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Authors: Juan Ernesto Artuñedo

Peluche (43 page)

BOOK: Peluche
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—Escucha esto —me dice el Dani subiendo el volumen

—¿Qué es?

—Vampire Idol Scream

—Qué chulo

—Te veo un poco desconectado

—Es que he oído poco la radio

—El otro día pusieron a Peluche y a los Caraconos en Radio 3

—¿Sí?, ¿qué dijeron?

—Que podían actualizarse un poco, que siguen con las estructuras clásicas de toda la vida y los cuatro acordes, pero bien

Llegamos a la estación.

—Ésta no ha llegado —observo

—¿Un cigarro?

—Vale

Bajo la ventana. Fumamos.

—¿Cómo ha ido el viaje? —me pregunta

—Bien

—¿Sólo bien?

—He conocido a un montón de gente

—¿Dónde has estado?

—Uf, en muchas partes, a ver, en Teruel, Albacete, Almería, Granada, Mérida, Madrid, Burgos, Vitoria, Sagunto y hasta aquí

—Joder, todo el puto país, colega

—Casi

—Y la peña, ¿bien?

—Una pasada

—Me alegro

—Gracias

—¿Has ligado?

—Un poco de todo

—¿De todo?

—Casi

—¿Qué ha faltado?

—No sé

—¿Amor?

—Tampoco

—No te pongas rojo, hombre

—Noo, si

—Que no me tienes que dar explicaciones

—No es por eso

—¿Por?

—Es porque me siento raro

—¿Y eso?

—No sé

—¿Molesto por algo?

—Es que no sé cómo explicarlo

—Hablando, como tú dices siempre

—Es que no sé qué decirte

—Suelta lo que te venga

—Que no sé si puedo amar, amar de verdad me refiero

—¿Por?

—No puedo

—¿Por aquello que te pasó?

—No, bueno, creo que ya lo tengo superado

—Pero qué quieres decir con eso de que no puedes amar, con lo que te haces querer

—Gracias

—Sí, pero contéstame

—Es porque estoy muy a gusto solo

—Eso está bien, yo vivo solo y se está de puta madre, acabo de currar, llego a casa, me enciendo un canuto y que hable la tele

—Pero a la vez me enamoro de todos

—¿Cómo?

—Sí, mira aquel

—¿El gordo?

—Yo no podría ser su amigo en la vida, si lo conociera, al poco tiempo estaría por sus huesos

—Perdona bonita, por su carne

—Eso

—Entonces sí que puedes amar

—Pero es porque me gusta físicamente

—Hombre, no te jode, como a mí la del pelo rizado, con ese pedazo de botas y...

—Pero cuando lo tengo deja de gustarme

—Eso es porque no aprecias lo que tienes

—Puede ser

—Tu amor, chani, es amor hasta que se tiene o desde que se pierde

—Estás hecho un poeta, Dani

—No, es que tú crees que el amor es a aquello que te pasó con aquel chico, y eso fue una putada, no confundas amor con desengaño

—Puede ser, pero fue tan fuerte

—Lo fuerte fue que te dejó plantado, y lo que pasó después

—Puede ser

—Como yo, que ahora estoy enamorado

—¿De la del pelo rizado?

—Y tacones lejanos

—Y porque no la tienes la quieres

—Vas aprendiendo muchacho

—Mira, Gisela

—¡Ei! —levantando los brazos con la mochila a cuestas que le saca un palmo por detrás de la cabeza

—Gisela —saliendo los dos del coche

—¿Cómo estáis, chiquitines?

—¿Y tú, pedazo guiri? —le digo


Animalets
. Eh, primero a Lucas —abrazándome y mirando al Dani—, mi preferido

—Todo tuyo, a mí ni me toques —irónico el Dani

—Ven
bonico
, ven

—Sí, la primera puñalada, te la tenías bien guardada

—Ay, si costaréis de criar —abrazándole

—Ale, ale, suelta —el Dani quitándole la pesada mochila de la espalda y metiéndola en el maletero

—No tengo que pasar por casa, ¿qué plan tenéis? No quiero ser una molestia, si vais a dormir me dejáis aquí y cojo un taxi que por seis euros me lleva al Grao y no tenéis que cargar conmigo

—Para, para —le digo

—Vamos un rato al Rico —el Dani—, tocan grupos de Castellón

—¡Qué bien!, música española —Gisela subiendo al coche—, menos mal que no tengo que llamar a mi madre, le he dicho que esta noche me quedaba en Barcelona y que vendría el domingo, así no tengo que dar explicaciones ni ir detrás con llamadas porque voy a quedarme una semana y no quiero enfrentarme con ella nada más llego, aunque estoy pensando en aprovechar el tiempo y viajar unos días con mi amiga Sara a Marruecos y una amiga súper enrollada que he conocido en Dublín que venía por estas fechas a España y me ha pasado el móvil, a ver si llevo su número, ¡joder, qué susto!, pensaba que lo había grabado en el móvil de la empresa, es que no sé qué pasa que cuando sales de Dublín falla el
network
y a veces no puedes consultar la agenda de teléfonos, qué putada, ah, menos mal, lo llevo aquí, ¿os he dado mi nuevo número?, a ver si lo encuentro que no me lo sé ni yo

—¿Cómo decías que se llamaba el grupo? —pregunto al Dani

—Vampire Idol Scream

—Mola

—Ya te digo

—¿Me estáis escuchando! —Gisela

—Sí, que falla el network —le dice el Dani

—Te estás vengando de la puñalada

—No, mujer

—Toma la entrada —le doy a Gisela

—¿Cuánto es?, a ver, no sé si llevaré suficiente dinero en efectivo

—Te invitamos

—Decirme cuánto os ha costado

—Nada —le dice el Dani

—¿Setenta?

—Ala, exagerada —interrumpo

—Bueno, tiempo al tiempo —dice el Dani

—Toma

—Que no

—Toma, Dani

—No lo vamos a coger

—Joder, encima que venís a por mí

Llegamos al Rico. Aparcamos.

—¡Y tú, mi dulce amor, arañas mi piel! —canta Patricia de los Romeos

—Tres cervezas —pido levantando la mano en la barra

—Enseguida

—¿Qué me cuentas? —pregunto a Gisela

—Nada, mi niño

—¿Ya te has echado novio?

—Quita, quita, yo novio...

—Aquí tienes —el de la barra

—Toma —pago

—...salgo con un chico —continúa— desde hace tres meses, todo un récord, pero sólo somos amigos, un rollete

—Por algo se empieza

—Nada, nada, sin compromisos

—Y bien o qué

—Sí. Y tú, ¿sigues con tus ositos?

—Más o menos

—Joder, con la de tíos buenorros que hay por aquí

—A mí me gustan así

—Vale, pero que no te hagan daño, todavía me acuerdo de tu último viaje a Dublín

—Ya

—¿Qué haces mirando a ése!

—¿A quién?

—¿A quién va a ser!

—Es que está como el pan

—Vale, está gordo, pero, ¿tú le has visto la cara?

—No está mal

—Tío, es que te emparras

—Mira qué barriga

—¡Lucas, por favor!

—Me ha mirado

—Hombre, si no le quitas el ojo de encima

—Otra vez

—Pero si no lo conoces

—Pero me mira

—A ver si te pega un guantazo y te deja en el suelo

—No, mujer

—¡Lucas!

—Vale, ya está

—No estás en un sitio de ambiente

—Pero...

—No ves que te puede malinterpretar

—Yo sólo miraba

—Sí, ya

—Creo que entiende

—A mí no me lo parece

—A mí sí

—Pero, ¿has visto cómo mira a la de enfrente?

—¿Y qué?

—Que no te fíes

—¿Y qué tengo que hacer?

—Pues ir a un local de ambiente

—¿Para?

—Para que cuando te miren sepas lo que quieren

—Aquí es lo mismo

—Lucas, esto es Castellón, un garito de rock and roll, y como no sea te va a meter una santa ostia

—¿No puedo probar?

—Yo no me arriesgaría

—Lo he hecho toda la vida

—Así te ha ido

—¿Y tú qué sabes?

—¿Quieres que te recuerde cuando te enamoraste de ese chico que según tú era bisexual?

—Fue culpa mía

—Pues aprende

—¿A qué?

—De quién enamorarte

—Eso no se elige

—Ya, pero por lo menos que tenga una orientación sexual definida

—Pero yo no quería cambiarlo

—Te equivocas, sí que querías, ¿acaso le diste opción a que hiciera con su vida lo que quisiera?

—¿Otra cerveza?

—Pago yo

—Deja

—Lucas, ¿lo ves?, quieres que todo sea a tú manera y eso no puede ser

—Pero quiero invitarte

—Ya lo has hecho antes, deja que ahora pague yo

—Vale

—Es que eres cabezón

—Como tú

—Eso es de naturaleza

—¿Y por qué me lo recriminas?

—Para que abras los ojos

—Pareces mi madre

—Peor,
I´m your devil

—Gracias por la cerveza

—¿Dónde está el Dani?

—Por ahí, con una que tiene pillada

—Ay, por fin, que ya pensaba que este también iba a ser gay, que tiene un ramalazo

—Que no

—Bueno, bueno

—Ahora eres tú la que no dejas a la gente ser como quiera

—¿Llevas un cigarro?

—Qué bicho eres

—Lucas, tienes que salir y ver mundo

—He estado viajando por toda España

—Me refiero a que abras tu mente

—¿Y qué quieres?

—Que espabiles

—Pero soy un buen tío, ¿no?

—Eso pregúntaselo a tu sobrina, yo aún te veo un poco apardalao

—Porque me gusta estar en la parra

—No lo jures

—No te pases

—Es muy bonito ser un niño, es lo que más me gusta de ti, pero joder, no puedes vivir siempre así

—¿Qué hay de malo?

—Que te lloverán ostias por todos lados

—¿Y qué?, de todo se aprende

—Ya, pero también se aprende a crecer y no pasa nada

—Pero a mí me gusta ser como soy

—Una cosa no quita la otra

—Déjame

—Lucas, escucha

—Dime

—No vas a cambiar, vas a seguir siendo el... pero, ¿quieres dejar de mirar a ese chico de una vez!

—Sí

—Nada, no hay nada que hacer

—Perdona, sigue, te estaba escuchando

—Vamos con el Dani

—Me alegro mucho de que hayas venido, Gisela, dame un abrazo

—Claro que sí chiquitín

—Vamos —la cojo del costado

—Yo también tenía muchas ganas de veros

—Acabarás viviendo aquí

—Antes muerta, como mucho en Barcelona

—Estás hecha una cosmopolita

—Hay que cuidarse, chani

—Suelta, que no ligo —apartándola

—¡Ay, serás capullo!

—Mujer, yo también tengo que cuidarme


Fuck

—¿Pasa Dani? —pregunto

Gisela saluda a todos.

—Aquí —responde

—¿Y la de los rizos?

—No ha venido esta noche

—No tardará cuando sepa que Dani rompecorazones anda suelto

—Sí, mis ganas

—Uf —suspiro al hombre barriga que habla con Pepe

—Lucas —me llama cuando me ve

—¿Qué pasa?

—¿Cómo estás perla? —me besa fuerte en las mejillas

—¿Quién es ese gordito con el que vas? —le pregunto en la oreja

—El agricultor

—¿El de la manta en el suelo...

—Sí

—...la pared de ladrillos...

—Sí

—... y los dos mirando al cielo?

—El mismo

—Joder, tenías razón, está para comérselo enterito

—No te acerques perra, que salivas

—Tú sí que lo eres, meando aquí en la esquina para marcar tu territorio

—Perla, que una guarda lo que tiene

—Pues no me lo presentes

—No pensaba hacerlo

—Mejor para ti

—Qué guarra eres

—Y tú puta

—Claro, me lo tiro sin cobrar

—Yo se la chupaba gratis

—Aire, aire

—Qué barriguita

—Pues si lo ves sin camisa

—No me cuentes

—Pelo blanco

—No sigas

—Brazos fuertes

—Por favor

—Pezones como garbanzos

—¿Y cariñoso?

—Me pega unos abrazos de papá oso

—Sí, y polvazos

—Hasta perder la razón

—Y la virginidad

—De eso no me queda ni en las orejas

—A mí que me folle también

—Perdona, pero ese oso tiene cueva

—Y cadenas

—Serás zorra

—Y tú perra

—Perra guardiana, una doverman

—Espera cuando te duermas

—¿Qué vas a hacer?

—No sé, deja que piense

—Pues a pensar a otro sitio

—Sí, que de eso tú no entiendes

—Que te follen

—Sí, enterito, tu agricultor

—Ja, ja

—Me voy, nos vemos luego

—Vale, si no, mañana en el FIB

—¿Vas sábado y domingo?

—Sólo el sábado

—Como yo

—Nos vemos donde siempre

—Un beso

—Chao

—¡Gisela! —le grito

—¿Dónde estabas, Lucas?

—Con un colega

—No está mal este grupo

—¿Los conoces?

—Pues claro, ¿qué te crees, que vivo en la luna?

—¿Una cerveza?

—Ya voy yo

—Deja

—Lucas, por favor, que me voy a enfadar

—Como quieras

—¿Tienes cerveza negra? —Gisela al de la barra

—No


¿Bud?

—¿Cómo?


Budweiser

—San Miguel

—Ponme tres

—¿Qué tal, Dani? —pregunto

—Está allí

—¿Quién?

—La del pelo rizado

—¿Dónde?

—En la otra barra

—Pues ataca

—Va con un chico

—Será su hermano

—Lucas...

—Dani...

—¿Y qué le digo?

—Mírala

—Lo estoy haciendo desde que ha llegado

—¿Y?

—Se ha girado sólo una vez

—Algo es algo

—¿Podéis ayudarme con las cervezas y dejar de marujear? —nos pregunta Gisela

—Dame —yo

—Gracias —Dani

—El chico —le digo a Gisela—, que se ha colado por aquella de los rizos

—¿Aquélla?

—Sí

—La conozco, es del Grao

—¿Cómo se llama? —le pregunta el Dani

—No me acuerdo

—Sí que la conoces bien —irónico

—Alicia, Andrea, sí Andrea

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