Fragmentos de una enseñanza desconocida (64 page)

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Authors: P. D. Ouspensky

Tags: #Autoayuda, #Esoterismo, #Psicología

BOOK: Fragmentos de una enseñanza desconocida
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"Ahora, si recordamos la ley de octava, veremos que un proceso equilibrado, que se efectúa de cierta manera, no puede ser modificado en cualquier momento a voluntad. No se puede provocar cambio alguno sino en ciertas «encrucijadas». Entre estas «encrucijadas» nada se puede hacer. Y si un proceso pasa por una encrucijada sin que nada suceda, sin que nada sea hecho, será ya demasiado tarde: el proceso continuará desarrollándose según leyes mecánicas; y aún si los que toman parte en este proceso ven la inminencia de una destrucción total, no podrán hacer nada. Lo repito, hay cosas que sólo pueden ser hechas en ciertos momentos, es decir en esas «encrucijadas» que, en las octavas, hemos llamado los intervalos
mi-fa
y
si-do.

"Es verdad que para muchas personas la vida de la humanidad no se desenvuelve jamás como debería. Inventan toda clase de teorías destinadas a renovarla totalmente. Pero no bien surge tal teoría, surge otra que se le opone. Luego, cada teórico pretende acaparar todas las opiniones. En efecto, siempre encuentra partidarios. Claro está que sin embargo la vida sigue su propio curso, pero los hombres siguen creyendo en sus propias teorías o en las que han adoptado; siguen creyendo que es verdaderamente posible hacer algo. Y todas sus teorías son completamente fantásticas, sobre todo porque no toman en cuenta lo más importante: el papel tan secundario que desempeñan la humanidad y la vida orgánica en el proceso cósmico. Las teorías intelectuales sitúan al hombre en el centro de todo. ¡Como si todo no existiera sino para él: el sol, las estrellas, la luna, la tierra! Olvidan hasta la medida del hombre, su nulidad, su existencia efímera, etc. Y no temen afirmar que un hombre, si quiere, puede cambiar toda su vida, es decir organizarla sobre principios racionales. Así vemos aparecer sin cesar nuevas teorías que suscitan sus contrarias; éstas, todas juntas, con sus conflictos incesantes, constituyen sin duda alguna una de las fuerzas que mantienen a la humanidad en el estado en que se encuentra actualmente. Por otra parte, todas estas teorías «humanitarias» e «igualitarias» no son solamente irrealizables, sino que de realizarse, serían fatales. Todo en la naturaleza tiene su meta y su sentido, tanto la desigualdad del hombre como su sufrimiento. Destruir la desigualdad sería destruir toda posibilidad de evolución. Destruir el sufrimiento equivaldría ante todo a destruir toda una serie de percepciones para las cuales el hombre existe, y además a destruir el «choque», es decir, la única fuerza que puede cambiar la situación. Y es igual para todas las teorías intelectuales.

"El proceso de evolución, de esta evolución que es posible para la humanidad tomada como un todo, es enteramente análogo al proceso de evolución posible para el hombre individual. Y comienza de la misma manera: cierto número de células poco a poco se vuelven conscientes, se agrupan; este grupo atrae hacia él a otras células, subordina otras, y hace que el organismo entero sirva progresivamente a su propósito —y ya no solamente para comer, beber y dormir. Esta es la evolución, y no puede haber ninguna otra clase de evolución. Para la humanidad, como para el hombre tomado separadamente, todo comienza a partir de la formación de un núcleo consciente. Todas las fuerzas mecánicas de la vida luchan contra la formación de este núcleo consciente en la humanidad, de igual manera que las costumbres mecánicas, los gustos y las debilidades, luchan en el hombre contra el consciente recuerdo de sí.

—¿Puede decirse que hay una
fuerza consciente
en lucha contra la evolución de la humanidad? pregunté yo.

—Desde cierto punto de vista, se puede decir, respondió G. Anoto esta respuesta, pues parece estar en contradicción con lo que él había dicho anteriormente: que no había sino dos fuerzas en lucha en el mundo, la "conciencia" y la "mecanicidad".

—¿De dónde viene esta fuerza?

—Explicarlo tomaría demasiado tiempo. Y actualmente eso no puede tener ningún valor práctico para nosotros. Hay dos procesos a veces llamados «involutivo» y «evolutivo». Veamos su diferencia. Un proceso involutivo comienza conscientemente en el Absoluto, pero en la etapa siguiente ya es mecánico y cada vez se torna más y más mecánico. Por el contrario, un proceso evolutivo comienza semiconscientemente, y se vuelve cada vez más y más consciente a medida que se desarrolla. Pero en ciertos momentos, la conciencia también puede aparecer en el proceso «involutivo», bajo la forma de oposición consciente al proceso de evolución.

"¿De dónde viene esta conciencia? Naturalmente, del proceso evolutivo. Éste debe proseguirse sin interrupción. Cada detención tiene el efecto de quebrar el proceso fundamental. Estos fragmentos dispersos de conciencia que han sido detenidos en su desarrollo también pueden unirse, y durante cierto tiempo, vivir luchando contra el proceso de evolución. Después de todo, eso sólo lo hace más interesante. En vez de una lucha contra fuerzas mecánicas, en ciertos momentos puede haber una lucha contra la oposición intencional de fuerzas realmente muy poderosas, aunque su poder no sea comparable por cierto con el poder de las que dirigen el proceso evolutivo. A veces estas fuerzas adversas pueden aún tomar ventaja. Y esto, porque las fuerzas que dirigen la evolución tienen una elección de medios más limitada; en otros términos, no pueden hacer uso sino de ciertos medios y de ciertos métodos. Las fuerzas adversas no están limitadas en la elección de medios, pueden usar cualquiera, hasta los que no aportan sino un éxito temporal, y a fin de cuentas aniquilan a la vez la evolución y la involución.

"Pero como ya lo he dicho, esta cuestión no tiene nada de práctico para nosotros. A nosotros sólo nos importa establecer dónde comienza la evolución, y cómo prosigue. Y si recordamos la completa analogía entre la humanidad y el hombre, no será difícil establecer si la humanidad está o no en evolución.

"¿Podemos decir, por ejemplo, que la vida esté gobernada por un grupo de hombres conscientes? ¿Dónde están? ¿Quiénes son? Vemos exactamente lo contrario. La vida está en poder de los más inconscientes y de los más dormidos.

"¿Podemos decir que observamos en la vida una preponderancia de los mejores, más fuertes y más valientes elementos humanos? De ningún modo. Al contrario, vemos reinar en todas partes la vulgaridad y la estupidez bajo todas sus formas.

"¿Podemos decir, en fin, que vemos en la vida aspiraciones hacia la unidad, hacia una unificación? Por cierto que no. No vemos sino nuevas divisiones, nuevas hostilidades, nuevos malentendidos.

"De manera que nada denota una evolución en la situación actual de la humanidad. Por el contrario, si comparamos a la humanidad con un hombre, vemos claramente el crecimiento de la personalidad a expensas de la esencia, es decir el crecimiento de lo artificial, de lo irreal, de lo que no es nuestro, a expensas de lo natural, de lo real, de lo que realmente es nuestro.

"Al mismo tiempo, constatamos un crecimiento del automatismo.

"La civilización contemporánea quiere autómatas. Y la gente está ciertamente en camino de perder sus costumbres adquiridas de independencia, se convierte cada vez más en robots, no son sino engranajes de sus máquinas. Es imposible decir cómo terminará todo esto ni cómo salir de ello, ni aun si puede haber un fin y una salida. Una sola cosa es segura, y es que la esclavitud del hombre no hace sino aumentar. El hombre se torna un esclavo voluntario. Ya no tiene necesidad de cadenas: comienza a amar su esclavitud y a sentirse orgulloso de ella. Nada más terrible le podría ocurrir al hombre.

"Todo lo que he dicho hasta el presente se relaciona con la humanidad considerada en su totalidad. Pero como ya lo he señalado, la evolución de la humanidad sólo puede hacerse por la evolución de un cierto grupo, que a su vez influirá en el resto de la humanidad y la dirigirá.

"¿Podemos decir que existe un grupo de esta clase? Tal vez podamos, basándonos en ciertos signos, pero en todo caso tenemos que reconocer que es un grupo muy pequeño, totalmente insuficiente para subyugar al resto de la humanidad. O bien, al mirar las cosas desde otro punto de vista, podemos decir que la humanidad se halla en tal estado que es incapaz de aceptar la dirección de un grupo consciente.

—¿Cuántas personas puede haber en este grupo consciente? preguntó alguien.

—Sólo ellos lo saben, respondió G.

—¿Eso quiere decir que todos se conocen? preguntó la misma persona.

—¿Cómo podría ser de otra manera? dijo G. Imagínense dos o tres hombres despiertos entre una multitud de dormidos. Ciertamente se conocerán. Pero los que están dormidos no pueden conocerlos. ¿Cuántos son? No lo sabemos ni lo podemos saber hasta que hayamos despertado; ya hemos explicado que un hombre no puede ver nada por encima de su propio nivel de ser. En verdad
doscientos hombres conscientes,
si existieran y si encontraran necesaria y legítima esta intervención, podrían cambiar toda la vida sobre la tierra. Pero no existen en cantidad suficiente, o no lo quieren, o bien no ha llegado aún el tiempo, o tal vez los otros duermen demasiado profundamente.

"Aquí hemos llegado al umbral del esoterismo.

"Al hablar de la historia de la humanidad, ya hemos indicado que la vida de la humanidad a la cual pertenecemos está gobernada por fuerzas que provienen de dos fuentes: en primer lugar, las influencias planetarias, que obran de manera totalmente mecánica, y que tanto las masas humanas como los individuos reciben por completo involuntaria e inconscientemente; luego, las influencias que vienen de los círculos interiores de la humanidad, cuya existencia y significación no son menos ignoradas que las influencias planetarias por la gran mayoría de la gente.

"La humanidad a la cual pertenecemos, toda la humanidad histórica y prehistórica generalmente conocida, no constituye en realidad sino el
círculo exterior de la humanidad,
en el interior del cual se encuentran varios otros círculos.

"Podemos entonces representarnos a la humanidad entera, conocida y desconocida, como formada por varios círculos concéntricos.

"El círculo interior se llama el círculo «esotérico»; está compuesto por las personas que han alcanzado el más alto desarrollo posible al hombre; es el círculo de los hombres que poseen la individualidad, en el sentido más pleno de esta palabra, es decir un
Yo
indivisible, todos los estados de conciencia que le son accesibles, el control completo de estos estados de conciencia, todo el saber posible al hombre, y una voluntad libre e independiente. Tales individuos no pueden obrar contrariamente a su comprensión, o tener una comprensión que no se exprese por sus acciones. Además, no puede haber discordias entre ellos ni diferencia de comprensión. Por consiguiente, su actividad está totalmente coordinada, y los conduce hacia una meta común sin ninguna clase de coacción, porque en el fondo hay una comprensión común e idéntica.

"El siguiente círculo se llama «mesotérico», que quiere decir el del medio. Los hombres que pertenecen a este círculo poseen todas las cualidades de los miembros del círculo esotérico, con la única restricción de que su saber es de un carácter más teórico. Esto se refiere, naturalmente, a un saber de carácter cósmico. Saben y comprenden una cantidad de cosas que todavía no han encontrado expresión en sus acciones. Saben más de lo que hacen. Pero su comprensión no es menos exacta que la de los miembros del círculo esotérico, por consecuencia, es idéntica. Entre ellos no puede haber discordias, no se puede producir ningún malentendido. Lo que cada uno comprende lo comprenden todos, y lo que todos comprenden lo comprende cada uno. Pero como hemos dicho, esta comprensión, comparada a la del círculo esotérico, es más teórica.

"El tercer círculo se llama «exotérico», es decir exterior, porque es el círculo exterior de la parte interior de la humanidad. Los hombres que forman parte de este círculo tienen muchos conocimientos comunes con los miembros de los círculos esotérico y mesotérico, pero su saber cósmico es de un carácter más filosófico, es decir, más abstracto que el saber del círculo mesotérico. Un miembro del círculo mesotérico
calcula,
un miembro del círculo exotérico
contempla
. La comprensión de los miembros del círculo exotérico puede no expresarse por actos. Pero no puede haber diferencia de comprensión entre ellos. Lo que uno de ellos comprende, todos los otros lo comprenden.

"En la literatura que admite la existencia del esoterismo, la humanidad en general se divide sólo en dos círculos; y el «círculo exotérico», como opuesto al «círculo esotérico», se llama: la vida ordinaria. Esto es un grave error. En realidad, el «círculo exotérico» está muy lejos de nosotros y se sitúa en un nivel muy elevado. Para un hombre ordinario, esto ya es el «esoterismo».

"El «círculo exterior» propiamente dicho es el círculo de la humanidad mecánica a la cual pertenecemos, la única que conocemos. Este círculo se reconoce primeramente por el signo de que para las personas que forman parte de él, no hay ni puede haber comprensión común. Cada uno comprende a su manera, y hay tantas maneras de «comprender» como personas. Este círculo se llama a veces el círculo de la «confusión de las lenguas», porque en este círculo cada uno habla su lengua propia para él solo, y nadie comprende a nadie, ni se preocupa por ser comprendido. Es por lo tanto el círculo donde es imposible la comprensión mutua, salvo en muy raros instantes, totalmente excepcionales, y aún sobre temas casi despojados de significación, y sólo dentro de los límites del
ser
dado. Si las personas que pertenecen a este círculo se vuelven
conscientes de esta falta general de comprensión
y adquieren el deseo de comprender y de ser comprendidas, significa que tienden inconscientemente hacia el círculo interior, porque una comprensión mutua no comienza sino en el círculo exotérico y sólo allí podría desarrollarse. Pero la conciencia de la falta de comprensión llega a cada uno por los caminos más diferentes.

"Así la posibilidad que tienen las personas de comprenderse depende de su posibilidad de entrar en el círculo exotérico donde comienza la comprensión.

"Si nos representamos a la humanidad bajo la forma de cuatro círculos concéntricos, nos podemos imaginar cuatro puertas en la periferia del tercer círculo, es decir del círculo exotérico, por los cuales los hombres del círculo mecánico pueden penetrar.

"Estas cuatro puertas corresponden a los cuatro caminos que hemos descrito.

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