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Authors: Carlos Rodríguez

Tags: #Ensayo

El encantador de gatos (14 page)

BOOK: El encantador de gatos
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El felino es un ser vivo que goza, que disfruta con la tranquilidad, la paz, el sosiego… un sencillo ingenio de tintineo agotador no encaja de buena manera en su estilo de vida.

Parece que el uso de tan simple artilugio se remonta a la noche de los tiempos… los humanos que utilizaban a los gatos como defensa de sus reservas de alimentos (principalmente cereales) querían saber dónde andaban aquellos especializados exterminadores de roedores.

El invento era sencillo, pequeño y efectivo… ¡¡había nacido el cascabel!! Desde entonces a nuestros días, el singular objeto ha pasado de ser un sistema de localización del animal, mucho más básico que un GPS, pero a la par de efectivo, a un adorno, un complemento estético más en la «moda
mascotera
».

Puede ser útil en determinados casos, como en el de algunos invidentes que conviven con estos animales… pero en el resto de ocasiones, sería mejor dejar al felino sin tan «absurdo» colgante.

Los comentarios de bar, los «dimes y diretes» del gran público, han llegado a otorgar al cascabel terribles causalidades… no en pocas ocasiones se ha escuchado decir que los cascabeles vuelven locos a los gatos, que provocan cambios drásticos en su comportamiento…

Ni tanto, ni tan calvo…

El cascabel no es, prácticamente en ninguna circunstancia, necesario para el gato, pero una vez puesto, tampoco provoca ningún mal, alteración, patología o desgracia.

Si tienes un gato, y quieres saber dónde está, tranquilo… cuando él quiera verte, seguro que aparece.

Lenguaje olfativo

Podríamos comenzar diciendo que los olores que emiten los gatos tienen una clarísima finalidad: poner fronteras a sus relaciones con los congéneres.

El gato mediante sus olores puede mantener alejados de sus territorios a otros gatos, aunque también puede sugerir el acercamiento (celo).

Los mensajes olorosos emitidos proporcionan al que los percibe un gran número de datos, entre ellos el sexo y la fase sexual en la que se encuentra, el momento en el que el animal dejó la señal…

Y muchos se preguntarán… ¿con qué «productos» dejan estos mensajes los gatos?

  1. Orina: la orina proporciona u n gran número de datos, como edad, sexo, estado reproductor e incluso estado sanitario del animal; entre otras posibles informaciones, el gato que percibe ese olor también puede saber el tiempo que hace que se depositó la señal.

    Cuando los gatos marcan objetos con orina, adoptan una postura que los ingleses denominan
    spraying
    (pulverizar); el gato se coloca de espaldas al objeto a marca, levanta la cola y expulsa la orina con fuerza.

  2. Secreciones glandulares: los felinos tienen distribuido por su organismo un gran número de glándulas; unas glándulas sebáceas capaces de dejar la información deseada; podemos encon trar estas glándulas en la cola, la cara, la barbilla, los labios, el cuello…

    Y ahora pensemos un momento… cuando el gato se frota contra las sillas, contra nuestras piernas… ¿qué está haciendo? ¿Está «a gustito»? ¿Quiere decirnos algo?… ¿o realmente está marcando sus propiedades y territorio? Puede parecernos curioso, increíble, pero el gato también marca a su propietario para indicar que somos parte de su entorno, que somos «de su propiedad».

    Cuando el gato afila sus uñas, cuando rasca los sillones, también está dejando marcado su territorio con el contenido de las glándulas que se encuentran entre sus dedos.

    Cuando se acicala también está extendiendo por todo su cuerpo el contenido de sus glándulas, contenido que posteriormente dejará en la zona que sea susceptible de actuar como un buzón de mensajes.

    Pero ¿qué «producto» contienen estas señales olfativas? ¿Qué hace que estos mensajes sean tan completos y tan especiales?

Feromonas

El término feromona fue definido por primera vez por Karison y Luscher en 1959; el término procede de dos raíces griegas:
pherein
(transportar) y
hormán
(excitación).

Estamos ante unas sustancias que tras ser emitidas son capaces de modificar ciertos aspectos fisiológicos y comportamentales del animal que las percibe; principalmente actúan sobre el comportamiento sexual y sobre el control del territorio.

Podemos decir que las secreciones más «ricas» en feromonas son la orina, las heces, el flujo vaginal y la secreción de las glándulas de la cara.

La percepción de las feromonas no se realiza por el canal olfativo habitual; para la percepción de estas singulares estructuras químicas el gato utiliza su órgano vomeronasa; el gato levanta la cabeza, abre parcialmente la boca y se queda inmóvil unos segundos, el tiempo necesario para que la información contenido en las feromonas sea «paladeada» por tan singular órgano.

Estamos ante unas sustancias químicas imposibles de identificar por el olfato humano… Nosotros podemos percibir el olor de la orina de un macho felino, de sus heces, pero no somos capaces de percibir la «rica información» que contienen esas estructuras químicas en su interior; las feromonas son una especie de «canal privado» de información de la especie que las emite.

Hace aproximadamente diez años que se consiguió aislar las feromonas presentes en las secreciones faciales del felino, y con ellas se dio con la solución para los problemas del comportamiento más frecuentes.

En la actualidad se han sintetizado algunas de estas feromonas en el laboratorio para su uso en el control, tratamiento y prevención de los problemas de comportamiento felino.

Entre otros usos, las feromonas de síntesis reducen las manifestaciones de estrés (tendencia a marcar en casa con orina y arañazos), pero también han demostrado su utilidad en el control de alteraciones emocionales como desplazamientos en coche, en la caja de transporte, en las estancias en residencias felinas o durante periodos de hospitalización.

El análisis de la secreción facial permite diferenciar hasta cuarenta componentes químicos distintos. De los cuarenta, sólo trece son comunes a todos los gatos. De hecho, podemos distinguir con estos trece elementos cinco combinaciones diferentes que parecen corresponder a cinco mensajes distintos, que los investigadores denominaron F1, F2, F3, F4 y F5.

Actualmente, tres de estas asociaciones se han podido relacionar con una situación funcional precisa, la F2 es la secreción depositada en estados de excitación sexual; la F3, sobre objetos inanimados conocidos; y la F4, la secreción que se deposita sobre gatos «de confianza» y sobre otras especies que les resulten familiares.

Las dos feromonas que más nos interesan son la F3 y la F4, a las que se ha denominado también como feromonas de identificación o familiarización, porque son secreciones cuyo olor a a hacer que el gato se sienta cómodo y tranquilo; la F3 le hará sentirse «como en casa», en un espacio protegido, relajante, y la F4 le hará sentirse «entre amigos» con otros seres que le van a resultar muy familiares.

Marcas

Un marcaje felino que nos acaba resultando molesto es el que efectúan con las garras, generalmente sobre superficies verticales, pero que no es sólo una señal visual, sino sobre todo una señal olfativa consistente en una secreción producida por unas glándulas presentes entre los dedos. Cuando este marcaje lo realizan sobre troncos de árboles en su vida en libertad, ningún humano se dará cuenta, se verá afectado.

Pero cuando les da por «afilarse las garras» sobre nuestro sillón o alfombra favorita, comienza a ser desesperante. Es un problema que puede solucionarse facilitando rascadores especiales a nuestros gatos.

Las uñas

La estructura de la uña o garra del gato está diseñada para que sólo sea utilizada en caso de necesidad; mientras el animal está en reposo, las uñas se encuentran ocultas bajo la piel; en caso de ser necesarias, saldrán al exterior con toda su contundencia y eficacia.

La uña está formada por un tejido duro (tejido córneo) que alberga en su interior vasos sanguíneos (arteria y vena) y terminación nerviosa.

Entre las principales funciones, aparte del marcaje, de las uñas del gato encontramos las siguientes:

  • Caza: en el caso de los animales que disfrutan de la libertad o de la semilibertad, las uñas son un instrumento fundamental para dar alcance a la presa y para mantenerla controlada mientras es ingerida.

    En el caso de los animales que viven dentro de casa, la función de caza de las presas es innecesaria, pero se ve sustituida por el juego de persecución y «caza» de los tobillos de los propietarios…

  • Defensa: no sólo son útiles para la caza… las uñas son un excelente medio de defensa del animal ante el ataque de otros predadores, animales del entorno…

    Las uñas sólo saldrán al exterior y serán utilizadas por el felino cuando la situación sea verdaderamente «importante»; cuando el felino no quiere atacar o defenderse, cuando sólo quiere amedrentar a su contrincante, dará un golpe con una o las dos manos, pero sin sacar las uñas.

  • Locomoción: en los gatos que viven dentro de la casa, la presencia de las uñas suele ser más una molestia para el propietario que un beneficio para el animal; un gato de apartamento sólo usará las uñas para subirse a algún lugar muy concreto… pero no las necesita como aquel que viven en el exterior y precisa trepar a un árbol.

Como hemos podido comprobar hasta el momento, las uñas en los felinos «caseros» pueden acabar siendo un problema y un gran inicio de distanciamiento entre el animal y el propietario.

Para el cuidado habitual de las uñas, para evitar conflictos relacionales, deberíamos tener en cuenta los siguientes puntos:

  • Se debe acostumbrar al gatito desde su llegada al hogar al uso de r ascadores; si jugamos con el animal y el rascador, si el animal impregna los olores de sus glándulas interdigitales en estos útiles enseres, el afilado de sus uñas y el marcaje con las manos no se realizará en muebles de alto valor económico o sentimental.
  • Si acostumbramos al gato al corte habitual de sus uñas, si nos dejamos asesorar previamente por los profesionales, el gato no tendrá miedo, pánico al cortaúñas y a la acción que provoca; si cortamos cuando nos apetece y por donde nos apetece, no conseguiremos establecer una rutina y podremos hacer mucho daños al animal.

Antes de terminar con las posibilidades de control de los efectos indeseados de las uñas, comentaros que existe una opción que soluciona de forma «radical» todos los problemas que las uñas del gato provocan a su propietario.

Esta solución pasa por la extirpación quirúrgica de las uñas del animal… Sobre esta acción quirúrgica existen opiniones profesionales a favor y en contra…

Los que defienden la cirugía proponen su sencillez, al ser una solución definitiva que no provoca traumas comportamentales al animal, además de añadir que aquellos animales que viven siempre dentro de casa no necesitan las uñas…

Los que están en contra lo consideran una amputación innecesaria, una cirugía cuyas consecuencias pueden manifestarse en el comportamiento del animal, limitando sus funciones naturales…

Todos están de acuerdo en que no debe hacerse en animales con vida en libertad o semilibertad, ya que anularía su capacidad para la caza, defensa y cualquier otra salida o situaciones de riesgo.

Los «frotamientos»

No todas las marcas realizadas por los felinos son molestas: los frotamientos que todos los gatos hacen contra las superficies salientes o contra nosotros mismos no son, como muchos piensan, un simple y evidente gesto «cariñoso» (que también lo son).

La gran mayoría entendemos su frotamiento como una caricia, cuando en realidad nuestro lindo gatito lo que está haciendo es un intercambio de olores: nos está dejando los suyos y, sobre todo, está impregnándose del nuestro porque para él somos una mezcla de madre, hermano mayor y el «jefe» del barrio. Somos fuertes y le interesa impregnarse de nuestro olor para que, todo el que lo huela, sepa que es amigo nuestro.

Es un marcaje oloroso, con la única diferencia de que ni ensucia ni lo notamos. Lo que los gatos están depositando en toda esta serie de frotamientos son las ya conocidas feromonas, y más concretamente las «feromonas sociales», su más eficaz vehículo de comunicación a distancia.

6
¡¡Ya no aguanto más!!

Como comentábamos al principio, la desesperación de los propietarios ante los problemas de comportamiento de su gato se verían en gran medida reducidos o desaparecerían de forma completa si conociéramos realmente al gato.

No podemos pretender que una especie animal anule sus costumbres, sus comportamientos innatos… podemos actuar sobre algunos de ellos con socialización, educación, cariño, paciencia… e incluso, aunque suene drástico, en el caso de los comportamientos reproductivos, con la cirugía.

Está claro que los problemas deben conocerse desde su inicio, ser valorados por profesionales y poner los remedios oportunos para ser solucionados.

Dejémonos de comentarios o consejos de «expertos» del trabajo, de la familia, de la comunidad de vecinos… lo más posible es que no sólo no se solucione el problema… seguro que empeora.

Podríamos aportar muchas clasificaciones de los diversos problemas de comportamiento de los felinos domésticos, pero antes de comentar los casos concretos, nos quedamos con esta clasificación:

  1. Introducidos por estrés o frustración: es la categoría más amplia de problemas de comportamiento, una categoría en la que en los últimos tiempos, el uso de «psicofármacos», acompañados de las adecuadas terapias, está proporcionando excelentes resultados. La introducción de nuevos miembros (animales y/o personas) en la familia, la hospitalización, cambios de rutinas, los castigos injustos o innecesarios, cambios de lecho absorbente, cambios de mobiliario o de entorno, pérdida de seres queridos… puede provocar estrés o frustración. La presentación del problema varía en cada individuo (subjetividad) y no puede ser «razonado» por el animal… No entiende lo que sucede y se provoca el problema.
    • Signos de estrés: convulsiones, epilepsia, despigmentación de la piel, miedo, excitación, depresión, agitación, cambios en los comportamientos alimentarios (anorexia, variaciones en la preferencia de sabores…), aversión a lugares, eliminación inadecuada, fiebre, vómitos, diarrea, pérdida de pelo, úlceras, excesivo o nulo acicalamiento, pasan más tiempo despiertos, aumento de la actividad exploratoria, disminución del juego, menor resistencia a la enfermedad.
    • Control de estrés: mejorar el entorno proporcionando tranquilidad y seguridad al animal (habitación tranquila o lugar para refugiarse), fármacos específicos, rutinas de comportamiento adecuadas, feromonas.
  2. Problemas de desarrollo: la inadecuada alimentación de la madre da lugar a fuertes y negativas influencias en la capacidad de aprendizaje de los neonatos; los cachorros que no han sido bien criados, por la ausencia materna, tienen un peor desarrollo cerebral y su maduración física se retrasa; son muy reactivos a los estímulos externos, pero son menos reactivos a otros gatos; los machos juegan de forma más agresiva y las hembras son más trepadoras; también se da un aumento de la vocalización. La separación temprana de la madre, antes de las dos semanas, puede afectar a los gatitos, sus actividades no estarán bien orientadas, se desarrollarán al azar. Tendrán mayor dificultad en el juego, principalmente en la inhibición del mordisco.
  3. Inadecuada socialización: la socialización inadecuada en los primeros días, meses, de vida del animal provocará problemas con los seres vivos que comparten el hogar, personas y animales.
  4. Problemas genéticos: en este apartado podemos decir que los casos presentados son mínimos; la escasa selección genética ha permitido una gran diversidad, por lo que la aparición de problemas es realmente contenida; se considera que menos del 10 por ciento de los gatos que conviven en nuestros hogares tienen pedigrí (más de un 50 por ciento en el caso de los perros); otra ventaja es que la selección genética de los gatos ha tendido a la estética, a las características físicas, y no a las de función, carácter o comportamiento, como en el caso del perro. Las razas felinas con mayores problemas de comportamiento son las más endogámicas: «abisinio, azul ruso, siamés…» suelen mostrar excesiva agitación, nerviosismo… Los gatos persas suelen presentar problemas de comportamientos higiénicos inadecuados, pero es más difícil que muestren comportamientos agresivos.
  5. Problemas médicos: el comportamiento inadecuado de las mascotas suele ser en gran medida debido a problemas orgánicos; el propietario acude a la consulta porque el gato está «raro»: no corre, se comporta de forma distinta, no quiere jugar… Una correcta valoración del estado sanitario del animal puede ponernos en la pista del problema. Muchos comportamientos higiénicos inadecuados son por infecciones urinarias, cálculos… Muchas presentaciones de agresividad, por problemas tiroideos… Antes de pensar en problemas de comportamiento «puros», siempre se debe descartar el componente orgánico.
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