Dentro de muy poco tiempo, estoy convencido de ello, lo espero, una ley autorizará la eutanasia bajo ciertas condiciones. El respeto a la vida humana no tiene sentido cuando conduce a un largo suplicio para el que se va y para los que se quedan.
Al aproximarse mi último suspiro, imagino con frecuencia una última broma. Hago llamar a aquellos de mis viejos amigos que son ateos convencidos como yo. Entristecidos, se colocan alrededor de mi lecho. Llega entonces un sacerdote al que yo he mandado llamar. Con gran escándalo de mis amigos, me confieso, pido la absolución de todos mis pecados y recibo la Extremaunción. Después de lo cual, me vuelvo de lado y muero.
Pero, ¿se tendrán fuerzas para bromear en ese momento?
Una cosa lamento: no saber lo que va a pasar. Abandonar el mundo en pleno movimiento, como en medio de un folletín. Yo creo que esta curiosidad por lo que suceda después de la muerte no existía antaño, o existía menos, en un mundo que no cambiaba apenas. Una confesión: pese a mi odio a la información, me gustaría poder levantarme de entre los muertos cada diez años, llegarme hasta un quiosco y comprar varios periódicos. No pediría nada más. Con mis periódicos bajo el brazo, pálido, rozando las paredes, regresaría al cementerio y leería los desastres del mundo antes de volverme a dormir, satisfecho, en el refugio tranquilizador de la tumba.
Este libro de memorias es el fruto de dieciocho años de trabajo y de amistad entre Luis Buñuel y Jean-Claude Carrière. Juntos hicieron seis obras maestras del cine:
Diario de una camarera
,
Belle de Jour
,
La Vía Láctea
,
El discreto encanto de la burguesía
,
El fantasma de la libertad
y
Ese oscuro objeto del deseo
. El libro nació espontáneamente de sus entrevistas en España y México durante los intervalos de las sesiones de trabajo; el uno evocando sus recuerdos, y el otro recogiendo las palabras de su amigo y anotándolas.
Mi último suspiro
recoge la voz y las propias palabras de Luis Buñuel, y nos da una particular visión del genial cineasta y de su mundo más personal.
LUIS BUÑUEL, nació en Calanda (Teruel) el 22 de febrero de 1900, hijo de un indiano enriquecido en Cuba. Estudió en los jesuitas de Zaragoza, trasladándose a los 17 años a Madrid, a la Residencia de Estudiantes, institución krausista donde conoció al poeta Federico García Lorca, al pintor Salvador Dalí y a Rafael Alberti, entre otros futuros destacados intelectuales de su generación. En 1925 se trasladó a París, y durante esa misma época colaboró como crítico en publicaciones de Madrid y París, dando a conocer sus concepciones cinematográficas, que más adelante eludiría comentar. Adscrito al surrealismo, llamó a Dalí para escribir un guión que realizaría en abril de 1929,
Un perro andaluz
, con dinero de su madre. Tuvo un gran éxito ente la intelectualidad parisina, siendo elogiado por Eisenstein, y dando pie a que un aristócrata le pagara
La edad de oro
(1930), considerada otra obra maestra del cine de vanguardia, que con su anticlericalismo provocaría un gran escándalo. Hasta 1947 Buñuel trabajó en Estados Unidos en aspectos periféricos de la industria, estableciéndose desde esta fecha en México, donde alternará sus llamadas películas alimenticias con las realmente personales. Entre estas últimas destacan
Los olvidados
(1950),
El
(1952),
Abismos de pasión
(1953),
Ensayo de un crimen
,
La vida criminal de Archibaldo de la Cruz
(1955) y
Nazarín
(1958), Palma de Oro en Cannes, y que le supuso junto a
Los olvidados
el reconocimiento internacional que le permitiría continuar su producción personal. En 1961 rueda en España
Viridiana
, que a pesar de ser secuestrada por el gobierno de Franco, ganó otra Palma de Oro en el Festival de Cannes. A continuación dirige
El ángel exterminador
(1962),
Diario de una camarera
(1964),
Simón del desierto
(1965, León de Plata en Venecia),
Belle de Jour
(Bella de día, 1966),
La vía láctea
(1969),
El discreto encanto de la burguesía
(1972, Oscar a la mejor película extranjera),
El fantasma de la libertad
(1974), y
Ese oscuro objeto del deseo
(1977). Luis Buñuel murió el 30 de julio de 1983 en México, país al que amó profundamente.
[1]
Lo que yo quiero para mi reino - Es ante mi puerta un sendero verde - Cuna formada por un escaramujo - Tan largo como tres briznas de paja.
(Nota del T.)
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[2]
Acerca la cabeza. Aquí está más fresca la almohada.
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