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Authors: Helen Fielding

Tags: #Novela

Bridget Jones: Sobreviviré (33 page)

BOOK: Bridget Jones: Sobreviviré
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Todo fue borroso, en medio de la noche corrimos hacia un coche que empezó a recorrer a toda velocidad las calles llenas de cabras y
tuk-tuks
y bocinazos y familias enteras en una bicicleta. No pude creer lo limpio que estaba el aeropuerto. No tuve que seguir los conductos normales sino que fui por una ruta especial para la embajada, con todo sellado y aprobado. Cuando llegué a la puerta toda la zona estaba vacía, el avión estaba listo para despegar con sólo un hombre con una chaqueta amarilla fosforescente esperando a que llegásemos.

—Gracias —le dije a Brian—. Dale las gracias a Charlie de mi parte.

—Lo haré —dijo con ironía—. O a su padre —entonces me entregó el pasaporte y me dio la mano de una forma bastante respetuosa a la que yo, incluso antes del encarcelamiento, no estaba acostumbrada.

—Lo has hecho muy bien —me dijo—. Bien hecho, señora Jones.

10 a.m. Me acabo de despertar. Muy emocionada por mi regreso. De hecho he tenido una epifanía espiritual. Ahora todo será diferente.

Nuevas resoluciones vitales postepifanía espiritual:

1. No volver a empezar a fumar y beber, ya que no he tomado una sola copa en once días y sólo me he fumado dos cigarrillos (no quiero entrar en qué tuve que hacer para conseguirlos). Sin embargo puede que ahora me tome una botellita de vino. Hay que celebrarlo. Sí.

2. No confiar en los hombres sino en una misma. (A no ser que Mark Darcy quiera volver a salir conmigo. Oh Dios, ojalá. Espero que se dé cuenta de que todavía le quiero. Ojalá fuese él quien me ha sacado de allí. Espero que esté en el aeropuerto.)

3. No preocuparme por estupideces como el peso, el pelo, o a quién ha invitado Jude a su boda.

4. No descartar los consejos de los libros de autoayuda, los poemas, etc., pero sí limitarlos a los puntos clave como el optimismo, no perder la calma, perdonar (aunque quizá no al Jodido Jed, como debe ser llamado a partir de ahora).

5. Ir con más cuidado con los hombres, pues son, en efecto —como lo demuestra evidentemente la experiencia del Jodido Jed, por no mencionar a Daniel— peligrosos.

6. No aceptar que la gente te ponga a parir, especialmente Richard Finch, sino, por el contrario, tener confianza en una misma.

7. Ser más espiritual y seguir los principios espirituales.

Genial, ahora ya puedo hojear el
Hello! y
la prensa amarilla.

11 a.m. Mmm. Fantástica doble página de la nuevamente rellenita Diana y el peludo Dodi. Mmm, sin embargo... Justo ahora que yo estoy delgada ella empieza a tender hacia las nuevas redondeces y una discreta gordura. Genial. Me alegra que sea feliz, pero, no sé por qué, no estoy segura de que él sea el apropiado para ella. Espero que no esté saliendo con él sólo porque no

es un gilipollas. Sin embargo, si lo está haciendo, también lo entiendo.

11.15 a.m. No parece haber nada en los periódicos sobre mí, aunque, como dijo Charlie, el gobierno actuó con mucha cautela y bajo el más estricto secreto para no interferir en las relaciones con Tailandia, la importación de mantequilla de cacahuete, etc.

11.30 a.m. ¡El marrón es el negro de esta temporada! Acabo de hojear el
Marie-Claire.

11.35 a.m. Aunque en realidad el marrón tendría que ser el gris de esta temporada, porque el gris era el negro de la anterior. Eso es.

11.40 a.m. Sin embargo es un gran desastre, porque el número de prendas de vestir marrones que hay en mi armario es igual a cero; aunque quizá me llegue algún dinero por la inesperada excarcelación.

11.45 a.m. Mmm. El vino sabe delicioso después de tanto tiempo. Se me sube a la cabeza.

12.30 p.m. Puaf. Me siento un poco mal después de haberme atiborrado a leer prensa amarilla. Había olvidado el sentimiento deprimente y vergonzoso, parecido a la resaca, que tienes después, y la sensación de que el mundo es una y otra vez la misma horrible historia en la que las personas se presentan como buenas y al final resultan ser malignas y malvadas.

En su momento disfruté especialmente de la historia del sacerdote-transformado-en-gilipollas-follador. Resulta siempre muy agradable cuando otra gente se comporta mal. Sin embargo siento que los fundadores del grupo de ayuda a las víctimas del sacerdote follador

(porque «las mujeres que tienen relaciones con sacerdotes a menudo no tienen a nadie a quien acudir en busca de ayuda») están siendo bastante partidistas. ¿Qué hay de las demás personas que tampoco tienen a nadie que las ayude? Seguro que también debería haber grupos de ayuda para mujeres que han sido víctimas de ministros folladores
tories,
miembros de los equipos deportivos nacionales británicos que se han acostado con miembros de la familia real, miembros del clero católico romano que se han acostado con celebridades o con miembros de la familia real, y celebridades que se han acostado con miembros del público que han confesado su historia a miembros del clero católico romano que por su parte han vendido la historia a los periódicos dominicales. Quizá yo venda mi historia a los periódicos dominicales y por esa vía llegue el dinero. No, eso está mal, ya ves cómo la espiritualidad ha sido infestada por la mentalidad de la prensa amarilla.

Sin embargo, puede que escriba un libro. Quizá me convierta en una heroína a mi regreso a Inglaterra, como John McCarthy, y escriba un libro titulado
Alguna otra formación nebulosa
u otro fenómeno meteorológico. Quizá sea recibida como una heroína por Mark, Jude, Shazzer, Tom y mis padres, y por un tumulto de expectantes fotógrafos, y quizá esté Richard Finch arrastrándose y suplicando para conseguir una entrevista. Será mejor que no esté demasiado borracha. Espero que no me vuelva loca. Siento que debería ser recibida por la policía, o por abogados o algo así y llevada a una base secreta para darles un informe sobre la operación. Creo que voy a dormir un poco.

9 p.m. (Hora del Reino Unido ahora). Llegué a Heathrow con una demoledora resaca posvuelo intentando limpiar la ropa de las migas de pan y de la pasta de dientes rosa que nos fue fraudulentamente servida

como si de un postre se tratase, ensayé mis frases, preparándome para el batallón de reporteros que me estaría esperando: «Fue una pesadilla. Una pesadilla estando despierta. Un rayo caído del cielo. No siento odio (¿amargura?), porque si otros aprenden los peligros que puede entrañar el hecho de que una amiga se acueste con un desconocido, mi encarcelamiento no habrá sido inútil (¿en vano?).» Sin embargo en todo el trayecto no pensé que el batallón de periodistas estaría realmente allí esperando. Pasé por la aduana sin problemas y miré a mi alrededor emocionada en busca de rostros familiares, pero acabé viéndome rodeada por... bueno, la jauría de la prensa. Una turba de fotógrafos y periodistas
con flashes.
La mente se me quedó completamente en blanco y no pude pensar en qué decir o hacer, así que me limité a repetir como un loro «sin comentarios», como si fuese un ministro del gobierno al que han pillado tirándose a una prostituta, y seguí andando y empujando el carrito, pensando que las piernas me iban a flaquear de un momento a otro. Entonces de repente el carrito me fue arrebatado y alguien me abrazó y me dijo: «Está bien, Bridge, estamos aquí, te tenemos, todo va bien.» Eran Jude y Shazzer.

domingo 31 de agosto

51,6 Kg. (¡Sin! ¡Sin! Triunfante culminación de 18 años de dieta, aunque quizá a un precio injustificado), 4 unidades de alcohol, 8.995 calorías (merecidas, seguro), progresos en el agujero de la pared hecho por Gary el Chapuzas: 0.

2
a.m. Mi apartamento. Se está bien en casa. Está tan bien volver a ver a Jude y a Shazzer... En el aeropuerto la policía nos llevó por entre la multitud a una habitación de interrogatorios donde había gente de la Brigada Antidroga y un hombre del Ministerio de Asuntos Exteriores que empezó a hacerme muchas preguntas.

—Oiga, joder, ¿no puede esperar todo esto? —estalló Shaz indignada en cuanto hubo pasado algo más de un minuto—. ¿Es que no ve el estado en que se encuentra?

Aquellos hombres parecían pensar que era necesario seguir con aquello, pero finalmente se sintieron tan aterrorizados por los gruñidos de Shazzer vociferando «¿Sois hombres o monstruos?» y sus amenazas de denunciarlos a Amnistía Internacional, que nos asignaron un policía para que nos acompañase a Londres.

—Pero tengan cuidado de con quién se juntan la próxima vez, señoritas —dijo el hombre del Ministerio de Asuntos Exteriores.

—Oh, por favor —dijo Shaz, justo cuando Jude estaba diciendo:

—Tiene razón, señor —y empezó a pronunciar una especie de discurso como de agradecimiento digno de una oradora profesional.

De regreso a mi apartamento, la nevera estaba llena de comida, había pizzas listas para ir al horno, cajas de bombones Milk Tray y Dairy Box, pinchitos de salmón ahumado, paquetes de Minstrels y botellas de Chardonnay. Había un gran letrero en el agujero de la pared tapado con polietileno que decía: «Bienvenida a casa, Bridget.» Y un fax de Tom —que se había
instalado
con el tío de la aduana de San Francisco— que decía:

Querida, las drogas son el polvo de Satán. ¡Simplemente di no! Supongo que ahora estarás más delgada que nunca. Pasa de todos los hombres inmediatamente

y hazte gay. Ven aquí y vive con nosotros formando un trío a modo de bocadillo de lo más
sexy
envuelta por dos chicos gay en California. ¡Le he roto el corazón a Jerome! jajajajá.

Llámame. Te quiero. Bienvenida a casa.

Jude y Shaz también habían limpiado todo el desorden del suelo de mi habitación de cuando hice las maletas y habían puesto sábanas limpias en la cama y flores frescas y un Silk Cut en la mesita de noche. Adoro a estas encantadoras chicas. Y al encantador y obsesionado consigo mismo Tom.

Me prepararon la bañera y me trajeron una copa de champán, y yo les enseñé las picaduras de las pulgas. Luego me puse el pijama y las tres nos sentamos en la cama con los cigarrillos, el champán y los Milk Tray de Cadbury, y yo empecé a contar todo lo que había ocurrido, pero creo que debí de quedarme dormida, porque ahora todo está oscuro, Jude y Shaz no están aquí, y me han dejado una nota en la almohada diciéndome que las llame cuando me despierte. Viven las dos en casa de Shazzer porque el piso de Jude está siendo reformado para que ella y el Malvado Richard puedan vivir juntos después de la boda. Espero que tenga un albañil mejor que el mío. El agujero de la pared está exactamente igual.

10 a.m. ¡Aaah! ¿Dónde estoy? ¿Dónde estoy?

10.01 a.m. Es extraño estar en una cama con sábanas. Agradable pero irreal. Ohhh, acabo de recordar que voy a salir en los periódicos. Iré a buscarlos a la tienda. Recortaré todos los artículos y los guardaré en un álbum de recortes para enseñárselo a mis nietos (si algún día los tengo). ¡Hurra!

10.30 a.m. Es increíble. Como en un sueño o una broma de mal gusto del periódico del día de los inocentes. Es increíble. Morir sencillamente no es el tipo de cosa que haría nunca Diana.

11.10 a.m. Voy a poner la tele y allí dirán que ha sido un error y que está viva y entonces la veremos saliendo del Club Harbour rodeada de decenas de fotógrafos preguntándole qué ha pasado y cómo se ha sentido.

11.30 a.m. No me lo puedo creer. Da tanto miedo cuando resulta obvio que nadie, ni siquiera las autoridades, sabe qué hacer...

Mediodía. Por lo menos Tony Blair se está controlando. Pareció decir lo que todo el mundo está pensando en lugar de repetir «dolor y sorpresa» una y otra vez como un loro.

1.15 p.m. Es como si el mundo se hubiese vuelto loco. No hay normalidad a la que regresar.

1.21 p.m. ¿Por qué no han llamado Jude y Shaz?

1.22 p.m. Oh, quizá piensen que todavía estoy dormida. Voy a llamarlas.

1.45 p.m. Jude, Shazzer y yo estamos de acuerdo en que Di era nuestro tesoro nacional y todas nos sentimos muy mal porque todo el mundo fue muy miserable con ella y porque a ella no le gustaba estar en Inglaterra. Es como si una mano gigante hubiese aparecido en el cielo diciendo «Si vosotros os peleáis por ella, no la tendrá nadie».

2 p.m. Sin embargo, tenía que ocurrir el mismo maldito día en que yo debía aparecer en los periódicos. No hay nada sobre mí, nada.

6 p.m. No puedo creer que esté muerta. Tengo que mirar continuamente el titular del periódico para creérmelo. De verdad, la princesa Diana era la santa patrona de las mujeres solteronas porque ella empezó como en el arquetípico cuento de hadas, haciendo lo que todas pensábamos que se suponía deberíamos hacer, o sea, casarnos con un hermoso príncipe, y fue lo bastante honesta como para decir que la vida no es así. Además te hacía sentir que si una persona tan hermosa y fantástica podía ser tratada como una mierda por los estúpidos hombres y no sentirse amada y sufrir la soledad, entonces el hecho de que pudiera pasarte a ti no significaba que fueras basura. Y encima nunca dejó de reinventarse a sí misma y de solucionar sus problemas. Ella siempre lo estaba intentando con todas sus fuerzas, como hacen las mujeres modernas.

6.10 p.m. Mmm... ¿Qué diría la gente de mí si me muriese?

6.11 p.m. Nada.

6.12 p.m. Sobre todo teniendo en cuenta que eso es exactamente lo que dicen sobre mí cuando he estado encerrada en una cárcel de Tailandia.

6.20 p.m. Acabo de comprender una cosa horrible. Estaba mirando la televisión sin sonido cuando apareció la primera página de un periódico que parecía tener fotos de los momentos que siguieron al accidente. Me he dado cuenta de que una horrible parte de mí quería ver las fotos. Está claro que no compraría ese periódico aunque pudiera pero... ¡Uf! ¡Uf! ¿Qué quiere decir eso sobre mí? Oh Dios. Soy horrible.

6.30 p.m. No dejo de mirar al vacío. Sencillamente, no me había dado cuenta de hasta qué punto la princesa Diana formaba parte de la conciencia colectiva. Es como si Jude y Shazzer estuviesen aquí, llenas de vida y chistes divertidos y brillo en los labios y entonces, de repente, se transformasen en algo tan maduro, lleno de horror y extraño como la muerte.

6.45 p.m. Acabo de ver por la tele que una mujer ha ido a un centro de jardinería, ha comprado un árbol y se lo ha plantado a Diana. Quizá yo podría plantar algo en la maceta de la ventana, algo como, mmm... ¿albahaca? Podría conseguirla en Cullens.

7 p.m. Mmm. Por alguna razón, la albahaca no parece apropiada.

7.05 p.m. Todo el mundo va al palacio de Buckingham con tributos florales como si se tratase de una tradición existente desde hace mucho tiempo. ¿Lo ha hecho siempre la gente? ¿Es algo que la gente hortera hace para intentar salir por la televisión, como acampar toda la noche a la espera de las rebajas, o es algo gentil y real? Mmm. Sin embargo siento que quiero ir.

BOOK: Bridget Jones: Sobreviviré
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