Los hechos del rey Arturo y sus nobles caballeros (43 page)

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Authors: John Steinbeck

Tags: #Histórica, aventuras, #Aventuras

BOOK: Los hechos del rey Arturo y sus nobles caballeros
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Sus cuerpos se estrecharon como impulsados por un resorte. Sus bocas se encontraron, devorándose con ansiedad. Cada frenética palpitación estalló contra las costillas buscando el cuerpo del otro hasta que se apartaron, sin aliento, y el aturdido Lanzarote buscó la puerta al tanteo y bajó torpemente las escaleras. Y sollozaba con amargura.

Ant so at that ryme sir Lancelot had the grettyste name of ony knygh: of the worlde, ant moste he was honoured of hyghe and lowe.

EXPLICIT A NOBLE TALE OF SIR LANCELOT DU LAKE

Y así en esos tiempos gozó Lanzarote de mayor renombre que cualquier caballero del mundo, y en gran honra lo tuvieron las gentes de todos los rangos.

FIN DE UNA NOBLE HISTORIA DE LANZAROTE DEL LAGO

Apéndice

John Steinbeck escribió
The Acts of King Arthur and his Noble Knights
a partir del Manuscrito Winchester de los cuentos de Malory. Su trabajo excede a la mera redacción, puesto que John reelaboró las historias originales. Fue escrito en Somerset, Inglaterra, en 1958-9 y quedó incompleto; la edición no fue preparada ni corregida por John.

Los extractos de sus cartas, que se publican a continuación, muestran que él redactó dos borradores de ciertas partes del libro. Dichas cartas estaban dirigidas a Elizabeth Otis, su agente literario desde 1931 hasta su muerte en 1968, y a mi (ella figura como ERO, yo como CHASE). Ellas describen algunas de sus reflexiones, muestran su forma de trabajo y exponen algunas de sus ideas sobre la escritura. John no terminó
The Acts of King Arthur
y no declaró por qué o cómo se sintió bloqueado, si ése era el caso, cuando interrumpió su labor.

Lo que resulta evidente es su enorme y genuino interés en el tema. En estas cartas un novelista describe sus esperanzas, algunos de sus proyectos, y su modo de proceder en este aspecto de su trabajo como escritor.

CHASE HORTON

* * *

A ERO - NUEVA YORK, 11 DE NOVIEMBRE DE 1956

Comienzo de inmediato con la
Morte
. Que todo quede entre nosotros hasta que termine el trabajo. Posee toda la vieja magia.

A ERO - NUEVA YORK, 19 DE NOVIEMBRE DE 1956

Estuve zambulléndome en el Malory. Y con placer. En tanto no sepa lo que ocurre en el mundo, me gustaría hacer una tentativa con esto. Y voy a intentarlo, de todas maneras.

Ahora bien, el método. Esto me tiene un poco perplejo. Cuando lo leí por primera vez, a la edad de Louis más o menos, ya debía estar enamorado de las palabras, porque los vocablos viejos y obsoletos me deleitaban. Sin embargo, dudo que a los chicos de ahora les causen tanta fascinación. Están más adiestrados en la imagen que en el sonido. Voy a tratar de hacer un texto de prueba, sin suprimir todas las formas antiguas ni toda la estructura sintáctica de Malory, sino sustituyendo ciertas palabras por otras simples y conocidas e invirtiendo oraciones que aún ahora resultan asombrosas.

Hay varias cosas que
no
voy a hacer. No voy a expurgar el texto. Pendragon poseyó a la mujer del duque de Cornualles, y así eran las cosas. Creo que los chicos no sólo entienden estas cosas sino que las aceptan hasta que los confunden con esa moral que intenta eliminar la realidad mediante el silencio. Estos hombres poseían
mujeres
, y pienso conservarlas. Por otra parte, voy a conservar los encabezamientos del libro y los capítulos y en ellos mantendré intacto el lenguaje de Malory-Caxton. Creo que va a ser un lindo trabajo.

Cuando tenga lista una parte, haré un ensayo introductorio para hablar de mi propio interés en el ciclo, cuándo comenzó y hacia dónde se orientó, pasando un poco por la erudición para volver al otro aspecto de la cosa. En este ensayo también trataré de exponer cuál ha sido, en mi opinión, el impacto de este libro en nuestra lengua, nuestras actitudes, nuestra moral y nuestra ética.

Presiento que todo va a ir muy rápido, siempre que no haya muchas interrupciones. Además, creo que en esto puedo salir airoso de las interrupciones. Después de tantos años, descubro que lo conozco muy bien.

Otra cosa que no quiero hacer. Hay muchas partes de libro que no son claras, así como la poesía no es clara. No son literales. No tengo la intención de hacerlas claras o literales. Recuerdo demasiado bien mi propio deleite en la conjetura.

En cuanto al título, no sé qué diría en la cubierta de Caxton, pero la portada decía:

«Nacimiento, Vida y Hechos del Rey Arturo, de sus Nobles Caballeros de la Tabla Redonda, sus maravillosas búsquedas y aventuras, la conquista del Santo Grial y al final La Muerte de Arturo con la Dolorosa Muerte y Despedida de este Mundo de Todos ellos».

Quizá me gustaría adoptar la primera parte y denominarlo
The Acts of King Arthur
. Claro que explicaría esto en la introducción, citando la portada de Caxton. Pero el Libro es mucho más
Acts
que
Morte
.

Todo eso se puede discutir, en cualquier caso. Lo principal es ver si puedo hacerlo o no, y de mejor modo de comprobarlo es intentándolo.

¿Tienes una edición de Caxton? Me gustaría que, al leer mi versión, las compares, por si se te ocurre alguna recomendación.

Aparte, ¿qué te parece Chase como una especie de Asesor Editorial? Su conocimiento y su interés parecen ser muy grandes y él podría ayudarme cuando me tope con dificultades. Sería bueno contar con alguien para consultarlo. Y él podría hacer un ensayo introductorio que precediera al mío. Infórmame al respecto.

A ERO - NUEVA YORK, 3 DE DICIEMBRE DE 1956

El trabajo con los cuentos de Arturo marcha muy bien. La presente es a modo de informe sobre lo hecho y las perspectivas. Respecto al libro arturiano, me hallo singularmente bien preparado. Practiqué un poco de anglosajón y, por supuesto, como todo el mundo, leí mucho en inglés antiguo y medieval. No sé por qué digo «todo el mundo», pues conozco a muy poca gente que lo haya hecho.

Sin embargo, en el manuscrito Winchester hay un buen número de palabras que, si bien puedo comprender el significado general, pueden tener también significados específicos. Es difícil encontrar léxicos o diccionarios de las lenguas antiguas. Sin embargo, la biblioteca y Fannie se están ocupando de eso y espero tener algún material esta semana.

Cada vez estoy más entusiasmado con el trabajo. Estoy comparando Caxton con el Winchester y veo que Caxton es muy diferente. No sólo se encargó de la edición, sino que en más de un caso introdujo cambios en el texto. Aunque él publicó su edición a los pocos años de la muerte de Malory, su lenguaje es muy diferente del que emplea el Winchester. Me inclino a creer que hubo dos razones para esto. En primer lugar, Caxton era impresor, editor y hombre de la ciudad, mientras que Malory pasó mucho, mucho tiempo en el campo… y una buena temporada en la cárcel. Además el manuscrito Winchester fue obra de monjes copistas y es probable que sea más fiel a Malory. Por mi parte, voy a usar el Winchester más que el Caxton. Si alguien va a encargarse de la edición, prefiero ser yo mismo. Además, en el Winchester hay matices muy interesantes que Caxton suprimió.

En muy poco tiempo —apenas termine con Merlín, en realidad—, comentaremos el método que estoy utilizando y llegaremos a una decisión.

A ERO - NUEVA YORK, 2 DE ENERO DE 1957

Recibí tu carta esta tarde, y te agradezco la advertencia de que aminore el ritmo. No sé por qué me empeño en esta carrera contra el tiempo, parte de una fijación, supongo, de hambre o de quiebra económica. Hace un tiempo que advertí que ésta no es tarea para ir a los apurones. Hay mucho que leer pero también hay mucho que pensar, y yo no pienso con rapidez.

Arturo no es un personaje. Tienes razón. Y acaso es oportuno considerar que tampoco lo es Jesús, ni el Buda. Acaso las grandes figuras simbólicas no puedan ser personajes, porque si lo fueran no nos identificaríamos con ellas sustituyéndolas por las nuestras. Sin duda vale la pena reflexionar al respecto. En cuanto a su habilidad como guerrero o gobernante, es muy posible que a Malory no le parecieran necesarias. Lo que importaba era la sangre, y después la unción. Con estas dos cosas, no hacía falta la habilidad, mientras que sin ellas la habilidad de poco o nada podía servir. Habrás notado que no se infringe ninguna ley moral. Como hombre Arturo era un asesino, pero como rey no podía serlo. Esta actitud mental nos resulta muy difícil de comprender, pero de todos modos era real.

El lunes que viene voy a la ciudad. Quiero ir a la Biblioteca Morgan y hablar con la gente de allí. Además, es hora de tomar un poco de aire.

A ERO - NUEVA YORK, 3 DE ENERO DE 1957

No hago sino leer, leer y leer, y es como escuchar una música que uno recuerda.

Cosas de sumo interés en los libros. Pequeños significados que despuntan por un momento, y unos pocos eruditos que hacen observaciones y luego se retractan o las confirman casi con espanto. Cuando termine este trabajo, si alguna vez lo termino, me gustaría hacer algunas observaciones sobre la leyenda. En alguna parte falta una pieza del rompecabezas, una pieza que sirve para unir todo el conjunto. Hay demasiados eruditos que dedicaron tanto tiempo a tratar de establecer si Arturo en realidad existió que ya han perdido todo rastro de la sencilla verdad de que su existencia continúa. Collingwood establece que hubo un Ursus, o el Oso, que en celta es Artur, y cita que Nenio lo traduce al latín como
Ursus horribilis
. Pero
Ursus horribilis
es el oso grizzly y por lo que yo sé nunca se lo encontró fuera de América del Norte. Pero ya ves en qué cosas se mete uno. Ya veo que un hombre si quisiera, podría vararse aquí y pasar muchos años felices peleándose con otros especialistas sobre la palabra oso y el Artur de la forma celta.

Doce era el número normal para cualquier grupo de acólitos de un hombre o un principio. El simbolismo era inevitable. Y nada importa que el Grial fuera el cáliz del Gólgota o el caldero gaélico más tarde usado por Shakespeare, puesto que el principio de ambos consistía en la vida eterna, o mejor dicho, la vida eternamente renovada. Todas estas cosas hay que considerarlas inevitablemente, pero es la conexión —la línea continua con la pieza que falta en el medio— lo que a mí me fascina.

Otro detalle interesante es cómo Malory aprendía a escribir a medida que redactaba el libro. Los períodos intrincados, los personajes y hechos confusos de las primeras partes se pulen mientras él avanza, de manera que sus períodos se vuelven más fluidos, y el diálogo se hace más auténtico y los personajes se vuelven más humanos que simbólicos aun cuando él intenta preservar el símbolo, y estoy seguro de que eso se debe a que Malory aprendió a escribir mientras lo hacía. Se transformó en un maestro y uno puede apreciar todo el proceso. Sea cual fuere el trabajo que yo haga, eso no voy a intentar alterarlo. Seguiré los pasos de su creciente perfección y, quién sabe, es posible que yo mismo aprenda algo. Es una tarea fascinante si puedo deshacerme de la sensación de apuro que hace tanto tiempo me viene acuciando. Ésa es la verdadera maldición, ¿y por qué y para quién? Quizás escribí demasiados libros en vez de uno. Pero Malory tenía una gran ventaja sobre mí. Estuvo en la cárcel muy a menudo y allí no había ningún apuro, salvo cada tanto, cuando quería salir.

A CHASE - SAG HARBOR, 9 DE ENERO DE 1957

Sigo leyendo, pero con tanta lentitud. Literalmente, muevo los labios. Elaine es capaz de leer cuatro libros mientras yo tartamudeo uno solo. Pero supongo que esto no va a cambiar. De todos modos me divierto y no hay nada que me interrumpa.

Voy a Nueva York el lunes que viene. Voy a almorzar con Adams de la P. M. Librará la semana que viene. Le sugerí el jueves, si está libre, si no el miércoles o el viernes. Va a venir con el doctor Buhíer, a quien debes conocer de nombre por sus trabajos sobre Edad Media y Renacimiento. De Buhíer, Adams comenta: «Está como impregnado de la sensualidad de su tema». El caso es que colaboran mucho en todo sentido. Espero que también estés libre para almorzar. Sugerí el Colony Bar, a las 12.30 del jueves que viene, creo que el 17. ¿Puedes venir? Si ellos no pueden ese día te llamaré para hacértelo saber, pero me encantaría que pudieras reunirte con nosotros.

Tengo muchos atisbos pero voy a dejarlos tal cual. Nada es tan peligroso como las teorías de un estudioso medio torpe o informado a medias. Estoy bien seguro de que también para Malory una buena parte consistió en atisbos. No sabes cuánto te agradezco el envío de los libros pero va a pasar mucho tiempo antes que me dedique a ellos. Te visitaré en la ciudad.

A CHASE - NUEVA YORK, 18 DE FEBRERO DE 1957

Es ridículo que tú me des las gracias a mi. La enorme suma de trabajo y pensamiento que inviertes en esto sería difícil de pagar. Y el futuro se ve pletórico de nuevas tareas. Gracias al cielo que se trata de tareas que a los dos nos gustan…

En la medida de lo que puedo —que no es una medida muy grande— estoy tratando de excluir todo por ahora, hasta que haya delineado un modelo básico que me permita vislumbrar qué puedo hacer.

A CHASE - NUEVA YORK, 14 DE MARZO DE 1957

Ahora bien, Malory era un hombre muy preciso con las palabras. Nunca menciona los libros franceses, sino el
libro
francés. En otros términos, no necesitaba una biblioteca, y hay pocas evidencias de que haya acudido a alguna. Jamás hace alusión al poema aliterativo inglés, el
Morte Arthure
, o a Godofredo de Monmouth. No era un erudito. Era un novelista. Tal como Shakespeare era un dramaturgo. Sabemos de dónde Shakespeare debió sacar su historia inglesa, porque los paralelos están muy próximos, ¿pero de dónde tomó su Verona, su Venecia, su Padua, su Roma, su Atenas? Por alguna razón suele creerse que estos grandes hombres, Malory y Shakespeare, no leían y no escuchaban. Se supone que absorbían por ósmosis. Leí el
Mabinogion
hace treinta años, y no obstante en
Sweet Thursday
repito la historia del pobre caballero que fabricó una esposa con flores. Y en otra parte volví a contar la historia del hombre que colgó a un ratón por robo. Y no estoy en un curso recordatorio de Malory o Shakespeare.

Y quiero trabajar un poco la hipótesis en germen de que la
Morte d'Arthur
pudo ser una especie de manifiesto político.

Cuando Shakespeare quería lanzar sus invectivas contra el trono —pues no era tonto—, no atacaba a los Tudor sino a las dinastías anteriores, dinastías de las que Isabel podía estar algo celosa, pues ella era de origen galés. Un ataque frontal a la corona era un suicidio seguro, tanto en tiempos de Malory como de Shakespeare. Pero imagínate lo que sentirías si estuvieras a favor de Neville, duque de Warvick, y Eduardo IV fuera el rey. Un rey semejante no podía actuar con justicia.

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