JONAS
: Señora, soy el doctor Jonas Miller, director del Laborátorio de Ciencia Atmosférica de la Universidad de Oklahoma.
MELISSA
: Melissa Huntley.
Jonas le regala una encantadora sonrisa, y se vuelve hacia Bill, ahora con actitud seria.
JONAS
: Bill Estaba seguro de que volverías, tarde o temprano.
(Extiende la mano).
Nada de rencores.
Bill no le estrecha la mano. Lo mira con frialdad y furia, con las manos caídas a los costados.
BILL
: Si, los hay.
Jonas parece extrañarse al observar cuán difícil le resulta a Bill dominarse.
Alrededor de ellos, los hombres de Jonas trabajan coordinados como si formaran parte de un ballet, funcionando como un verdadero equipo.
JONAS
: ¡Veintisiete segundos!
(Se vuelve hacia Jo.)
Practicamos mucho fuera de temporada para mantenernos en forma. Siempre digo que ésta es la diferencia entre profesionales y aficionados.
(Se dirige ahora a Bill.)
No seguirás enojado por ese viejo asunto del equipo de instrumentos de medición, ¿verdad? Al fin y al cabo era mi laboratorio.
BILL
: Nos robaste la idea.
JONAS
: Una idea no sirve de mucho si no se lleva a cabo. Hay que colocar ese instrumental en el camino del tornado. Tú nunca podrías hacerlo. Hay una línea seca de ochocientos kilómetros que va de Kansas a Texas, el camino medio seguido por un tornado es de seis coma ocho kilómetros, la duración media sobre el terreno es de dos coma cinco minutos… ¿Cómo vas a llegar allí y dejar el equipo de medición? No puedes. Lo has intentado en muchas ocasiones.
Bill está furioso, Jo, vigilante. Jonas se muestra frío y se limita a exponer la verdad.
JONAS
: ¿Durante cuántos años lo has intentado, Bill? Has estado corriendo de un lado a otro, sin conseguirlo… Echaste a perder tu posibilidad de trabajar con alta tecnología, del mismo modo que echaste a perder todo lo demás…
(deja la frase inconclusa).
Nosotros contamos con comunicación vía satélite. Tenemos NEXRAD en tiempo real, con Doppler pulsado a bordo; por eso seremos nosotros quienes llevemos a cabo la proeza. Ya han pasado los tiempos de dedicarse a husmear el terreno, Bill.
La rueda ya está cambiada. Los hombres de Jonas se retiran y se colocan en posición de firmes junto a sus respectivas camionetas.
EQUIPO
(al unísono)
: ¡Terminado!
JONAS
: Treinta y nueve segundos. ¡Buen trabajo!
Los hombres suben a las camionetas. Los relámpagos cruzan el cielo. Jonas levanta la mirada.
JONAS
: Bueno, me alegra comprobar que habéis reanudado la tarea. Tened cuidado. Este trabajo es arriesgado cuando no se cuenta con el equipo necesario.
(Se vuelve hacia Jo.)
Siempre es un placer verte.
Le besa la mano y se dirige a su camioneta. El resto de los vehículos ya se están situando en formación. Jonas salta ágilmente a la cabina del primero, que ya ha iniciado la marcha.
Todos se alejan carretera abajo.
Jo lanza un juramento y los tres suben al camión, cerrando las puertas de golpe.
JO
: ¿Sabes a qué viene todo esto? La National Science Foundation ha ofrecido una interesante subvención a quien consiga colocar los instrumentos de investigación en un tornado. Ese dinero significa un gran laboratorio, con el que se podrían conseguir grandes avances en el nuevo sistema de detección de tormentas.
Avanzan carretera abajo.
JO
: Si consiguiéramos esa subvención, construiríamos ese sistema de alerta en seis meses, algo que a Jonas le costaría al menos seis años, porque pretende empezar desde cero, mientras que tú y yo sabemos que se puede utilizar la red existente, ya que es perfectamente adecuada. Los patrocinadores de su empresa consideran que este proyecto puede significar un contrato de dos mil millones de dólares con el gobierno. Como supongo que habrás imaginado, no costearon esas vistosas camionetas sólo por amor a la ciencia. A Jonas no le importa lo más mínimo que la gente muera mientras tanto.
Silencio en el camión.
MELISSA
(con tono serio)
: ¿Puedes derrotarlo?
JO
: Podría hacerlo si Bill me ayudara.
Las dos mujeres miran a Bill, que se encoge de hombros, aparentemente indiferente.
BILL
: Eso ya no es problema mío.
JO
: No entiendo cómo puedes mantenerte alejado de todo esto.
BILL
: Pues lo estoy.
De regreso junto al equipo de Jo en el campo.
Por la tarde
Llueve ligeramente. Los truenos retumban ominosamente; el cielo adquiere un aspecto aún más amenazador cuando el camión de Jo se detiene junto al coche alquilado de Bill. La naturaleza alerta ante el daño inminente…, un tornado puede surgir en cualquier momento.
Los tres descienden del vehículo. Bill, furioso, cierra la puerta con fuerza.
BILL
: Sabia que esto iba a suceder.
Jo y Melissa permanecen de pie junto al camión. Bill se dirige hacia su coche.
JO
: Sólo un día.
(Mira a Melissa.)
Lo único que pido es un día.
BILL
: No, Jo.
JO
: Firmaré mañana.
BILL
: ¡No! ¡Se acabó! ¡Nos marchamos!
MELISSA
: Vamos, espera un momento, Bill…
BILL
(furioso)
: No. ¡No!
Ambos suben al coche.
MELISSA
(tranquilizadora)
: Bill, recuerda nuestro objetivo.
BILL
(furioso)
: ¡Al infierno con él! No voy a ceder a sus deseos. ¡Siempre quiere salirse con la suya!
MELISSA
: Tienes razón.
(Tratando de tranquilizarlo.)
Tienes razón.
BILL
: ¡Que se vaya al infierno!
MELISSA
: Está bien, está bien… Pero sabes que Jo podría hacer que los trámites del divorcio se prolongaran años. Puede hacernos la vida imposible, y no quiero que este asunto se arrastre indefinidamente… Y sabes que eso será lo que sucederá.
Bill mueve la cabeza en un gesto de negación, pero en el fondo sabe que es cierto. Los argumentos de Melissa hacen mella en él.
Luego mira el cielo. La tormenta arrecia.
MELISSA
: Cariño, quédate un día y termina de una vez con este asunto.
BILL
: ¡Lo que quiero es terminar de una vez con ella!
MELISSA
: Yo también. Sólo un día. Hazlo por nosotros, después nos habremos librado de ella para siempre
(lo besa en la mejilla).
Podremos soportar cualquier cosa durante un día.
Bill asiente, sale del coche, y dirigiéndose a Jo, levanta un dedo y grita:
BILL
: ¡Un día!
Jo sonríe burlonamente.
La gran tormenta
La tormenta retumba con violencia y dos relámpagos se dibujan en rápida sucesión. Como una respuesta del cielo, el desafío es aceptado.
En tierra
Arrecia el viento, que agita los documentos de divorcio en manos de Jo. Ella los aprieta con fuerza.
El resto del equipo
Todos miran hacia el cielo, mientras permanecen sentados en los vehículos, escuchando la radio. Los locutores cada vez parecen más excitados.
POR LA RADIO
: Tres estados permanecen alerta debido a la amenaza de un posible tornado. Según las informaciones llegadas a la redacción se han visto cuatro de estos fenómenos naturales partiendo de Kansas y dirigiéndose al sur, hacia Odessa, Texas. El Servicio Meteorológico Nacional insiste en que las condiciones son extremadamente peligrosas…
Jo, a un lado
Dusty, ayudado por Jo, está cargando los instrumentos del camión en la camioneta. Miran a Melissa, evidentemente enamorada, que está de pie junto a Bill. Rick se acerca a ellos con una cámara.
RICK
: Llamó tu madre, Jo.
JO
(distraída)
: Está bien…
Jo no puede apartar la mirada de Bill.
DUSTY
: ¿Por qué haces esto, Jo? Deja que se marche.
JO
: Sólo quiero una lectura de instrumentos.
DUSTY
: Entiendo.
JO
: ¿Cómo quieres que te lo explique? Bill colocará los instrumentos, conseguiremos las lecturas y se largará de aquí. Así, todo el mundo feliz, ¿de acuerdo?
DUSTY
(con incredulidad)
: Está bien, Jo…
Melissa y Bill
Sonido cercano de un teléfono. Bill no le presta atención, está preocupado observando el cielo. Melissa mira hacia el coche, abre la portezuela, se acomoda en el asiento delantero y saca un teléfono del bolso.
MELISSA
: Doctora Huntley… Sí, bueno, ahora no estoy en la consulta… Entiendo… Bien, si es tan grave, de acuerdo, póngasela… Creí que iba a empezar a tomar Clomed el mes que viene.
Melissa ve que todos empiezan a gritar y a correr hacía los coches.
MELISSA
(con la mano sobre el auricular del teléfono)
: ¿Qué ocurre?
Rick ante uno de los vehículos
Se sienta y deja la portezuela abierta mientras escucha una radio con los auriculares puestos.
RICK
: ¡Tornado! ¡En tierra! ¡Está en tierra! Por lo visto está a unos ocho kilómetros al oeste, cerca de la comarcal cuarenta y cinco.
Bill
Entrecierra los ojos para aguzar la mirada y ve:
Un tornado. Tarde
Un embudo alargado y estrecho ha descendido del oscuro cielo a vanos kilómetros de distancia. Es la imagen típica de un tornado: estrecho, con la clásica forma de cono invertido, de un color gris pálido, que se desliza por la tierra con una punta fina. Visto desde lejos, su aspecto grácil y misterioso incita a desear verlo más de cerca.
Melissa
Mira fijamente, como hipnotizada.
Jo
Sube al camión y pone el motor en marcha.
Timmy, en la furgoneta
En el momento en que gira la llave de contacto, Rick entra en la cabina. Dusty va en otro camión. Todos los vehículos se preparan para emprender rápidamente la marcha.
Dusty conduce hacia donde está Melissa
Llega a su lado y le tiende una radio.
DUSTY
: Síganos… Pero quédese a tres kilómetros de distancia cuando nos detengamos.
Todavía al teléfono, Melissa se desliza tras el volante y arranca el motor.
MELISSA
(al teléfono)
: Ahora no puedo seguir hablando. Le volveré a llamar.
Camión de Jo
En el momento en que Bill abre la puerta del conductor. Ella sonríe.
BILL
: Pasa al otro lado.
El prácticamente la empuja hacía el asiento del pasajero, mientras sube al camión, luego cierra de un portazo.
JO
: Eres un machista.
Bill aprieta el acelerador. Los conductores de los otros vehículos hacen lo mismo y emprenden la marcha a toda velocidad, entre chirriar de ruedas y nubes de polvo. Es una escena de caos frenético.
Melissa
Saluda a Bill, que se aleja. Luego, preocupada, inicia lentamente el seguimiento de la caravana.
En el camión de Jo
Jo mira hacia atrás. Luego, tratando de imitar a un presentador de televisión dice:
JO
: Bueno, el tiempo del fin de semana aquí, en Phoenix, no va a ser precisamente agradable. ¡Fíjense en lo que se nos viene encima! Ya pueden ir haciendo acopio de bebidas. Éstas son las cifras: una temperatura máxima de cuarenta y cinco grados, una temperatura mínima de treinta y ocho y, naturalmente, un cero por ciento de humedad relativa. ¡Perfecto!
Mientras avanzan, apenas se oye la voz del informador del servicio meteorológico que anuncia una alerta de tornado, y las demás voces estridentes que suenan por la radio de onda corta, mientras desde todos los puntos del país la gente trata de llegar junto al tornado. (Cada vez que se produzca esta situación escucharemos las mismas voces agitadas.)
Exterior. El camión en la carretera
Bill avanza a ciento treinta kilómetros por hora en dirección cielo oscuro y amenazador, al fondo de la carretera.
Se cruzan con vehículos que corren en dirección opuesta, cuyos conductores miran a menudo hacia atrás, por encima de los hombros. Uno de esos vehículos se desvía hacia Bill, que da un volantazo y lo evita.
En el camión de Jo
Jo observa a Bill mientras éste conduce.
JO
: Esa humedad subtropical procedente de Texas provoca algunas tormentas en la zona central de Estados Unidos, pero, como siempre, aquí, en los cielos de Phoenix, no ocurre absolutamente nada. Es muy posible que hoy superemos los cuarenta y cinco grados, así que es un día fabuloso para quedarse en casa, en una habitación a oscuras, con el aire acondicionado a toda potencia.
DUSTY
(por la radio)
: ¿Jo? Corto,
JO
(sena)
: Si te quedas en Phoenix, la bonita piel de Melissa va a parecer una cartera de pellejo de avestruz.
DUSTY
(por la radio)
: Jo, soy Dusty. Corto.
JO
: ¿Hombre del tiempo? ¿Bromeas?
DUSTY
(por la radio)
: Jo, contesta. Corto.
BILL
:
(tratando de contenerse)
: ¿Vas a hablar con Dusty o no?
Jo toma el micro de la radio,
JO
(por la radio)
: Aquí estoy, Dusty.
DUSTY
(por la radio)
: Estamos en la carretera cuarenta, dirigiéndonos hacia el sur. ¿Dónde estáis vosotros?
JO
: ¿Que dónde estamos? No lo sé. Espera un momento.
Mira un mapa.
Bill toma el micrófono mientras conduce.
BILL
: Dusty, estamos en la cuatrocientos veinticuatro, dirigiéndonos al este.
JO
: Al oeste.
BILL
: ¡Al este!
JO
: No, Bill, es al…
BILL
: ¡Este! ¡Mira el mapa! Sigues sin ser capaz de orientarte con un mapa.
JO
: ¡Sé orientarme perfectamente!
(Furiosa, mira el mapa.)
Bueno, quizá al noreste…
BILL
: ¡Este!
JO
: Está bien…
(suspiro)
¿Por qué nos peleamos? Mira, sólo hemos de soportarnos un día, así que tratemos de llevarnos bien.
BILL
: De acuerdo.