Batra supo de inmediato que en CE alguien iba a leer todo tipo de tonterías paranoides en algo como aquello. Naves fantasma, flotas de pega. ¡Qué miedo! Salvo que no había nada de eso, no podía ser. Los oct eran una especie irrelevante. Mejor aún, eran la especie irrelevante de los morthanveld, o la especie irrelevante de los nariscenos, dependiendo de dónde prefirieras trazar la línea. Que unos involucrados con una tecnología equivalente montaran semejante operación de desinformación podía significar algo. Que los oct hicieran lo mismo era una tontería de marca mayor. Seguramente solo estaban intentando impresionar a sus mentores nariscenos, o habían dejado conectado un interruptor que no deberían o algo parecido.
Pero CE se tomaba ese tipo de bobadas aleatorias muy en serio. Las mejores mentes de la Cultura tenían una necesidad casi crónica de temas serios en los que involucrarse y era obvio que esa era su última dosis. «
Nos creamos nuestros propios problemas,
pensó Batra.
Hemos sembrado toda la puta galaxia de viajeros, vagabundos, estudiantes, reporteros, etnólogos prácticos, filósofos ambulantes, ex sociólogos en busca de experiencias, jubilados libres como el aire, embajadores que actúan por cuenta propia o como quiera que se hagan llamar esta temporada y cien categorías más de aficionados que se asombran con demasiada facilidad y que no dejan jamás de informar de cosas que a ellos les parecen una mierda extrañísima, pero que ni siquiera pasarían ni el primer filtro del sistema de recepción de datos menos experimentado de la Unidad de Contacto.
»Hemos llenado el universo conocido de idiotas crédulos y creemos que hemos contribuido con soplones a nuestra propia seguridad, haciendo que a cualquier cosa impropia le resulte difícil colarse bajo nuestra cobertura de sensores, cuando en realidad solo nos hemos asegurado de que cosechamos tropecientos millones de falsos positivos y con toda probabilidad hemos hecho que la mierda realmente seria sea mucho más difícil de distinguir cuando termine volando de verdad por ahí.»
~
No,
envió el constructo de la UCG. No
creemos que los oct estén intentando parecer más impresionantes de lo que ya lo son, no en este caso.
El viento se coló entre el cuerpo esponjoso de Batra como un suspiro.
~
¿Qué ocurrió después de ese encuentro en la tercera fase?
preguntó como un buen chico.
~
No lo sabemos. No hemos podido ponernos en contacto con el Errático desde entonces. Podría haber sido capturado. Es posible incluso que destruido. Se ha enviado una nave (una nave de guerra, nada menos) a investigar, aunque todavía está a ocho días de distancia.
~
¿Destruido?
Batra contuvo una carcajada.
¿En serio? ¿Tenemos capacidad para tanto?
~
La clase Primaria oct tiene las armas necesarias y otros sistemas para aplastar a un mestizo ex NTG improvisado, sí.
~
¿Pero hay alguna probabilidad de que haya sido eso?
preguntó Batra.
¿Estamos siquiera dentro de una esfera diferente a la de la simple locura paranoide? ¿Qué motivo tendrían para hacer lo que fuera que se haya hecho con ese Errático?
~
Evitar que esto saliera a la luz.
~
¿Pero por qué? ¿Con qué fin? ¿Por qué es tan importante ese tal Zaranche para que intenten secuestrar una nave de la Cultura, ya sea un viejo cacharro extravagante o no?
~
No es Zaranche, es más bien a lo que nos ha llevado eso.
~
¿Y qué sería eso, exactamente?
~
Una investigación sutil pero concienzuda de los movimientos y emplazamientos de las naves oct en los últimos cincuenta días, más o menos. Lo que ha implicado que unas cuantas naves de guerra de Contacto, CE e incluso PMR hayan tenido que dejar todo lo que estaban haciendo para salir pitando hacia regiones recónditas varias, muchas de las cuales se encuentran dentro de la esfera morthanveld.
~
Estoy todo lo impresionado que requieren las circunstancias. Se debe considerar que la situación es gravísima para arriesgarnos a irritar a nuestros sensibles compañeros involucrados en un momento tan supuestamente delicado. ¿Y cuál fue el resultado de tanto husmeo de alta velocidad con bienes de tan alto valor?
~
Hay montones de flotas fantasma.
~
¿Qué?
Por primera vez, Batra sintió algo que no tenía nada que ver con una especie de desdén estudiado y divertido. Algún legado de su forma humana enterrado en los sistemas transcritos que contenían su personalidad le hizo sentir de repente la frialdad del aire a aquella altura. Solo por un instante fue consciente de que a un humano desnudo expuesto a aquella temperatura ya se le habría puesto el vello de punta.
~
La flota fantasma que hay sobre Zaranche es solo una de once,
continuó la nave.
Las otras están aquí.
Un glifo de una parte de la galaxia de quizá unos tres mil años luz de diámetro se desplegó en la mente de Batra. El arbusto se zambulló en la imagen, miró a su alrededor, se retiró y jugó con unos cuantos ajustes.
~
Es una parte bastante grande de lo que podríamos llamar espacio oct,
envió.
~
Así es. Podríamos decir que alrededor de un setenta y tres por ciento de toda la flota principal oct no está donde parece estar. ¿Por qué están así agrupados? ¿Por qué en esos lugares?
'Todas las ubicaciones, todos los lugares donde se habían emplazado las flotas fantasma eran sitios retirados: planetas aislados, hábitats remotos y estructuras del espacio profundo que muy pocos frecuentaban.
»Se
cree que se han agrupado donde están para evitar que los detecten.
~
Pero no están ocultando nada, les están diciendo a todos dónde están.
~
Me refiero a que se detecte que son fantasmas. La tapadera, por así decirlo, de que se está llevando a cabo una serie de asambleas especiales, lo que llevará a una nueva y significativa partida para los oct; quizá con rumbo a algún nuevo objetivo en el que implantar su civilización. Es posible que sea algo vinculado con sus continuos intentos de mejora y progreso en el escenario galáctico. Sospechamos, sin embargo, que eso solo es verdad en parte. Las asambleas son un ardid para disculpar la partida de tantas naves de primera línea.
»Si tuvieran una tecnología mejor,
continuó el constructo de personalidad del UCG,
uno se imaginaría que los oct habrían continuado haciendo aparecer sus naves fantasma para llevar a cabo sus tareas normales mientras las reales partían rumbo adonde fuera que hayan partido en realidad. Pero su capacidad de engaño es limitada. Cualquier nave de los involucrados de alto nivel (desde luego una de las nuestras o una nave morthanveld, por ejemplo, y es posible que la mayor parte de los aparatos nariscenos) sería capaz de distinguir que lo que está viendo no es una nave oct de verdad. Así que los aparatos auténticos dejaron la vida naval galáctica normal y estas representaciones, más bien toscas, se reunieron en ubicaciones escogidas muy concretas de modo que la falta de autenticidad de las naves pudiera pasar más desapercibida.
Si todavía hubiera habitado una forma humana, Batra, en ese punto, habría fruncido el ceño y se habría rascado la cabeza.
~
¿Pero por qué? ¿Con qué fin? ¿Es que esos maníacos se van a meter en una guerra?
~
No lo sabemos. Tienen unas disputas excepcionales con unas cuantas especies y desde no hace mucho que se está dando una riña concreta y exacerbada con los aultridia, pero, en general, la sociedad oct no parece configurada en estos momentos para un desencadenamiento de las hostilidades. Está configurada para algo inusual, desde luego
(Batra notó el desconcierto en la voz de la nave),
y es posible que incluya algún tipo de acción hostil o al menos dinámica, pero no una guerra total. Se supone que los aultridia son sus adversarios potenciales más importantes, pero no cabe duda de que derrotarían a los oct tal y como están las cosas en estos momentos. Las simulaciones muestran un noventa y pico por ciento de probabilidad, y son muy consistentes.
~
Entonces, ¿dónde están las verdaderas naves?
~
Pues esa, viejo amigo, es la verdadera pregunta.
Batra había estado pensado.
~
¿Y por qué se me incluye a mí en esto?
~
Más simulaciones. Hemos utilizado el patrón de las naves afectadas que se han escabullido y un perfil preexistente de los intereses de los oct y hemos elaborado una lista de destinos probables de los verdaderos aparatos.
En la mente de Batra surgió otro diaglifo de varias capas.
Ajá,
pensó.
»La disposición más probable, aunque sea de forma marginal, es una distribuida, o, más bien, una de dos alternativas no muy distintas. En cada una, las Primarias y otros aparatos estratégicos ocupan varias posiciones diferentes, ya sean defensivas u ofensivas, depende. El modelo defensivo implica un despliegue de las fuerzas más uniforme que el ofensivo, que prefiere una concentración mayor. Aquí se representan las opciones una y dos, respectivamente, en la clasificación de verosimilitud simulada. Hay, sin embargo, una tercera opción, que se muestra aquí.
Cayeron las otras capas pero Batra ya había visto el patrón y el lugar en el que se centraba.
~
Podrían estar reuniéndose alrededor de Sursamen,
envió.
La Unidad General de Contacto
Es mi fiesta y canto si quiero
seguía pareciendo desconcertada.
~
Bueno, sí.
E
l interior de la Gran Nave morthanveld
Inspiración, fusión, punto final
se experimentaba por lo general de forma virtual, incluso aquellos para los que fue diseñada y que la habían construido. Por fuera, la nave era una esfera aplastada de cincuenta kilómetros de diámetro. Parecía una inmensa gota de hielo azul cuya superficie se hubiera bombardeado con varios millones de joyas, alrededor de la mitad de las cuales se habían caído luego y había dejado a su paso pequeños cráteres.
Su espacio interno principal era enorme, más grande que cualquier cosa que hubiera en un VSG de la Cultura. La mejor forma de imaginárselo, como le había dicho a Anaplian Skalpapta, su oficial de enlace morthanveld, era pensar que tenías diecinueve globos llenos de agua y cada uno de casi diez kilómetros de diámetro, los disponías en algo parecido a un hexágono para que formaran algo tan parecido a un círculo como fuera posible y después los aplastabas todos juntos para que las paredes intermedias se nivelaran. A continuación añadías otras dos capas de siete esferas, una encima y una debajo, con el mismo principio. Para finalizar, quitabas todas esas paredes planas intermedias.
El espacio entero estaba atravesado por ramales y cables que sostenían cientos de millones de alojamientos que parecían pólipos y una multitud de tubos de desplazamientos, muchos de ellos con un vacío dentro para acelerar los tiempos de tránsito.
Como en la mayor parte de las naves morthanveld, el agua se mantenía por lo general tan limpia como era deseable gracias a unidades de limpieza fijas y estáticas. No obstante, lo cierto era que a las especies cebo y la flora excrecente con la que a los morthanveld les gustaba alimentarse necesitaban agua con nutrientes, y los propios morthanveld consideraban que tener que acudir a un lugar especial para deshacerse de deshechos personales era señal de que, como especie, no se estaba muy cómodo con uno mismo. O que se respiraba gas, lo que era casi igual de embarazoso.
El agua en la que vivían, nadaban, trabajaban y jugaban, por tanto, no estaba del todo limpia. Sin embargo, siempre era agradable tener la vista despejada, sobre todo en un espacio tan inmenso.
Los morthanveld estaban encantados consigo mismos y cuantos más miembros de su especie hubiera presentes, más encantados estaban. Poder ver a los cientos de millones de compañeros que solía transportar una Gran Nave se consideraba por lo común algo extraordinario, así que en lugar de confiar solo en sus ojos para ver en un espacio tan inmenso como el interior de una Gran Nave, utilizaban unos filtros de película fina que les cubrían los ojos y les presentaban la imagen que podrían ver si el agua estuviera totalmente limpia.
Djan Seriy había decidido adoptar la misma estrategia, así que nadaba con un filtro de película fina modificada sobre los ojos. Se movía por el agua con un traje oscuro que era como una segunda piel. Alrededor del cuello llevaba lo que parecía un collar hecho de unas frondas verdes que aleteaban: unas branquias artificiales que le llevaban el oxígeno a la nariz a través de dos pequeños tubos transparentes. Una ayuda que le resultaba un tanto ignominiosa, ya que con sus antiguas mejoras su piel se habría plegado y fruncido por la zona que se requiriese para absorber directamente del agua los gases que necesitara.
La fina película se le pegaba a los ojos como una leve venda transparente y había desconectado el reflejo del parpadeo. La alternativa era permitir que la pantalla se abombara lo suficiente como para poder parpadear con normalidad, pero el hueco de aire que quedaba introducía distorsiones indeseadas. La pantalla le proporcionaba la visión virtual del espacio real y le mostraba los espacios semiesféricos de la Gran Nave como si fueran un sistema de cavernas de una inmensidad pasmosa.
Podría haberse conectado directamente con la visión sensorial interna de la nave para lograr el mismo efecto o limitarse a nadar con sus propios sentidos, sin molestarse con la visión mayor y al parecer despejada, pero estaba siendo educada. Al utilizar la película fina, la nave podía echarle un ojo y ver, sin duda, lo que podía ver ella y saber, por tanto, que no se estaba metiendo en ningún problema típico de Circunstancias Especiales.
También podía haber utilizado cualquiera de los varios medios diferentes de transporte público para llegar a su destino, pero había optado por una pequeña unidad personal de propulsión a la que se sujetaba con una mano mientras atravesaba el agua con un zumbido. El juguete sexual que era en realidad un misil cuchillo había querido hacerse pasar por tal unidad de propulsión para así permanecer cerca de ella, pero a Djan Seriy le había parecido que la máquina solo estaba sacando las cosas de quicio y le había dicho que permaneciera en su alojamiento.