Read El joven samurai: El camino de la espada Online
Authors: Chris Bradford
—Lo haría, si no hablara siempre en acertijos.
—Le está diciendo a Yori que no se preocupe por todo el Círculo de Tres. En cambio, debería concentrarse en un desafío cada vez —explicó Kiku. Entonces, al ver la cara inexpresiva de Saburo, continuó-: ¡En otras palabras, si rompes una gran comida en piezas más pequeñas, podrás comértela toda sin atragantarte como un cerdo!
—¡Comprendido! —exclamó Saburo—. ¿Por qué no dijiste eso antes?
—Es un buen consejo —reconoció Tadashi—, ¿pero ha descubierto alguien cuáles son los tres desafíos del Círculo?
Todos negaron con la cabeza. Aparte de saber que el Círculo se refería a los tres picos más altos de la cordillera Iga, los tres desafíos de Mente, Cuerpo y Espíritu continuaban siendo un misterio.
—Me parece extraño tener que entrenarnos para algo de lo que no sabemos nada —comentó Yamato, dando una patada a la nieve del escalón de debajo. Pese a sus mejores esfuerzos por mostrarse alegre, todavía estaba claramente molesto por no haber sido seleccionado para el Círculo de Tres.
—El
sensei
Yamada me dijo que ése era el tema. Sólo lo desconocido aterroriza al hombre —reveló Yori, y sus diminutas manos temblaron ante la idea—. Nos estamos preparando para lo desconocido.
Una bola de nieve chocó contra la cara de Jack.
Jack dejó escapar un grito de sorpresa, y su mejilla enrojeció de frío.
—¡Diana! —gritó una voz familiar.
Jack se quitó los restos de nieve de la cara y miró a Kazuki, que había entrado en el patio con sus amigos. Todos llevaban bolas de nieve y se las lanzaban juguetones unos a otros.
Kazuki se agachó cuando Moriko, la gata salvaje de dientes negros de la escuela rival
Yagyu Ryu
, le lanzó una bola. Gritó cuando Kazuki la alcanzó dos veces seguidas en rápida sucesión. Jack no estuvo seguro ahora de si Kazuki le había apuntado adrede o si simplemente había fallado al tirarle a Moriko. Kazuki y sus amigos continuaron bombardeándose.
Para su sorpresa, Jack divisó a los dos grandullones primos de Kazuki entre el grupo. Raiden y Toru eran los hermanos gemelos que habían atacado a Jack en la fiesta
hanami
el año pasado. No sólo parecía que Kazuki estaba reclutando a miembros para la Banda del Escorpión en la escuela rival, sino que era lo bastante osado para invitar a sus estudiantes a los terrenos de la
Niten Ichi Ryu
a plena luz del día.
—Kazuki, se te ha caído tu
inro
—dijo Tadashi casualmente, mientras buscaba por detrás para arrancar un trozo de nieve de un escalón superior y le daba forma de bola a su espalda.
Sin pensarlo, Kazuki miró hacia abajo para buscar su cajita de madera. Al levantar la cabeza, advirtió demasiado tarde que había caído en la trampa. La bola de nieve de Tadashi le golpeó de plano en la cara. Gritó sorprendido mientras la mitad de la bola desaparecía en su boca.
Tadashi le dirigió a Jack una sonrisa taimada y los dos se echaron a reír. Todos los demás se rieron también, incluso los amigos de Kazuki.
—¡Atacad! ¡Atacad! —farfulló Kazuki, escupiendo nieve.
Lanzados a la acción, los de la Banda del Escorpión lanzaron sus bolas de nieve con tanta fuerza como les fue posible. Jack y Tadashi intentaron esquivar la descarga, pero fue inútil. Estaban completamente al descubierto y varias los alcanzaron.
Otros estudiantes de la
Niten Ichi Ryu
, al ver que empezaba la pelea de bolas de nieve, comenzaron a congregarse en el patio.
—¡Mirad, tenemos espectadores! —dijo Kazuki, con una sonrisa de placer en el rostro—. ¿Jugamos a
Yuki Gassen?
—¡Tú la llevas! —gritó Tadashi, recogiendo más nieve.
Hubo un murmullo de excitación entre la multitud, que aumentó de número cuando se extendió la noticia de una competición de bolas de nieve. Incluso los hombres que trabajaban en la Sala del Halcón soltaron las herramientas para mirar.
—¿Cómo se juega a
Yuki Gassen?
—preguntó Jack, viendo cómo varios grupos de estudiantes empezaban a construir por todo el patio murallas de nieve hasta la altura de la cintura.
—El objetivo es capturar el
bokken
del otro equipo —explicó Yamato mientras Tadashi empezaba a acumular con los pies un gran montón de nieve a un par de pasos delante de las escalinatas del
Butsuden
—. Cada equipo tiene noventa bolas. Puedes esconderte detrás de las murallas de nieve, pero si te alcanza una bola, estás eliminado.
Tadashi sacó su
bokken
y lo colocó en vertical sobre el montículo de nieve como si fuera un estandarte sin bandera al inicio de una batalla. Al otro extremo del patio, Kazuki hizo lo mismo, y luego seleccionó a cinco de sus amigos para formar su equipo. Se agazaparon bajo los aleros cubiertos de nieve del techo casi terminado de la Sala del Halcón.
—¿Quién va a formar parte de nuestro equipo? —preguntó Tadashi.
—A mí puedes descontarme —dijo Kiku inmediatamente, dirigiéndose a un lado.
—Bien, eso deja a seis —dijo Tadashi, mirando a Akiko, Yori, Saburo, Jack y Yamato—. Tenemos nuestro equipo.
Todos empezaron a construir su arsenal de bolas de nieve. Pronto tuvieron seis montones iguales alrededor de su
bokken.
—¿Preparados? —le gritó Tadashi a Kazuki.
—Espera —respondió Kazuki, asomando la cabeza—. Estamos discutiendo las tácticas de equipo.
—¿Cuáles son nuestras tácticas? —preguntó Yori con voz timorata.
Tadashi estudió el contorno de la zona de batalla. En el centro del patio rectangular había una muralla de nieve a la altura de la cintura. A cada lado había dos muros más bajos, luego un par de montículos y finalmente una pared semicircular de la misma altura alrededor del
bokken
de cada equipo.
Tadashi frunció el ceño.
—Kazuki es listo, ha colocado su
bokken
junto a la Sala del Halcón y la obra del edificio nos impide acercarnos por detrás.
El equipo miró su propio
bokken
, que estaba peligrosamente expuesto a un ataque por la parte de atrás.
—Muy bien, éste es el plan. Yori y Yamato podéis quedaros atrás para defender el
bokken.
Yamato estuvo a punto de protestar, pero Tadashi continuó:
—Necesitamos fuerza en retaguardia, y Yamato, tú pareces ser el mejor lanzador. Saburo y Akiko, ocupad la zona central para cubrirnos a Jack y a mí, mientras nosotros lanzamos el ataque.
Todos asintieron mostrando su acuerdo y ocuparon sus posiciones para empezar.
Kazuki y su equipo dieron un gran grito, y luego se dividieron y se colocaron estratégicamente por todo el patio. Nobu y Raiden se quedaron atrás, mientras Goro y Moriko ocupaban el terreno central, dejando a Kazuki e Hiroto delante.
—¿Quién será el árbitro? —gritó Tadashi.
—Seré yo —se ofreció Emi, saliendo de la multitud.
Llamó a los dos jefes.
Kazuki y Tadashi se acercaron.
—Recordad, esto es un juego amistoso y mis decisiones son definitivas —dijo Emi, mirándolos a los dos a los ojos para asegurarse de que comprendían.
Jack reconoció en ella de inmediato la autoridad natural de su padre.
—¿Cuáles son los nombres de vuestros equipos? —preguntó Emi.
—Los Escorpiones —declaró Kazuki con orgullo, alzando los brazos hacia el cielo.
Un aplauso leal surgió de los lados del patio.
—¿Y tu equipo, Tadashi?
Tadashi miró a Yamato por encima del hombro.
—El Equipo Fénix —respondió, y una salva de aplausos brotó inmediatamente de la multitud.
Jack vio a Yamato asentirle a Tadashi y sonreír. Era una buena elección, ya que el fénix era el
kamon
de la familia de Yamato.
—Ocupad vuestros puestos —anunció Emi, y los entusiasmados espectadores rugieron su aprobación—. ¡El
yuki gassen
comenzará dentro de cinco… cuatro… tres… dos… uno!
Una andanada de bolas de nieve voló por los aires y Jack se lanzó tras la muralla de nieve más cercana.
—¡ELIMINADO! —gritó Emi.
Hubo un gran aplauso por parte de la multitud y durante un momento Jack pensó que ya le habían alcanzado. Entonces vio a Saburo quitándose los restos de dos bolas de nieve de la parte delantera de su kimono. Su amigo hizo una inclinación de cabeza medio sentida antes de retirarse a los laterales.
—¡Jack! ¡A tu derecha! —advirtió Akiko.
Aprovechándose de la marcha de Saburo, Hiro avanzaba y ahora tenía a Jack directamente en su línea de fuego.
Jack se agachó mientras una bola de nieve le pasaba por encima de la cabeza. Lanzó dos bolas en respuesta pero falló, golpeando en cambio a los espectadores. Una mezcla de abucheos y silbidos surgió de entre la multitud. Jack se retiró tras un montículo de nieve a su izquierda, lanzando bolas al azar mientras corría.
—¡Van a arrollarnos si no atacamos! —gritó Tadashi por encima de los crecientes cánticos de los seguidores del Equipo Escorpión.
Con eso, lanzó varias bolas contra Moriko, que avanzaba por la derecha.
—¡ELIMINADA! —gritó Emi.
Fingiendo no haber oído, Moriko continuó lanzando bolas.
—¡ELIMINADA! ¡O interrumpo el juego!
Llena de frustración, Moriko le dio una patada a la muralla de nieve más cercana y le mostró los dientes a Emi. Los seguidores del Fénix abuchearon a Moriko por su conducta deshonesta.
—¡Cubridme! —gritó Jack mientras echaba a correr para reunirse con Tadashi tras el muro central.
Akiko y Yori lanzaron una andanada de bolas de nieve. Tres de ellas alcanzaron a la torpe figura de Raiden cuando salía de detrás de su parapeto para dispararle a Jack.
—¡ELIMINADO! —anunció Emi.
El Equipo Escorpión contraatacó con una andanada de bolas. Un momento después, hubo un alarido de dolor desde atrás.
—¡ELIMINADO!
—¡Están usando bolas de hielo! —gritó Yori, con un gran chichón hinchándose ya en su frente mientras se tambaleaba hacia los laterales.
Tadashi le dirigió a Jack una mirada incómoda.
—Y yo que pensaba que esto iba a ser un juego amistoso.
Tadashi se irguió y rápidamente arrasó al equipo de Kazuki con varias bolas. El resto del Equipo Fénix lo imitó, pero a pesar de la valiente ofensiva, un disparo casual de Kazuki eliminó a Akiko. Por fortuna, la bola de hielo le alcanzó el brazo y no la cara.
Ahora sólo quedaban Jack, Tadashi y Yamato contra cuatro escorpiones.
Tadashi vio a Nobu intentar pasarle a Kazuki bolas de hielo. Lanzando un ataque relámpago, consiguió alcanzar a Nobu dos veces por atrás.
—¡ELIMINADO!
—Lástima que nosotros no utilicemos bolas de hielo —comentó Tadashi, dirigiéndole a Jack una mirada picara.
—O bolas de nieve, ya puestos —contestó Jack—. No me queda ninguna.
Con la lucha reducida ahora a tres contra tres, su principal problema era la munición, cada vez más escasa. Tadashi indicó que sólo le quedaban cinco, pero de todas formas le pasó tres a Jack.
Tadashi vio entonces el montón de Saburo junto al
bokken
y lo señaló. Jack lanzó un disparo contra Kazuki para cubrir a Tadashi mientras zigzagueaba hacia las bolas. Tadashi se agachó los últimos pasos pero fue alcanzado por dos bolas de hielo de Hiroto y Goro.
—¡eliminado!
Tadashi se desplomó molesto en la nieve, luego se levantó y salió del patio. Al hacerlo, le señaló en secreto a Jack dónde se escondía uno de los miembros del Equipo Escorpión. Jack asintió, indicando que comprendía.
—¡Escorpiones! ¡Escorpiones! —cantaban los seguidores del equipo de Kazuki.
Jack y Yamato se quedaron ahora solos defendiendo el
bokken
de los Fénix, y el pequeño grupito que entonaba a coro «¡Fénix!» corrió peligro de quedar ahogado.
Yamato le indicó a Jack que se había quedado sin bolas de nieve. Jack señaló la pila de Saburo. Yamato inspiró profundamente y corrió hacia ellas, deslizándose detrás del muro de nieve semicircular mientras una bola le volaba por encima.
Mientras Yamato intentaba pasarle a Jack unas cuantas bolas de nieve, Goro lo tuvo a tiro. Salió de detrás del parapeto pero Jack, tras haber sido avisado por Tadashi, estaba preparado y lanzó una bola contra el escorpión. Le alcanzó limpiamente, pero demasiado tarde. Goro ya había lanzado su bola de hielo contra Yamato.
—¡ELIMINADO! ¡ELIMINADO! —declaró Emi en rápida sucesión, descartando a Goro y a Yamato.
Ahora eran dos contra uno.
Jack se asomó tras la protección de su refugio, tratando de localizar a Kazuki e Hiroto. Se habían retirado hasta su
bokken
y estaban agazapados a salvo tras el muro trasero semicircular, planeando su estrategia para llegar al
bokken
de los Fénix sin ser alcanzados por Jack.
A Jack le quedaba una bola de nieve. ¿Cómo demonios iba a derrotarlos a los dos? Jack echó a correr hacia el montón restante de Saburo, pero una andanada de bolas de hielo lo obligó a ponerse a cubierto tras el montículo más cercano. Fue entonces cuando los ojos de Jack se posaron en los restos de una de las bolas de hielo. Oculta dentro había una piedra. Los escorpiones no sólo habían hecho bolas de hielo, sino que ahora eran doblemente peligrosas.
Jack no supo qué hacer. Sólo le quedaba una bola de nieve. Podía intentar llegar a la pila restante, pero sin duda lo alcanzarían y acabaría malherido. Podía rendirse, pero estaba seguro de que Kazuki lanzaría sus letales bolas de hielo de todas formas. O…
Tras asomarse con cuidado al filo de su montículo de hielo, localizó el blanco perfecto. Se agachó cuando una bola de hielo le pasó por encima, agarró un par de puñados de nieve y los apretó en su bola hasta formar una gran bola de hielo propia. Entonces, con todas sus fuerzas, la lanzó con fuerza por encima de las cabezas de Kazuki e Hiroto.
Los seguidores de los escorpiones abuchearon con fuerza el salvaje tiro de Jack.
Jack los ignoró. En cambio, vio cómo la bola de hielo llegaba hasta la cima del techo de la Sala del Halcón. Sonrió satisfecho cuando empezó a rodar lentamente por el techo inclinado.
—¡Patético! —exclamó Kazuki lleno de alegría.
Pero, sin que lo supiera Kazuki, la bola de hielo había ganado velocidad recogiendo nieve en polvo al rodar. Cuando llegó a los aleros cargados de nieve, su impulso hizo que la nieve amasada cayera como una avalancha. Kazuki e Hiroto alzaron la cabeza justo a tiempo de ver una oleada de nieve en polvo que caía con estrépito sobre ellos. En cuestión de segundos, quedaron enterrados hasta el cuello. A medida que más y más nieve empezó a resbalar por el tejado, acabaron por desaparecer de la vista, para gran alborozo de la multitud.