Authors: Sophia Hunter
Lo que el jefe quiere
Ca
pí
tulo 1
"Maldito!"
Danica gri
t
ó en su cabeza como el sonido del cristal al romperse destro
z
ó la sala de descanso. Ella permanec
i
ó in
mó
vil durante un largo minuto mirando a la puerta, esperando en cualquier momento para que alguien viniera en un intento de averiguar q
u
é ha
bí
a sucedido.
"Gracias a Dios",
pen
s
ó cuando nadie aparec
ió
. Fue desp
ué
s de los 31 minutos antes de lo que se supo
ní
a que iba a llegar al
l
í de todos modos. Ella to
m
ó una respirac
ió
n profunda y larga hizo su camino hasta el armario de suministros en la parte de at
rá
s de la sala de descanso para obtener una escoba y pala para recoger basura. Ella entonces cuidadosamente hizo su camino de vuelta y empe
z
ó barriendo los cristales rotos.
"Si tengo que mantener esto no voy a ser empleado mucho
má
s tiempo",
pen
s
ó que ella vuelca los cristales rotos en una bandeja. Luego caminamos de regreso al mostrador y se vierte a
s
í misma una taza de ca
fé
. Ella to
m
ó un largo sorbo y cer
r
ó los ojos como se sint
i
ó el caliente rico en caf
eí
na haciendo su camino hacia abajo de su garganta. Ella estaba toda
ví
a de pie en la sala de descanso con los ojos cerrados y la espalda a la puerta, de modo que ella nunca lo no
t
é cuando su jefe Adam Keller se incli
n
ó contra el poste de puerta mi
rá
ndola. Ella estaba en una luz azul camiseta sin mangas Blusa negra escondida en una falda de cintura alta que era un poco demasiado apretado alrededor de sus caderas, tan lejos como A
dá
n fue afectado. Su culo era perfectamente redonda sobresaliendo elevada en el aire gracias a un negro brillante que tenia de tacones de aguja. Ella era una encender sin siquiera tener que intentarlo. Adam's ojos viajan hacia arriba y hacia abajo de su cuerpo antes de que acla
r
ó su garganta fuerte. Danica se volt
e
ó a mirar a un sonriente A
dá
n quien era ahora entramos en la habitac
ió
n.
"Sr. Keller, s
eñ
or," ella comen
z
ó como ella puso su copa hacia abajo sobre el mostrador. "Yo no sa
bí
a que estaban ya en. Te ha
r
é una taza de ca
f
é… o le gusta
rí
a tener
té
?" pregun
t
ó en voz temblorosa. Ella odiaba que ella estaba tan nerviosa alrededor d
eé
l, incluso desp
ué
s de trabajar co
né
l durante casi seis meses.
"No, voy a tener mi propio ca
fé
, Miss Rayne," dijo Adam com
oé
l cami
n
ó hasta donde estaba ella. Se v
eí
a en sus ojos durante un largo segundo antes se v
eí
a en la cafetera det
rá
s de ella. "No os importa?" pregun
t
ó apuntando a la cafetera. Danica dio un paso al costado y en lugar de A
dá
n alcanzando una taza sobre su lado izquierdo donde estaba claro, lle
g
ó por su parte derecha entre la cintura y la pared, cepillar suavemente contra ella com
oé
l ti
r
ó la copa. Entonces
,é
l u
s
ó su otra mano y consigu
i
ó la cafetera. Ya te
ní
a sus manos a ambos lados de su cuerpo y ella era la respirac
ió
n
má
s
rá
pida y profunda. Ella po
dí
a sentir su ritmo car
dí
aco acelerando como ella le mi
r
ó pero Adam pare
cí
a relajad
a…
un poco demasiado relajado para mayor comodidad. Pare
cí
a una eternidad antes de qu
eé
l finalmente tirar y vac
i
ó una taza de ca
f
é como si lo qu
eé
l ha
bí
a hecho era la cosa
má
s normal del mundo
.É
l to
m
ó un largo sorbo de su ca
f
é y, a continuac
ió
n, coloca la cafetera en el mostrador.
"Ha
bí
a otro accidente?" pregun
tó
, apar
tá
ndose del contador. Danica no
t
ó un fragmento del cristal que ha
bí
a utilizado anteriormente en el piso, junto a su pie derecho.
Rá
pidamente ella se incli
n
ó para recogerlo, pero en su prisa, ella golpea en la pierna y, por consiguiente, reducir su pulgar sobre el trozo de vidrio roto. "Miss Rayne," A
dá
n comen
z
ó com
oé
l puso su copa hacia abajo y luego to
m
ó su mano en su sangrado
.É
l la lle
v
ó al fregadero y celeb
r
ó su pulgar sangrado bajo el chorro de agua durante un largo minuto antes de dejarlo ir. "No se mueven. Explica
r
é el botiq
uí
n de primeros auxilios", dijo Adam antes sal
i
ó de la sala de descanso. Ella era wincing como mi
r
ó el ligeramente t
eñ
ido de agua corriendo por el desa
gü
e.
Cuando regre
s
ó unos minutos
má
s tarde, ella que
rí
a tirar su pulgar de la agua corriente f
rí
a pero de
j
ó de ella.
"No," dijo en un tono dominante. "Hasta que yo te diga." Ella asint
i
ó y mi
r
ó atentamente mientra
sé
l se desenvuelve una band aid y luego extend
i
ó su mano a ella. Ella apa
g
ó el agua y puso su pequ
eñ
a mano en la suya. Ella winced un poco cuand
oé
l dabbed un hisopo de algo
dó
n
hú
medo en su pulgar. "Esa sensac
ió
n de ardor que usted tiene es un anti
sé
ptico. Tuve que estar seguro de que su corte no se infecta," dijo en una voz suave como obtuvo la ayuda de la banda alrededor de su pulgar.
"Muchas Gracias", dijo en un susurro y Adam mi
r
ó a los ojos. Com
oé
l lo hizo
,é
l te
ní
a que casi permanente sonrisa en su rostro y fue como el parpadeo par
aé
l no era una necesidad. Su cora
zó
n comen
z
ó a latir
má
s
rá
pido de nuevo como su profunda Hazel Eyes mi
r
ó en sus los propios.
"Eres muy bienvenida, Miss Rayne,
"é
l dijo antes de dejar su mano ir y vuelta a recoger su ca
fé
. Luego cami
n
ó fuera de la sala de descanso como si fuera simplemente otra m
añ
ana normal. Danica recog
i
ó su propia taza y to
m
ó un largo respiro antes de que ella hizo su manera a su escritorio. Cuando ella se sen
tó
, po
dí
a sentir los ojos de Adam sobre ella, y hab
rí
a querido dar vuelta alrededor y confirmar si efectivamente estaba mirando, pero ella simplemente no tienen el cora
zó
n para hacerlo.
Cuando ella empe
z
ó a trabajar en empresas Keller, Danica fue casi demasiado seguro de que iba a ser publicado en la sala de copias o algo considerando que ella era toda
ví
a para obtener su
tí
tulo universitario. Se siente orgullosa del hecho de que ella era una joven mujer negra que ha
bí
a hecho fuera de un estereotipo mal barrio y estaba trabajando en su camino hasta la escalera corporativa, aunque ella fue un largo camino desde donde realmente que
rí
a estar.
De hecho, l
aú
nica ra
zó
n por la que comen
z
ó a trabajar en ke era conseguir un fondo del co
jí
n para que pudiera trasladarse a Nueva York para su su
eñ
o de carrera, el desarrollo de software. Te
ní
a sus ojos puestos en google o algo por el estilo. Desarrollo de Software fue su primer amor pero va desp
ué
s de lo que ella amaba tend
rí
a que le cos
t
ó la vida, especialmente en Nueva York, donde la vida era un poco
má
s caro de lo que estaba acostumbrada en Detroit. Pero tan pronto como ella puso pie en KE, todo camb
ió
. Su primera sorpresa fue cuando le dijeron que iban a ser Adam Keller es secretario personal.
"Yo?" pregun
t
ó cuando Estelle, una mujer burbujeante del departamento de recursos humanos conver
s
ó con ella acerca de su nueva posic
ió
n. "Per
o…
me acaba de comenzar aq
u
í y mis credenciale
s…
" Danica ha
bí
a intentado sacar a su lado de la historia, pero Estelle simplemente sacud
i
ó la cabeza.
"Sr. Keller preguntado por usted personalmente," dijo ella.
"Personalmente? Per
oé
l ni siquiera me conocen." Danica estaba confundido. "No
s
é la primera cosa acerca de cuentas".
Estelle sonr
i
ó a ella.
"No se preocupe. Usted probablemente tend
r
á que ser mayormente haciendo un mon
tó
n de presentac
ió
n y correspondencia del cliente", dijo.
"
Sí
, y probablemente obtenga su ca
f
é y servicio de lavande
rí
a cuando lo pide",
Danica pensaba como ella sonr
i
ó a Estelle.
Pero ella se ha
bí
a equivocado. Como ella pronto se dieron cuenta, A
dá
n no fue el tipo de jefe para utilizar su secretario como nada
má
s que eso. En los seis meses que ha
bí
a trabajado par
aé
l
,é
l nunca ha
bí
a una vez pregun
t
é para obtener su servicio de lavande
rí
a o ejecutar un recado personal y ella
só
lo le hizo ca
f
é en su propia insistencia. Pero l
aú
nica cosa que simplemente no po
dí
a sacudir nunca desde que comen
z
ó a trabajar para A
dá
n fue la cantidad de atenc
ió
n que le pa
gó
. Ella se sen
tí
a a veces como s
eñ
ala su fortaleza mirando a su trabajo. Ella toda
ví
a no ha
bí
a decidido si su segunda sorpresa fue el hecho de que su nuevo jefe, quien fue laboriosamente atractivo jefe que ha
bí
a sido nombrado
má
s de una vez como uno de los hombres
má
s sexy viva le pa
g
ó
má
s atenc
ió
n que cualquier hombre que ella ha
bí
a conocido o el hecho de que ella estaba realmente es
tá
n sobrepagados como secretario.