El primer hombre de Roma (137 page)

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Authors: Colleen McCullough

Tags: #Histórica

BOOK: El primer hombre de Roma
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Hippo Regius. La actual Annaba, en Argelia.

 

Hispania. España o Iberia.

 

Hispania Citerior. Nombre latino de la provincia romana que comprendía las llanuras costeras mediterráneas y las estribaciones montañosas contiguas, desde el sur de Cartago Nova hasta los Pirineos. La frontera sur entre las dos provincias no estaba muy definida, pero parece ser que discurría entre la cordillera llamada Orospeda y la cordillera más elevada detrás de Abdera (Adra) llamada Solorius. En tiempos de Cayo Mario, la ciudad más importante era Cartago Nova (Cartagena), porque la cordillera Orospeda cercana a ella era muy rica en minas de plata de las que se habían apoderado los romanos al vencer a Cartago. Sólo había otra parte de la provincia de gran interés para los gobernadores romanos: el valle del río Iberus (Ebro) y sus afluentes, que era muy fértil. El gobernador disponía de dos sedes, Cartago Nova en el sur y Tarraco en el norte. La Hispania Citerior no tuvo nunca tanta importancia para Roma como la Hispania Ulterior.

 

Hispania Ulterior. La más alejada de Roma de las dos provincias españolas. En tiempos de Cayo Mario, la frontera entre ambas provincias era poco definida, pero en términos generales la Ulterior abarcaba toda la cuenca del río Betis, las montañas ricas en minerales en que nacían el Betis y el Anas, el litoral atlántico desde Olissipo, en la desembocadura del Tagus, hasta las Columnas de Hércules y la costa mediterránea desde las Columnas hasta el puerto de Abdera (Adra). La ciudad más importante era Gades (Cádiz), pero la sede del gobernador era Corduba.

 

hombres buenos. (Véase boni.)

 

hubris. Palabra griega que aún se usa y significa orgullo despechado.

 

 

 

Icosium. La actual Argel.

 

Ilium. Nombre romano de Troya.

 

ilva. La actual Elba. Era rica en mena de hierro y había minas en las que se extraía, lo fundían y lo exportaban en barras a Pisae y Populonia para su refinamiento.

 

Illirycum. Las tierras montañosas y salvajes al este del Adriático superior.

 

imago, imagines. Máscaras artísticamente pintadas y con peluca de los antepasados familiares de un consular (o quizá pretor). Se hacían con cera de abejas (los que hayan visitado el Museo de Madame Tussaud sabrán lo real que parece una máscara de cera) y las conservaban los descendientes en una urna a guisa de templo en miniatura. La urna -aunque las familias de alcurnia tenían más de un antepasado y, por consiguiente, varias urnas- se colocaba en el atrium de la casa, junto al altar de los Lares y los Penates. La máscara y la urna eran objeto de gran reverencia y cuando moría un hombre de la familia se contrataba a un actor para que portase la imago y encarnase al muerto. Si un hombre accedía al cargo de cónsul, se le hacía la máscara para añadirla a la colección familiar; a veces, a alguien que no había sido cónsul, por alguna acción de gran relevancia, se le consideraba digno de tener una máscara.

 

imp erator. Literalmente, "comandante en jefe" o "el general" de un ejército romano. No obstante, el término se fue aplicando paulatinamente a un general que hubiese obtenido una gran victoria; para solicitar permiso al Senado para celebrar un triunfo, el general tenía que demostrar que después de la batalla sus tropas le habían aclamado con el título de imperator. Naturalmente de ahí procede la palabra emperador.

 

imperium. El imperium era el grado de autoridad que se concedía a un magistrado curul o a un promagistrado. Tener imperium quería decir que esa persona poseía la autoridad del cargo y no se le podía contradecir (siempre que actuase dentro de los límites de su imperium y con arreglo a las leyes que regían su conducta). Se confería por una lex curiata y sólo duraba un año; las prórrogas tenía que ratificarlas el Senado y/o el pueblo en el caso de los promagistrados que no habían cumplido en el plazo de un año lo que se les había encomendado. Los lictores con fasces significaban que el que les seguía poseía imperium.

 

ínsula, insulae. Literalmente, "isla", dado que estaba rodeada de calles. Eran casas de viviendas de varios pisos. Las de Roma eran muy altas y llegaban a tener treinta metros; algunas eran tan grandes que disponían de varios patios de luz. Igual que ahora, en aquella época Roma era una ciudad en la que el alquiler de apartamentos era un próspero negocio.

 

iol. La actual Cherchel, en Argelia.

 

irrumator. El que chupaba el pene a otro. Los romanos lo consideraban la modalidad sexual más baja, símbolo de servilismo y bajeza moral que ningún hombre honorable aprobaba (es de suponer que no se juzgaba con tanta severidad cuando se trataba de una irrumatrix). En la jerarquía de las obscenidades, ésta era la peor. El acto era irrumo, irrumatio.

 

Isara, río. Había varios ríos con este nombre. Uno era el Isére actual (afluente del Ródano), otro el Isar (afluente del Danubio) y otro el Oise (afluente del Sequana o Sena).

 

Isarcus, río. El actual Isarco, del norte de Italia.

 

isonomia. Palabra que en griego significaba "igualdad". Sin embargo, se atribuye al estadista ateniense Clístenes del siglo VI a. JC. el cambio a la modalidad de gobierno que los griegos llamaban democracia y que él habría denotado con el concepto de isonomía.

 

Italia. Por Italia se entendía la parte de la península al sur de los ríos Arnus y Rubico, aunque es dudoso que los romanos pensasen en la península como nación cuando decían Italia.

 

iuílicos, aliados. Los pueblos, tribus o naciones (de estas tres maneras se los denomina) que habitaban en la península itálica sin gozar de plena ciudadanía romana o derechos latinos. A cambio de protección militar y en interés de una pacífica convivencia, se les exigía aportar soldados armados a los ejércitos de Roma y pagar su manutención. Los aliados itálicos soportaban también la carga de impuestos generales en tiempos de Cayo Mario, y en muchas ocasiones habían sido obligados a entregar parte de sus tierras para incrementar el ager publicus romano. Muchos de ellos se habían sublevado contra Roma (como era el caso de los samnitas) o se habían alineado con Aníbal y otros caudillos contra ella (como sucedió con zonas de Campania). El método que mejor resultado dio para mantener a los aliados itálicos bien sometidos fue implantar "colonias" en sus tierras; éstas consistían en un núcleo de ciudadanos romanos y una comunidad con derechos latinos (lo más habitual) o plena ciudadanía, que ejerciesen gran influencia en los aliados de las inmediaciones. Naturalmente solían aliarse con Roma en las numerosas disputas y reyertas que se producían en la península, aunque, hasta cierto punto, siempre hubo cierta tendencia entre los aliados itálicos a sacudirse el yugo romano o a reclamar la ciudadanía plena. Pero sólo en el último siglo de la república tuvo Roma el acierto de concedérsela para evitar mayores males. La última gran concesión previa a los acontecimientos que condujeron a la guerra social fue una ley aprobada por un político romano, cuyo nombre se desconoce, hacia el 123 a. JC., que autorizaba a los que ostentasen magistraturas en las poblaciones con derechos latinos a adoptar plena ciudadanía romana a perpetuidad para ellos y sus descendientes.

 

iugerum, iugera. Medida romana de superficie equivalente a 0,2 52 hectáreas.

 

lulus. Hijo del héroe troyano Eneas. Tanto en la antigüedad como en la época contemporánea ha habido gran confusión respecto a si la madre de lulus era la troyana Creusa o la latina Lavinia. Virgilio se inclinaba por Creusa y Livio por Lavinia. No sabemos a cuál de ellas consideraba madre de lulus la gens Julia. A lulus se le llamó también Ascanio, que es el nombre que da Homero al hijo de Creusa. Como Virgilio era el poeta oficial protegido de Augusto, que era un Julio, puede que éste quisiera que su linaje se considerara impecablemente troyano por los dos lados. Lo que pensaba su tío-abuelo César el dictador es otro asunto, pues Augusto mostraba tendencia a manipular las ideas y hazañas de éste para sus propios fines. Sin embargo, no importa realmente quién fuese la madre de lulus; lo importante es que el clan Julio creía implícitamente que eran descendientes directos de la diosa Venus (Afrodita), que era madre de Eneas y abuela de lulus. Si tenemos en cuenta el tiempo transcurrido entre la llegada de Eneas a Italia y el nacimiento del dictador César en el 100 a. JC., vemos que es aproximadamente el mismo que existe entre la invasión de Inglaterra por Guillermo el Conquistador y los ingleses contemporáneos que pretenden remontar su linaje a alguno de los barones normandos de Guillermo, por lo que es posible que los Julios César pudiesen remontar tan atrás el suyo.

 

 

 

juegos. Institución romana para esparcimiento que se remonta como mínimo a los tiempos de la primera república y muy posiblemente a antes. Al principio, los juegos o ludi se celebraban únicamente en coincidencia con el triunfo de un general, pero en el 366 a. JC., los ludi romani, como se denominaron los primeros juegos, se convirtieron en acontecimiento anual en honor de Júpiter Optimus Maximus, cuya festividad era el 13 de septiembre. No tardarían en ampliarse los días de celebración, y en tiempos de Cayo Mario se sucedían a lo largo de diez jornadas, comenzando posiblemente el día cinco. Eran unos combates rudimentarios de boxeo y lucha y nunca incluyeron las competiciones atléticas ni tuvieron el carácter de juegos físicos de los griegos (¡eran muy distintos!). Al principio consistían fundamentalmente en carreras de carros, para paulatinamente ir incorporando lucha con animales y representaciones celebradas en teatros levantados al efecto. El primer día de los juegos tenía lugar una procesión religiosa por el circo, después se celebraban una o dos carreras de carros y luego los combates de boxeo y lucha, exclusivos de este primer día. Los días siguientes había representaciones teatrales a base de comedias, ya que las tragedias no contaban con el favor del público; y en época posterior a la república se popularizaron las farsas y los mimos en detrimento de las comedias. Luego, conforme se aproximaba su fin, las carreras de carros eran lo más popular, junto con las cacerías de animales salvajes. Los combates de gladiadores no formaban parte de los juegos durante la república, pues sólo tenían lugar con ocasión de los juegos funerarios y solían celebrarse en el Foro Romano más que en los circos. Estos los pagaba un particular y no el Estado como era el caso de los juegos. Sin embargo, hombres ambiciosos que deseaban labrarse fama entre los electores, cuando eran ediles se gastaban grandes sumas para que los juegos fuesen más espectaculares que los del propio Estado. Los primeros juegos del año eran los ludi megalenses, a principios de abril, seguidos inmediatamente por los ludi cererí y los ludí floríae a finales de abril y primeros de mayo. A principios de julio se celebraban los ludi Apoiinares, y luego, ya en septiembre, los ludí romaní. En los idus de octubre se celebraban un solo día los ludí capítolíní, patrocinados por un colegio privado. Los últimos juegos del año eran los ludí plebeíi, celebrados a primeros de noviembre durante varios días. Los ciudadanos romanos libres y sus esposas tenían derecho a asistir (no se cobraba entrada), y las mujeres se sentaban aparte en los teatros pero no en los circos. No se permitía la entrada de esclavos ni de libertos.

 

Julilla. En la obra es la hija menor de Cayo Julio César. No hay nada que impida creer que tuviera dos hijas; el hecho de que en los textos antiguos sólo se mencione una, Julia, no es prueba concluyente. Es inconmensurable mi asombro por lo que las fuentes antiguas consideran digno de mención y lo que no mencionan por considerarlo baladí; la fuente antigua más moderna es Cicerón, que escribió para sus contemporáneos y daría por sentado que sus lectores conocían detalles que él no se molestó en citar. Julia vivió hasta avanzada edad y fue una de las matronas romanas de su época más distinguidas y admiradas; fue, además, la memorable esposa del gran Cayo Mario y madre de un hijo que también dejaría huella en Roma. Por eso no es de extrañar que nos haya llegado su nombre, mientras que la otra hija de César y su esposa Marcia no se habría distinguido tanto. Sabemos por Plutarco que la primera esposa de Sila era una Julia, pero después tuvo tres mujeres más, aunque sólo la última ha quedado incorporada a los textos antiguos. Teniendo en cuenta la importante brecha que se abrió entre Mario y Sila posteriormente, es muy posible que Sila en sus memorias (utilizadas como fuente por historiadores ulteriores, como Plutarco) poco dijese de aquella primera esposa, Julia; cuando él las publicó, quien sí vivía era la Julia viuda de Cayo Mario. Por simple coherencia del argumento, pido perdón por haberme tomado la licencia de haber convertido a la hermana menor de la esposa de Mario en primera cónyuge de Sila. Pero no acaba ahí la cosa. Por los datos históricos, sabemos que el inicio de la carrera política y militar de Sila estuvo muy vinculado a Cayo Mario; y mírese como se mire, no hay ningún dato concreto durante los años que se relatan en esta obra que indique que ambos no fuesen colegas bien avenidos. Las conclusiones de que Sila tratara de atribuirse el mérito de haber ganado la guerra contra Yugurta por haberle capturado él, tienen su origen en dos series de memorias publicadas muchos años después: una, las del propio Sila, y otra, las memorias de Quinto Lutacio Catulo César. En aquel entonces a ambos les interesaba denigrar la fama de Cayo Mario, pero si uno observa las carreras tan entrelazadas de Mario y Sila entre los años 107 y 100 a. JC., no se deduce de los hechos que existiese enemistad alguna entre ambos en aquella época. Al contrario, los hechos sugieren que estuvieron muy unidos y se tenían mutua confianza. Si existía un contencioso en virtud de que Sila había alegado ser el artífice de la derrota de Yugurta, ¿por qué Mario iba a haberle llevado a la Galia de lugarteniente? Luego, de pronto, Sila aparece en la Galia con Catulo César, aproximadamente por las fechas en que Mario entablaba batalla con los teutones junto a los Alpes. Pero yo pienso que no es debido a un enfrentamiento con Mario; Catulo César remonta apresuradamente el Athesis, una extraña sublevación estalla entre sus tropas y vuelve a descender por el Adigio y, en lugar de dirigirse a Roma para denunciar la sedición, permanece tranquilamente con su ejército intacto en Placentia a esperar a Mario. A todo esto, no se sabe nada de Sila, pese a que él era, igual que Catulo César, legado mayor. No puede asegurarse tajantemente, pero es tan lógico suponer que Mario envió a Sila para impedir que Catulo César perdiera un ejército que Roma no podía perder, como suponer que Sila y Mario habían reñido. Volviendo al año 108 a. JC., cuando Mario volvió a Roma para presentarse a la elección consular, es lógico que pidiese personalmente que Sila fuese su cuestor, pues cuando en Numidia había concluido su año de servicio, Sila siguió a las órdenes de Mario a titulo de decisión voluntaria por obligación con su general. Efectivamente, Sila no regresó a Roma hasta que lo hizo Mario y fue a él a quien Mario propuso como cuestor. ¿Cómo iba Mario a haber conocido bien a Sila para reclamarlo? No habían servido juntos en ninguna campaña, existía entre ellos una diferencia de edad de veintisiete años y su estilo de vida era totalmente distinto, a decir de Plutarco. Y Plutarco dice que la primera esposa de Sila era una Julia. Si esa Julia era hermana de la Julia esposa de Mario, quedan explicados muchos interrogantes. O pudiera ser que las dos Julias fuesen primas y amigas, pero para el novelista, esclavo de la necesidad de mantener historia y personajes dentro de un marco lo más restringido posible dado este tema particular, es ideal convertirlas en hermanas. Doy las gracias a Plutarco por haber mencionado el apellido de la primera esposa de Sila. Dado el hecho irrebatible de que era una familia de gran relevancia en Roma, ¿qué más lógico que pensar que Mario y Sila estuviesen estrechamente vinculados por sus respectivos matrimonios, y que ante Mario intercediese la familia de su mujer para que ayudase a su joven cuñado a acceder al primer peldaño del cursus honorum? Así nació Julilla, la hija menor de Cayo Julio César y esposa de Lucio Cornelio Sila.

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