Los hechos del rey Arturo y sus nobles caballeros (51 page)

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Authors: John Steinbeck

Tags: #Histórica, aventuras, #Aventuras

BOOK: Los hechos del rey Arturo y sus nobles caballeros
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Bien… ya estoy en marcha. Y de lleno en Tor y Pellinore.

Cariños a todos. Lamento estar tan nervioso con esto, pero después de todo hace mucho tiempo que empecé y ésta es la primera prueba y la más ácida…, el cuento más difícil y el primero.

A CHASE - SOMERSET, 7 DE MAYO DE 1959

Un breve calentamiento antes del día de trabajo. Terminé la aventura de Gawain en Tor y Pellinore ayer y hoy continué con la segunda aventura. Espero terminarlo todo durante el fin de semana. Ahora tengo el tablero de arquitecto y siento una gran diferencia. No me canso tanto al inclinarme. No terminaré hoy esta carta, pero seguro que al escribirte tendré una carta a vuelta de correo. Par favor, hazme saber de tu reacción frente al trabajo que te mandé cuando tengas la oportunidad. Quizás es mejor que de ahora en adelante te envíe dos copias. Estoy mandando hacer un original y tres copias con carbónico.

Ahora es domingo y acabo de terminar las Tres Aventuras. Mañana la Muerte de Merlín y si tengo suerte la próxima semana Morgan el Fay, que es breve. Pero todo marcha bien y creo que descubrí cosas valiosas en las Aventuras. Por supuesto que las cosas verdaderas están por venir.

Ahora de nuevo lunes. Estas semanas corren y desaparecen como conejitos frente a una mesa de tiro al blanco. Hace dos meses que estamos aquí. ¿Te das cuenta? Yo no. Parece un tiempo tan corto que me da la impresión de no haber trabajado lo suficiente, aunque sé que no es cierto. Trabajé mucho. Este papel delgado es muy incómodo para escribir. Me gusta el papel de oficio, hasta el papel de oficio blanco británico.

El miércoles consigo una parte del dactilografiado y te la mando. Será mucho más Malory que el Merlín, donde siempre tuve la sensación de que vacilaba frente a sus misteriales. Hoy empiezo la Muerte de Merlín, un trabajo siniestro, la ridícula derrota de un gran hombre adorado en todas las épocas. Veré qué puedo hacer con eso.

Y ya es hora de que empiece porque pueden darse algunos comienzos en falso.

A CHASE - SOMERSET, 11 DE MAYO DE 1959

El caso es que en un día no me alcanza el tiempo para hacer todo lo que quisiera. Ayer terminé la Muerte de Merlín y los Cinco Reyes. Y hoy sigo con Morgan le Fay. Me gusta mi versión del final de Merlín. Es una historia triste y común. Acaso a eso se debe su perduración. Esa parte y la Boda van a ser dactilografiadas el miércoles.

Ayer planté tres docenas de plantas de lechuga y entre las hierbas de fondo encontré algunas plantas de fresas en flor, y limpio los yuyos que tenían alrededor. Allí encuentro todo tipo de cosas.

Mi escritura —nunca muy firme ni muy fija— ha sido totalmente contaminada por Malory. Batayle me parece mucho más normal que battle. Suena mucho más aguerrida y no parece aludir a una batalla del mismo modo.

¡Qué vida esta! Ayer trabajé muy duro, escribiendo y cortando el pasto con una guadaña. Me acosté a las nueve, antes que oscureciera, y me dormí en el acto. Esta mañana, neblina en los Fados, con un sol que la traspasaba con sus destellos. Todos están de acuerdo en que ésta es la primavera más hermosa en muchos años. Algunos que se han curtido en las últimas temporadas dicen que más tarde pagaremos por ella. Bien, veremos.

A veces quiero salirme de esto, pero odio hacerlo. Además me disgusta todo lo que interrumpa el flujo lento y constante de esta traducción. Siento que ahora adquiere una fluidez y un tono adecuados.

Ya es hora de ir a trabajar.

Por ahora te dejo.

A ERO Y CHASE - SOMERSET, 13 DE MAYO DE 1959

Tus comentarios y prácticamente la ausencia de comentarios de Chase con respecto a la sección que te envié. Debo pensar con sumo cuidado y no caer en una respuesta oscura. Mentiría si declarase que no quedó asombrado. Sufrí un impacto. Me pregunto si las tres mil millas de distancia hacen alguna diferencia. Es obvio que no comuniqué mi propósito, pero me pregunto si pude haberlo hecho de haber estado allí. Es natural que busque argumentos en mi defensa o en defensa del trabajo que estoy haciendo. Ante todo quiero declarar que espero ser lo suficientemente profesional como para que el impacto no me paralice. La respuesta parece ser que tú esperabas algo que no encontraste. Por lo tanto tienes todo el derecho de sentirte confusa, como dices, y decepcionada. Nunca les dije cuál era mi plan, quizá porque yo estaba tanteando el camino. Puedo aducir que ésta es una primera prueba sin corregir, cuyo propósito es establecer el estilo y el método, y que los deslices y errores serán eliminados, pero eso no basta. Quizá pensé que les había dicho lo que ahora estoy intentando, no presentar todo el ciclo con sus mil ramificaciones, sino ceñirme a Malory, quien escribió en el siglo quince. Y todas las lecturas e investigaciones no se han desperdiciado, porque veo y creo comprender cosas de Malory que antes no podría haber visto. Finalmente, no he tenido la intención de verterlo a una lengua vernácula del siglo veinte, como tampoco T. M. lo vertió a una lengua vernácula del siglo quince. En esa época la gente tampoco hablaba así. Si es por eso, la gente tampoco hablaba como la hace hablar Shakespeare, salvo en los parlamentos de los rústicos. Hasta ahora me limito a las negativas, ya lo sé.

Sé que has leído
Once and Future King
de T. H. White. Es un libro maravillosamente logrado. Todo lo que deseabas encontrar en mi revisión está allí de un modo superlativo. Pero no es a eso a lo que yo apuntaba entonces, y creo que tampoco ahora.

¿Dónde comienza el mito, la leyenda? Desde la versión céltica se extiende hasta la India y probablemente sea anterior aún. Se divide con las migraciones, una parte a Grecia, otra entre los semitas, una parte a Georgia, Rusia, Alemania y Escandinavia, difundiéndose entre los normandos, y parte a Iberia y la Galia Catica, hasta propagarse por Bretaña, Irlanda, Escocia, donde se incuba para volver a difundirse por todo el mundo. ¿Dónde está su final o su limite? Elegí empezar con Malory, que era su mejor escritor, superior a los franceses y a las partes del
Mabinogion
, y más cercano a nuestra comprensión general. White vierte el relato con brillantez a los dialectos de la Inglaterra de hoy. No era ése mi propósito. Buscaba un inglés que estuviera, al igual que la leyenda, fuera del espacio y del tiempo. Los personajes de leyenda no son gente como la que conocemos. Son figuras. Cristo no es una persona, es una figura. Buda es un símbolo en cuclillas. Como persona, el Arturo de Malory es un tonto. Como leyenda, es atemporal. No se lo puede explicar en términos humanos, como tampoco puede explicárselo a Jesús. Como persona, Jesús es un tonto. En cualquier punto de la historia pudo detener el proceso o imprimirle otra dirección. Sólo hay un incidente humano en toda la secuencia, el lama
sabach—thani
en la cruz, cuando el dolor era muy fuerte. Ser un tonto está en la naturaleza del héroe. El
sheriff
del
western
, el actual prototipo literario ejemplificado por Gary Cooper, es invariablemente un tonto. Si fuera inteligente, sería pequeño y mezquino. En todos los mitos, la sagacidad, y aun la sabiduría, son propiedad del villano. No escribo esto para halagar el oído del siglo veinte. Quizá sea excesivamente ambicioso, pero mi intención es hacer que sea comprensible, no apetecible. Procuro la remota sensación del mito, no la íntima sensación del hombre de hoy cuyos pensamientos cotidianos pueden cambiar mañana pero cuyas percepciones más profundas, estoy convencido no cambian en absoluto. En una palabra, no intenté escribir un libro popular sino un libro permanente. Debería habérselo dicho.

En todo esto ha sido mi intención, y todavía lo es, complementar cada historia con un —¿cómo llamarlo?— ensayo, elucidación, apéndice. Allí me propongo ubicar la realidad, lo especulativo, lo explicativo, hasta quizá la caracterización, pero quería mantenerlo aparte. Ignoro si Merlín era un druida o el recuerdo de un druida, y por cierto que Malory nunca lo sospechó. En los estudios puedo especular que haya sido así, aunque sospecho que la concepción de Merlín es mucho más antigua que el druidismo. Su contraparte está en todo el gran ciclo: en Grecia, en la Biblia, y en los mitos populares que se remontan a los origenes. Chase dice sabiamente que sajón y sarraceno probablemente son la misma cosa. Los extranjeros de lejanas tierras. Siempre aparecen. Para Malory, los extranjeros recientes más misteriosos y poderosos eran los sarracenos. Los sajones, a menos que él fuera celta, eran de su propia sangre, aunque probablemente se considerase de ascendencia normanda, por razones sociales.

Muy bien, dirás, ¿cuál es tu intención, dónde están esos comentarios esclarecedores? Bien, no están escritos por dos razones. En primer lugar, estoy aprendiendo mucho a través de los cuentos, y en segundo lugar, no quiero romper el ritmo. Descubrí que había un ritmo, y ese ritmo me complacía. Además, por su naturaleza, estos cuentos deben ser despojados. En mis añadidos procuré conservar esa cualidad.

Sé que parezco estar definiendo mi tesis y eso es exactamente lo que estoy haciendo. Pero hay algunas cosas que no comprendo. Dices que la matanza de los niños es una nueva versión de la historia de Herodes y que no está a la altura de un rey. Pero ése es el tema de toda la leyenda. La historia de Herodes es simplemente otra versión del principio atemporal de que los proyectos humanos no pueden domeñar al destino. Toda la leyenda es una nueva exposición de la experiencia humana. Es otra versión de «El poder corrompe».

Comprenderás que lo que más me afligió fue el tono de tristeza de tu carta. Si hubiese sido escéptico con respecto a mi trabajo simplemente habría sentido que detectabas mis errores. Pero pensaba que iba bien encaminado y, dentro de los límites que me fijé a mi mismo, aún lo pienso.

La primera historia es de lejos la más amorfa, la más difícil y la más cargada.

La historia del Caballero de las Dos Espadas es más directa pero no menos misteriosa.

Finalmente, y no quiero insistir en este punto, siento que me dirijo a algo más valioso. Si no suena muy propio es porque no quiero que sea así. Y se me ocurre sospechar que quizá prefieras que no te mande los cuentos en cuanto los hago, sino que espere hasta el final, cuando los capítulos estén en orden. Había pensado, al terminar cuatrocientas o cuatrocientas cincuenta páginas, volver atrás y completar esa parte, puesto que será un volumen, antes de proseguir. Puede haber dos versiones, una que consista simplemente en la traducción; otra, en la traducción más los capítulos internos. En cuanto a la traducción, estoy seguro de una cosa: es de lejos lo mejor que se ha hecho. Pero quiero tu opinión acerca de esto. En esta orilla…
Mais, je marche!

A ERO - SOMERSET, 14 DE MAYO DE 1959

Reflexioné afanosamente durante una noche desde que escribí la carta. Además corregí un poco la copia adjunta. La primera estaba sin corregir, y mi sensación sigue siendo la misma. Puede que no esté haciéndolo suficientemente bien. Pero si no vale la pena hacer esto como lo estoy intentando, entonces estoy totalmente equivocado, no sólo en esto sino en muchas otras cosas, lo cual por supuesto es muy posible. Alan Lerner está realizando una comedia musical sobre el rey Arturo, que será encantadora… pero no es eso lo que quiero. Hay otra cosa. En mi apuro por defender mi posición quizá omití decir lo que quería. Acaso trato de decir algo que es inexpresable o algo que excede mis capacidades. Pero en Malory hay algo más hondo que T. H.

White y más permanente que Alan Lerner o Mark Twain. Acaso no sé de qué se trata, pero lo presiento. Y como he dicho, si me equivoco, mi equivocación es realmente colosal.

Pero, ya ves, tengo que jugarme a mis pálpitos. Sé que no es la forma que el oído de hoy acepta sin escuchar, pero ese oído hasta cierto punto está entrenado por Madison Avenue y la radio y la televisión y Mickey Spillane. El héroe es una forma casi inapropiada a menos que aparezca en un
wesrern
. La tragedia —la auténtica tragedia— es irrisoria a menos que pase en un departamento de Brooklyn. Los Reyes. Los Dioses y los Héroes… Acaso su hora ha sonado, pero me cuesta creerlo. Quizá porque me resisto a creerlo. En este país, estoy rodeado por las obras de los héroes, que se remontan hasta la primera aparición del hombre. No sé cómo se alzaron los monolitos de los círculos sin herramienta alguna, pero en eso había algo más que robos mezquinos, holgazanería de escolar y las angustias de señoras sobrealimentadas que se tienden en el diván del psicoanalista. Hubo quienes hicieron grandes esfuerzos con otro fin que el de «hacer un poco de plata». Y si todo esto ya no existe, vivo en otro mundo. Lo cual no es imposible.

Hoy me siento triste. No desesperado, sino inquisitivo. Tendré que seguir los dictados de mi impulso. Es probable que mejore a medida que mejore Malory… y Malory mejoró. Si después de trabajar todo el verano y todo el otoño, todavía resulta insatisfactorio, entonces largo todo, pero he soñado demasiados años, demasiadas noches para cambiar de dirección. Nunca pensé que esta obra llegara a ser intensamente popular, pero sí creí que llegaría a tener una audiencia permanente, inmutable pero capturada al fin. Yo mismo cambié porque estaba harto de mi, dejé mis subterfugios porque ya no creía en ellos. Una época estaba terminada, y quizá yo estaba terminado. Era posible que yo estuviese vibrando como una serpiente partida en dos, de la cual solíamos creer que no moriría hasta la caída del sol. Pero si es así tendrá que seguir vibrando hasta que el sol se ponga.

¡Creo en esto, qué diablos! Hay en lo que hago una impensable soledad. Debe haberla.

A ERO - SOMERSET, MAYO DE 1959

Me conmueve tu carta, en la que demuestras cierta confianza en algo que no te gusta. Por cierto que no tuve el propósito de informarte más. Me da la impresión de que no estuviéramos hablando de lo mismo. Una de las dificultades parece plantearla la gran longitud del trabajo. Ojalá pudiera discutir esto con Chase. Estoy de acuerdo con él en cuanto a la división en volúmenes. Pero cada vez siento más reticencia ante el episodio romano
[12]
. Nunca pareció integrarse al conjunto. No tiene elementos del resto de los cuentos. Los dos cuentos más grandes y coherentes son los de Lanzarote y Tristán. El Lanzarote se interrumpe en la mitad, entra Tristán en escena y luego Lanzarote, la secuencia del Grial y la
morte
. Voy a pensar seriamente en la exclusión del episodio del Emperador. En ese caso, el primer volumen iría hasta el comienzo de Tristán. En este momento —aunque puedo cambiar de opinión, por supuesto— pienso hacer la traducción de toda esa parte, quizá dejando de lado el episodio del Emperador, y después retroceder para reelaborar las traducciones con mayor libertad aún, y luego intercalar mi propio trabajo entre los cuentos, que abarcaría buena parte de los conocimientos que Chase y yo hemos acumulado. Con eso tendríamos un primer volumen muy profundo y enjundioso. Además sabríamos así de qué disponemos y si el método sirve. Por otra parte, quedaría lo bastante completo como para ser publicado en esas condiciones. Si no sirviera (pero yo debo creer que si), entonces a continuar con Tristán y finalmente con el Grial y la
morte
. Creo que éste seria el volumen de prueba. Si no resultara bien podríamos abandonar el proyecto o bien cambiarlo radicalmente. Eso significa trabajar desde el principio del libro hasta el fin de Lanzarote, excluyendo al Emperador Claudio. ¿Qué les parece esta propuesta de método a los dos? Es más que posible que yo complete el borrador de este primer volumen por lo menos antes de volver a casa. Si lo hago todo y después no les satisface… es demasiado. Piénsenlo, por favor.

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