Read Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky Volumen II Online
Authors: Maurice Nicoll
Tags: #Autoayuda, #Esoterismo, #Psicología
Ahora bien, ¿por qué existe una parábola? ¿Por qué la enseñanza de los Evangelios se imparte en forma de parábolas? Son imágenes visuales. El caballo entiende el lenguaje visual, el cochero comprende las palabras, y la parábola pone a ambos en relación. Las imágenes visuales son un idioma universal. Es el lenguaje de los signos. El caballo sólo entiende un lenguaje universal de imágenes visuales. Por eso, si se quiere controlar al caballo desde la mente, es preciso visualizar y no pensar meramente. Una de las cosas que nos enseñan en el Trabajo es la visualización. Es menester visualizar la conducta que se ha decidido seguir con determinada persona. Esto es, es preciso incluir a dicha persona en la propia visualización. Visualizar a una persona es una forma de consideración externa, en su sentido más profundo. (Visualizar a otro como si fuera uno mismo, visualizar sus disgustos individuales como si uno mismo fuera dicha persona, es comenzar a formar las riendas entre el caballo y el cochero, y significa en realidad visualizar a otra persona.) No se puede visualizar a una persona de una manera correcta si se es negativo hacia esa persona. Ya han oído decir que el Centro Emocional es clarividente cuando está purificado de emociones negativas. Ahora bien, no se puede visualizar a otra persona si se lo hace por deber. Les aconsejaré encarecidamente no intentarlo. La visualización es una actividad tranquila, un proceso tranquilo. Por regla general se recorre la cuarta parte del camino y se abandona todo. Sólo se puede visualizar correctamente a otra persona cuando se tiene cierto conocimiento de sí mismo. Llegamos a ser humanos los unos para con los otros cuando nos conocemos mutuamente. Se nos dio el ejercicio de visualizar a otro y decir a la persona visualizada: "¿Qué es lo que la molesta?", y si se lo hace correctamente dicha persona se lo dirá. Esto es, la imagen se lo dirá. Lo único que puedo decir es que sé que esto es factible a pesar de ser muy difícil. La purificación del Centro Emocional es una de las tareas del Trabajo. Es preciso que nos tratemos los unos a los otros con mucho más gentileza internamente que externamente. Muchas cosas, enfermedades, dolores de cabeza, súbitas pérdidas de fuerza, nos suceden en cierta etapa del Trabajo si nos tratamos los
unos a los otros
equivocadamente. El Trabajo es una cosa muy pura y depende de la pureza interior. Ya deben de haber comprendido lo que significa ser puro. ¿Qué significado se da a la pureza? La pureza es sinceridad. Me divirtió mucho el otro día oír decir que alguien había hablado muy mal del Trabajo, y luego me dijeron que esa persona estaba furiosa con la persona que me lo había contado. ¿Esto es acaso pureza? Así, cuando se trata de visualizar a otra persona, y el hacerlo exige tiempo, no merece la pena hacerlo si en ese sentido no se es puro, ya que este es el objeto de todo el Trabajo. Es posible ayudarse los unos a los otros, pero sin estar respaldado por el Trabajo. Esta visualización es la conexión entre el Centro Intelectual y el Centro Emocional, y si se propone comportarse correctamente con una persona, es preciso que uno se visualice comportándose correctamente, y no pensar meramente en ello. Es notable cómo una pura visualización ayuda a todos y a uno mismo. El mero pensamiento no ayuda bastante, pero es necesario. La mera charla es peor que nada, porque al hablar uno se justifica muy a menudo a sí mismo. Es sabido cuan a menudo se dice: "Haré cuanto pueda para ayudarlo y le prometo que no le diré nada desagradable". Y entonces ¿qué sucede? Pues bien, basta que se observe a sí mismo. Se ha contentado con alimentar su imaginación y su vanidad y no ha hecho nada para poner remedio a la situación. Sabe muy bien que cuando un gato se refriega contra su pierna, no lo está acariciando sino que se acaricia a sí mismo. La visualización es
imaginación dirigida,
no imaginación que sólo busca el placer de sí.
Basta reflexionar un momento sobre el
mundo de significados
en el cual vivimos, en el cual toda la gente realmente vive. ¿Qué representa para ustedes el significado? Desean alimentos, digamos, o desean ir a una cita o ver a alguien. Todo esto es significado —diferentes significados en el mundo del significado. Ahora bien ¿este significado es tangible o visible? No veo cómo podría decirse que es posible tocar el significado con los órganos de los sentidos o verlo con el ojo u oírlo u olerlo o saborearlo. Por ejemplo, el dinero tiene significado para todos. ¿Pero el significado del dinero se puede tocar o ver? De seguro no es un objeto para ninguno de nuestros sentidos. Como objeto de los sentidos puede tomar una forma cualquiera —papel, plata, oro, certificado o simplemente crédito— pero el significado
sigue siendo
el mismo dejando a un lado la forma visible. Es preciso señalarlo porque la gente cree muchas veces que un objeto y su significado son idénticos. El
significado
no es la misma cosa que el objeto visto o el objeto de los sentidos, en este peculiar mundo externo de cosas con el cual estamos conectados por nuestras actuales máquinas-sentido, este peculiar teatro de variedades con su programa siempre repetido.
Ahora se dan cuenta de cómo el significado crece y mengua. El objeto no cambia pero su significado cambia. Se cansa uno de una cosa y luego piensa que esa cosa no era mala y retorna a ella. Todo esto sucede en el
mundo de los significados,
no en el mundo externo de los sentidos. Cuando se dice que vivimos realmente en un mundo psíquico, en un mundo invisible, y que en realidad somos invisibles los unos para los otros, no es una exageración. Si uno observa en sí mismo los cambios de significado, llega a la conclusión de que el objeto visible y sus significados son cosas diferentes.
Ahora bien, una vez que una persona llega a separarse, en sí misma, lo cual podría denominarse "significado" del "objeto", dicha persona empieza a entender el Trabajo. Este Trabajo no se ocupa de los objetos externos, sino del significado y de lo que les presta
significado
en relación con los objetos. Vivimos todos en un mundo de significado, y todos estamos
profundamente
enfermos en este mundo de significado. ¿Por qué estamos todos profundamente enfermos en este particular
mundo de significado?
¿Captan el significado de lo que se dice aquí? Cuántas enfermedades se deben a conexiones equivocadas de significado y no tienen nada que ver con el objeto externo, con la persona. Podría escribir mucho sobre este tema. Pero a menos que se entienda que el objeto externo es una cuestión del significado que se proyecta sobre él, a menos que se vea lo que esto significa, creo que es una tarea vana.
El objeto y su significado son dos cosas diferentes. Esta es la primera separación, diría. El restablecimiento de un significado anterior, o prestar deliberadamente a un evento actual otro significado, además del significado que el evento tiene mecánicamente para uno, constituye una de las ideas fundamentales del Trabajo en su aspecto práctico. Esto es
esforzarse
por el significado, no por el evento externo. Los esfuerzos no son cosas externas, como hacer largos paseos o abandonar el cigarrillo, etc. Los esfuerzos del Trabajo son esfuerzos interiores en relación con uno mismo, y la manera en que se toma la vida y sus siempre recurrentes eventos. El esfuerzo de Trabajo se refiere a nuestra relación con los eventos de la vida. Una persona es un evento. Si está en función de los eventos de la vida es
mecánico.
Sí, ¿pero qué significa esto? Si las cosas andan bien, se siente importante; si andan mal, se siente deprimido, desalentado o negativo. Luego, no puede transformar nada. Cuando se dice que este Trabajo es "Psico-Transformismo", este es el significado que se le da. ¿Qué es el Psico-Transformismo? Significa que uno ha de transformar psicológicamente la manera de tomar las cosas. Empero la gente cree que el Trabajo debería transformar la situación
externa,
las cosas. No, ¿cómo puede ser esto posible? No se puede cambiar la vida. Pero se puede transformar el
significado
de la situación externa para sí mismo. Se puede estar, como dije, muy enfermo en el
mundo del significado.
Sí, esto es muy cierto, sólo que no lo notamos. Los significados por los cuales vivimos pueden ser muy malos, muy inadecuados, muy pobres y mezquinos. El Psico-Transformismo radica en cambiar el
significado
de las cosas, de los eventos, de las situaciones, para uno mismo. Se refiere a
tomar las cosas de una manera nueva
—esto es, a cambiar su significado. En esto radican los primeros esfuerzos del Trabajo.
Consideremos un momento cuál es el significado del esfuerzo mental. Este trabajo tiene su punto de partida
en la mente,
no en el cuerpo. Habla de cambiar la mente. Al principio no se trata de cambiar los hábitos corporales sino la manera de contemplar todo, tal como, por ejemplo, su manera de tomar la vida, de pensar en sí mismo, su manera de tomar a la otra gente y sus pensamientos sobre ella. Se inicia, tal como lo hace la enseñanza esotérica en los Evangelios, en μετάνοια —es decir, "cambiar la mente" (literalmente, ir
más allá del nous o mente)
. Esto quiere decir un cambio de significado de las cosas y las personas. Su significado es mucho más amplio. Pero significa el cambio de los significados de vida. Cada persona vive en una estrecha serie de significados que se contrae gradualmente. El Trabajo equivale a nuevos significados.
El significado es una cosa incierta, efímera. Por ejemplo, una persona que siempre trata de "hacer aceptar" una imagen suya, algún significado imaginario de sí, a la larga se vuelve cargosa. Cada cosa tiene su lugar y su tiempo determinado, y a menudo no lo vemos. Pero hoy estoy hablando sobre el lugar y tiempo que las cosas tienen en uno mismo sin que sean expresados por el habla o por el comportamiento exterior a los otros. A este respecto es preciso comprender que cabe la posibilidad interna, era
uno mismo,
de captar un nuevo y verdadero significado por un momento y no después. Recuerden que
el Eneagrama gira.
Sus diferentes puntos de significado y fuerza están girando. Lo que se ve hoy tal vez mañana no sea posible verlo —o aun un segundo después. Pero retornará. Este es el punto. Regresará. Todo desarrollo psicológico consiste en ver nuevos significados —en ver significados cada vez más sutiles. Lo que nos desarrolla es el significado. Por medio de esfuerzos, por medio del Trabajo entendemos nuevos significados. Si no lo hacemos, entonces hay algo que no funciona bien en nuestra manera de valorar las cosas. Hablo de aquellas personas que aún no cristalizaron en sus acostumbrados puntos de vista y estima personal. Por cierto el
significado
es al comienzo la mejor manera de pensar en el Trabajo. Las ideas del Trabajo fueron hechas para conducir, transmitir nuevos significados, como una nueva estación de radio, como la levadura que transforma la cosa sobre la cual obra. Este Trabajo es auto-transformación. Sin embargo, si se sigue siendo lo que se es, si no se intenta cambiar la manera de tomar la vida, si se espera que el Trabajo va a añadir algo a la persona que se es en este momento, se comete un error. Ello se encuentra en todas las formas erróneas de la enseñanza esotérica.
Hablaremos ahora del
impulso.
Tomamos constantemente como punto de partida al impulso —diré aquí en sentido especial que muchas veces tomamos como punto de partida el impulso de un nuevo significado. El significado siempre otorga fuerza, produce impulso. Así, cuando hemos descubierto sin ayuda alguna un nuevo significado, nos excitamos y queremos hablar de él o ponerlo en permanente acción. Desde luego, es imposible. En primer lugar, un vestigio de nuevo significado al entrar en una vida oscura y casi muerta no es lo bastante fuerte como para producir algún cambio: y segundo, aunque pudiese hacerlo,
el Eneagrama gira,
y es preciso esperar y recordar. El hábito es la repetición constante de la misma cosa. Pero cabe pensar que esto es debido a que no se nota lo que le sigue. Para hacerlo se requiere una acrecentada sensibilidad al Trabajo. El Trabajo puede iniciar el
Eneagrama consciente
en nosotros. Por así decirlo, se debería notar una cosa, y luego esto llevaría a otra cosa, y eventualmente después, aunque todo retorna otra vez, ya no está en el mismo nivel. Esto significa que se produce un choque. Pero intentar mantener un punto fijo —esto es, el hábito — es un proceder equivocado. G. dijo: "Lo desdichado es que todo se vuelve mecánico". Esto se refiere al círculo de hábitos y significados habituales —el Eneagrama mecánico, en Eneagrama carente de choques conscientes. Se refiere a una persona que no tiene conciencia de sí, que carece del poder de verse a sí misma y a la otra persona al mismo tiempo.
Si tomamos en consideración lo que es el "amor de sí", se verá que abarca todo. Es imposible librarse de él. Pero puede mezclarse con otra cosa sobre la cual hablaré dentro de un instante. No es posible obrar fuera de cierto grado de "amor de sí" —esto es, fuera del propio interés, sentimiento de sí, auto-estimación, admiración de sí, deleite de sí, elogio de sí, egotismo, etc. Es inútil referirse a este tema a menos que una persona haya empezado a advertir que el amor de sí está obrando en ella y sienta su sabor. Son tantas las cosas que atribuimos al desinterés, tantas las ilusiones que poseemos y que nos hacen sentir que sólo tenemos en cuenta el bien de otra persona, tan fácilmente caemos en la imagen de nuestro sacrificio por otra persona, especialmente si ella no sigue nuestros consejos, que es difícil tener siquiera un vislumbre del bosque del egoísmo y de todas sus seudo-creaciones. Sin embargo, si se consigue hacerlo, es una experiencia sorprendente. Es un verdadero choque, semejante a la comprensión de la mecanicidad. Produce una sensación de socavamiento, un sentimiento de vacío que nada puede llenar en ese momento. Cuando uno descubre la traición de un amigo, siente como si le minaran el terreno bajo sus pies.
Pero sentirse traicionado por sí mismo es peor
.
El egoísmo cierra la puerta a ciertas cosas y la abre a otras. Abarca el círculo de nuestra propia vida ordinaria, de la gente que en su conjunto no está de acuerdo con uno o lo critica, de la familia, el orgullo por la casa, los niños, y los amigos, los intereses personales cotidianos, los intereses económicos, las propias posesiones, etc. Ahora bien, se nos ha dicho que existe la posibilidad de un desarrollo del Centro Emocional al que se denomina "Despertar del Centro Emocional". Ese desarrollo va más allá del egoísmo y tiene que ver con el sentimiento de nuestra nadidad. Basta hacerse esta pregunta: ¿Qué diferentes clases de amor ha observado en sí mismo? ¿Son todas las mismas? Ama el alimento, la comodidad, los niños, las posesiones, ama los elogios, el dinero, el poder, ir al teatro, vestirse bien, ama el cigarrillo, los chismes, ama aprovecharse de los otros, ama las tramoyas, ama a su perro, ama tener éxito, ama el chocolate, ama —pues bien, ¿qué?—. Todos estos amores, por más moderados que sean, son variedades del egoísmo. Llevan todos a uno mismo como los radios de una rueda llevan al eje. Sorprende mucho ver que es siempre a esa cosa llamada
uno mismo
a la que se prodigan consuelos, a la que se exalta, a la que se viste bien, a la que se tranquiliza, se elogia, se satisface, y que cuando no se lo hace, lloriquea como un niñito. Y es siempre esta curiosa e inquieta cosa la que se ofende, pierde los estribos, es negativa, se indigna, cae. ¿De dónde cae? De su punto central de egoísmo. Cuántas veces habrán estado a punto de aborrecer a ese "uno mismo" y todas sus cansadoras intrigas y falsedades, y sus complicadas mentiras 'y groseras ambiciones y rivalidades y exigencias con los otros, y todas sus maneras de arruinar las cosas y de convertir las buenas situaciones en polvo. Sí, se puede muy bien aborrecer sus falsedades. Pero ¿qué encontramos? Vemos que es imposible librarnos de él. Al parecer estamos ligados a él. Reaccionamos a sus influencias incesantemente. Son tantas sus triquiñuelas, tantos los fingimientos y decepciones, que es imposible tener trato alguno con él. Siempre llegamos demasiado tarde. Pero las nuevas emociones llegan a tiempo. Recuerden que la velocidad de las emociones es mucho mayor que la de los pensamientos. En suma, no podemos tener trato alguno con él sin la ayuda de alguna otra cosa. Echemos una ojeada a algunas cosas que se dicen en las Escrituras. Mucho es lo que se dice acerca del aborrecimiento. Empecemos con lo que se dice en un lugar acerca de aquellos que están "viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndose unos a otros" (Tito III, 3). Este es el estado acostumbrado del amor a sí mismo. Es inevitable, porque en el fondo el egoísmo está contra todo lo que no lo sustenta. Una persona puede incluir a otros dentro de la zona de su egoísmo de tal modo que ello se asemeje a un amor desinteresado por los otros. Pero no es así. Una persona puede engañarse a sí misma de mil maneras diferentes, porque el egoísmo es muy hábil y oculta su verdadera forma. Lo importante es que el egoísmo sólo puede ir en contra de los otros, fundamentalmente porque no puede amar a nada fuera de sí mismo. Sólo sigue una dirección —la dirección que lo conduce a sí mismo—. Por más que tome atajos, siempre lo llevan al mismo lugar central. Es el amor de sí; es el gusto de
sí
; es el interés de
sí;
es
sí
en todo. Se sienta en el centro y reúne todo a su alrededor y murmura a todo. ¿No ha observado cómo lo hace? Cuando lo haga
empezará
a "aborrecerse a sí mismo". En las Escrituras se habla de "aborrecerse a uno mismo". Esto es ir en contra del egoísmo. A veces la gente suele decir que se aborrece a sí misma. Tengan la seguridad de que es un pretexto —una sutil imagen— que creen real. Pero la imaginación no es nunca real y la Falsa Personalidad, que se fundamenta en el egoísmo, está compuesta de la poderosa sustancia llamada imaginación. En algún lugar de las Escrituras nos dicen que a no ser que un hombre se aborrezca a sí mismo no podrá comprender la enseñanza de Cristo. También se nos dice, de una manera extraña, que un hombre ha de aborrecer a su padre y a sus hermanos. Cristo dijo: "Si un hombre viene a mi, y no aborrece a su padre, y a su madre, y a su mujer y a sus hijos y hermanos y hermanas, cierto, y a su propia vida, no puede ser mi discípulo". En griego, la traducción de la palabra "vida" significa "alma" o "psique". Por ejemplo, la frase "dar la vida por los amigos" debería traducirse "ir en contra del alma por amor a los amigos". Debemos comprender que ir en contra de la propia alma es equivalente a ir en contra del amor de sí o egoísmo y que aborrecer la propia vida es aborrecer al sí mismo que está formado y controlado por el amor de sí. En el nivel en que estamos se puede concebir el alma como un punto de intenso amor de sí con el cual nos identificamos intensamente. Cuando algo impide la identificación, aborrecemos. Es curioso observar que el odio es lo opuesto al amor de sí y que no comprendemos al amor como una emoción positiva —esto es, una emoción para la cual no hay opuesto y de este modo tampoco hay contradicción interior. La cosa sería muy diferente si lo opuesto al amor de sí fuera el odio de sí. Asimismo, cabe concebir que lo opuesto al amor es el odio de sí. Pero el amor como acabamos de decirlo, es una emoción positiva y por eso no tiene opuesto ni atrae a ningún contrario a sí, por tener todo en sí como uno. Es una unión de opuestos, una tercera cosa que no conocemos porque oscilamos de un lado al otro del péndulo.