Read La gesta del marrano Online
Authors: Marcos Aguinis
Los funcionarios presentes —alguacil mayor de justicia, notario y secretario del Santo Oficio— soportan la humareda y el olor de carne humana hasta dar fe que los relajados se han convertido en cenizas.
El cronista Fernando de Montesinos cumple a satisfacción la solicitud inquisitorial de escribir un relato completo sobre el grandioso Auto de Fe, que se imprime de inmediato por orden del inquisidor general.
El Consejo Central de España, no obstante, se alarma por la magnitud del Auto de Fe y ordena a los tres inquisidores que transmitan «por separado», y «en conciencia», sus sentimientos respecto de lo actuado.
Gaitán contesta que las sentencias «fueron justificadas». Castro del Castillo contesta que antes de dar su voto decía misa y se encomendaba «muy de veras a Dios y con mucha humildad». Mañozca no contesta; ese mismo año se dan por concluidos sus servicios en el Tribunal de Lima.
El Auto de Fe de 1639 sacude a las comunidades judías de Europa, que hacen circular los informes sobre el martirologio ocurrido en América. En 1650 aparece la famosa obra
Esperanza de Israel
de Menashé ben Israel, que narra el tremebundo suceso y dedica párrafos emotivos al mártir Francisco Maldonado da Silva. En Venecia el doctor Isaac Cardoso publica otro libro que amplía la pavorosa historia y exalta el heroísmo de «Eli Nazareo». El poeta sefaradí Miguel de Barrios escribe en Amsterdamun poema sobre el heroico americano.
En 1813 es abolido el Santo Oficio de Lima y una multitud saquea el palacio inquisitorial para borrar ominosas pruebas. Dos años más tarde se lo reinstala. Pero en 1820, por mandato del último virrey, queda eliminado definitivamente.
En 1822 le es asestada a la Inquisición en América el golpe de gracia más significativo: el Libertador José de San Martín ordena transferir todos sus bienes y propiedades a la Biblioteca de la Nación, porque allí, en los libros, se acumulan las ideas —fueron sus palabras«luctuosas a los tiranos y valiosas para los amantes de la libertad».
Para edificar este libro he sido agraciado por la ayuda de muchas personas e instituciones que me brindaron su rica información, en particular la Academia Nacional de Historia, Academia Nacional de Letras, las Fundaciones Simón Rodríguez y Torcuato Di Tella, la Biblioteca del Seminario Rabínico latinoamericano y la generosa aportación de libros y documentos por parte del historiador cordobés Efraín U. Bischoff y la historiadora tucumana Teresa Piossek Prebisch. Dedico un reconocimiento especial a Marcelo PolakoH quien, embuido de entusiasmo por el proyecto, obtuvo información adicional de archivos y bibliotecas, a la que marcó y clasificó criteriosamente. El brillante antropólogo peruano Luis Millones me proporcionó orientación, referencias y material de sus propios archivos. Durante mi intenso viaje a Lima para estudiar escenarios y profundizar la investigación histórica, he recibido los aportes de especialistas notables como Pedro Guibovich, Guillermo Lohmann, María Emma Manarelli, Max Hernández, Moisés Lemlij, Marcos Gheiler, Franklin Pease.
Mi esposa ha leído y discutido con generosa dedicación la mayor parte de los capítulos, brindándome agudas observaciones que aumentaron mi alerta en este bosque de personajes y acontecimientos. Mi hijo Gerardo diseñó y supervisó el procesamiento de los materiales y el registro de las sucesivas versiones que insumieron un total de casi dos mil ochocientas páginas. Dévora Gabriela Fernández y Alicia López tipearon repetidas veces mis originales hasta que el volumen alcanzó las características presentes.
El sostenido esfuerzo que he dedicado a esta obra —y cuyos contenidos abrumadores amenazaban hacerme desfallecer— ha contado con la confianza de mis editores y el lúcido editing de Paula Pérez Alonso.
Notas
[1]
Marrano: calificación injuriosa aplicada por el populacho a judíos y musulmanes convertidos al cristianismo y que mantenían lazos con su antigua fe. Marrano es el puerco joven que recién deja de mamar. Evoca la inmundicia y la sordidez. En un principio se calificó así a los excomulgados. A partir del siglo XIII el vituperio se dirigió hacia los judíos convertidos por la fuerza y sospechosos de mantener una cierta lealtad a sus raíces. Después se extendió la injuria a cualquier judío y, en particular, los cristianos nuevos. La palabra sonaba horrible en los oídos españoles y un decreto real de 1380 salió al cruce para condenar con multa o cárcel a quien calificase de marrano a un converso sincero. Pero no alcanzó para detener el fanatismo creciente. Limpio era el que no tenía sangre judía ni mora, aunque fuese un delincuente vil y lleno de pecados.
Sucio
,
perro
y —sobre todo—
marrano
, quien tenía en sus venas la sangre abyecta. Corría una grotesca racionalización: «no come chancho porque chancho es». La palabra se impuso en toda la extensión del imperio español e ingresó en el lusitano.
[2]
Nombre del poblado en idioma tonocoté. Un siglo más tarde el río invadió la ciudad y sus habitantes la refundaron muchos kilómetros al norte.
[3]
Nombre en español.
[4]
Sin antecedentes moros ni judíos.
[5]
Converso o hijo de converso.
[6]
Trivio y quatrivio: conjunto de tres o cuatro materias que así se agrupaban desde el medioevo.
[7]
Funcionario de la Inquisición que debía denunciar a las personas que atentaban contra la fe y prender los reos con orden del tribunal (por sí mismos o ayudados por el alguacil). Para el cumplimiento de su misión, estaban autorizados a llevar armas, pública o secretamente, en todo el distrito inquisitorial.
[8]
Encomienda
: institución por la cual se «encomendaba» a un colonizador grupo de indios que trabajarían para él a cambio de la obligación que asumía el encomendero de costearles su educación cristiana
[9]
Se llamaba «ley de Moisés» al judaísmo, en contraste con la «ley de Jesucristo».
[10]
Tigre americano.
[11]
Distrito o territorio en que ejerce jurisdicción espiritual un arzobispo u obispo.
[12]
Todo prelado de la Iglesia es inquisidor ordinario. Pero el Santo Oficio de la Inquisición estableció a los inquisidores por antonomasia (extraordinarios), que eran nombrados verticalmente por el inquisidor general a propuesta del Consejo (en el Tribunal Central). Debían ser sacerdotes, preferentemente graduados en leyes.
[13]
Poder Judicial civil.
[14]
Cerco construido con piedras.
[15]
El comisario era el representante del Santo Oficio en las ciudades y villas del distrito inquisitorial. Debía ser clérigo, virtuoso y con rentas suficientes para vivir con la dignidad inherente al cargo.
[16]
En 1614 fundó la Universidad de Córdoba, la más antigua de la República Argentina. Familiarmente se la llama «Casa de Trejo».
[17]
Todas esas poblaciones existen actualmente. Algunas ya son ciudades.
[18]
Ciudad de los Reyes era entonces el nombre usual de Lima.
[19]
Ídolos de diverso material.
[20]
Se trataba de Antonio León Pinelo, quien adoptó este nombre tras la gran persecución de marranos del año 1635. Se licenció en Derecho. Escribió varias obras, entre ellas el
Epítome de la Bibliografía Oriental y Occidental Náutica y Geográfica
, por la cual se lo consideraba el padre de la bibliografía americanista. Viajó a España para borrar sus antecedentes de converso y fue amigo de Lope de Vega y Juan Ruiz de Alarcón. Dos años antes de morir fue designado cronista de Indias.
Su hermano menor, Diego León Pinelo, permaneció en América; llegó a rector de la Universidad de San Marcos y lo nombraron Protector General de los indios del Perú.
[21]
Ghetto judío, en España.
[22]
Mita: «turno». Son los turnos de cuatro meses por año que los indios debían servir en las explotaciones mineras. Este régimen pronto fue transgredido: los cuatro meses se convirtieron en cadena perpetua. Pero se siguió usando la misma palabra.
[23]
Jefes o caciques de origen muy antiguo, preincaico. Los incas redujeron su jerarquía. Los españoles les devolvieron algunas prerrogativas y los utilizaron como intermediarios entre el poder colonial y los grupos indígenas.
[24]
Ahora llamada Sucre.
[25]
Caja: instrumento de percusión. Erke: fagot montañez. Quena: flauta de caña. Sikus: flauta de Pan andina.
[26]
Juicios que cobraron mucha importancia en las Indias por la abundancia de transgresiones y que se efectuaban después de concluir una gestión. Se perseguía con más celo las infracciones que redundaban en perjuicio de la Real Hacienda.
[27]
La oración de Maimónides reza:
«Ahora me dispongo a cumplir la tarea de mi profesión.»
«Asísteme, Todopoderoso, para que tenga éxito en la gran empresa. Que me inspire el amor a la ciencia y a tus criaturas. Que en mi afán no se mezcle la ansiedad de dinero y el anhelo de gloria o fama, pues éstos son enemigos de la verdad y del amor al hombre, y me podrían también llevar a errar en mi tarea de hacer bien a tus criaturas. Conserva las fuerzas de mi cuerpo y de mi alma para que siempre y sin desmayo esté dispuesto a auxiliar y a asistir al rico y al pobre, al bueno y al malo, al enemigo y al amigo. En el que sufre hazme ver solamente al hombre.»
«Alumbra mi inteligencia para que perciba lo existente y palpe lo escondido e invisible. Que yo no descienda y entienda mal lo visible y que tampoco me envanezca, porque entonces podría ver lo que en verdad no existe.»
«Haz que mi espíritu esté siempre alerta; que junto a la cama del enfermo ninguna cosa extraña turbe mi atención, que nada me altere durante los trabajos silenciosos. Que mis pacientes confíen en mí y en mi arte; que obedezcan mis prescripciones e indicaciones. Arroja a su lecho a todos los curanderos y la multitud de parientes
aconsejadores y sabios
enfermeros, porque se trata de personas crueles que con su palabrerío anulan los mejores propósitos de la ciencia y a menudo traen la muerte a tus criaturas.»
«Cuando médicos más inteligentes quieran aconsejarme, perfeccionarme y enseñarme, haz que mi espíritu les agradezca y obedezca. Pero cuando tontos pretenciosos me acusen, haz que el amor fortifique plenamente mi espíritu para que con obstinación sirva a la verdad sin atender a los años, a la gloria y a la fama, porque el hacer concesiones traería perjuicio a tus criaturas.»
«Que mi espíritu sea benigno y suave cuando camaradas más viejos, haciendo mérito a su mayor edad, me desplacen y befen y, ofendiéndome, me hagan mejor. Haz que también esto se convierta en mi beneficio, para que conozca algo que no sé, pero que no me hiera su engreimiento: son viejos y la vejez no es un freno para las pasiones.»
«Hazme humilde en todo, pero no en el gran arte. No dejes despertar en mí el pensamiento de que ya sé lo suficiente, sino dame fuerza, tiempo y voluntad para ensanchar siempre mis conocimientos y adquirir otros nuevos. La ciencia es grande y la inteligencia del hombre cada vez cava más hondo.»
[28]
Antídoto universal que entonces se usaba contra los envenenamientos. La pólvora era considerada venenosa: se suministraba teriaca, por eso, a los heridos por armas de fuego.
[29]
El barbero, enfermero, sirviente, mulato y bastardo Martín de Porres fue propuesto para su beatificación por el papa Clemente IX. La causa, sin embargo, fue detenida en el procedimiento vaticano durante una centuria. En 1763 fue proclamada la heroicidad de sus virtudes por un decreto apostólico. Pero su aprobación recién tuvo lugar en 1936 por el papa Gregario XVI, quien avanzó más aún, y lo reconoció Bienaventurado. El papa Juan XXIII, en mayo de 1962 —sobre las vísperas del Concilio Vaticano II— en una emotiva ceremonia, elevó al hermano San Martín de Porres a la veneración de loa altares. Es el primer santo negro de América.
[30]
Calificador: funcionario del Santo Oficio que, por su erudición, estaba capacitado para juzgar las manifestaciones atribuidas al reo o las encontradas en libros y documentos. Debía informar también sobre la censura teológica que merecían sus proposiciones.
[31]
Diego de Almagro fue compañero del Francisco y realizó la primera expedición española a Chile en 1535.
[32]
El temible cacique Caupolicán cayó prisionero del capitán Alonso Reinoso, quien le preparó en Cañafe una muerte horrible. Levantó un tablado en la plaza y colocó en el medio un poste terminado en punta. Mandó traer la víctima, que llegó cargada de cadenas y una soga al cuello. En medio de gran expectativa lo sentó sobre la punta, de tal forma que el madero penetró por su ano y llegó hasta la garganta. Mientras se convulsionaba, varios indígenas prisioneros eran obligados a disparar flechas sobre el cuerpo destrozado.
[33]
En el sambenito se pintaban aspas en lugar de cruces porque los condenados eran indignos de portar el símbolo sagrado. Cuando el reo era absuelto, el sambenito no llevaba aspas. En cambio, cuando el Santo Oficio recelaba, pero lo admitía igualmente en reconciliación, debía exhibir medias aspas (fue el caso de Diego Núñez da Silva). Cuando se lo juzgaba hereje formal, pero abjuraba de su error, el sambenito tenía aspas enteras. En los casos extremos cuando los reos eran «relajados» —es decir, entregados al brazo seglar para que les diera muerte— usaban también tres tipos de vestimenta penitencial según la intensidad de la condena, incluyendo siempre una pintura de las llamas que devorarían su cuerpo.
[34]
Los
defensores
son el Rey y su linaje, los nobles, infanzones y hasta se podría incluir a los jurisconsultos.
[35]
Oración hebrea por los muertos.
[36]
Pascua judía.
[37]
Séder: ceremonia mediante la cual se evoca y celebra la liberación de la esclavitud en Egipto.
[38]
Panes ázimos o cenceños.
[39]
Narración del Éxodo.
[40]
El cargo de deicidio y la sistemática mención de los judíos como pérfidos recién fue revocada por la Iglesia Católica en el Concilio Vaticano II, que inauguró en 1962 el papa Juan XXIII.
[41]
Pacto de circuncisión. Generalmente se dice sólo
Brit
, porque el acento recae sobre la palabra
pacto
.