Residence on Earth (New Directions Paperbook) (8 page)

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Authors: Pablo Neruda,Donald D. Walsh

BOOK: Residence on Earth (New Directions Paperbook)
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BURIAL IN THE
EAST

I work at night, surrounded by the city,

by fishermen, by potters, by corpses burned

with saffron and fruits, wrapped in scarlet muslin:

beneath my balcony those terrible dead men

pass clanking chains and copper flutes,

strident and fine and mournful they whistle

amid the color of the heavy poisoned flowers

and the shout of the ashen dancers

and the growing monotony of the tom-toms

and the smoke of the wood that burns and smells.

Because once around the bend, next to the turbid river,

their hearts, stopped or starting a greater movement,

will roll burned, with leg and foot on fire,

and the trembling ash will fall upon the water,

it will float like a bunch of burned flowers

or like a dead fire left by travelers so powerful

that they made something burn upon the black waters

and devoured

a vanished breath and an extreme unction.

 

III
CABALLERO SOLO

Los jóvenes homosexuales y las muchachas
amorosas,

y las largas viudas que sufren el delirante insomnio,

y las jóvenes señoras preñadas hace treinta horas,

y los roncos gatos que cruzan mi jardín en tinieblas,

como un collar de palpitantes ostras sexuales

rodean mi residencia solitaria,

como enemigos establecidos contra mi alma,

como conspiradores en traje de dormitorio

que cambiaran largos besos espesos por consigna.

 

El radiante verano conduce a los enamorados

en uniformes regimientos melancólicos,

hechos de gordas y flacas y alegres y tristes parejas:

bajo los elegantes cocoteros, junto al océano

y la luna,

hay una continua vida de pantalones y polleras,

un rumor de medias de seda acariciadas,

y senos femeninos que brillan como ojos.

 

El pequeño empleado, después de mucho,

después del tedio semanal, y las novelas leídas de noche

en cama,

ha definitivamente seducido a su vecina,

y la lleva a los miserables cinematógrafos

donde los héroes son potros o príncipes apasionados,

y acaricia sus piernas llenas de dulce vello

con sus ardientes y húmedas manos que huelen a cigarrillo.

 

Los atardeceres del seductor y las noch.es de los esposos

se unen como dos sábanas sepultándome,

y las horas después del almuerzo en que los jóvenes estudiantes

y las jóvenes estudiantes,

y los sacerdotes se masturban,

y los animales fornican directamente,

y las abejas huelen a sangre,

y las moscas zumban coléricas,

y los primos juegan extrañamente con sus primas,

y los médicos miran con furia al marido de la

joven paciente,

y las horas de la mañana en que el profesor, como por descuido,

cumple con su deber conyugal y desayuna,

y más aún, los adúlteros, que se aman con verdadero amor

sobre lechos altos y largos como embarcaciones:

seguramente, eternamente me rodea

este gran bosque respiratorio y enredado

con grandes flores como bocas

y dentaduras y negras raíces en forma de uñas y zapatos.

 

III
SINGLE GENTLEMAN

The homosexual young men and the amorous girls,

and the long widows who suffer from delirious insomnia,

and the young wives thirty hours pregnant,

and the raucous cats that cross my garden in the dark,

like a necklace of throbbing sexual oysters,

they surround my solitary residence,

like enemies established against my soul,

like conspirators in night clothes

who had exchanged long thick kisses by command.

 

The radiant summer leads the loved ones

in uniform melancholy regiments,

made of fat and skinny and happy and sad couples:

beneath the elegant cocoanut trees, next to the ocean

and the moon,

there is a continuous life of trousers and skirts,

a rustle of stroked silk stockings,

and feminine breasts that shine like eyes.

 

The little employee, after quite a while,

after the weekly tedium, and the novels read in bed

at night,

has definitively seduced his neighbor,

and takes her to miserable movies

where the heroes are colts or passionate princes,

and he strokes her legs covered with soft down,

with his ardent moist hands that smell of cigarettes.

 

The twilights of the seducer and the nights of the spouses

unite like two sheets burying me,

and the hours after lunch when the young men students

and the young women students and the priests masturbate,

and the animals fornicate directly,

and the bees smell of blood,

and the flies buzz angrily,

and boy cousins play strangely with their girl cousins,

and the doctors look furiously at the husband of the

young patient,

and the morning hours when the teacher absentmindedly

fulfills his conjugal duty and has breakfast,

and still more, the adulterers, who love each other with true love

upon beds as lofty and lengthy as ships;

I am securely and eternally surrounded by

this great respiratory and entangled forest

with huge flowers like mouths and teeth

and black roots shaped like fingernails and shoes.

 

RITUAL DE MIS
PIERNAS

Largamente he permanecido mirando mis largas piernas,

con ternura infinita y curiosa, con mi acostumbrada pasión,

como si hubieran sido las piernas de una mujer divina

profundamente sumida en el abismo de mi tórax:

y es que la verdad cuando el tiempo, el tiempo pasa sobre la tierra,

sobre el techo, sobre mi impura cabeza,

y pasa, el tiempo pasa, y en mi lecho no siento de noche que una

mujer está respirando, durmiendo desnuda y a mi
lado,

entonces extrañas, oscuras cosas toman el lugar de la ausente,

viciosos, melancólicos pensamientos

siembran pesadas posibilidades en mi dormitorio,

y así, pues, miro mis piernas como si pertenecieran a

otro cuerpo,

y fuerte y dulcemente estuvieran pegadas a mis entrañas.

 

Como tallos o femeninas, adorables cosas,

desde las rodillas suben, cilíndricas y espesas,

con turbado y compacto material de existencia:

como brutales, gruesos brazos de diosa,

como árboles monstruosamente vestidos de seres humanos,

como fatales, inmensos labios sedientos y tranquilos,

son allí la mejor parte de mi cuerpo:

lo enteramente substancial, sin complicado contenido

de sentidos o tráqueas o intestinos o ganglios:

nada, sino lo puro, lo dulce y espeso de mi

propia vida,

nada, sino la forma y el volumen existiendo,

guardando la vida, sin embargo, de una manera completa.

 

Las gentes cruzan el mundo en la actualidad

sin apenas recordar que poseen un cuerpo y en él la vida,

y hay miedo, hay miedo en el mundo de las palabras que designan

el cuerpo,

y se habla favorablemente de la ropa,

 

de pantalones es posible hablar, de trajes,

y de ropa interior de mujer (de medias y ligas de
“señora”),

como si por las calles fueran las prendas y los trajes vacíos por

completo

y un oscuro y obsceno guardarropas ocupara el mundo.

 

Tienen existencia los trajes, color, forma, designio,

y profundo lugar en nuestros mitos, demasiado lugar,

demasiados muebles y demasiadas habitaciones hay en

el mundo

y mi cuerpo vive entre y bajo tantas cosas abatido,

con un pensamiento fijo de esclavitud y de cadenas.

 

Bueno, mis rodillas, como nudos,

particulares, funcionarios, evidentes,

separan las mitades de mis piernas en forma seca:

y en realidad dos mundos diferentes, dos sexos diferentes

no son tan diferentes como las dos mitades de mis piernas.

 

Desde la rodilla hasta el pie una forma dura,

mineral, fríamente útil, aparece,

una criatura de hueso y persistencia,

y los tobillos no son ya sino el propósito desnudo,

la exactitud y lo necesario dispuestos en definitiva.

 

Sin sensualidad, cortas y duras, y masculinas,

son allí mis piernas, y dotadas

de grupos musculares como animales complementarios,

y allí también una vida, una sólida, sutil, aguda vida

sin temblar permanece, aguardando y actuando.

 

En mis pies cosquillosos,

y duros como el sol, y abiertos como flores,

y perpetuos, magníficos soldados

en la guerra gris del espacio,

todo termina, la vida termina definitivamente en mis pics,

 

lo extranjero y lo hostil allí comienza:

los nombres del mundo, lo fronterizo y lo remoto,

lo sustantivo y lo adjetivo que no caben en mi corazón

con densa y fría constancia allí se originan.

 

Siempre,

productos manufacturados, mcdias, zapatos,

o simplemente aire infìnito,

habrá entre mis pies y la tierra

extremando lo aislado y lo solitario de mi ser,

algo tenazmente supuesto entre mi vida y la tierra,

algo abiertamente invencible y enemigo.

 

RITUAL OF MY LEGS

For a long time I have stayed looking at my long
legs,

with infinite and curious tenderness, with my accustomed passion,

as if they had been the legs of a divine woman,

deeply sunk in the abyss of my thorax:

and, to tell the truth, when time, when time passes

over the earth, over the roof, over my impure head,

and it passes, time passes, and in my bed I do not feel at night

that a woman is breathing sleeping naked and at my
side,

then strange, dark things take the place of the absent one,

vicious, melancholy thoughts

sow heavy possibilities in my bedroom,

and so, then, I look at my legs as if they belonged to

another body

and were stuck strongly and gently to my insides.

 

Like stems or feminine adorable things,

from the knees they rise, cylindrical and thick,

with a disturbed and compact material of existence:

like brutal, thick goddess arms,

like trees monstrously dressed as human beings,

like fatal, immense lips thirsty and tranquil,

they are, there, the best part of my body:

the entirely substantial part, without complicated content

of senses or tracheas or intestines or ganglia:

nothing but the pure, the sweet, and the thick part of my

own life,

nothing but form and volume existing,

guarding life, nevertheless, in a complete way.

 

People cross through the world nowadays

scarcely remembering that they possess a body and life within it,

and there is fear, in the world there is fear of the words that

designate the body,

and one talks favorably of clothes,

it is possible to speak of trousers, of suits,

and of women’s underwear (of “ladies’” stockings and
garters)

as if the articles and the suits went completely empty through

the streets

and a dark and obscene clothes closet occupied the world.

 

Suits have existence, color, form, design,

and a profound place in our myths, too much of a place,

there is too much furniture and there are too many rooms in

the world

and my body lives downcast among and beneath so many things,

with an obsession of slavery and chains.

 

Well, my knees, like knots,

private, functional, evident,

separate neatly the halves of my legs:

and really two different worlds, two different sexes

are not so different as the two halves of my legs.

 

From the knee to the foot a hard form,

mineral, coldly useful, appears,

a creature of bone and persistence,

and the ankles are now nothing but the naked purpose,

exactitude and necessity definitively disposed.

 

Without sensuality, short and hard, and masculine,

my legs exist, there, and endowed

with muscular groups like complementary animals,

and there too a life, a solid, subtle, sharp life

endures without trembling, waiting and performing.

 

At my feet ticklish

and hard like the sun, and open like flowers,

and perpetual, magnificent soldiers

in the gray war of space,

everything ends, life definitively ends at my feet,

what is foreign and hostile begins there:

the names of the world, the frontier and the remote,

the substantive and the adjectival too great for my heart

originate there with dense and cold constancy.

 

Always,

manufactured products, socks, shoes,

or simply infinite air,

there will be between my feet and the earth

stressing the isolated and solitary part of my being,

something tenaciously involved between my life and the earth,

something openly unconquerable and unfriendly.

 

EL FANTASMA DEL BUQUE
DE CARGA

Distancia refugiada sobre tubos de espuma,

sal en rituales olas y órdenes definidos,

y un olor y rumor de buque viejo,

de podridas maderas y hierros averiados,

y fatigadas máquinas que aúllan y lloran

empujando la proa, pateando los costados,

mascando lamentos, tragando y tragando distancias,

haciendo un ruido de agrias aguas sobre las agrias aguas,

moviendo el viejo buque sobre las viejas aguas.

 

Bodegas interiores, túneles crepusculares

que el día intermitente de los puertos visita:

sacos, sacos que un dios sombrío ha acumulado

como animales grises, redondos y sin ojos,

con dulces orejas grises,

y vientres estimables llenos de trigo o copra,

sensitivas barrigas de mujeres encinta,

pobremente vestidas de gris, pacientemente

esperando en la sombra de un doloroso cine.

 

Las aguas exteriores de repente

se oyen pasar, corriendo como un caballo opaco,

con un ruido de pies de caballo en el agua,

rápidas, sumergiéndose otra vez en las aguas.

Nada más hay entonces que el tiempo en las cabinas:

el tiempo en el desventurado comedor solitario,

inmóvil y visible como una gran desgracia.

Olor de cuero y tela densamente gastados,

y cebollas, y aceite, y aún más,

olor de alguien flotando en los rincones del buque,

olor de alguien sin nombre

que baja como una ola de aire las escalas,

y cruza corredores con su cuerpo ausente,

y observa con sus ojos que la muerte preserva.

 

Observa con sus ojos sin color, sin mirada,

lento, y pasa temblando, sin presencia ni sombra:

los sonidos lo arrugan, las cosas lo traspasan,

su transparencia hace brillar las sillas sucias.

Quién es ese fantasma sin cuerpo de fantasma,

con sus pasos livianos como harina nocturna

y su voz que sólo las cosas patrocinan?

Los muebles viajan llenos de su ser silencioso

como pequeños barcos dentro del viejo barco,

cargados de su ser desvanecido y vago:

los roperos, las verdes carpetas de las mesas,

el color de las cortinas y del suelo,

todo ha sufrido el lento vacío de sus manos,

y su respiración ha gastado las cosas.

 

Se desliza y resbala, desciende, transparente,

aire en el aire frío que corre sobre el buque,

con sus manos ocultas se apoya en las barandas

y mira el mar amargo que huye detrás del buque.

Solamente las aguas rechazan su influencia,

su color y su olor de olvidado fantasma,

y frescas y profundas desarrollan su baile

como vidas de fuego, como sangre o perfume,

nuevas y fuertes surgen, unidas y reunidas.

 

Sin gastarse las aguas, sin costumbre ni tiempo,

verdes de cantidad, eficaces y frías,

tocan el negro estómago del buque y su materia

lavan, sus costras rotas, sus arrugas de hierro:

roen las aguas vivas la cáscara del buque,

traficando sus largas banderas de espuma

y sus dientes de sal volando en gotas.

 

Mira el mar el fantasma con su rostro sin ojos:

el círculo del día, la tos del buque, un pájaro

en la ecuación redonda y sola del espacio,

y desciende de nuevo a la vida del buque

cayendo sobre el tiempo muerto y la madera,

resbalando en las negras cocinas y cabinas,

lento de aire y atmósfera y desolado espacio.

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