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Authors: Mario Benedetti

Tags: #Poesia

Inventario Uno 1950-1985 (16 page)

BOOK: Inventario Uno 1950-1985
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borda aplazamientos y triunfos

le cose los botones al desorden

y hasta remienda melancolías

siempre hay un finísimo llanto un placer

que a veces ni siquiera tiene lágrimas

y es la parábola de esta historia mixta

la vida a cuatro manos el desvelo

o la alegría en que nos apoyamos

cada vez más seguros casi como

dos equilibristas sobre su alambre

de otro modo no habríamos llegado a saber

qué significa el brindis que ahora sigue

y que lógicamente no vamos a hacer público.

23 de marzo 1976.

HOMBRE DE MALA VOLUNTAD

Cuando volvés a la tarde como a un oasis

y tu mujer te espera linda y ávida

y cree en la provincia de tu silencio

que hace tiempo vendiste al enemigo

cuando volvés de tarde como un padre mágico

y el gurí te salpica de inocencia

y te mira como mira un gorrión a ese cielo

del que hace tiempo te descolgaste

cuando te arrellanás en la dulzura

y la seguridad te envuelve como un aliento

y ves en las ventanas el otoño

esa reflexiva estación de lealtades

cuando una paz tan expugnable

trata de instalarse nada menos que en vos

y te das cuenta de que algo no marcha

porque ya no sabés qué hacer con ella

cuando el calorcito del hogar te acepta

y tu vieja entorna los ojos para oír

eine kleine nachtmusik o la última curda

o los cierra con modorra octogenaria

cuando toda la jornada se resume

en la gran disculpa que te enceniza

y preferís no abrir el diario de la noche

porque sabés todo lo que se calla

cuando metés el índice en el vaso de bohemia

para mover el hielo en el old smuggler

y el frío te sube de la yema al corazón

y después te baja del cuore a las tripas

cuando tu hijo diga buenas noches

y te bese el mentón y se pinche

y comprendas que sos para él

más o menos la bienaventuranza

cuando tu madre diga buenas noches

y se retire con tu infancia a cuestas

y la veas moverse paso a paso

como si no pudiera con la carga

cuando tu mujer diga buenas noches

y no vaya a dormir sino a esperarte

bajo las sábanas almidonadas

que cambió en tu homenaje

cuando todos te dejen en el living

a solas con tu húmedo bigote

y la mirada opaca como nunca

y el tocadiscos que se detiene solo

mejor lo pasarías si no tuvieras

en la retina y en los tímpanos

el rostro el puño el alarido

del muchachito de ojos claros

de mejillas pecosas

de bien marcado costillar

de rodillas casi puntiagudas

de piernas que saltaban como peces

cuánto mejor lo pasarías

si la memoria no fuese tan cabrona

como para mostrarte y volverte a mostrar

aquella desnudez indoblegable

y sobre todo aquellos ojos clarísimos

que te miraban como no creyendo

que vos el de corbata fueras

tan sólo una palanca de patíbulo

cuánto mejor lo estarías pasando

si te olvidaras para siempre

de ese recuerdo tan fresquito

tan acabado de nacer

tan intacto que es como si vieras

la boca que llegaba hasta el mismísimo

borde de la derrota y se mordía

y empezaba a morirse de victoria

cómo será la cosa que no te odiamos

fijate vos cómo será la cosa

que no te hacemos ese amargo honor

hombre de mala voluntad pobre hombre

quizá te alcance con que los ojos

de tu botija macanudo y frágil

mañana o pasadomañana te miren

porque estas cosas siempre se propagan

o el mes que viene o el año próximo

te miren esos ojos como no creyendo

claros también y no creyendo pero

ya no será mirada de gorrión

ojos claros te miren como no creyendo

pero creyendo al fin y al cabo

no con mirada de gorrión

pero creyendo al fin y al cabo

entonces pobre hombre de mala voluntad

ni siquiera juntando todo el odio

que quede disponible en el mercado

ninguno de nosotros podrá odiarte

como vos mismo te odiarás.

LOS ESPEJOS LAS SOMBRAS

Y las sombras que cruzan los espejos

VICENTE HUIDOBRO

Es tan fácil nacer en sitios que no existen

y sin embargo fueron brumosos y reales

por ejemplo mi sitio mi marmita de vida

mi suelta de palomas conservaba

una niebla capaz de confundir las brújulas

y atravesar de tarde los postigos

todo en el territorio de aquella infancia breve

con la casa en la loma cuyo dueño

era un tal valentín del escobar

y el nombre era sonoro me atraían

las paredes tan blancas y rugosas

ahí descubrí el lápiz como colón su américa

sin saber que era lápiz y mientras lo empuñaba

alguien hacía muecas al costado de un biombo

para que yo comiera pero yo no comía

después es la estación y es el ferrocarril

>me envuelven en la manta de viaje y de calor

y había unas mangueras largas ágiles

que lavaban la noche en los andenes

las imágenes quedan como en un incunable

que sólo yo podría descifrar

puesto que soy el único especialista en mí

y sin embargo cuando regresé

apenas treinta y dos años más tarde

no había andén ni manta ni paredes rugosas

ya nadie recordaba la casa en la lomita

tampoco a valentín del escobar

quizá sea por eso que no puedo creer

en pueblo tan ceñido tan variable

sin bruma que atraviese los postigos

y confunda las brújulas

un paso de los toros enmendado

que no tiene ni biombo ni mangueras

el espejo tampoco sabe nada

con torpeza y herrumbre ese necio repite

mi pescuezo mi nuez y mis arrugas

debe haber pocas cosas en el mundo

con menos osadía que un espejo

en mis ojos amén de cataratas

y lentes de contacto con su neblina propia

hay rehenes y brujas

espesas telarañas sin arañas

hay fiscales y jueces

disculpen me quedé sin defensores

hay fiscales que tiemblan frente a los acusados

y jueces majaderos como tías

o deshumanizados como atentos verdugos

hay rostros arduos y fugaces

otros triviales pero permanentes

hay criaturas y perros y gorriones

que van garúa arriba ensimismados

y un sosías de dios que pone cielos

sobre nuestra mejor abolladura

y tampoco el espejo sabe nada

de por qué lo contemplo sin rencor y aburrido

y así de noche en noche

así de nacimiento en nacimiento

de espanto en espantajo

van o vamos o voy con las uñas partidas

de arañar y arañar la infinita corteza

más allá del orgullo los árboles quedaron

quedaron los presagios las fogatas

allá atrás allá atrás

quién es tan memorioso

ah pero la inocencia ese búfalo herido

interrumpe o reanuda

la fuga o cacería

de oscuro desenlace

todos mis domicilios me abandonan

y el botín que he ganado con esas deserciones

es un largo monólogo en hilachas

turbado peregrino garrafal

contrito y al final desmesurado

para mi humilde aguante

me desquito clavándole mi agüero

me vengo espolvoreándolo de culpas

pero la soledad esa guitarra

esa botella al mar

esa pancarta sin muchedumbrita

esa efemérides para el olvido

oasis que ha perdido su desierto

flojo tormento en espiral

cúpula rota y que se llueve

ese engendro del prójimo que soy

tierno rebuzno de la angustia

farola miope

tímpano

ceniza

nido de águila para torcazas

escobajo sin uvas

borde de algo importante que se ignora

esa insignificante libertad de gemir

ese carnal vacío

ese naipe sin mazo

ese adiós a ninguna

esa espiga de suerte

ese hueco en la almohada

esa impericia

ese sabor grisáceo

esa tapa sin libro

ese ombligo inservible

la soledad en fin

esa guitarra

de pronto un día suena repentina y flamante

inventa prójimas de mi costilla

y hasta asombra la sombra

qué me cuentan

en verdad en verdad os digo que

nada existe en el mundo como la soledad

para buscarnos tierna compañía

cohorte escolta gente caravana

y el espejo ese apático supone

que uno está solo sólo porque rumia

en cambio una mujer cuando nos mira sabe

que uno nunca está solo aunque lo crea

ah por eso hijos míos si debéis elegir

entre una muchacha y un espejo

elegid la muchacha

cómo cambian los tiempos y el azogue

los espejos ahora vienen antinarcisos

hace cuarenta años la gente los compraba

para sentirse hermosa para saberse joven

eran lindos testigos ovalados

hoy en cambio son duros enemigos

cuadrados de rencor bruñidos por la inquina

nos agravian mortifican zahieren

y como si tal cosa pronuncian su chispazo

mencionan lustros y colesterol

pero no las silvestres bondades de estraperlo

la lenta madurez esa sabiduría

la colección completa de delirios

nada de eso solamente exhuman

las averías del pellejo añejo

el desconsuelo y sus ojeras verdes

la calvicie que empieza o que concluye

los párpados vencidos siniestrados

las orejas mollejas la chatura nasal

las vacantes molares las islas del eczema

pero no hay que huir despavorido

ni llevarle el apunte a ese reflejo

nadie mejor que yo

para saber que miente

no caben en su estanque vertical

los que fui los que soy los que seré

siempre soy varios en parejos rumbos

el que quiere asomarse al precipicio

el que quiere vibrar inmóvil como un trompo

el que quiere respirar simplemente

será que nada de eso está en mis ojos

nadie sale a pedir el vistobueno

de los otros que acaso y sin acaso

también son otros y en diversos rumbos

el que aspira a encontrarse con su euforia

el que intenta ser flecha sin el arco

el que quiere respirar simplemente

será que nada de eso está en mi ceño

en mis hombros mi boca mis orejas

será que ya no exporto dudas ni minerales

no genera divisas mi conducta

tiene desequilibrios mi balanza de pagos

la caridad me cobra intereses leoninos

y acaparo dolor para el mercado interno

será que nada de eso llega al prójimo

pero yo estoy hablando del y con el espejo

y en su luna no hay prójima y si hay

será una entrometida que mira sobre mi hombro

los prójimos y prójimas no están en el luciente

sencillamente son habitantes de mí

y bueno se establecen en mí como pamperos

o como arroyos o como burbujas

por ejemplo las dudas no están en el espejo

las dudas que son meras preconfianzas

por ejemplo los miércoles no están

ya que el espejo es un profesional

de noches sabatinas y tardes domingueras

los miércoles de miércoles quién se le va a arrimar

pedestre o jadeante

inhumano y cansado

con la semana a medio resolver

las tardes gordas de preocupaciones

el ómnibus oliendo a axila de campeón

los insomnios no caben por ejemplo

no son frecuentes pero sí poblados

de canciones a trozos

de miradas que no eran para uno

y alguna que otra bronca no del todo prevista

de ésas que consumen la bilis del trimestre

tampoco aquellos tangos en los que uno sujeta

en suave diagonal la humanidad contigua

y un magnetismo cálido y a la vez transitorio

consterna los gametos sus ene cromosomas

y entre corte y cortina se esparcen monosílabos

y tanto las pavadas aleluya

como las intuiciones aleluya aleluya

derriban las fronteras ideológicas

verbigracia qué puede rescatar el espejo

de una ausencia tajante

una de esas ausencias que concurren

que numeran sus cartas

y escriben besos ay de amor remoto

qué puede qué podría reconocer carajo

de las vidas y vidas que ya se me murieron

esos acribillados esos acriborrados

del abrazo y el mapa y los boliches

o los que obedecieron a su corazonada

hasta que el corazón les explotó en la mano

sea en el supermarket de la mala noticia

o en algún pobre rancho de un paisaje sin chau

poco puede conocer de los rostros

que no fueron mi rostro y sin embargo

siguen estando en mí

y menos todavía

de los desesperantes terraplenes

que traté de subir o de bajar

esos riesgos minúsculos que parecen montañas

y los otros los graves que salvé como un sordo

así hasta que la vida quedó sin intervalos

y la muerte quedó sin vacaciones

y mi piel se quedó sin otras pieles

y mis brazos vacíos como mangas

declamaron socorro para el mundo

en la esquina del triste no hay espejo

y lo que esmás austerono hay auxilio

por qué será que cunden las alarmas

y no hay manera ya de descundirlas

el país tiene heridas grandes como provincias

y hay que aprender a andar sobre sus bordes

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