casa del Faro!”, hacía girar alrededor de su cabeza un enorme tizón o tronco de la estufa de leña de abajo, del cual un río de llamas carmesíes y humo violeta se derramaba por el aire ensordecedor.

Era tan visible como para ser advertido desde tres condados; pero cuando el viento se aplacó, y el grupo, en el apogeo de su alborozo, los buscó de nuevo a él y a Mary, no hubo forma de dar con ellos.

Gilbert Keith Chesterton, nació en Londres en 1874, en el seno de una familia de clase media. Según recuerda en su Autobiografía, el fin del colegio secundario y la consiguiente dispersión de los amigos lo introdujeron en un tiempo lleno de "dudas, morbos y tentaciones". En medio de un ambiente ateo, era él "un completo agnóstico". Por ese entonces se acercó al ocultismo, participó en reuniones para "iniciados" y centró su atención en la literatura espiritista y teosófica, mientras cursaba en el University College de Londres dibujo, pintura, literatura, francés y latín.

En 1895 dejó la Universidad sin haber terminado sus estudios y comenzó a trabajar en Londres para los editores Redway y Fisher Unwin. Inició su carrera literaria redactando artículos sobre arte y política para periódicos. En el año 1900 publicó su primer libro: la colección de poemas Greybeards at play. A éste lo siguieron las biografías de Robert Browning (1903) y Charles Dickens (1906); y las novelas El Napoleón de Notting Hill (1904), que critica al mundo mecanizado moderno destacando las virtudes de épocas anteriores, y El hombre que fue jueves (1908), que denuncia la decadencia cultural de finales del siglo XIX.

Con el paso del tiempo, Chesterton fue alejándose del ocultismo y renovó su fe cristiana (por entonces anglicana). En el año 1900 conoció al joven historiador Hilaire Belloc, con el que fundaría un diario para exponer sus ideas. En 1901 contrajo matrimonio con Frances Blogg, una joven y bella cristiana practicante, a quien conoció durante el otoño de 1896 y de quien se enamoró a primera vista.

En 1907 conoció al padre O'Connor, un sacerdote católico que igualaba a Chesterton en inteligencia y simpatía. Se sorprendió al comprobar que éste había sondeado los abismos del mal con mucha mayor profundidad que él: "Que la Iglesia Católica estuviera más enterada del bien que yo, era fácil de creer. Que estuviera más enterada del mal, me parecía increíble. El padre O'Connor conocía los horrores del mundo y no se escandalizaba, pues su pertenencia a la Iglesia Católica le hacía depositario de un gran tesoro: la misericordia". En la figura del padre O¨Connor se inspiraría Chesterton para crear al Padre Brown, el personaje principal de una exquisita serie de cuentos policiales cuya recopilación más famosa se titula El candor del Padre Brown. En 1908 publicó Ortodoxia, una apasionada defensa de la visión cristiana de la vida. Al año siguiente dejó Londres para radicarse junto a su esposa en Beaconsfield, localidad ubicada 40 kilómetros al oeste de la capital inglesa. Y un año después publicó la novela La esfera y la cruz.

Durante la Segunda Guerra Mundial murió su único y amado hermano Cecil. Terminada la Guerra, Chesterton lideró el movimiento Distributista, que propiciaba la división de la propiedad en partes pequeñas y su distribución pareja entre todas las personas.

En 1922 dejó la iglesia anglicana para unirse a la católica. Al año siguiente publicó una biografía de San Francisco de Asís y, en 1925, El hombre eterno, que presenta la concepción cristiana de la historia. A pedido de los editores de la biografía de San Francisco, escribió diez años después una biografía de Santo Tomás de Aquino: "el mejor libro que se ha escrito jamás sobre santo Tomás", según palabras de Étienne Gilson.

Habiendo publicado en vida cerca de cien libros, murió el 14 de junio de 1936 en su casa de Beaconsfield. Notificado de su muerte, el papa Pío XI le otorgó el título de Defensor Fidei. Y el filósofo rumano Mircea Eliade, a los pocos días del deceso, dijo: "La literatura inglesa ha perdido al ensayista contemporáneo más importante, y el mundo cristiano a uno de sus más preciosos apologistas. Inglaterra está más triste y confusa después de la desaparición de G.K Chesterton".

Su contextura física era desproporcionadamente grande, por lo que algunos lo comparan con el "buey mudo" (Tomás de Aquino). Además del enorme físico y la inteligencia punzante, lo caracterizaban el buen humor y la risa franca y contagiosa. Solía bromear con expresiones como "Por lo que respecta a mi peso, nadie lo ha calculado aún".

A lo largo de su vida fue distinguido por diferentes instituciones: recibió grados "honoris causa" de las universidades de Edimburgo, Dublín y Notre Dame, y fue hecho Caballero de la Orden de San Gregorio el Grande.

Notas

[1]
Refrán inglés:
"No existe viento tan malo que no le traiga a alguien algún bien"
.
<<

[2]
Una acepción de la palabra inglesa
bar
es "barra" y, por extensión, "foro".
<<

[3]
Refrán inglés:
Árbol sagrado de la mitología sajona.
.
<<

[4]
Persona popular en los cantos infantiles.
<<

[5]
Alusión a un episodio de los
Viajes de Gulliver
.
<<

[6]
Spring-cleaning
, costumbre inglesa de limpiar a fondo las casas en primavera.
<<

[7]
Parodia de Tennyson:
"El conocimiento, respeto y dominio propios, sólo estas tres cosas conllevan el poder soberano
".
<<

[8]
El
"Robinson Suizo"
es una novela publicada en 1812, por el pastor Johann David Wyss, que está inspirada en
"Robinson Crusoe"
.
<<

[9]
Sovereign
: soberano o libra esterlina.
<<

[10]
Cita latina:
"Triunfadora causa de la diosa"
.
<<

[11]
El término
"balmy"
del original inglés encierra un juego de palabras intraducibles: significa
"balsámico"
y a la vez
"chiflado"
, en lenguaje popular.
<<

[12]
"
Mulberry Bush
". Alusión a un juego de niños y a un canto popular infantil: "
Here we go round the mulberry bush
". (
Damos vueltas alrededor de la morera
).
<<

[13]
Personaje de una novela de S. Richardson, que encarna la virtud poco simpática.
<<

[14]
Héroe del
"Spectator"
de Addison, especie de rústico Quijote inglés, aunque lleno de buen sentido.
<<

[15]
El tipo popular del pillo, salteador de caminos del siglo XVIII.
<<

[16]
Doctor en música y escritor de mediana importancia.
<<

[17]
Erudito y fecundo escritor del siglo XVIII, sumamente bondadoso, bohemio y original.
<<

[18]
Si un médico cualquiera caído en un jardín…
<<

[19]
"No despierten al perro dormido", dicho inglés que equivale a expresar: "Déjese todo como está".
<<

[20]
Juego de palabras fundado en la similitud de los términos ingleses:
Beacon
(faro) y
bacon
(tocino).
<<

[21]
Ceremonial inglés.
<<

[22]
So very plain
: que significa tan sumamente
claro
y, al mismo tiempo, tan sumamente
feo
.
<<

[23]
Doble holandés
en inglés equivale a
galimatías
.
<<

[24]
El
infierno
, término que los ingleses pulcros consideran mala palabra.
<<

BOOK: Manalive
2.1Mb size Format: txt, pdf, ePub
ads

Other books

Too Much Stuff by Don Bruns
Betting on Texas by Amanda Renee
McMummy by Betsy Byars
Joe Gould's Teeth by Jill Lepore
Flight (Children of the Sidhe) by Pearse Nelson, J.R.
Redemption by Tyler, Stephanie
The Complete Short Fiction by Oscar Wilde, Ian Small
Judged by Him by Jaye Peaches
My Name Is Asher Lev by Chaim Potok
(2012) Blood on Blood by Frank Zafiro