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Authors: Isaac Asimov

Tags: #Ciencia Ficción

Los límites de la Fundación (5 page)

BOOK: Los límites de la Fundación
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—Eso, consejero, lo ha explicado usted mismo hace unos momentos. La causa fue el Mulo. El Mulo era un mutante con intenso poder mental y no había habido manera de tenerle en cuenta en el Plan.

—Pero, de todos modos, surgió. El Plan Seldon fue interrumpido. El Mulo no gobernó durante mucho tiempo y no tuvo sucesores. La Fundación recuperó su independencia y su dominio, pero ¿cómo pudo el Plan Seldon reanudar su curso después de un descalabro tan enorme?

Branno frunció el ceño y enlazó fuertemente las manos.

—Ya sabe la respuesta. Somos una de dos Fundaciones. Ha leído los libros de historia.

—He leído la biografía de Arkady sobre su abuela, después de todo es una lectura obligatoria en la escuela, y también he leído sus novelas. He leído la versión oficial de la historia del Mulo y los que gobernaron a continuación. ¿Me permite que dude de ellas?

—¿En qué sentido?

—Oficialmente nosotros, la Primera Fundación, debíamos preservar los conocimientos de las ciencias físicas y ampliarlos. Debíamos actuar abiertamente, de modo que nuestro desarrollo histórico siguiera el Plan Seldon, lo supiéramos o no. Sin embargo también estaba la Segunda Fundación, que debía conservar y desarrollar las ciencias psicológicas, incluida la psicohistoria, y su existencia debía ser un secreto incluso para nosotros. La Segunda Fundación era el órgano sintonizador del Plan, y actuaba ajustando las corrientes de la historia galáctica, cuando se desviaban del camino trazado por el Plan.

—Se está contestando a sí mismo —dijo la alcaldesa—. Bayta Darell derrotó al Mulo, quizá bajo la inspiración de la Segunda Fundación, aunque su nieta asegure que no fue así. Sin embargo, no cabe duda de que fue la Segunda Fundación la que luchó por encarrilar la historia galáctica hacia el plan tras la muerte del Mulo, y es evidente que lo logró.

Así pues, ¿se puede saber de qué está hablando, consejero?

—Señora alcaldesa, si nos guiamos por el relato de Arkady Darell, está claro que la Segunda Fundación, al intentar corregir la historia galáctica, desbarató todo el proyecto de Seldon, ya que al intentar corregir destruyó su propio carácter secreto. Nosotros, la Primera Fundación, descubrimos que nuestro homónimo, la Segunda Fundación, existía, y no podíamos vivir sabiendo que nos estaban manipulando. Por lo tanto, emprendimos la búsqueda de la Segunda Fundación para destruirla.

Branno asintió.

—Y, según el relato de Arkady Darell, lo conseguimos, aunque como es evidente, después de que la Segunda Fundación volviera a encauzar firmemente la historia galáctica tras la interrupción causada por el Mulo. Y sigue encauzada.

—¿Cómo puede usted creer eso? La Segunda Fundación, según el relato, fue localizada y sus diversos miembros eliminados. Esto sucedió en el año 378 E.F., hace ciento veinte años. Durante cinco generaciones hemos actuado, aparentemente, sin la Segunda Fundación, y sin embargo hemos seguido el curso del Plan hasta tal punto que usted y la imagen de Seldon han hablado de un modo casi idéntico.

—La interpretación más lógica es que yo he discernido el modo en que se desarrolla la historia con gran perspicacia.

—Perdóneme. No dudo de su gran perspicacia, pero creo que la explicación más lógica es que la Segunda Fundación no fue destruida. Sigue dirigiéndonos. Sigue manipulándonos. Y éste es el motivo por el que hemos reanudado el curso del Plan Seldon.

7

Si la alcaldesa se sintió escandalizada por tal declaración, no lo demostró.

Era más de la una de la madrugada y deseaba ansiosamente zanjar la cuestión, pero no podía precipitarse. Aquel joven tenía cualidades dignas de ser aprovechadas y ella no quería impulsarle a romper la cuerda. No queda tener que librarse de él, si antes podía sacarle partido.

—¿De verdad? ¿Afirma, entonces, que el relato de Arkady sobre la guerra kalganiana y la destrucción de la Segunda Fundación es falso? ¿Inventado? ¿Una estratagema? ¿Una mentira? —preguntó.

Trevize se encogió de hombros.

—No tiene por qué serlo. Ese es otro asunto. Supongamos que el relato de Arkady fuese totalmente cierto, a su entender. Supongamos que todo ocurrió exactamente como Arkady dijo: que el emplazamiento de la Segunda Fundación fue descubierto, y que sus miembros fueron eliminados. Sin embargo, ¿Cómo podemos asegurar que los exterminamos a todos? La Segunda Fundación tenía bajo su dominio a toda la Galaxia. No sólo manipulaban la historia de Términus o de la Fundación. Sus responsabilidades abarcaban algo más que nuestra capital o toda Nuestra Confederación. Seguro que había algún miembro de la Segunda Fundación a mil pársecs de distancia o más. ¿Es posible que los extermináramos a todos?

»Y si no lo hicimos, ¿Podíamos decir que habíamos Vencido? ¿Pudo el Mulo haberlo dicho en su época? Conquistó Términus y, junto con él todos los mundos que controlaba directamente, pero los mundos comerciantes independientes se mantuvieron firmes. Conquistó los Mundos Comerciantes, pero quedaron tres fugitivos: Ebling Mis, Bayta Darell y su marido. Consiguió dominar a ambos hombres y dejó a Bayta en libertad. Lo hizo, según el relato de Arkady, a causa de un sentimiento. Y eso fue suficiente. A juzgar por la versión de Arkady, había una sola persona, Bayta, que podía actuar a su antojo, y debido a ello el Mulo no consiguió localizar la Segunda Fundación y, por lo tanto, fue derrotado.

»¡Una sola persona sin controlar, y todo se perdió! Aquí se demuestra la importancia de una persona, pese a todas las leyendas que rodean al Plan Seldon en el sentido de que el individuo no es nada y la masa lo es todo.

»Y si nosotros no sólo dejamos con vida a un miembro de la Segunda Fundación, sino a varias docenas, como parece probable, ¿qué pudo ocurrir? ¿No es posible que se agruparan, reconstruyeran sus fortunas, volvieran a desempeñar su profesión, multiplicaran su número por medio del reclutamiento y la instrucción, y nos convirtieran una vez más en peones?

Branno dijo con gravedad:

—¿Lo cree así?

—Estoy seguro de ello.

—Pero, dígame, consejero. ¿Por qué iban a molestarse? ¿Por qué un grupo tan exiguo iba a aferrarse desesperadamente a un deber que nadie acoge con satisfacción? ¿Qué les impulsa a encauzar a la Galaxia hacia el Segundo Imperio Galáctico? Y si ese grupo tan pequeño insiste en cumplir su misión, ¿por qué vamos a preocuparnos? ¿Por qué no aceptamos el curso del Plan y nos alegramos de que ellos se encarguen de que no nos desviemos o perdamos?

Trevize se llevó la mano a los ojos y se los restregó. A pesar de su juventud, parecía el más cansado de los dos. Miró fijamente a la alcaldesa y dijo:

—No puedo creerla. ¿Acaso tiene la impresión de que la Segunda Fundación hace esto por nosotros? ¿Que son una especie de idealistas? ¿No le bastan sus conocimientos de política, de las consecuencias prácticas del poder y la manipulación, para darse cuenta de que lo hacen por ellos mismos?

»Nosotros somos el filo cortante. Somos el motor, la fuerza. Trabajamos y sudamos, sangramos y lloramos. Ellos se limitan a controlar, ajustando un amplificador aquí, cerrando un contacto allí, y haciéndolo con tranquilidad y sin riesgo para sí mismas. Después, cuando todo esté hecho y cuando, tras mil años de esfuerzos y luchas, hayamos establecido el Segundo Imperio Galáctico, los miembros de la Segunda Fundación se introducirán en él como la elite gobernante.

Branno dijo:

—Entonces, ¿quiere eliminar la Segunda Fundación? Estando a mitad de camino del Segundo Imperio, ¿quiere correr el riesgo de completar la labor nosotros solos y actuar como nuestra propia elite? ¿Eso es?

—¡Exactamente! ¡Exactamente! ¿Acaso usted no lo desea? Usted y yo no viviremos para verlo, pero usted tiene nietos y yo puedo llegar a tenerlos, y ellos tendrán nietos, y así sucesivamente. Quiero que ellos vean el fruto de nuestros esfuerzos y quiero que nos recuerden como el origen, y nos ensalcen por lo que hemos realizado. No quiero que toda la gloria corresponda a una conspiración tramada por Seldon, que no es un héroe de mi gusto. Le aseguro que es una amenaza mayor que el Mulo… si permitimos que su Plan siga adelante. Por la Galaxia, ojalá el Mulo hubiese desviado el Plan enteramente, y para siempre. Le habríamos sobrevivido. El era único en su clase y muy mortal. La Segunda Fundación parece ser inmortal.

—Pero a usted le gustaría destruir la Segunda Fundación, ¿no es así?

—¡Si supiera cómo!

—Ya que no lo sabe, ¿no cree que probablemente ellos lo destruirían a usted?

Trevize adoptó una actitud despectiva.

—He llegado a pensar que incluso usted podría estar bajo control. Su acertada suposición de lo que diría la imagen de Seldon y su modo de tratarme podrían ser obra de la Segunda Fundación. Usted podría ser una cáscara hueca con un contenido de la Segunda Fundación.

—Entonces, ¿por qué me habla como lo está haciendo?

—Porque si usted esta controlada por la Segunda Fundación, yo estoy perdido de todos modos y bien puedo dar rienda suelta a mi ira; y porque, en realidad, no creo que esté bajo su control, sino que no se da cuenta de lo que hace.

Branno dijo:

—Así es. No estoy bajo el control de nadie más que el mío. Sin embargo, ¿puede estar seguro de que digo la verdad? Si estuviese controlada por la Segunda Fundación, ¿lo admitiría? ¿Sabría yo misma que estaba bajo su control?

»Pero no tiene objeto hacerse tales preguntas. Yo creo que no estoy controlada y usted debe creerlo también. Sin embargo, piense en esto. Si la Segunda Fundación existe, no cabe duda de que su mayor empeño es asegurarse de que ningún habitante de la Galaxia conozca su existencia. El Plan Seldon sólo funciona bien si los peones, nosotros, ignoramos cómo funciona el Plan y cómo somos manipulados.

La Segunda Fundación fue destruida en tiempos de Arkady porque el Mulo centró la atención de la Fundación en la Segunda Fundación. ¿O debería decir casi destruida, consejero?

»De esto podemos deducir dos corolarios. Primero, podemos suponer razonablemente, que interfieren lo menos posible. Podemos suponer que les resultaría imposible apoderarse de todos nosotros. Incluso la Segunda Fundación, si existe, debe de tener un poder limitado. Apoderarse de algunos y permitir que otros lo adivinaran distorsionaría el Plan.

Por lo tanto, llegamos a la conclusión de que su interferencia es tan discreta, indirecta y escasa como es posible… y, en consecuencia, yo no estoy controlada. Y usted tampoco.

Trevize dijo:

—Este es un corolario y yo tiendo a aceptarlo porque deseo hacerlo, quizá. ¿Cuál es el otro?

—Uno más simple e inevitable. Si la Segunda Fundación existe y quiere guardar el secreto de esa existencia, una cosa es segura. Cualquiera que piense que aún existe, y hable de ello, y lo anuncie, y lo grite a toda la Galaxia debe ser eliminado, acallado, aniquilado inmediatamente. ¿No llegaría usted también a esta conclusión?

Trevize dijo:

—¿Por eso me ha arrestado, señora alcaldesa? ¿para protegerme de la Segunda Fundación?

—En cierto modo. Hasta cierto punto. La cuidadosa grabación que Liono Kodell ha hecho de sus creencias será publicada no sólo para evitar que el pueblo de Términus y la Fundación se altere indebidamente, sino también para evitar que la Segunda Fundación lo haga. Si existe, no quiero que se fije en usted.

—¿En serio? —dijo Trevize con marcada ironía—. ¿Por mi bien? ¿Por mis hermosos ojos marrones?

Branno se agitó y después, sin previo aviso, se rio quedamente y dijo:

—No soy tan vieja, consejero, para no ver que tiene unos hermosos ojos marrones y, hace treinta años, ése podría haber sido motivo suficiente. Sin embargo, ahora no movería un dedo para salvarlos, como tampoco a todo el resto de su cuerpo si sólo sus ojos corrieran peligro. Pero si la Segunda Fundación existe, y si atraemos su atención hacia usted quizá no se detenga ahí. Debo tener en cuenta mi propia vida, y la de muchos otros más inteligentes y valiosos que usted, así como todos los planes que hemos hecho.

—¡NO me diga! ¿Así que cree en la existencia de la Segunda. Fundación, ya que reacciona tan cautelosamente ante la posibilidad de su respuesta?

Branno descargó un puñetazo sobre la mesa que tenía delante.

—¡Claro que creo en ella, grandísimo tonto! Si no supiera que la Segunda Fundación existe, y si no estuviera combatiéndoles tan firme y efectivamente como es posible, ¿me importaría lo que usted dijera sobre este tema? Si la Segunda Fundación no existiera, ¿importaría que usted declarase lo contrario? Hace meses que deseaba silenciarle, para que sus afirmaciones no trascendieran pero carecía del poder político para tratar severamente a un concejal. La aparición de Seldon me ha hecho ganar fuerza y me ha dado el poder, aunque sólo sea temporal, y en este preciso momento, sus afirmaciones han trascendido. He actuado con rapidez, y ahora le haré matar sin un solo remordimiento o un microsegundo de vacilación… si no hace exactamente lo que le diga.

»Toda nuestra conversación, a una hora en la que preferiría estar durmiendo en la cama, ha tenido como objeto lograr que me crea cuando le digo esto. Quiero que sepa que el problema de la Segunda Fundación, que usted mismo ha esbozado, me da razón suficiente para hacerle un lavado de cerebro sin juicio.

Trevize casi se levantó del asiento.

—Oh, no haga ningún movimiento. Yo sólo soy una anciana, como seguramente debe estar diciéndose a sí mismo, pero antes de que pudiera ponerme una mano encima, estaría muerto. Mis hombres, muchacho insensato, nos observan de cerca —dijo Branno.

Trevize se sentó y, con voz un poco trémula, replicó:

—No la comprendo. Si creyera que la Segunda Fundación existe, no hablaría tan libremente de ella. No se expondría a los peligros a los que, según usted, me estoy exponiendo yo.

—Entonces, reconoce que tengo más sentido común que usted. En otras palabras, usted cree que la Segunda Fundación existe, pero habla libremente de ella, porque es un necio. Yo creo que existe, y también hablo libremente…, pero sólo porque he tomado precauciones. Ya que parece haber leído con detenimiento la historia de Arkady, quizá recuerde que habla de un invento hecho por su padre llamado «Dispositivo Estático Mental». Sirve de escudo frente a la clase de poder mental que posee la Segunda Fundación. Aún existe y, además, ha sido mejorado bajo el mayor de los secretos. Por el momento, esta casa se halla razonablemente a salvo de sus fisgoneos. Una vez explicado esto, déjeme decirle lo que va a hacer.

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