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Authors: Alcohólicos Anónimos

Tags: #Autoayuda

El Libro Grande (61 page)

BOOK: El Libro Grande
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II
 
EXPERIENCIA ESPIRITUAL

Los términos «experiencia espiritual» y «despertar espiritual» son usados muchas veces en este libro, observándose, a través de su lectura detenida, que el cambio de personalidad necesario para dar lugar a la recuperación del alcoholismo se ha manifestado entre nosotros en muchas formas diferentes.

Sin embargo, es cierto que nuestra primera edición dio la impresión a muchos lectores de que estos cambios de personalidad, o experiencias religiosas, tienen que ser de una índole de súbitos y espectaculares sacudimientos. Felizmente para todos, esta conclusión es errónea.

En los primeros capítulos se describen varios cambios revolucionarios. Aunque no era nuestra intención causar esa impresión, muchos alcohólicos a pesar de esto han llegado a la conclusión de que para recuperarse, tienen que adquirir una inmediata y arrolladora «conciencia de Dios», seguida inmediatamente de un gran cambio de sentimientos y de actitud.

Entre los miles de miembros de nuestra Comunidad que está siempre creciendo, tales transformaciones son frecuentes aunque no son la regla. La mayoría de nuestras experiencias son de las que el psicólogo William James llama «variedad educacional», porque se desarrollan lentamente durante un cierto período de tiempo. Muy frecuentemente, los amigos del recién llegado se dan cuenta del cambio mucho antes que él. Éste se da cuenta por fin de que se ha operado en él un profundo cambio en su reacción a la vida, y que ese cambio difícilmente pudo haberse realizado por obra de él solo. Lo que sucede en unos cuantos meses rara vez podría lograrse en años a base de autodisciplina. Con pocas excepciones, nuestros miembros encuentran que han descubierto un insospechado recurso interior, que pronto identifican con su propio concepto de un Poder superior a ellos mismos.

La mayoría de nosotros pensamos que esta conciencia de un Poder superior al nuestro es la esencia de la experiencia espiritual. Nuestros miembros más religiosos la llaman «conciencia de Dios».

Queremos manifestar de la manera más enfática, que (a la luz de nuestra experiencia) cualquier alcohólico capaz de encarar honradamente sus problemas puede recuperarse, siempre que no cierre su mente a todos los conceptos espirituales. Solamente puede ser derrotado por una actitud de intolerancia o de negación beligerante.

Encontramos que nadie tiene por qué tener dificultades con la espiritualidad del programa.
Buena voluntad, sinceridad y una mente abierta son los elementos para la recuperación. Pero estos son indispensables
.

«Hay un principio que es una barrera para toda información, que es una refutación de cualquier argumento y que no puede fallar para mantener a un hombre en una perpetua ignorancia: el principio consiste en despreciar antes de investigar».

—HERBERT SPENCER

III
 
EL PUNTO DE VISTA MÉDICO

Desde el momento en que el Dr. Silkworth dio su primera recomendación de A.A., muchas asociaciones médicas así como multitud de médicos han manifestado su aprobación por la Comunidad. A continuación aparecen algunos extractos de los comentarios de algunos médicos participantes en la reunión anual de la Asociación Médica del Estado de Nueva York, en la que se presentó una ponencia sobre A.A.:

El Dr. Foster Kennedy, neurólogo, dice: «La organización de Alcohólicos Anónimos apela a dos de las fuentes más grandes de poder conocidas por el ser humano, la religión y el instinto de asociarse con sus semejantes… el instinto gregario. Creo que nuestra profesión debe reconocer este magnífico recurso terapéutico. Si no lo hacemos, tendremos que declararnos culpables de esterilidad emocional y de haber perdido esa fe que mueve montañas, sin la cual es poco lo que la medicina puede hacer».

El Dr. G. Kirby Collier, psiquiatra, expone: «Tengo la impresión de que Alcohólicos Anónimos es una asociación por y para sí misma y que sus mejores resultados pueden conseguirse bajo su propia dirección, como consecuencia de su filosofía. Cualquier procedimiento terapéutico o filosófico que registre un índice de recuperación del 50% al 60% merece nuestra consideración».

El Dr. Harry M. Tiebout, psiquiatra, explica: «Como psiquiatra, he meditado mucho sobre la relación entre mi especialidad y A.A. y he llegado a la conclusión de que nuestra función particular puede ser muy a menudo la de preparar el terreno para que el paciente acepte cualquier tipo de tratamiento o ayuda ajena. La función del psiquiatra, como la concibo ahora, es acabar con la resistencia interna del paciente, a fin de que lo que tienen dentro de sí florezca, como lo hace bajo la actividad del programa de A.A.»

Hablando bajo los auspicios de la Asociación Médica Norteamericana, en una emisión de la NBC en 1946, el Dr. W.W. Bauer dijo: «Los Alcohólicos Anónimos no hacen ningún tipo de cruzada, no se trata de una sociedad que aboga por la abstinencia de las bebidas alcohólicas. Los miembros de A.A. saben que no pueden beber nunca. Ayudan a otras personas con problemas parecidos… En este ambiente, el alcohólico frecuentemente supera su ensimismamiento. Aprendiendo a depender de un poder superior y al permitir que su trabajo con otros alcohólicos le absorba, se mantiene sobrio día a día. Los días se transforman en semanas, las semanas en meses y años».

El Dr. John F. Stouffer, jefe de Psiquiatría del Hospital General de Philadelphia, aludiendo a su experiencia con A.A. dijo: «Los alcohólicos que atendemos en nuestro hospital son en su mayor parte aquellos que no pueden costearse un tratamiento privado; A.A. es, con mucho, la mejor cosa que les hemos podido ofrecer. Incluso en aquellos que a veces reingresan en el hospital, vemos una transformación profunda de personalidad. Apenas se les puede reconocer».

La Asociación Psiquiátrica Norteamericana pidió en 1949 que fuera elaborada una ponencia por uno de los miembros más experimentados de A.A., para ser presentada ante la reunión anual de la Asociación ese mismo año. Más tarde, el discurso fue publicado en el número de noviembre de 1949 de la Revista de Psiquiatría Norteamericana.

(El discurso está disponible en forma de folleto a un precio nominal a través de la mayoría de los grupos de A.A. o en la G.S.O., Box 459, Grand Central Station, New York, N.Y. 10163, con el título «Tres Charlas a Sociedades Médicas por Bill W.»)

IV
 
EL PREMIO LASKER

En 1951, el Premio Lasker fue concedido a Alcohólicos Anónimos. Parte de la citación decía:

«La Asociación Norteamericana de Salud Pública presenta el Premio del Grupo Lasker de 1951 a Alcohólicos Anónimos, en reconocimiento de su enfoque único y sumamente acertado de ese antiguo problema de salud y problema social, el alcoholismo […] Al recalcar el hecho de que el alcoholismo es una enfermedad, el estigma social que acompañaba a esta condición está desapareciendo […] Posiblemente, algún día los historiadores reconocerán que Alcohólicos Anónimos ha sido una aventura pionera en su campo, que ha forjado un nuevo instrumento para el progreso social, una nueva terapia basada en la afinidad entre los que tienen un sufrimiento en común, y que dispone de un potencial enorme para la solución de las innumerables enfermedades de la humanidad.»

V
 
LA PERSPECTIVA RELIGIOSA SOBRE A.A.

Los clérigos de casi todas las denominaciones han dado su bendición a Alcohólicos Anónimos:

El Padre Edward Dowling, C.J., dice: «Alcohólicos Anónimos es natural; es natural en el mismo punto donde la naturaleza se acerca más a lo sobrenatural; es decir, en las humillaciones y en la consiguiente humildad. Los museos de bellas artes y las sinfonías tienen algo de espiritual, y la Iglesia Católica aprueba el uso que hacemos de éstos. También A.A. tiene algo de espiritual, y la participación católica en esta Comunidad resulta, casi sin excepción, en que los malos católicos se transformen en mejores católicos».

La redacción de la revista
Living Church
, publicada por la iglesia episcopal, observa: «La base del programa de Alcohólicos Anónimos es el principio verdaderamente cristiano de que sólo ayudando a su prójimo, puede un hombre ayudarse a sí mismo. Los miembros de A.A. describen el programa como una «póliza personal de seguros». Para mucha gente que estaría desesperadamente perdida sin la eficaz y singular terapia del programa, esta «póliza» ha significado la recuperación de la salud física, mental y espiritual.

Hablando en una cena organizada por John D. Rockefeller para presentar a Alcohólicos Anónimos a algunos de sus amigos, el Dr. Henry Emerson Fosdick dijo:

«Creo que, desde un punto de vista psicológico, el enfoque de este movimiento tiene una ventaja que no se puede duplicar. Creo que, si se dirige con prudencia —y parece estar en manos prudentes— las oportunidades que esperan a esta Comunidad en el futuro tal vez sobrepasen los límites de nuestra imaginación».

VI
 
CÓMO PONERSE EN CONTACTO CON A.A.

La mayoría de los pueblos y ciudades en los Estados Unidos y Canadá tienen grupos de A.A. En tales lugares se puede encontrar A.A. a través de la guía telefónica, la oficina del diario o la estación de policía locales, o al ponerse en contacto con curas o ministros del área. En ciudades grandes, los grupos frecuentemente mantienen oficinas locales donde los alcohólicos o sus familias pueden hacer arreglos para entrevistas u hospitalización. Estas llamadas asociaciones intergrupales se encuentran en las guías telefónicas bajo «A.A.» o «Alcohólicos Anónimos».

Alcohólicos Anónimos mantiene su centro de servicios internacionales en Nueva York, EE.UU. La junta de Servicios Generales de A.A. (los custodios) manejan la Oficina de Servicios Generales de A.A., A.A.W.S., Inc., y nuestra revista mensual, el A.A. Grapevine.

Si no puede encontrar A.A. en su localidad, envíe una carta dirigida a la General Service Office, Box 459, Grand Central Station, New York, N.Y. 10163, EE.UU., y recibirá una respuesta inmediata de este centro mundial indicándole el grupo más cercano. Si no hay ninguno cerca, se le invitará a sostener una correspondencia que contribuirá mucho a asegurarle su sobriedad, no importa lo aislado que esté.

Si es usted pariente o amigo de un alcohólico que no demuestra ningún interés en A.A., se sugiere que escriba a: Al-Anon Family Groups, Inc., 1600 Corporate Landing Parkway, Virginia Beach, VA 23454-5617, USA.

Este es un centro de información para los grupos de familia Al-Anon, mayormente constituido por esposas, esposos y amigos de los miembros de A.A. Esta sede le facilitará la dirección del grupo familiar más cercano y, si usted lo desea, mantendrá una correspondencia con usted sobre sus problemas particulares.

VII
 
LOS DOCE CONCEPTOS (FORMA CORTA)

Los Doce Pasos de A.A. son principios para la
recuperación
personal. Las Doce Tradiciones aseguran la
unidad
de la Comunidad.
Los Doce Conceptos para el Servicio Mundial
, escritos por el co-fundador Bill W. ofrecen un grupo de principios relacionados para ayudar a asegurar que los varios elementos de la estructura de A.A. sean sensibles a las necesidades de quienes sirven y responsables ante ellos.

La «forma corta» de los Conceptos, que aparece a continuación, fue preparada por la Conferencia de Servicios Generales de 1974.

  1. La responsabilidad final y la autoridad fundamental de los servicios mundiales de A.A. deben siempre residir en la conciencia colectiva de toda nuestra Comunidad.
  2. La Conferencia de Servicios Generales se ha convertido, en casi todos los aspectos, en la voz activa y la conciencia efectiva de toda nuestra Comunidad en sus asuntos mundiales.
  3. Para asegurar su dirección eficaz, debemos dotar a cada elemento de A.A. —la Conferencia, la Junta de Servicios Generales, y sus distintas corporaciones de servicio, personal directivo, comités y ejecutivos— de un Derecho de Decisión tradicional.
  4. Nosotros debemos mantener, a todos los niveles de responsabilidad, un «Derecho de Participación» tradicional, ocupándonos de que a cada clasificación o grupo de nuestros servidores mundiales les sea permitida una representación con voto, en proporción razonable a la responsabilidad que cada uno tenga que desempeñar.
  5. En toda nuestra estructura de servicio mundial, un «Derecho de Apelación» tradicional debe prevalecer, asegurándonos así que se escuche la opinión de la minoría, y que las peticiones de rectificación de los agravios personales sean consideradas cuidadosamente.
  6. La Conferencia reconoce también que la principal iniciativa y la responsabilidad activa en la mayoría de estos asuntos, deben ser ejercida en primer lugar por los miembros custodios de la Conferencia, cuando ellos actúan como la Junta de Servicios Generales de Alcohólicos Anónimos.
  7. La Carta Constitutiva y los Estatutos son instrumentos legales, y los custodios están, por consiguiente, totalmente autorizados para administrar y dirigir todos los asuntos de servicios. La Carta de la Conferencia en sí misma no es un instrumento legal; se apoya en la fuerza de la tradición y en las finanzas de A.A. para su eficacia.
  8. Los Custodios son los principales planificadores y administradores de los grandes asuntos de política y finanzas globales. Con respecto a nuestros servicios constantemente activos e incorporados separadamente, los Custodios, como síndicos fiscales, ejercen una función de supervisión administrativa, por medio de su facultad de elegir a todos los directores de estas entidades.
  9. Buenos directores de servicio en todos los niveles son indispensables para nuestro funcionamiento y seguridad en el futuro. La dirección básica del servicio mundial que una vez ejercieron los fundadores de Alcohólicos Anónimos, tiene necesariamente que ser asumida por los Custodios.
  10. A cada responsabilidad de servicio, le debe corresponder una autoridad de servicio equivalente, y el alcance de tal autoridad debe estar siempre bien definido.
  11. Los Custodios deben siempre contar con los mejores comités permanentes y con directores de las corporaciones de servicio, ejecutivos, personal de oficina y consejeros bien capacitados. La composición, cualidades, procedimientos de iniciación y derechos y obligaciones serán siempre asuntos de verdadero interés.
  12. La Conferencia cumplirá con el espíritu de las Tradiciones de A.A., teniendo especial cuidado de que la Conferencia nunca se convierta en sede de peligrosa riqueza o poder; que fondos suficientes para su funcionamiento, más una reserva adecuada, sean su prudente principio financiero, que ninguno de los miembros de la Conferencia sea nunca colocado en una posición de autoridad desmedida sobre ninguno de los otros, que se llegue a todas las decisiones importantes por discusión, votación siempre que sea posible, por unanimidad substancial; que ninguna actuación de la Conferencia sea punitiva a personas, o una incitación a controversia pública, que la Conferencia nunca deba realizar ninguna acción de gobierno autoritaria, y que como la Sociedad de Alcohólicos Anónimos, a la cual sirve, la Conferencia en sí misma siempre permanezca democrática en pensamiento y en acción.
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