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Authors: Douglas Coupland

Microsiervos (34 page)

BOOK: Microsiervos
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Miércoles

Abe:

Alguien ha escrito en el suelo del aseo de aquí:

COMPAÑERA = FRENO

Debajo, otro ha escrito: EXCESO DE TRABAJO = POLIGAMIA

MICROSOFT! Ya sabes como es esto: los solteros se matan trabajando para brillar, pero los *Casados* se convierten en jefes y ascienden mas deprisa el escalafón, las Eleanor Rigbies que ni pidan trabajo.

Me llego el fax ayer.
[Le envié por fax las instrucciones para montar una Estación Espacial 9129 de Lego.]
Me parece que el tuyo es el primer fax que recibo en años. Los faxes son como el correo electrónico de 1987. Gracias.

Esta noche, tras la cena, Susan ha entrado con un puñado de porquerías: un tenedor torcido, una manzana magullada, la cabeza de una Barbie y la tapa de un bote de Tylenol. Lo ha puesto todo en una hilera en el suelo y le ha preguntado a Todd: «Eh, Todd, ¿sabes qué es esto?»

Todos hemos mirado la triste hilera de desechos y a ninguno se le ha ocurrido nada.

Todd ha contestado: «Ni idea.»

Susan ha dicho: «Es una venta de garaje rusa.»

Todos hemos exclamado: «Oooooh...», esperando que Todd se pusiera como una hiena y, efectivamente, se ha mosqueado.

«Ya sé, ya sé —ha dicho ella, anticipándose a su respuesta—: Se supone que ahora los rusos son amigos nuestros. Pero reconócelo, Todd, no conseguirán entenderlo nunca. El capitalismo es algo que te inculcan desde que naces. Desarrollar una economía de mercado es más complicado que darle a un interruptor y convertirse de golpe, de la noche a la mañana, en capitalista. Tienes que haber conocido de pequeño a Lucy y sus consultas psiquiátricas a 5 centavos en las historietas de Charlie Brown; los concursos de la tele; haber encargado alguna vez unos Monos Marinos: todo forma parte del proceso de endocapitalización.»

Ha sacado la cabeza de Barbie de la hilera de objetos: «Probablemente, es demasiado buena.»

Más tarde, Susan y Karla se han puesto de cháchara. Les he preguntado de qué iba la cosa y se han mirado con aire culpable.

«De Barbies», ha dicho Karla.

Susan ha añadido: «Es como si todas las chicas que conozco hubieran hecho las mismas obscenidades, unas obscenidades increíbles, con sus Barbies hasta que, al final, la cabeza o los miembros se le caían, y había que esconderla; aunque, al final, tu madre siempre acababa encontrando la desmembrada Barbie y decía: "Pero nena, ¿qué le ha pasado a tu Barbie?"

»Y tú te morías de vergüenza recordando la orgía que la había dejado en aquel lamentable estado.»

(Más risas.)

«Recuerdo cuando mi Barbie descubrió al soldado Joe de mi hermano —ha dicho Karla—. Menuda juerga. Barbie quedó hecha pedazos en una hora.»

«¡Anda! ¡La mía también!», ha dicho Susan.

«¿Y se le cayó el pelo?»

«Aja.»

Me he sentido un poco excluido y me he marchado discretamente, dejando más risas tras de mí. ¿Cómo es posible que las dos hicieran exactamente las mismas cosas?

Mi cuerpo ya no está destrozado cuando vuelvo del gimnasio. De todos modos, hoy he pasado por un momento de humillación total: teóricamente, mi peso ideal está en 78 kilos, y peso 69. La mujer del gimnasio ha calibrado mi proporción de grasa/agua/carne/huesos y ha contenido una exclamación; le he preguntado qué problema había. Ha dicho (tras una vacilación y una pausa tipo: lo siento tiene cáncer): «Eres lo que técnicamente se conoce como "un flaco gordo".»

Ha sido degradante. No sólo estoy flaco, sino que además, la carne que tengo no es carne, sino grasa. Tengo que quemarla antes de que pueda siquiera empezar a hacer músculo. Ni siquiera merezco el honor de poder decir que tengo una base de carbono, menos aún de silicio: quizá mi base sea de uno de esos elementos inútiles como el boro, que no sirve para nada.

No pienso decírselo a Karla.

Jueves

Se ha filtrado la noticia de que soy un flaco gordo (la mujer del gimnasio se ha ido de la lengua con Todd) y he tenido que soportar un bombardeo de bromas crueles durante catorce horas. Todd, en un aparte, me ha dado un bote de aminoácidos y muchos ánimos.

Mi padre ha empezado hoy a trabajar en Delta. A la vuelta, ha pasado por la oficina de
Oop!
para dejarse ver. Susan, Bug y Michael le han estado implorando algún método de acceso al sistema de Delta o, por lo menos, algún dato para poder colarse con el ordenador. Michael quería añadirse diez millones de puntos de bonificación a su tarjeta de usuario: «Quiero volar al Polo Sur con Saudi Airlines, en primera clase, con un asiento totalmente reclinable y un antifaz Reuben Kincaid hecho con plumón de paloma migratoria.»

Al otro lado de la calle había unos niños haciendo una pequeña venta de garaje: un único número de
Cosmopolitan
con el lomo gastado, dos mugrientos juguetes Big Bird, una edición de bolsillo de
Future Shock
y un cacharro para quitar las botas de vaquero. Ha sido de lo más deprimente —y extrañamente similar a la broma de Susan sobre lo que venden los rusos—. Karla ha dicho: «Susan tiene razón. Los rusos no nos cogerán nunca.»

Ethan, que había pasado a hacernos una visita, ha dicho: «
Au contraire
, colega, seguramente nos superarán dentro de poco.»

Cuando he entrado esta mañana, Dusty estaba vomitando en el lavabo de la oficina. Ha dicho que se había cansado demasiado en el gimnasio.

Abe:

«Mi tarjeta magnética se ha jodido y no he podido entrar en el edificio y me siento como si hubiera dejado de existir»

Viernes

Todd ha irrumpido en la oficina esta mañana: «¡Me he hecho maoísta!»

Los demás somos ya tan indiferentes a la política que ni siquiera hemos podido hacer acopio de voluntad para lanzarle un bostezo a la cara.

«Conocéis las tres formas de comunismo, ¿no?»

«No, Todd. Pero estoy seguro de que nos las vas a enseñar.»

«Oh, nooo...»

«En primer lugar, está el marxismo-leninismo.

»En segundo lugar, está el estalinismo: bueno, la verdad es que el estalinismo es sólo una aplicación, no un sistema operativo. Vamos, que si quieres borrar a 40 millones de personas, instalas el estalinismo en tu disco duro. Es un verdadero virus Ebola político.»

Susan ha relacionado las purgas estalinistas con las de IBM.

«Por último, existe el maoísmo. El maoísmo va de la eliminación total de toda la cultura. Cualquier cosa que huela a cultura es mala. Todo, desde las sombrillitas para los cócteles hasta Mozart. Todo tiene que desaparecer.»

He dicho: «Eso es una barbaridad, Todd: la cultura lo es todo. Sin cultura, no somos nada. ¿Me estás diciendo que te gustaría acabar con todas las reposiciones de Bob Newhart?»

«Bob Newhart tiene una visión romántica de la cultura terapéutica liberal burguesa, ensimismada y decadente. Sólo se salva porque su terapia rechaza la Iglesia.»

«Me parece un universo muy poco divertido», ha dicho Karla.

«Hay cosas más importantes en esta vida que las risas, Kar —ha dicho Todd, mezclando una lata de pina Del Monte y algún tipo de proteínas en polvo con la batidora de la oficina—. Es evidente: la cultura debe morir.»

«¿Por qué?», he preguntado yo.

«No estoy seguro, pero está claro que debe morir. Ahora estoy dándole vueltas a esta idea. Ah, mira, Dusty aparece por el final de la calle, nos vamos a nuestro seminario de poses. En Gold's acaban de recibir tarimas nuevas.
Ciao
, camaradas.»

Glurrup. Sorbido. Glugluteo. Portazo.

«Haz unas flexiones por mí.»

«¿Pero es que estos dos no pueden limitarse a programar?», ha gemido Michael, mostrando, por una vez, sus sentimientos. Así que ahora la Banda de los Dos (ya no son Borís y Natasha) están en su siguiente fase de entusiamo político.

Abe:

«He ido a Microsoft. He pasado casi toda la mañana metiendo mis discos viejos de vinilo en una base de datos que he hecho. Y Filemaker Prod de Claris ordena mi colección de videos

Preguntas: ¿Puedes adivinar que es esto por sus ingredientes?

Alcobol SD

Agua

Tween 2B

Glicerina

Aromatizante

Sacarina sódica

FD&C azul Nº1

"Made in USA"

Inténtalo. Te daré la respuesta mas tarde.»

[Respuesta: elixir mentolado Ice Drops para refrescar el aliento.]

Más tarde, Dusty nos ha estado contando muchas cosas sobre todo eso del desarrollo del cuerpo que ahora mola tanto: nos ha contado cosas sobre un fármaco aeróbico, el RPO, que incrementa la capacidad del cuerpo para metabolizar oxígeno. Corren rumores de que todo un equipo francés de ciclismo murió de un ataque al corazón por usarlo. Y nos ha contado que si se toman muchos esteroides, a las mujeres les crece el pelo, y también que quienes los toman pueden volverse «acromeglíacos», se les distorsiona el cráneo.

¡Ah! Esta mañana, Dusty ha echado una papilla como todo el lago Superior. Me pregunto qué le pasa. Algún régimen nuevo, seguro.

Ethan dice que las personalidades tipo A poseen todo un subgrupo exclusivo de enfermedades y que el vector transmisor de esas enfermedades es el botón de CIERRE DE PUERTAS de los ascensores, que sólo pulsan los impacientes, la gente de tipo A. Ahora, Ethan pulsa ese botón con el codo. Estoy empezando a preocuparme por todos nosotros.

En la línea de la neurosis de Ethan, hemos hecho en la pizarra blanca de la oficina una lista de botones que nos gustaría ver en un teclado:

POR FAVOR GRACIAS

VETE A LA MIERDA MUÉRETE

LO SIENTO... HE SIDO YO

HAZ ALGO QUE MOLE Y SORPRÉNDEME

Más tarde, nos hemos puesto todos a discutir sobre si las minifiguras de Fisher Price molaban más que las de Lego. El debate ha pasado a la pizarra:

Minifiguras FISHER PRICE contra minifiguras LEGO:

Minifiguras Fisher Price:

Positivo
: las figuras sin extremidades dan a los niños una sensación de desamparo

Negativo
: sus caras recuerdan las de los personajes de los dibujos animados de
Family Circus
, queridos pero poco divertidos

Positivo
: genéricos, atuendo tipo Gap

Negativo
: los cuerpos con talla/peso desproporcionados implican desórdenes alimentarios: mal modelo para la juventud del milenio que ansia ser funcional

Minifiguras Lego:

Positivo
: peinados unisex e intercambiables

Negativo
: las manos en forma de garra asustan y son potencialmente traumáticas

Positivo
: los cuerpos pueden incorporarse a la arquitectura

Negativo
: moda fea

Mi padre odia a su jefe, «ese capullo de 32 años». «Es una bestia del Departamento de Calidad Total sin sentido del humor que utiliza los sermones de Anthony Robbins para motivarme y para que aprenda unos códigos de entrada humillantemente sencillos. Joder, soy más joven que él en todo, excepto en el cuerpo.»

Mi padre está en el tercio inferior de la cadena trófica en su sección de Delta y debe de ser francamente degradante para él. Mi madre ha dicho: «Ya sé que tu padre deseaba con todas sus fuerzas tener un trabajo, pero quizás esto no sea lo suyo. ¿No podéis enseñarle C++ un poco más deprisa?» Hemos tenido que decirle que el conocimiento no se puede compartimentar. Pero la idea de que mi padre se convierta en un programador al día nos atrae a todos en la oficina. Quién sabe adonde nos llevará eso.

Viernes
Una semana más tarde

Mi padre ha dejado el trabajo. Se ha presentado en la oficina hacia las dos de la tarde para decírmelo. Michael le ha dado enseguida unos manuales de C++, ha hecho que se sentara en una silla vacía en un rincón y le ha dicho: «Ha llegado el momento de aprender de verdad, señor Underhill.»

Mi madre se ha C-A-B-R-E-A-D-O de verdad. Con todo, ella sabía que lo de Delta no llevaba a ningún lado. Se imagina que mi padre está atrapado en un curioso desajuste demográfico: demasiado joven para jubilarse; demasiado viejo para aprender trucos nuevos. Supone que lo de mi padre va a ser un mal rollo bastante largo, así que le ha comunicado dos normas nuevas que ha ideado para la vida cotidiana:

1) No voy a hacerte nunca la comida del mediodía.

2) No te dejo que vengas a comprar conmigo.

Otros cambios: la Banda de los Dos ha pasado por aquí esta mañana. «Ya no somos maoístas. Ahora nuestra base ideológica es la teoría del producto.»

Como ya pasamos de sus vaivenes políticos —y de los extremismos políticos en general—, esta vez tampoco nadie se ha molestado en levantar la vista. «Vale, tíos, muy bien. ¿Visteis
Star Trek
anoche?»

Todd ha añadido: «En la economía moderna, la cuestión no es la redistribución de la riqueza, sino la redistribución del tiempo.»

Miraba de un lado a otro con los ojos bien abiertos y con placer manifiesto. «En lugar de batallar por el control de las fábricas de botas de caucho, el posmaoísta moderno quiere luchar por 45 minutos de tiempo libre diario. La industria de los bienes de consumo electrónicos pretende atrapar nuestro tiempo, no nuestro dinero: esa parte del cerebro ávida de tiempo que quiere sacarle a cada año el partido de un año entero.»

«Pero si eso —he dicho yo— es exactamente lo que cree Ethan.» Silencio.

Ethan me ha lanzado una mirada de autosatisfacción y la ex Banda de los Dos se ha puesto a trabajar sin más comentarios.

«La verdad —ha dicho Michael—, espero que aquí se terminen las conversaciones sobre política.»

Karla me ha dicho más tarde: «¿Sabías que Michael pasa una hora al día enganchado al correo electrónico escribiendo a alguien llamado Código de Barras que vive en Waterloo, Ontario, Canadá? ¿Te lo ha comentado alguna vez?»

«¿Desde cuándo Michael habla de su vida interior?»

Todd nos ha oído
y
ha añadido: «Bueno, si leo un artículo más sobre cibersexo, reviento.» Ante lo cual, Dusty ha dicho: «La verdad, Toddy, si te chutas otro frasco de esteroides seguro que revientas de verdad.» Con lo cual, se ha callado.

Sin embargo, Todd tiene razón. Los medios de comunicación se han vuelto locos con tanta Red por aquí y tanta Red por allá. Se están pasando. La Red mola, pero no mola tanto, hombre.

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