Sex code (29 page)

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Authors: Mario Luna

Tags: #Autoayuda

BOOK: Sex code
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Dicho de otro modo: en las interacciones humanas, las creencias de aquellos individuos con más fe en ellas y una mayor capacidad para comunicarse terminan por imponerse a las de aquellos otros sin tanta fe y menores dotes de comunicación.

Por ello, en un mundo como este donde las creencias son generalmente débiles y en el que las personas destacan por su torpeza a la hora de comunicarse, es más que probable que, si logras desarrollar un robusto sistema de creencias y te conviertes en un buen comunicador, seas capaz de succionar a la mayoría de la gente hacia tu Realidad. Y, en consecuencia, también podrás hacer que tu Marco prevalezca.

Por supuesto, esto solo es interesante si hablamos de una Realidad —es decir, de un sistema de creencias— que juegue en tu beneficio y no en tu contra.

Si en tu fuero más interno crees, por ejemplo, que no tienes nada que ofrecer, que no eres atractivo, que las mujeres no tienen razones para estar contigo y van a encontrar más valor en los brazos de cualquier otro, flaco favor te hará que dichas creencias tengan la fortaleza del acero y puedas transmitirlas eficazmente.

Ahora bien, si en tu Realidad eres una especie de dios o joya valiosa resplandeciente de poder y magnetismo, ¿imaginas lo que podría hacer por ti la Ley de la Realidad Dominante si aprendieras a servirte de ella? Y el que tus creencias fueran totalmente ciertas o no sería casi irrelevante. Siempre que estas fuesen favorables a tus objetivos, siempre que las abrazases con una fe inquebrantable y supieras comunicarlas con eficiencia al resto de la gente, estarías proporcionándote una gran ayuda.

Es este un principio que puede, pues, resultarte de extrema utilidad en numerosos planos de tu vida. Tanto es así que la mayoría de la gente tiende a asociar intuitivamente un cierto grado de éxito a aquellas personas cuyo centro de gravedad es más interno. En cuanto al área que nos ocupa, se trata de uno de sus pilares esenciales. De hecho, una de los atributos clave del Hombre Alfa es el de contar con una Realidad poderosa y definida. Equivocado o no, el Hombre Alfa destaca por poseer unas creencias firmes que le sirven de apoyo en todo lo que emprende y proporcionan congruencia a cada uno de sus actos.

Además, el Hombre Alfa tiende a ser un gran comunicador.

Parte de tu misión consistirá, pues, en reforzar tu fe en una Realidad que te convenga, te haga sentir a gusto, confortable y excitado sobre ella. La otra parte se basará en mejorar tu forma de comunicarla a todos los niveles.

Recuerda mis palabras, porque hablo muy en serio. En el juego, no se trata tanto de ver para creer como de creer para ver.

ELLA ES UNA INVITADA EN TU REALIDAD

Con cada interacción, se entabla una nueva batalla. Se trata de una guerra entre las realidades del hombre y la mujer, una guerra de la que aquel con creencias más sólidamente arraigadas y mejores dotes a la hora de comunicarlas saldrá victorioso.

Esto es así hasta el punto de que casi todo en el juego podría reducirse a una batalla de Marcos.

Ellas van a retarte, van a ponerte a prueba.

Si es necesario, van a cuestionar hasta el último reducto de tu persona para calibrar tu fortaleza y comprobar de qué pasta estás hecho. Y, si en última instancia tu Realidad es lo bastante sólida, ellas acabarán sintiéndola como real. Comenzarán entonces a experimentar curiosidad por conocerla para, finalmente, verse arrastradas a ella.

Pues, para las mujeres, un hombre con una Realidad poderosa es como el vórtice de un ciclón. O como uno de esos agujeros negros que lo succiona todo hacia sí.

Y es precisamente eso, un excitante viaje por tu Realidad, lo que tú estás —o podrías estar— dispuesto a ofrecerle.

Por ello,
tú vives en tu propia realidad y la mujer que tienes en frente es una invitada en ella
.

DALE SIEMPRE LA VUELTA A LA TORTILLA

Para ser el mejor, el más Alfa de cualquier grupo, solo necesitas dos cosas: creerlo realmente y saber comunicarlo mejor que el resto. ¿Eres capaz de hacerlo?

En algunos casos, cierto es, te resultará muy difícil creer algo así. Esos son los casos en los que, si puedes, deberás cambiarte a ti mismo. Con todo, siempre debes hacer fuerza por inclinar la balanza de tus creencias a tu favor y darle tanto marketing a tus defectos que seas capaz de presentarlos como virtudes, es decir, como DAVs.

Dicho sea de paso, hablamos ya de defectos reales, ya simplemente de rasgos de ti mismo que quieres seguir poseyendo pero que van a ser percibidos negativamente por las chicas. Por ejemplo, hay DEVs que no son auténticos defectos. Tu trabajo consiste en presentar dichos rasgos de forma que supongan DAVs, y no DEVs.

Y cierto, hay cosas que no dependen de ti. Pero lo que sí está siempre en tu mano es emprender el esfuerzo de adoptar el enfoque que te resulte más favorable y darle la vuelta a la tortilla. La idea es que la percepción que el Objetivo tiene de ti o de esas cosas concretas que en principio no le agradan o llaman su atención cambie por completo en poco tiempo. Se trata de imponer tu Realidad a la suya, tu Marco al suyo.

Hazte, pues, un experto en marketing y «vende la moto» tanto como puedas.

COMUNICAR TU REALIDAD NO ES SER UN CHARLATÁN

Hemos dicho que si vives en tu Realidad y logras arrastrarlas hacia ésta, eres tú quien empieza a controlar la situación. Comprobarás entonces lo mucho que les cuesta dejarte escapar. ¿Cómo van a hacerlo sin saber antes quién es ese hombre tan interesante?

Para lograr esto, necesitas creencias sólidas y eficacia comunicativa.

Ahora bien, recuerda que comunicar mejor no siempre es hablar más. Pecar de ello podría, por el contrario, verse fácilmente interpretado como un síntoma de debilidad y falta de verdadera congruencia. En suma, como una DEV.

A menudo, y especialmente cuando se trate de mujeres, tu Realidad no la impondrás argumentando a favor de ella, sino más bien a través de tu actitud y dejando entrever en cada uno de tus actos la fortaleza de tus creencias.

Recuerda, pues, que la comunicación efectiva abarca mucho más allá de las palabras.

TÚ ERES EL PREMIO

Hablando de realidades que juegan en tu favor, ¿qué tal esta?:

Tú eres el Premio
.

La idea es dejar sentadas las bases de la relación desde el mismo principio. El Marco
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básico, es decir, el significado subyacente de la interacción en el que esta se desenvuelve, debe ser constante:

Tú eres el Premio. A ella le corresponde, por lo tanto, tratar de que le gustes o conquistarte, ya sea en el sentido de intentar crear en ti atracción, ya en el de obtener aceptación o Validación de ti. De hecho, necesita tanto impresionarte que está dispuesta a acostarse contigo para conseguirlo. Y sí, os vais a acostar juntos, pero solo si ella se mantiene a la altura de tus estándares y expectativas.

Actúa de forma consecuente con este principio y, aun cuando inicialmente no te sientas como el trofeo de vuestra interacción, asume que lo eres. En otras palabras, haz como si lo fueras hasta que lo seas.

Para moverte en este Marco con congruencia, debes tener ciertas cosas presentes. Entre ellas, que sus armas de carácter sexual no te impresionan. Además, tú eres el que la evalúa, el que la juzga, y no a la inversa. Cosas todas que ya no nos resultan nuevas.

Pero, ¿no es todo esto más que hueca palabrería?, puede que te preguntes. A fin de cuentas, la realidad no se corresponde con dicho esquema. Por el contrario, dentro de lo que la mayoría de nosotros aceptamos como realidad, la TB es el verdadero premio, es la perseguida, la que cualifica y la que ofrece o niega Validación a los hombres que solicitan su atención.

Te dirás, entonces, que ese es el único significado subyacente en las interacciones que se dan entre mujeres y hombres, y que se trata de una mera cuestión de reconocer la realidad objetiva.

Mi misión es hacerte ver que esto es así solo en la medida en que lo creas.

Por eso, si una mujer se comporta como el Premio contigo y tú aceptas dicho comportamiento con todo lo que conlleva, estás al mismo tiempo aceptando su Marco de la realidad. Estás, por así decirlo, acatando el significado subyacente que ella —y con ella quizás gran parte de nuestra sociedad— otorga a vuestra interacción. Pero ello no hace de dicho significado algo cierto o necesario.

De hecho, este no pasaría de ser un Marco que ambos habéis asumido, consciente o inconscientemente. Y esto, lejos de constituir la «realidad objetiva», solo demostraría que su Realidad, su Marco, ha resultado ser más poderoso que el tuyo. Ella te habría impuesto su Realidad.

¿Por qué digo esto? Porque los Marcos —o significados subyacentes con que dotamos a las interacciones— existen solo dentro de nuestras mentes. No pertenecen, pues, a eso que llamamos «realidad objetiva». Son, por el contrario, realidades subjetivas acordadas por los participantes de dichas interacciones. La pregunta es: ¿por qué aceptar una realidad subjetiva perjudicial para ti? ¿Por qué no, en cambio, tratar de establecer otra más favorable?

Y ese, precisamente, debe ser nuestro objetivo.

De ahí que te convenga, por un lado, reforzar aquellas creencias que van a permitirte aceptar como válido un Marco favorable a tus propósitos. Por otro, también debes mejorar tu capacidad para comunicar eficazmente dicho Marco.

La mejor forma de lograr esto último es con sutileza. Más que comunicar, debes subcomunicar que eres el Premio. Hazlo dejando entrever pequeños detalles de tu persona y comportamiento. Que nunca parezca que lo haces a propósito. Y, a menudo, sírvete del humor.

Los que te indico a continuación son solo algunos de los recursos que te ayudarán, dentro de tus interacciones con mujeres, a establecer un Marco según el cual tú eres el Premio.

ACÚSALA, MALINTERPRÉTALA, DESCONFÍA

¿Quién se intenta aprovechar de quién? ¿Quién tiene oscuras intenciones? ¿Quién muestra un comportamiento sospechoso y del que cabe recelar?

Las acusaciones, la desconfianza, la sospecha espontánea y las malinterpretaciones aparentemente involuntarias son herramientas estupendas a la hora de virar la dinámica de la interacción en tu favor.

Ten en cuenta que si su atención se centra en superar dichos obstáculos y en esforzarse por que no pienses mal de ella, estarás consiguiendo un par de cosas a la vez. Por un lado, le resultará difícil aplicar su juego ordinario sobre ti y absorberte hacia su Realidad. Por otro, la estarás succionando tú hacia la tuya, al inducirla a que juegue tu juego y a que, en un nivel subconsciente, acepte tu Marco.

Además, si se hace con cierto humor esto puede llegar a ser divertidísimo.

ERES EL EXAMINADOR

Eres el examinador, no el examinado.

Recuérdalo. Quien juzga primero, juzga dos veces.

Por ello, califícala constantemente. No renuncies jamás a la mentalidad de que es ella la que tiene que probar su valía ante ti, e indúcela a que lo haga una y otra vez. En broma, en serio o inadvertidamente. Pero califícala siempre
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.

Puedes incluso bromear poniéndole nota. Dale y quítale puntos. Dicho sea de paso, resulta más divertido cuando le quitas y la obligas a moverse durante un tiempo entre números negativos.

Esto resulta importante porque, aun cuando se haga en broma, ayuda a fijar el Marco correcto. El de que ella es la cazadora y tú, el trofeo.

USURPA SU ROL DE MUJER OBJETO

Toma la realidad de una TB que es a menudo vista como una mujer objeto y róbale completamente el Marco
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. Presta atención a todo lo que suelen hacer y aplícalo con ella antes de que ella tenga oportunidad de usarlo contigo. En otras palabras, róbale su juego y desármala. Si te anticipas a todo lo que estas mujeres suelen hacer, ya no le quedarán armas que usar contigo y no tendrá ni idea de cómo comportarse.

Haz cosas como darle la espalda jugueteando cada vez que se comporte de un modo que no te gusta, viste como un objeto sexual
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y hazle saber que hay cosas que se miran pero no se tocan. Cuando te esté hablando, distráete con cualquier cosa o empieza a hablar con otra gente, pierde de repente el interés, abandona el contacto físico como forma de desaprobación cuando te diga algo con lo que no estás de acuerdo y recurre, en general, a todo aquello que las TBs han hecho hasta ahora contigo para manipularte o controlarte.

Esto puedes hacerlo como IDES
[217]
o de forma más o menos cómica, pero de cualquier modo te resultará de utilidad a la hora de establecer que tú eres el Premio de la interacción. Además, contribuirá a que ella deje pronto de encontrar sentido a su rol de TB y renuncie a adoptarlo contigo.

EL ROL DEL CHULIFRESCO DIVERTIDO

El Chulifresco Divertido, o borde gracioso, se conoce también entre las mujeres como la versión crecidita de aquel niño que te hacía la púa en los recreos. Pero, ¿en qué consiste exactamente esto que yo he venido en llamar la actitud del Chulifresco Divertido? Básicamente, consiste en una actitud idónea para proyectar Valor —ya sea por medio del atrevimiento o de la arrogancia— a la vez que se hace uso del humor con el fin de anestesiar las Defensas naturales de la mujer, evitando que esta se muestre crítica con nosotros. En la práctica, el Chulifresco se caracteriza por tocarle las narices a la chica, por malinterpretar aquello que dice o hace de un modo cómico y degradante para ella. También destaca por disponer siempre de una respuesta mejor, por reaccionar con los mejores recontracortes, practicando una especie de jiu-jitsu verbal en la que se logra que la fuerza del contrario, en muchos casos su malevolencia, se vuelva en contra suya. Un buen Chulifresco debe ser rápido de reflejos y lograr, con una simple maniobra, que todo pase a trabajar en su favor. Dicho de otro modo, el Chulifresco llama la atención por la facilidad con que le da la vuelta a la tortilla
[218]
.

A las TBs les sorprende por resultar inesperadamente fatuo, presuntuoso, engreído y arrogante. También les impacta por cómo se mete con sus defectos sin que estas puedan, a causa de su humor, guardarle resentimiento alguno.

El enorme valor de este rol para el Aven emana de su multifuncionalidad. Como una de esas medicinas que lo curan casi todo, la actitud chulifresca logra proyectar simultáneamente una enorme variedad de rasgos Alfa, accionando un gran número de Interruptores Sexuales, al tiempo que seda las Defensas del Objetivo.

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