El Universo holográfico (29 page)

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Authors: Michael Talbot

Tags: #Autoayuda, Ciencia, Ensayo

BOOK: El Universo holográfico
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El campo de energía humano

Un fenómeno místico que entraña al parecer la facultad de ver la apariencia de frecuencia de la realidad es el aura, o campo de energía humano. En muchas tradiciones antiguas existe la idea de que hay un campo sutil de energía alrededor del cuerpo humano, una envoltura de luz en forma de halo que trasciende la percepción humana normal. En la India, las escrituras sagradas de más de cinco mil años de antigüedad se refieren a esa energía de la vida como
prana
. En China, desde el tercer milenio antes de Cristo se ha denominado
chi
y se cree que es la energía que fluye por el sistema meridiano de acupuntura. La Cábala, una filosofía mística judía que surgió en el siglo VI antes de Cristo, llama a este principio vital
nefish
y enseña que es una burbuja ovoide iridiscente que rodea el cuerpo humano. En su libro
Future Science
{xvi}
, el escritor John White y el parapsicólogo Stanley Krippner citan 97 culturas diferentes que se refieren al aura con 97 nombres distintos.

En muchas culturas se cree que el aura de un individuo sumamente espiritual es tan brillante que es visible incluso para la percepción humana normal, lo que explica que muchas tradiciones, entre las que se cuentan la cristiana, la china, la japonesa, la tibetana y la egipcia, representen a los santos con un halo, u otros símbolos circulares, en torno a la cabeza. En su libro sobre los milagros, Thurston dedica un capítulo entero a los fenómenos luminosos asociados con los santos católicos y se dice que tanto Teresa Neumann como Sai Baba tenían de vez en cuando auras de luz visibles en torno a ellos. Se dice que el gran místico sufí Hazrat Inayat Khan, que murió en 1927, a veces emitía tanta luz que hasta se podía leer a su lado.
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En circunstancias normales, sin embargo, el campo de energía sólo pueden verlo las personas que han desarrollado especialmente la capacidad de verlo. Hay personas que nacen con esa aptitud. Otras veces, se desarrolla de forma espontánea en cierto momento de la vida, como me ocurrió a mí, y a veces se consigue como resultado de alguna práctica o disciplina a menudo de naturaleza espiritual. La primera vez que vi la neblina de luz distintiva alrededor de mi brazo pensé que era humo y sacudí el brazo para ver si me había prendido fuego en la manga. Naturalmente, no había fuego y descubrí enseguida que la luz me rodeaba todo el cuerpo y formaba un nimbo también alrededor de las otras personas.

Según algunas escuelas de pensamiento, el campo de energía humano tiene varias capas distintas. Yo no veo capas en el campo y no tengo base personal alguna para juzgar si es cierto o no. Se dice que esas capas son en realidad cuerpos tridimensionales de energía que ocupan el mismo espacio que el cuerpo físico, pero que van aumentando de tamaño de modo que sólo parecen capas o estratos que se van extendiendo desde el cuerpo hacia fuera.

Muchos psíquicos afirman que hay siete capas principales, o cuerpos sutiles, y que cada uno es menos denso que el anterior y más difícil de ver. Las diferentes escuelas de pensamiento se refieren a estos cuerpos de energía con nombres distintos. Un sistema común de nomenclatura denomina a los cuatro primeros como sigue: el cuerpo etéreo, el cuerpo astral o emocional, el cuerpo mental, el cuerpo causal o intuitivo. Por lo general se cree que el cuerpo etéreo, el cuerpo que se acerca más en tamaño al cuerpo físico, es una especie de plano de energía que participa en la orientación y configuración del crecimiento del cuerpo físico. Como sus nombres sugieren, los tres cuerpos siguientes están relacionados con los procesos emocionales, mentales e intuitivos. Casi nadie está de acuerdo en cuanto se refiere a la denominación de los tres cuerpos restantes, aunque se acepta en general que tienen que ver con el alma y con el funcionamiento espiritual superior.

Según la literatura yóguica hindú, y según muchos psíquicos, también tenemos centros de energía especial en el cuerpo. Son focos de energía sutil que están conectados con las glándulas endocrinas y con los centros nerviosos principales del cuerpo físico y que se prolongan también en el campo de energía. Como parecen remolinos de energía cuando se miran de frente, en la literatura yóguica se denominan
chakras
, término derivado de la palabra sánscrita «rueda» que se sigue utilizando hoy en día.

El chakra corona, un chakra importante que se origina en el extremo superior del cerebro y está asociado con el despertar espiritual, aparece a menudo en las descripciones de los clarividentes como un pequeño ciclón que gira sobre la cabeza en el campo de energía. Es el único chakra que yo veo claramente (por lo que parece, mis aptitudes son demasiado rudimentarias como para permitirme ver los demás chakras). Su altura varía desde unos pocos centímetros hasta unos treinta y tantos o más. Cuando la gente está contenta, ese remolino de energía se hace más alto y más brillante; y cuando la gente baila, el chakra se agita y se balancea como la llama de una vela. A menudo me he preguntado si era eso lo que veía el apóstol Lucas cuando describió «la llama de Pentecostés», las lenguas de fuego que aparecieron sobre las cabezas de los apóstoles cuando el Espíritu Santo descendió sobre ellos.

El campo de energía no es siempre de color blanco azulado, sino que puede tener varios colores. De acuerdo con psíquicos de talento, los colores, la intensidad o turbiedad y su posición dentro del aura están relacionados con el estado mental y emocional de la persona, así como con su actividad, su salud y otros factores diversos. Por mi parte, sólo puedo ver colores de vez en cuando y puedo interpretar su significado alguna que otra vez, pero he de confesar nuevamente que mis habilidades en ese campo no están muy adelantadas.

Una persona que sí tiene aptitudes avanzadas es la terapeuta y sanadora Barbara Brennan. Empezó su carrera en el campo de la física atmosférica trabajando para la NASA en el Goddard Space Flight Center y después lo dejó para convertirse en consejera. Sospechó por primera vez que tenía dotes psíquicas cuando de niña descubrió que podía andar por los bosques con los ojos vendados y evitar los árboles simplemente sintiendo con las manos sus campos de energía. Varios años después de convertirse en consejera, empezó a ver halos de una luz coloreada alrededor de las cabezas de la gente. Tras superar el susto y el escepticismo iniciales, se puso a desarrollar esa aptitud y al final descubrió que tenía un don natural extraordinario como sanadora.

Barbara Brennan no sólo ve los chakras, las capas y otras estructuras tenues del campo de energía con una claridad excepcional; también puede hacer diagnósticos médicos sorprendentemente exactos en función de lo que ve. A una mujer le dijo, tras mirar su campo de energía, que tenía algo anormal en el útero. La mujer le dijo entonces que el médico le había descubierto el mismo problema y que ya le había provocado un aborto. De hecho, varios médicos le habían recomendado que se hiciera una histerectomía y por eso buscaba el consejo de Brennan. Ella le dijo que si se tomaba un mes para cuidarse, se resolvería el problema. El consejo resultó ser acertado y un mes después el médico confirmó que el útero había vuelto a la normalidad. Un año después, la mujer dio a luz a un niño sano.
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En otra ocasión, vio que un hombre tenía problemas en su comportamiento sexual porque se había roto el coxis cuando tenía doce años. El coxis seguía fuera de lugar y estaba ejerciendo una presión indebida sobre la columna vertebral, lo que a su vez provocaba una disfunción sexual.
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Al parecer, hay pocas cosas que Barbara Brennan no pueda detectar mirando el campo de energía. Dice que el cáncer, en su estado inicial, se ve gris azulado en el aura y que, cuando avanza, se vuelve negro. Al final aparecen puntos blancos en lo negro y si los puntos blancos brillan y empieza a parecer que surgen de un volcán en erupción, significa que hay metástasis. Drogas como el alcohol, la marihuana y la cocaína van también en detrimento de los colores saludables y brillantes del aura y crean lo que ella llama «moco etéreo». En una ocasión, dejó perplejo a un cliente al decirle qué agujero de la nariz usaba habitualmente para esnifar cocaína, porque el campo de energía, en ese lado de la cara, siempre estaba gris y tenía el moco etéreo pegajoso.

Las medicinas que requieren receta no están exentas y a menudo hacen que se formen zonas oscuras sobre el hígado en el campo de energía. Medicamentos potentes como la quimioterapia «obstruyen» todo el campo y Brennan asegura haber visto incluso huellas aúricas de una tintura supuestamente inofensiva, opaca para los rayos X, que se usa para diagnosticar lesiones en la columna, diez años después de haber sido inyectada a la persona. Según ella, el estado psicológico de una persona también se refleja en el campo de energía. Un individuo con tendencias psicóticas tiene un aura densa en la parte superior. El campo de energía de una personalidad masoquista es grueso y denso y es más gris que azul. El campo de una persona con una visión rígida de la vida también es grueso y grisáceo, pero la energía aparece concentrada en su mayor parte en el borde exterior del aura, etcétera.

En su opinión, la enfermedad puede estar provocada por desgarrones, obstrucciones o desequilibrios en el aura y afirma que, controlando con sus propias manos y su propio campo de energía las zonas que funcionan mal, puede mejorar notablemente el proceso de curación de una persona. Sus dotes no han pasado desapercibidas. La psiquiatra y tanatóloga suiza Elisabeth Kubler-Ross asegura que es, «probablemente una de las mejores sanadoras espirituales del hemisferio occidental».
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Bernie Siegel es igualmente laudatorio: «La obra de Brennan abre la mente. Sus conceptos de la importancia de la enfermedad y de cómo conseguir su cura coinciden con mis experiencias».
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Como física, Barbara Brennan está vivamente interesada en lograr describir el campo de energía humano en términos científicos; cree que el mejor modelo científico que tenemos hasta ahora para comprender el fenómeno está en la afirmación de Pribram de que existe un dominio de frecuencias fuera del alcance de nuestra percepción: «Desde el punto de vista del universo holográfico, estos hechos [el aura y las fuerzas sanadoras requeridas para controlar la energía del aura] surgen de frecuencias que trascienden el tiempo y el espacio; no tienen que ser transmitidas. Son potencialmente simultáneas y están en todas partes».
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Que el campo de energía humano está en todas partes y tiene un carácter no local hasta que la percepción humana lo saca del dominio de frecuencias lo demuestra el descubrimiento de Brennan de que puede leer el aura de una persona incluso a muchas millas de distancia. La lectura de un aura a mayor distancia que ha hecho hasta ahora tuvo lugar durante una conversación telefónica entre Nueva York e Italia. En su fascinante libro
Manos que curan
, trata ese asunto y otros muchos aspectos de sus dotes extraordinarias.

El campo de energía de la psique humana

Otra psíquica dotada que puede ver el aura con gran detalle es Carol Dryer, «consejera sobre el campo de energía humano» establecida en Los Ángeles. Asegura que ve auras desde que tiene memoria y que sin duda fue mucho antes de darse cuenta de que las demás personas no podían verlas. De niña, ese desconocimiento le acarreaba problemas con frecuencia, como cuando contaba a sus padres detalles íntimos de sus amigos, cosas que aparentemente no tenía forma de saber.

Carol Dryer se gana la vida como psíquica; en los últimos quince años ha visto a más de cinco mil clientes. Es muy conocida en los medios de comunicación porque en su lista de clientes figuran personas famosas, como por ejemplo Tina Turner, Madonna, Rosanna Arquette, Judy Collins, Valerie Harper y Linda Gray. Pero ni siquiera el poderío estelar de su lista de clientes acierta a transmitir el verdadero alcance de su talento. Por ejemplo, en su lista de clientes también hay médicos, periodistas conocidos, arqueólogos, abogados y políticos; ha utilizado sus dotes para ayudar a la policía y a menudo lleva a cabo una labor de asesoramiento a psicólogos, psiquiatras y médicos.

Al igual que Barbara Brennan, Carol Dryer puede hacer lecturas a distancia, pero prefiere estar en la misma habitación que la persona a tratar. Asimismo, puede ver el campo de energía de una persona con los ojos cerrados igual que con los ojos abiertos. De hecho, por lo general mantiene los ojos cerrados durante una lectura, pues le ayuda a concentrarse exclusivamente en el campo energético. Esto no significa que vea el aura sólo con el ojo de la mente. Como dice ella, «está siempre delante de mí; es como si estuviera viendo una película o una obra de teatro. Es tan real como la habitación en la que me encuentro. La verdad es que es más real y tiene colores más brillantes».
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No obstante, no ve las capas estratificadas precisas que describen otros clarividentes y muchas veces ni siquiera ve el contorno del cuerpo físico: «El cuerpo físico de una persona puede aparecer, pero es muy raro porque eso supondría ver el cuerpo etéreo en vez del aura o campo de energía a su alrededor. Si veo el cuerpo etéreo habitualmente es porque tiene agujeros o desgarrones que impiden que el aura esté completa, por lo que no puedo verla del todo. Sólo hay trozos. Es como una manta rota o una cortina rasgada. Normalmente, los agujeros del campo etéreo se deben a un trauma, una herida, una enfermedad o a algún otro tipo de experiencia devastadora».

Pero además de ver lo etéreo, dice que en vez de ver las capas del aura como si fueran trozos de bizcocho apilados unos sobre otros, ella las
experimenta
como sensaciones visuales de texturas e intensidades variables. Lo compara con estar inmersa en el mar y notar que pasa agua de temperaturas distintas: «Más que meterme en conceptos rígidos como capas, tiendo a ver el campo de energía en términos de movimientos y ondas de energía. Es como si tuviera una visión telescópica y viera a través de varios niveles y dimensiones del campo de energía, pero el hecho es que no lo veo dispuesto en varias capas».

Esto no significa que el campo de energía que percibe Dryer sea menos detallado que el que percibe Brennan. Ve una parte increíble de su estructura y características, nubes caleidoscópicas de colores atravesados por rayos de luz, imágenes complejas, formas relucientes y neblinas sutiles. No obstante, no todos los campos de energía son iguales. Según Dryer, la gente superficial tiene auras superficiales y mediocres. Y a la inversa, cuanto más compleja es la persona, más complejo e interesante es su campo de energía. «El campo de energía de una persona es tan individual como su huella dactilar. Nunca he visto dos verdaderamente iguales», asegura.

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