Z
APATERO. ¡Niña, qué primor! ¡Le quiere usted tanto como yo a mi mujer!
Z
APATERA. ¡Muchísimo más!
Z
APATERO. No es posible. Yo soy como un perrillo y mi mujer manda en el castillo, ¡pero que mande! Tiene más sentimiento que yo.
(Está cerca de ella y como adorándola.)
Z
APATERA. Y no se le olvide decirle que lo espero, que el invierno tiene las noches largas.
Z
APATERO. Entonces, ¿lo recibiría usted bien?
Z
APATERA. Como si fuera el rey y la reina juntos.
Z
APATERO.
(Temblando.)
¿Y
si por casualidad llegara ahora mismo?
Z
APATERA. ¡Me volvería loca de alegría!
Z
APATERO. ¿Le perdonaría su locura?
zAPATERA. ¡Cuanto tiempo hace que se la perdoné!
Z
APATERO. ¿Quiere usted que llegue ahora mismo?
Z
APATERA. ¡Ay, si viniera!
Z
APATERO.
(Gritando.)
¡Pues aquí está!
Z
APATERA. ¿Qué está usted diciendo?
Z
APATERO.
(Quitándose las gafas y el disfraz.)
¡Que ya no puedo más! ¡Zapatera de mi corazón!
(La Zapatera está como loca, con los brazos separados del cuerpo. El Zapatero abraza a la Zapatera y ésta lo mira fijamente en medio de su crisis. Fuera se oye claramente un run-run de coplas.)
V
OZ.
(Dentro.)
La señora zapatera
al marcharse su marido
ha montado una taberna
donde acude el señorío.
Z
APATERA.
(Reaccionando.)
Pillo,
gránujá, tunante, canalla! ¿Lo oyes? ¡Por tu culpa!
(Tira las sillas.)
Z
APATERO.
(Emocionado dirigiéndose al banquillo.)
¡Mujer de mi corazón!
Z
APATERA. ¡Corremundos! ¡Ay, cómo me alegro de que hayas venido! ¡Qué vida te voy a dar! ¡Ni la Inquisición! ¡Ni los templarios de Roma!
Z
APATERO.
(En el banquillo.)
¡Casa de mi felicidad!
(Las coplas se oyen cerquísima, los Vecinos aparecen en la ventana.)
V
OCES.
(Dentro.)
Quién te compra zapatera
el paño de tus vestidos
y esas chambras de batista
con encajes de bolillos.
Ya la corteja el alcalde,
ya la corteja don Mirlo.
Zapatera, zapatera,
¡zapatera te has lucido!
Z
APATERA. ¡Qué desgraciada soy! ¡Con este hombre que Dios me ha dado!
(Yendo a la puerta.)
¡Callarse largos de lengua, judíos colorados! Y venid, venid ahora, si queréis. Ya somos dos a defender mi casa, ¡dos! ¡dos! yo y mi marido.
(Dirigiéndose al Marido.)
¡Con este pillo, con este granuja!
(El ruido de las coplas llena la escena. Una campana rompe a tocar lejana y furiosamente.)
TELÓN