Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky Volumen II (16 page)

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Authors: Maurice Nicoll

Tags: #Autoayuda, #Esoterismo, #Psicología

BOOK: Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky Volumen II
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Ahora deseo que algunos de ustedes noten en especial a los 'Yoes' que carcomen su energía. Recientemente fui acosado por ellos y por un tiempo no los advertí. Tomé a todos esos sentimientos y palabras y pensamientos como "Yo". Esto es, estaba adormecido. Cada uno de ustedes está rodeado interiormente de "Yoes" negativos, débiles, criticones, recelosos, mezquinos, estúpidos. Algunos, por una prolongada y habitual aquiescencia, se han fortalecido mucho. Observe a una persona: de súbito pierde energía, se debilita, se vuelve negativa, se siente extraviada, etc. ¿Qué ha sucedido? Algún "Yo" está devorando a esa persona. Nuestra vida interior es mucho más peligrosa que nuestra vida exterior con todos sus riesgos.

Ahora es preciso que comprendan, todos ustedes, que la doctrina de los "Yoes" no los descarga de su responsabilidad. Sólo un insensato puede imaginar tal cosa. Rechazar o escoger los "Yoes" es algo muy real. Estar acompañado de "Yoes" equivocados es algo que hace sufrir, un verdadero sufrimiento. Este es un sufrimiento útil. Es preciso aprender a odiar los "Yoes" en uno mismo. De otro modo el Trabajo se hace trivial, una buena excusa para hacer lo que a uno le da la gana. Hay momentos en que el Trabajo apremia. Luego pasa por un tiempo. Pero si nunca lo apremia, tenga la seguridad de que no está dispuesto a ponerse en contacto con usted.

El año pasado alguien que no está aquí en este momento me contó un sueño. Esa persona soñó que todos sus tíos, y tías, su madre, su padre, sus hermanas, hermanos, lo estaban rodeando. Estaba en cama, agonizando y casi muerto. Todas esas personas estaban vestidas de negro. Yo entré en la habitación, muy delgado y enfermo y pálido y me fui de prisa sin echarle siquiera una mirada. Pues bien, esta es una imagen-parábola emocional del estado interior de dicha persona. Todos los "Yoes" adquiridos la rodean. Está muriéndose. El Trabajo entra, pero en una forma lastimosa, y sale de prisa. Quizás esto les haga ver por qué esa persona murió para todo lo que se relaciona con el Trabajo. No gozaba del libre poder de elección. En cierto modo veía el Trabajo, pero sus "Yoes" eran demasiado fuertes. Recuerden que el Trabajo en un hombre es tan fuerte como éste lo permita. Es una cuestión de valoración.

Birdlip, 20 de mayo, 1944
El significado de evolución en el trabajo

La doctrina de los "Yoes" es la parte más importante de la enseñanza psicológica del Trabajo. A no ser que una persona se dé cuenta que no es una, nunca dejará de estar completamente identificada consigo misma. Piensen en lo que esto significa. Repito que a menos que una persona se dé cuenta que no es un "Yo" sino muchos "Yoes" diferentes, nunca dejará de estar completamente identificada consigo misma en todo lo que hace y piensa y siente. Ahora bien, un hombre tal no puede evolucionar. Por estar fijado a sí mismo tal como es, no puede separarse de sí mismo. Cuando se habla a un hombre semejante, se sorprende mucho si se le dice de observarse a sí mismo y es incapaz de comprender lo que esto significa.

Ahora bien, en el sentido del Trabajo toda la evolución depende de que cierto número de "Yoes" se trasladen a nuevas posiciones y logren gradualmente un creciente control sobre los "Yoes" restantes. Si un hombre fuera tan sólo uno y el mismo "Yo", sería imposible que esto sucediera. La nueva posición a la cual deben acceder esos "Yoes", de la cual depende la evolución de una persona, es una posición más central y al mismo tiempo, si es posible explicarlo, un lugar especial, ya que no pueden estar en el mismo nivel que los otros "Yoes". Es preciso conferirles cierta jerarquía, cierta distinción o, como lo expone el Trabajo, cierta valoración —de otro modo en cuanto un hombre queda sumergido en los asuntos de la vida, en acumular dinero, etc., esos "Yoes" se desparraman y al poco tiempo dicho hombre ya no sabrá más de qué trata el Trabajo, aun cuando haya tenido antes una vislumbre. Desde luego esto depende de la clase de hombre que sea. Si un hombre tiene un Centro Magnético, si siempre ha sentido que en las cosas existe más que lo que aparece en la superficie, si se ha dado cuenta de que siempre existieron ciertas clases de enseñanza de naturaleza muy similar y de que dichas enseñanzas difieren mucho de las que se refieren a los asuntos de la vida, entonces le será posible comprender lo que significa mantener a ciertos "Yoes" en él fuera de la calle, del nivel del tránsito ordinario. Para un hombre puramente material, para quien lo real es sólo lo que puede ver y tocar esto es imposible. Y por la misma razón la evolución individual es imposible. Por mucho tiempo seremos testigos de la lucha que se libra en nosotros mismos con respecto a dicha situación.

En el Trabajo a veces se define la evolución individual como un nuevo crecimiento de Esencia. Si se toma simplemente a la Esencia como algo más interno que la Personalidad, ello significa que la Esencia es el crecimiento de algo interno, por encima de la Personalidad que es externa. La Personalidad rodea a la Esencia y por eso es externa. Como sabemos, la Personalidad —esto es, el lado adquirido de nosotros— puede rodear de tal modo la Esencia que una persona llega a estar muerta. Está completamente separada de la Esencia. Quizá tenga el aspecto de un ser altamente organizado o con una fuerte personalidad, y sin embargo está muerta. Ahora bien, cuando un hombre está en poder de la Personalidad no hay en él un hombre verdadero. Les pido que presten atención a lo que se va a decir. Si un hombre está en poder de la Personalidad y no en poder de algo más profundo, no es en absoluto un hombre y en él no podrá haber evolución individual. Cuando, en cambio, un hombre está en poder de algo interno a la Personalidad, es un hombre y se vuelve capaz de evolución individual hasta llegar a ser un ser consciente. Somos, claro está, meros esbozos, experimentos. Somos experimentos en la creación de un ser que se desarrolla a sí mismo. Al mismo tiempo debemos ser capaces de vivir en la vida ordinaria. Por esta razón la Personalidad es una cosa adquirida, que nos permite ponernos en contacto con la vida exterior y efectuar nuestro trabajo. Esto es tan solo un desarrollo externo. Puede hablar, si gusta, sobre la evolución de la Personalidad, pero esto no es lo que quiere decir el Trabajo cuando se refiere a la evolución individual. Por cierto este es un paso preliminar, y cuanto más rica sea la Personalidad tanto mejor porque habrá más material, más rollos grabados en los centros, más experiencias, más conocimiento. Pero esto no hace que la Esencia crezca. La Esencia sólo puede crecer a través del debilitamiento de la Personalidad. Desde el estado ordinario de una persona adulta en que la Personalidad es activa y la Esencia pasiva, debe llegarse eventualmente a un nuevo estado en el cual la Esencia es activa y la Personalidad pasiva. Es preciso comprender que este es un viaje muy largo y comprender también que no se lo puede realizar en seguida. Pero es útil recordarlo a menudo, especialmente en momentos de lucha.

Ahora bien, para que la Esencia, o nuestra parte interior, pueda crecer y llegar a ser gradualmente activa, un hombre debe ser capaz de una completa sinceridad consigo mismo cada vez que se presente la ocasión. La Esencia no puede crecer desde algo falso. Acabo de decir que mientras un hombre esté en poder de la Personalidad, no es en realidad un hombre ni puede evolucionar individualmente. Cuando un hombre está sólo en poder de la Personalidad nada de lo que hace es sincero, hablando relativamente. Es seudo. Por ejemplo, da algo a un pobre porque quiere aparentar que es una persona caritativa, o quizá lo haga en secreto pero con falsedad de modo de mantener viva una imagen de sí o para que la gente se entere luego. Tomemos a un hombre que se ciñe a la ley sólo desde el lado externo de sí. Teme perder la reputación, ser arrestado, etc. No hará muchas cosas que haría al punto si esas restricciones externas fueran eliminadas. Así, como ven ustedes, no es realmente un hombre.

Ahora bien, cuando una persona se halla en esa etapa —y son muchas las que están— está gobernada en realidad por el miedo a las consecuencias. Dichas personas se mienten y siempre vuelven a mentirse a sí mismas que son incapaces de robar, por ejemplo, pero tan pronto como sienten que lo pueden hacer sin que las descubran, se entregan al robo en las mil y una maneras que son hoy día posibles. Y si todas las restricciones externas fueran eliminadas, leyes, policía, gobierno, opinión social, etc., harían exactamente lo que desean hacer. Ahora bien, cuando un hombre no está atado por restricciones internas, ni tiene ninguna concepción de Dios, estará bajo el dominio de un dios de miedo y violencia. Es muy fácil ver lo que decimos aquí. Para un hombre que no está atado a nada interno, Dios es miedo y violencia. Ahora bien, cuando la parte interna o esencial de un hombre empieza a desarrollarse, su concepción de Dios, por más vaga que sea, cambia. Pasa, desde el signo negativo de miedo y violencia, a un signo positivo de afecto o interés o valoración. La parte interna, esencial de un hombre no puede crecer a través del miedo, porque cuando un hombre hace una cosa por miedo de las consecuencias que tendría no hacerla, procede bajo la compulsión del miedo. Hacer una cosa por sí mismo es muy diferente.

Ahora bien, ¿qué significa para una persona estar atado a algo interno? En primer lugar quiere decir que tal persona siempre será capaz de mantener cierta integridad prescindiendo de las circunstancias exteriores. Tendrá un centro de gravedad en si misma. El cambio de circunstancias externas o la falta de restricciones legales o el temor a la policía no producirán cambio alguno en su conducta. Cuando un hombre ha visto por si mismo la verdad de algo y la siente emocionalmente, ya no se trata más de la personalidad externa sino de un hondísimo lado interior que evoluciona. Muchas gentes extraen sus impresiones de vida de lo que sucede en la vida. Dichas personas se desesperan y se vuelven cínicas con la mayor facilidad. El Trabajo enseña que todo sucede simplemente en la vida y que la vida es una enorme fábrica utilizada por razones cósmicas.

Ahora bien, cuando una persona empieza a ver que hay otra cosa y advierte por sí misma su significado, comienza a crecer internamente. Una persona quizá no manifieste sus emociones negativas debido a razones externas. En la sociedad nos enseñan a no expresar las emociones negativas, por lo menos en público; pero una vez que las restricciones externas son eliminadas, una vez que está ausente temporariamente el temor a la crítica social, un hombre o una mujer expresará sus emociones negativas sin freno alguno. Pero si alguna vez hemos pensado y visto en profundidad lo que el Trabajo enseña sobre las emociones negativas, nos daremos cuenta de la verdad del conocimiento que nos fue enseñando y lo entenderemos sin ayuda alguna. Entonces es posible empezar a trabajar de una manera por completo diferente. La parte más esencial de nosotros empezará a crecer.

Contemplemos brevemente la idea de evolución tal como fue enseñada por el Trabajo y comparémosla con la idea moderna de evolución. El Trabajo, de la misma manera que la ciencia, nos enseña que existe la evolución. La diferencia radica en que el Trabajo dice que la evolución mecánica no existe excepto en tipos ya creados. En el caso de alguna especie particular de animales, aquellos que son más robustos serán natural o mecánicamente seleccionados y así tendrán mayor tendencia a la supervivencia que sus hermanos más débiles. Asimismo, el Trabajo dice que ciertas especies de animales, tales como el caballo, pueden ser criadas y seleccionadas por el Hombre y así mejoradas. Pero enseña que no hay una transformación gradual y mecánica de una especie en otra. Un mono no se convierte, poco a poco, en un hombre, como tampoco la oreja de una cerda no se convierte gradualmente y poco a poco en una bolsa de seda. La Tierra, situada en un lugar tan bajo en el designio de creación, está sujeta a muchas influencias además de las que ya se conocen como la radiación solar y los rayos cósmicos. Todas las cosas vivientes sobre la tierra, en la fina película de vida orgánica que cubre su superficie, fueron creadas por el nivel que corresponde físicamente al Sol en el Rayo de Creación en el punto de la Octava del Rayo entre
Fa
y
Mi
donde es necesario un choque con el fin de transmitir las influencias a la Luna. Pero al crear esta película sensible, esta fábrica de dolor, el objeto primordial del Sol era crear un ser capaz de desarrollarse a sí mismo. Ante todo, fueron necesarios toda clase de experimentos, toda clase de planes. Por esa razón el Trabajo habla del laboratorio solar. Finalmente, después de muchos experimentos, fue creado el Hombre como un ser capaz de evolución interior. Por esta razón, en la psicología esotérica, el Hombre es llamado la semilla. Como máquina surge de una semilla en la matriz. Todo esto le es dado. Esta es su primera evolución, el resultado de millones de experimentos. Pero es capaz de una nueva evolución, de una evolución individual, mediante su propia comprensión y sus esfuerzos. En cada edad, en cada época, en cada período de la historia, es sembrada en el mundo la enseñanza esotérica que le da el plan general de su próxima evolución de sí.

El Hombre nace con gran parte de su cerebro no usada, hecho que la teoría mecánica de la evolución por medio de la selección natural y la ventaja inmediata pueden explicar. Aquellas partes no usadas del cerebro representan posibilidades adicionales de evolución individual. ¿Qué ha de construir en aquellas partes no usadas? ¿Qué ideas? En nuestra época nos fue dada la enseñanza esotérica de los Evangelios que nos señala el rumbo que debe seguir la evolución individual en esta etapa. Sin embargo, esta enseñanza ha sido tergiversada y se ha convertido en algo casi inútil. Empero, es obvio que si los hombres fueran realmente cristianos, en el sentido en que Cristo enseñó el Cristianismo, sería el fin de todas las guerras y de muchos otros males. Pero lo que Cristo enseñó y lo que enseña el Cristianismo son dos cosas completamente diferentes.

Birdlip, 27 de mayo, 1944
Observación de sí más profunda

Cuando se leyó la última disertación, la Sra. Nicoll sugirió que la gente debería observar sus furiosas conversaciones interiores y sus formas peculiares de auto-justificación, que se repiten continuamente en los estados negativos profundos que fueron mencionados en dicha disertación. Hablaré ahora a las personas que desean trabajar seriamente. La Sra. Nicoll señaló al Grupo la necesidad de anotar a menudo aquellas cosas que resultan de la observación de sí. Hace mucho que el Sr. Ouspensky nos recomendó anotar las cosas que observábamos en nosotros mismos durante un breve período. Nos aconsejó, sin embargo, cerrar la puerta para evitar que alguien entrase y viese lo que habíamos escrito. Cuando se anotan las cosas se hacen más claras, puesto que gran parte de nuestra observación de sí es inadecuada. Por cierto una observación de sí incompleta es inevitable al comienzo. Anotando lo que observamos en nosotros hacemos que la observación sea más plena. Recordamos más. Muchas veces les aconsejé tener una especie de libreta personal en la cual anotaran cosas sobre sí mismos, sobre el Trabajo, sobre las observaciones que hacen.

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