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Authors: Kevin J. Anderson

La búsqueda del Jedi (2 page)

BOOK: La búsqueda del Jedi
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Han activó la baliza de la Nueva República, y ésta empezó a lanzar automáticamente su identificación en básico y varias lenguas más. Para gran sorpresa suya, las naves en órbita cambiaron su vector al unísono e incrementaron su velocidad para interceptar al
Halcón
.

—iEh! —gritó. y un instante después se dio cuenta de que no había conectado el circuito de audio. Chewie rugió. y Han movió el interruptor—. Aquí Han Solo, de la nave de la Nueva República
Halcón Milenario
. Venimos en misión diplomática... —Su mente funcionaba a toda velocidad, preguntándose qué palabras utilizaría un auténtico diplomático—. Eh... Tengan la bondad de exponer sus intenciones.

Las dos naves más cercanas se estaban aproximando con gran rapidez, y fueron aumentando de tamaño hasta convertirse en dos puntos luminosos primero y adquirir forma después.

—Creo que será mejor que levantes nuestros escudos deflectores delanteros. Chewie. Esto me huele bastante mal...

Han alargó la mano hacia el interruptor del circuito de comunicaciones mientras Chewbacca subía los escudos, pero después alzó la mirada hacia la ventanilla central. Las dos naves venían hacia él rugiendo a una velocidad increíble, y se estaban separando para colocarse una a cada lado del
Halcón
. Ver sus paneles solares cuadrados y los compartimentos de pilotaje centrales hizo que la sangre de Han se convirtiera en agua helada.

Cazas TIE.

—Ocupa mi sitio. Chewie. Voy al cañón láser.

Han se metió por el tubo de acceso que llevaba al pozo del cañón antes de que el wookie tuviera tiempo de contestar. Se agarró al sillón del artillero, e intentó reorientarse en el nuevo campo gravitatorio.

Los cazas TIE habían iniciado un ataque en pinza, y, se estaban desplegando por encima y por debajo del
Halcón
mientras disparaban sus cañones láser. Los impactos hicieron oscilar la nave, pero Han logró lanzarse sobre el sillón, agarrar la hebilla del arnés e instalarse en él. Una de las naves atacantes pasó a toda velocidad sobre ellos, y los paneles sensores del
Halcón
aullaron con el sonido de los motores iónicos gemelos del caza. La nave enemiga volvió a disparar, pero los haces de energía mortífera se deslizaron inofensivamente por el espacio.

—¡Emprende acción evasiva, Chewie! ¡No sigas volando en línea recta!

El wookie gritó algo desde abajo.

—¡No lo sé! —gritó Han—. ¡Estás pilotando la nave, así que arréglatelas como puedas!

Estaba claro que Kessel había decidido prescindir de la alfombra roja para darles la bienvenida. ¿Sería posible que algún vestigio del Imperio se hubiese apoderado del planeta? De ser así, Han debía volver a Coruscant llevando consigo esa información.

Más naves se estaban aproximando a ellos, y Han tenía el presentimiento de que no venían a echarles una mano. Los dos cazas TIE trazaron un arco, ejecutaron un giro de ciento ochenta grados arriba de ellos y por delante de su proa, y volvieron rugiendo para un segundo ataque contra el
Halcón
.

Pero Han ya había logrado ponerse el arnés y acababa de activar las baterías energéticas del láser. El caza TIE apareció en su visor convertido en un blanco digitalizado que se iba haciendo más y más grande a cada momento que pasaba. La nave enemiga estaba cada vez más cerca. Han tensó los dedos sobre las palancas de disparo, sabiendo que el piloto del TIE estaría haciendo lo mismo. Esperó, sintiendo cómo el sudor se acumulaba en su cuello, y se dio cuenta de que estaba conteniendo el aliento. Un segundo más... Un segundo más... La cruz de puntería del visor ya estaba centrada en el ala de estribor del caza.

Y Chewbacca lanzó el
Halcón
en un giro evasivo justo cuando Han presionó el botón de disparo. Los haces del láser fallaron el blanco por una gran distancia y se perdieron en el vacío, alejándose hacia las estrellas lejanas. El disparo del caza TIE también falló, alejándose en dirección opuesta y no dando en el segundo caza TIE por una distancia peligrosamente pequeña.

El segundo caza consiguió reajustar sus coordenadas de puntería lo bastante deprisa para que sus dos haces de energía se estrellaran en los escudos del
Halcón
. Han oyó el chisporroteo de las chispas que brotaban de los paneles de control, y Chewie rugió un informe de daños preliminar. Los escudos de popa se habían esfumado, y los escudos de proa seguían aguantando sin problemas. Eso quería decir que tendrían que enfrentarse a los cazas TIE utilizando maniobras de combate frontal.

El primer caza viró para iniciar una segunda pasada de ataque, y Han hizo girar su torreta hasta el final de su arco de movimiento y volvió a clavar la mirada en la pantalla de puntería. Esta vez se olvidaría de la delicadeza y la perfección en el centrado del disparo. Lo único que quería era acabar con aquel desgraciado, nada más. Los niveles de carga de su láser estaban al máximo, por lo que Han podía permitirse el lujo de desperdiciar unos cuantos disparos siempre que no fueran a enzarzarse en una batalla prolongada.

La cruz de puntería rozó la imagen del caza y Han presionó los botones de disparo con todas sus fuerzas, enviando su letal haz láser hacia la trayectoria que seguía la nave enemiga. El caza imperial empezó a girar, pero no consiguió alterar su rumbo lo bastante deprisa y se metió en el diluvio de andanadas láser.

La nave estalló convirtiéndose en una flor llameante creada por la explosión de los depósitos de combustible y la expansión de la atmósfera de su compartimiento de pilotaje. Han y Chewbacca gritaron su triunfo al unísono, pero aunque se sentía eufórico Han no perdió el tiempo quedándose quieto y dándose palmaditas de felicitación en la espalda.

—Vayamos a por el otro. Chewie. —El segundo caza TIE se alejó en un gran arco y emprendió una trayectoria evasiva de regreso a Kessel—. ¡Deprisa, antes de que esos refuerzos puedan llegar hasta aquí!

Han se preguntó si no sería mejor virar y huir de allí a toda velocidad. Pero una parte de su ser se negaba a permitir que alguien, fuera quien fuese, disparase contra el
Halcón Milenario
y se largara después sin recibir su merecido.

Chewbacca aumentó la velocidad y fue reduciendo rápidamente la distancia que les separaba del caza TIE.

—Me conformo con que me proporciones una buena posición de disparo. Chewie... Colócanos en posición y yo haré el resto.

Han y Chewbacca iban en un carguero ligero modificado sin ninguna clase de señales identificadoras. ¿Qué razón podían tener los cazas TIE para abrir fuego contra ellos? ¿Sería por la baliza de identificación de la Nueva República? ¿Qué estaba ocurriendo en Kessel? Leia había pasado horas meditando en ese tipo de detalles, analizando las posibilidades y desarrollando planes para enfrentarse a toda clase de eventualidades. Su tremenda carga de deberes diplomáticos la obligaba a pensar más y más a cada día que pasaba, y siempre que era posible Leia prefería resolver los problemas mediante los comités y las negociaciones. Pero si un caza TIE imperial se lanzaba sobre ti disparando. No había ninguna solución política que pudiera dar resultado.

Otra nave apareció súbitamente detrás de ellos mientras perseguían al caza TIE que huía hacia Kessel. Han lanzó unas cuantas andanadas láser, pero todas fallaron: y después concentró su atención en la nave que tenían a la cola. El
Halcón
carecía de escudos operacionales en esa zona.

Chewbacca volvió a rugirle desde abajo, y Han se llevó su segunda gran sorpresa del día.

—¡Lo veo, lo veo!

Un caza X se estaba aproximando desde atrás, reduciendo lentamente la distancia que lo separaba del
Halcón
mientras se acercaban a Kessel. Han lanzó otra andanada contra el caza TIE. Estaban bastante lejos del caza X, pero incluso desde esa distancia parecía viejo y maltrecho, como si el caza hubiera sido reparado varias veces.

—Chewie, ponte en contacto con el caza X y dile que le agradeceríamos muchísimo cualquier tipo de ayuda que pueda proporcionarnos.

Han pegó la espalda al acolchado del sillón del artillero y concentró la atención en su objetivo.

El caza TIE que huía entró a toda velocidad en la vaporosa cola de atmósfera que se extendía detrás del planeta. Han pudo ver el sendero resplandeciente producido cuando la gran velocidad a que avanzaba la nave ionizó los gases.

De repente el caza X disparó contra el
Halcón
desde atrás. Los láser obtuvieron un impacto directo en el casco, incinerando el plato de sensores que sobresalía de la parte superior de la nave.

Han y Chewie empezaron a intercambiar gritos mientras intentaban decidir qué debían hacer. Chewbacca lanzó el
Halcón
en un veloz picado que los sumergió todavía más en la atmósfera de Kessel.

—¡Da la vuelta! ¡Da la vuelta!

Tenían que sacar la desprotegida sección de popa del radio de fuego del caza X.

El caza X volvió a disparar, calcinando el metal del casco del
Halcón
. Todas las luces se apagaron dentro de la nave. La oscilación de la cabina indicó a Han que el impacto había sido grave. Ya podía oler algo que se estaba quemando debajo de la cubierta. Las luces de emergencia se encendieron con un chasquido.

—¡Tenemos que salir de aquí!

Chewbacca ladró el equivalente wookie a «¿Hablas en serio?».

Se metieron en la cola atmosférica, y fueron sacudidos por el diluvio de partículas de gas repentinamente densas que azotó la nave.

Hilachas de gases recalentados brillaban a su alrededor con destellos azules y anaranjados. El caza X apareció detrás de ellos..., y seguía disparando.

La mente de Han estaba funcionando a toda velocidad. Podían desplazarse alrededor de Kessel en una órbita muy cerrada que los mantuviera pegados al planeta y salir disparados del sistema a toda velocidad después igual que una piedra lanzada por una honda aprovechando el impulso gravitatorio. Con el cúmulo de agujeros negros tan cercano, nadie correría el riesgo de saltar al hiperespacio sin haber hecho un montón de cálculos previos y ni Han ni Chewie disponían del tiempo necesario para ello.

El plato de sensores del
Halcón
estaba inutilizado, por lo que Han ni siquiera podía enviar una petición de socorro o tratar de convencer al traicionero piloto del caza X de que dejara de atacarles. ¡En realidad, ni siquiera podía rendirse! Estaban metidos en un auténtico callejón sin salida.

—Si tienes alguna sugerencia que hacer, Chewie...

Han se interrumpió de repente porque se había quedado boquiabierto. Ya habían iniciado la órbita alrededor de Kessel, y de repente vio oleada tras oleada de cazas que despegaban de la luna donde había estado la guarnición imperial, creando una cortina defensiva que el
Halcón Milenario
jamás sería capaz de atravesar.

Vio centenares de naves de todos los tamaños y modelos imaginables, desde navíos de guerra llenos de reparaciones improvisadas hasta yates robados. El segundo caza TIE ejecutó otro rizo para unirse al resto del grupo, buscando la seguridad del número. Un instante después todas aquellas naves ya estaban allí, disparando un confuso laberinto de haces turboláser que parecían un despliegue de fuegos artificiales. El aspecto de la flota de Kessel podía ser abigarrado y no muy impresionante, pero los sensores de Han le indicaron que su armamento funcionaba a la perfección.

El caza X que les estaba atacando obtuvo otro impacto directo. La cabina tembló.

El
Halcón
ascendió a toda velocidad. Chewbacca estaba intentando esquivar la oleada de naves que se aproximaba rápidamente a ellos. Han envió una andanada de fuego láser a la masa de navíos, y tuvo la satisfacción de ver cómo la cápsula motora de un pequeño caza Z-95 Cazador de Cabezas empezaba a arder. El caza se alejó de la flota atacante e inició un tambaleante descenso hacia la atmósfera de Kessel. Han esperaba que se estrellara.

Seguir disparando contra un número tan abrumador de enemigos no serviría de nada, y Han ya lo había comprendido. Volvió a deslizarse por el pozo de acceso de la torreta hasta la cabina para averiguar si podía ayudar de alguna manera a Chewbacca.

Y un instante después la flota empezó a atacarles. El caza X volvió a disparar, obteniendo un segundo impacto directo. Una tempestad ígnea de haces láser se estrelló contra sus escudos deflectores delanteros. Chewie hizo oscilar el
Halcón
de un lado a otro en una fútil maniobra evasiva.

Han se dejó caer en el otro sillón de pilotaje justo a tiempo de ver cómo se apagaban los indicadores de los escudos delanteros. Eso significaba que habían quedado desprotegidos tanto por delante como por detrás.

Otro impacto hizo oscilar la nave, y el pecho de Han chocó con el panel de control.

—Despídete del impulsor principal... La próxima andanada nos hará picadillo. Baja, Chewie. Métenos en la atmósfera... Es lo único que podemos hacer.

Chewie empezó a expresar su incredulidad, pero Han agarró los controles y lanzó el
Halcón
en un salvaje descenso hacia Kessel.

—Va a ser un trayecto algo accidentado. Chewie, así que procura no perder mucho pelo.

El enjambre de naves atacantes giró en el espacio mientras el
Halcón
hendía la blanca atmósfera de Kessel. Han se agarró a su asiento cuando la nave chocó con las nubes, y se sintió repentinamente abofeteado por las ráfagas de viento causadas por las partículas de aire que escapaban al espacio. Tanto sus paneles de control como el hedor a quemado que llegaba hasta ellos procedente de los compartimentos traseros indicaron a Han que sus capacidades de maniobra habían quedado reducidas al mínimo y los gimoteos de su copiloto le hicieron comprender que el wookie también era consciente de ello.

—Bueno, Chewie, intenta tomártelo por el lado bueno... ¡Si conseguimos que este trasto llegue a la superficie de Kessel sin haberse desintegrado, nuestra habilidad como pilotos será una leyenda conocida de un confín a otro de la galaxia! —exclamó Han, con una jovialidad que no sentía.

«Siempre supe que volver a Kessel no era una buena idea...»

La flota defensiva de Kessel entro en órbita y se preparó para un descenso ordenado. Una esbelta nave que recordaba a un insecto y a la que Han reconoció como un Interceptor Avispa construido en el mercado negro se apartó del contingente principal y se lanzó hacia el planeta, siguiendo la estela del
Halcón
a toda velocidad.

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