Read Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky Volumen II Online
Authors: Maurice Nicoll
Tags: #Autoayuda, #Esoterismo, #Psicología
Abordemos ahora la cuestión que se planteó recientemente. La cuestión era:
Se dice en el Trabajo que cada Centro tiene su propia inteligencia. ¿Qué significa ello en resumidas cuentas?
Cuando en este sistema se dice que cada centro tiene su propia inteligencia, no significa ello que cada centro tenga la misma clase de inteligencia. El Trabajo enseña que los 3 centros son 3 mentes diferentes y a este respecto dice que estas 3 mentes diferentes han de cooperar y ayudarse recíprocamente. Han de ser como 3 hermanos que viven en armonía, cada cual capaz de desempeñarse bien en una tarea, y cada uno capaz de ayudar a los otros hasta cierto punto. Empezaremos tomando cada centro como un todo: el Intelectual, el Emocional, el Instintivo y el Motor. Ante todo es preciso establecer para si que esos centros tienen mentes muy diferentes. La mente del Centro Intelectual es muy diferente de la mente del Centro Instintivo, por ejemplo. El Centro Instintivo es extraordinariamente hábil. Se ocupa del trabajo interior del organismo en todo su millón y un detalles, digiriendo el alimento, sanando las heridas, vigilando la temperatura, regulando la respiración y los latidos del corazón, y haciendo que la secreción interna de la glándulas trabaje armónicamente, reemplazando, rechazando, modificando, incrementando esto o aquello. Todo este trabajo de regulación está más allá de la mente del Centro Intelectual. La capacidad de pensar simultáneamente en todo no es una característica del Centro Intelectual. La mente del Centro Intelectual piensa en una sola cosa a la vez y en el mejor de los casos en dos cosas, pero le es casi imposible pensar en tres cosas al mismo tiempo.
Además la mente del Centro Intelectual es muy diferente de la mente del Centro Emocional. La gente suele decir que las emociones no son lógicas. Sin embargo las emociones tienen su propia lógica y es cometer un error pensar que la lógica del Centro Intelectual es la única lógica posible. Sentir una situación es una cosa muy diferente de pensar sobre ellas. El Centro Emocional puede sentir, por ejemplo, el estado interior de la otra gente, que está oculto a la mente del Centro Intelectual. Las emociones pueden hacernos conocer a los otros. La mente del Centro Emocional hasta llega a ser clarividente.
Asimismo el Centro Motor tiene una mente que difiere de cualquiera de las otras. Emite constantemente juicios de la clase más complicada que el Centro Intelectual está en la imposibilidad de hacer. Es capaz de juzgar con exactitud de qué manera y con qué fuerza se ha de arrojar una piedra a un objeto distante. Este es un cálculo inteligente. Se puede sentir dicho cálculo como si corriese por nuestros músculos. El cálculo intelectual es de una clase muy diferente y emplea los elementos del pensamiento intelectual, tales como palabras y cifras. La inteligencia del Centro Motor, empero, no utiliza ni palabras ni números aun cuando sea capaz de calcular con la más exquisita precisión una complicada serie de movimientos que deben producir un resultado definido.
Consideraremos ahora los centros en relación con la manera que tienen de recibir las cosas. Es sabido que se puede contemplar un bello cuadro o una hermosa escena de diferentes maneras. Se puede contemplar una montaña como si fuera un objeto bello en cuyo caso se tiene con ella una relación emocional. O se la puede mirar desde el punto de vista de un geólogo que observa la clase de rocas, etc., que la componen, en cuyo caso se tiene con ella una relación intelectual. O se la puede contemplar desde el punto de vista de un alpinista que proyecta la línea de su ascenso y la cantidad de esfuerzo necesario, en cuyo caso se tiene con ella una relación preponderantemente del Centro Motor. Pero me imagino que costaría tener una relación con ella mediante el Centro Instintivo a no ser que hubiera en la cumbre un famoso restaurante. Ahora bien si se observan a sí mismos descubrirán que contemplan todas las cosas y todas las personas de estos diferentes modos. Por ejemplo, si una persona conoce todo sobre el aspecto técnico de los filmes, luego tiende a contemplar un film desde este ángulo y no desde el valor emocional del guión. Lo que hay que subrayar es que toda la gente ve las cosas diferentemente y que cada persona ve la misma cosa de un modo diferente en diferentes momentos de modo que su significado cambia. La inteligencia de una persona, en suma, consiste en muchas inteligencias diferentes que la ponen en relación con significados por completo diferentes de la misma cosa.
Ocupémonos de las partes de los centros —las divisiones motora, emocional e intelectual. Cada una de estas divisiones tiene una inteligencia diferente que produce diferentes relaciones de significado con respecto a la misma cosa. El Sr. Ouspensky una vez hablaba sobre la atención y decía cómo la atención sólo descansa en las partes más conscientes de los centros y no en las partes motoras o mecánicas. Las partes más conscientes son las divisiones emocional e intelectual. Dijo que la atención ordinaria, que va de un lado a otro, no era atención. Sólo la atención traída o dirigida durante mucho tiempo era atención. Prestamos demasiada atención a las cosas relacionadas con las partes motoras de los centros. Dijo que éstas podían ejecutar sus funciones casi por sí mismas, con atención cero. Si desperdiciábamos nuestra atención en cosas nimias no nos quedaría atención para las cosas importantes y de este modo habría de transcurrir largo tiempo antes de que pudiéramos acrecentar nuestra atención. Entonces expuso el diagrama de los centros y dijo que la parte motora de los centros estaba simplemente llena de pequeñeces tales como las conversaciones oídas, los diarios que habíamos leído, etc. Esas cosas no nos pertenecían en absoluto, pero cuando las cosas caían en las partes emocional e intelectual llegaban a pertenecernos y hasta podían crear alguna cosa. Observó que la gente que vivía simplemente en la parte motora de los centros y de este modo en pequeñeces nunca podría comprender el Trabajo. Prosiguió diciendo que la misma idea o la misma frase recibida en la parte motora, en la parte emocional o bien en la parte intelectual de los centros llegaba a ser muy diferente. Los centros veían las cosas diferentemente. Nos dijo que debíamos tomar una idea sencilla y observarla desde los diferentes centros. En cada uno de ellos llegaría a ser algo muy diferente. Si las ideas de este Trabajo fueran tan sólo recibidas por las partes motoras de los centros no podrían ser comprendidas, serían demasiado grandes. Las ideas de la Luna que nos come y de nuestro Sueño, del despertar del Hombre, etc. eran demasiado grandes. Si nos dejáramos estar siempre en las partes motoras de los centros no podríamos comprender el Trabajo, tomaríamos todo de la manera común y por lo tanto en un nivel equivocado. El Sr. Ouspensky dijo también que el Centro Magnético no podía formarse en las partes motoras de los centros. Las partes motoras de los centros sólo podían aceptar las influencias A. Las influencias B caían en el Centro Emocional y las influencias C en el Centro Intelectual. Mediante este tratamiento del tema se daba cuenta uno de cómo las cosas caían inevitablemente en su lugar. Agregó que si la gente hablaba demasiado sobre este Trabajo lo colocaba en la parte motora de los centros donde la atención está a "Cero". Era preferible que la gente en el Trabajo hablara de otros temas en lugar de proceder de este modo.
La inteligencia de las partes motoras de los centros, no obstante, estaba adaptada a sus propios usos cotidianos, pero emplearlos para comprender lo que estaba fuera de su alcance, o lo que exigía la inteligencia del centro íntegro, no daba resultado alguno, o producía resultados por completo equivocados, o contradictorios. La inteligencia de un centro como un todo está hecha de todas las inteligencias que componen las partes separadas. La Inteligencia del Centro Intelectual como un todo pertenece a un orden muy elevado. Cuando el centro está trabajando en su conjunto—, esto es, cuando cada parte es dirigida hacia una meta común —cada subdivisión comparte el esfuerzo y desempeña su propio papel. Por ejemplo, las partes motoras recuerdan y graban en palabras o cifras los pensamientos alcanzados por la parte intelectual. Pero comúnmente, sólo las partes motoras del Centro Intelectual son empleadas por nosotros y éstas, que trabajan con
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y sólo piensan en términos de opuestos, esto es, carecen de conciencia en la Tercera Fuerza, producen resultados muy pobres y lentos. Cabe decir, entonces, que bajo las condiciones ordinarias la inteligencia del Centro Intelectual es tan sólo la de su división mecánica —a saber, la parte formatoria. Pero no debemos suponer que esto cubre todo el alcance del Centro Intelectual, en el cual hay partes que trabajan con
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y con
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Podemos representar el paso del Centro Intelectual al Centro Mental Superior de la siguiente manera:
Llegar a ser consciente en el
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en el Centro Mental Superior equivale a poseer una inteligencia que está mucho más allá, de hecho, inconmensurable, de la Inteligencia de la parte formatoria. Todas las contradicciones desaparecerían, en todo caso. Ya no habría ni "Sí" ni "Yo" en nuestro pensamiento. Todos los aspectos de una cuestión se verían simultáneamente, y no uno tras otro, y ese estado está fuera del alcance de nuestra experiencia.
NOTAS ADICIONALES
Es interesante estudiar en el mundo animal el trabajo del Centro Instintivo. Cuando, digamos, un ave construye un nido complicado, lo hace con el Centro Motor, pero el Centro Instintivo dirige los movimientos. Es digno de observar que este género de inteligencia no es muy adaptable. Se suele cometer el mismo error y si, como en caso de la araña que teje su tela, algo no sale bien, por lo general es preciso repetirla desde el comienzo, esto es, no hay poder de adaptación.
Cada centro se desenvuelve en un diferente nivel del Universo. El Centro Instintivo se desenvuelve en la Vida Orgánica. El Centro Mental Superior se desenvuelve en el nivel del Sol.
El centro cuya importancia es mayor para el
cuerpo
es el Centro Instintivo que controla todo el trabajo del organismo. Si algo estorba su inteligencia el cuerpo se queda sin dirección. El Centro Instintivo tiende a pedir fuerza de los otros Centros en caso de enfermedad. Debe seguir funcionando y su cometido es luchar contra la enfermedad y vencerla. Para este fin tiene bajo su control vastos ejércitos y muchas armas. Por lo general empieza a pedir en préstamo al Centro Motor, tal como lo han observado todos ustedes. Advertimos a menudo que nos sentimos muscularmente cansados antes de enterarnos de que estamos enfermos. Luego, si la enfermedad prosigue, el Centro Instintivo pide en préstamo a los demás centros por lo general de a uno por vez. Cuando toma fuerza del Centro Emocional nos tranquilizamos por lo general interiormente y sentimos que ya nos es imposible preocuparnos por las cosas —esto es, identificarnos con las cosas— porque en la vida nuestra emoción acostumbra a identificarse con todo. Cuando el Centro Instintivo comienza a pedir en préstamo al Centro Intelectual hallamos que nos es imposible concentrarnos. No podemos leer, no podemos pensar, ni hacer cosa alguna. Señalaré aquí que, en enfermedades graves, la verdadera inteligencia del Centro Emocional llega a ser mucho más evidente debido a que la identificación se detiene. Por eso la gente muy enferma y en peligro de muerte suele tener a menudo un marcado discernimiento emocional de su vida interna y de su comportamiento con los demás. Esto no tiene nada que ver con el pensamiento —como cuando pensamos detenidamente, o razonamos sobre alguna cosa— pero tiene que ver con el verdadero discernimiento o percepción. El Centro Emocional puede "ver" la calidad de una persona, por ejemplo, mientras que el Centro Intelectual tiene que pensar sobre este particular.
Quiero hacerles notar que estas notas son demasiado breves para agotar las diferentes inteligencias de los centros. Este tema es mucho más amplio. Pero su estudio sólo llega a ser práctico cuando se emprende la observación personal de los centros no solamente por unos minutos, sino durante una vida entera.
En respuesta a una pregunta hecha por gente nueva:
"¿A QUE SE REFIERE ESTE
TRABAJO?",
hemos de contestar que está destinado a aquellos que buscan algo, que no están satisfechos con lo que encontraron en la vida, y que sienten que debe haber algo más que el éxito o el fracaso, algo más que lo que aprendieron en la escuela y la universidad y que la educación en general que recibieron.
Cuando una persona siente que la vida no puede ser explicada por sí misma, cuando ve que la vida tomada por sí misma sin otra explicación es en amplia medida algo carente de significado, "un cuento relatado por un idiota", una historia de crímenes y derramamiento de sangre y frustraciones. Cuando esa persona comienza a darse cuenta de que la existencia del progreso es muy dudosa y de que todo empieza y termina casi antes de haber empezado, está entonces en la posición de buscar otro significado y un nuevo conocimiento, convencida de que deben existir. Y cuando se empieza esta búsqueda con espíritu sincero y verdadera hondura de sentimiento, se tiene la sorpresa de encontrar que existe gran número de testimonios en la literatura del pasado, que apuntan sin lugar a dudas hacia otra clase de conocimiento y significado. En toda esta literatura el tema es el mismo. Se refiere siempre a la transformación definida y preestablecida que el hombre puede sufrir en sí mismo, al desarrollo distinto y cierto que puede experimentar, a la verdadera evolución o re-nacimiento que puede producirse en él cuando conoce y comprende gradualmente lo que tiene que hacer: Es decir, toda esa literatura, que constituye una parte de lo que en el Trabajo son llamadas influencias "B", tiene el mismo objeto. El hombre ha de morir en una forma definida y específica para sí mismo, para ciertos aspectos de sí mismo. Y si muere de una manera correcta, nace otra vez como un hombre nuevo, de otra clase, que es llamado en el Trabajo
Hombre Consciente
para distinguirlo del hombre mecánico. Conocerá entonces el significado de su vida en esta tierra —a saber, que no es
un fin en sí
sino
un medio para otro fin—
porque es a través de una lucha contra lo que la vida ha depositado en nosotros como se cumple el fin o el propósito de la existencia del Hombre. Si todo fuera fácil, no habría re-nacimiento; pero, como lo enseña este Trabajo, el Hombre no puede re-nacer correctamente ni tampoco morir correctamente —esto es, no puede ver en sí mismo las cosas que han de morir— a no ser que primero
despierte.