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Authors: Michael Talbot

Tags: #Autoayuda, Ciencia, Ensayo

El Universo holográfico (32 page)

BOOK: El Universo holográfico
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También Dryer afirma que ve lo que parecen películas tridimensionales en el campo de energía: «Habitualmente son en color, pero también pueden ser en tono sepia o como una especie de daguerrotipo. Muchas veces representan la historia de la persona y pueden durar entre cinco minutos y una hora. Además, son imágenes increíblemente detalladas. Cuando veo a una persona en una habitación, puedo decir cuántas plantas hay en la habitación y cuántas hojas tiene cada planta y cuántos ladrillos hay en la pared. Normalmente no me meto en descripciones tan minuciosas, a menos que me parezcan pertinentes».
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Yo puedo atestiguar la exactitud de sus descripciones. Siempre he sido una persona organizada y de niño fui bastante precoz en ese aspecto. Una vez, cuando tenía 5 años, estuve varias horas almacenando y organizando meticulosamente todos mis juguetes en un armario. Cuando terminé, enseñé a mi madre lo que había hecho y le advertí que hiciera el favor de no tocar nada porque no quería que enredara y trastocara el orden cuidadoso que yo había dispuesto. El relato de mi madre del incidente ha servido de diversión a mi familia desde entonces. Durante mi primera sesión con Dryer, me describió ese episodio con detalle, así como otros muchos acontecimientos de mi vida que veía aparecer en mi campo de energía como en una película. También ella se reía mientras lo describía.

Dryer compara las imágenes que ve con hologramas y explica que cuando elige una y empieza a contemplarla, es como si se extendiera y llenara toda la habitación: «Si veo que pasa algo en el hombro de una persona, como una herida por ejemplo, de repente se amplía la escena. Entonces tengo la sensación de que es un holograma porque a veces me parece que puedo meterme dentro y que formo parte de él. No me está pasando a mí, sino a mi alrededor. Es casi como si estuviera en una película tridimensional, en una película holográfica con la persona».
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Su visión holográfica no se limita a hechos de la vida de la persona en cuestión. También ve representaciones virtuales de las operaciones de la mente inconsciente. Como todos sabemos, el inconsciente habla en un lenguaje de símbolos y metáforas. Por eso nos parece muchas veces que los sueños son misteriosos o que no tienen sentido. No obstante, una vez que se aprende a interpretar el lenguaje del inconsciente, se esclarece el significado de los sueños. Los sueños no es lo único que está escrito en la jerga del inconsciente. Las personas familiarizadas con el lenguaje de la psique —al que el psicólogo del lenguaje Erich Fromm llama «el lenguaje olvidado» porque la mayoría de nosotros hemos olvidado cómo interpretarlo— reconocen su presencia en otras creaciones humanas tales como los mitos, los cuentos de hadas y las visiones religiosas.

Algunas películas holográficas que ve Dryer en el campo de energía humano están también escritas en ese lenguaje y se parecen a los mensajes metafóricos de los sueños. Ahora sabemos que el inconsciente está activo todo el tiempo y no sólo mientras soñamos. Dryer es capaz de separar de la persona su ser en estado normal de vigilia para contemplar directamente el río incesante de imágenes que fluye continuamente en el inconsciente. Y gracias a la práctica y a sus dotes intuitivas naturales se muestra extraordinariamente hábil a la hora de descifrar el lenguaje del inconsciente. «Los psicólogos jungianos me adoran», asegura.

Además, tiene un método especial para saber si ha interpretado una imagen correctamente o no: «Si no la he explicado correctamente, la imagen no se va —afirma—. Se queda en el campo de energía. Pero una vez que he dicho todo lo que la persona necesita saber sobre una imagen en particular, empieza a disolverse y desaparece».
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A su juicio, eso ocurre porque el propio inconsciente del cliente elige qué imágenes mostrarle. Como Ullman, cree que la psique siempre está intentando enseñar al ser consciente lo que necesita saber para ser más feliz y más sano y para crecer espiritualmente.

Su capacidad para observar e interpretar cómo funciona la psique en lo más recóndito es una de las razones que le permite llevar a cabo transformaciones profundas en muchos de sus clientes. Cuando empezó a describirme el caudal de imágenes que veía aparecer en mi campo de energía, tuve la inquietante sensación de qué me estaba hablando de uno de mis sueños, con la salvedad de que era un sueño que no había tenido todavía. Al principio, la secuencia de imágenes fantasmales me resultaba extrañamente familiar, pero a medida que Dryer iba desentrañando y explicándome los símbolos y metáforas uno por uno, fui reconociendo las maquinaciones de mi yo interno, tanto las cosas que yo aceptaba como las que estaba menos dispuesto a admitir. La tarea que llevan a cabo psíquicos como Rich y Dryer pone de manifiesto que hay una cantidad enorme de información en el campo de energía. Uno se pregunta si no sería ése el motivo de que Valerie Hunt obtuviera un patrón de caos tan pronunciado cuando analizó los datos del aura.

La capacidad de ver imágenes en el campo de energía humano no es nueva. Hace casi trescientos años, el gran místico sueco Emanuel Swedenborg decía que veía una «sustancia ondulante» alrededor de la gente y que, en esa sustancia ondulante, los pensamientos de la persona eran visibles en forma de imágenes, que él llamaba «retratos». Al comentar la incapacidad de otras personas para ver esa sustancia ondulante alrededor del cuerpo, observó: «Puedo ver conceptos sólidos de pensamiento como si estuvieran rodeados por una especie de ola. Pero nada llega a la sensación humana [normal], excepto lo que está en el medio y parece sólido».
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Swedenborg también podía ver retratos en su propio campo de energía: «Cuando pensaba en alguien que conocía, se me aparecía su imagen con el aspecto que tenía cuando era llamado ante presencia humana; pero alrededor de ella, como fluyendo a oleadas, estaba todo lo que había sabido y pensado sobre él desde la niñez».
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Valoración del cuerpo holográfico

La frecuencia no es lo único que está distribuido por todo el campo de forma holográfica. Los psíquicos dicen que la abundante información personal que contiene el campo se puede encontrar también en cada parte del aura del cuerpo. Como dice Barbara Brennan, «cada parte del aura no sólo representa el todo, sino que, además, lo contiene».
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Ronald Wong Jue, psicólogo clínico de California, está de acuerdo. Jue, anterior presidente de la Association for Transpersonal Psychology además de un magnífico clarividente, ha descubierto que los «patrones de energía» inherentes
en
el cuerpo contienen hasta la historia de una persona. En su opinión, «el cuerpo es una especie de microcosmos, un universo que refleja en sí mismo todos los distintos factores a los que se enfrenta una persona e intenta asimilar».

Como Dryer y Rich, también él tiene la capacidad psíquica de sintonizar con películas sobre los asuntos importantes de la vida de una persona, pero en vez de verlos en el campo de energía, los convoca con el ojo de la mente imponiendo las manos sobre la persona y psicometrizando literalmente su cuerpo. Asegura que esa técnica le permite determinar con rapidez los guiones emocionales, los asuntos esenciales y los modelos relaciónales más destacados en la vida de la persona y que la utiliza con frecuencia para facilitar el proceso terapéutico. «La verdad es que la técnica me la enseñó un colega psiquiatra llamado Ernest Pecci —dice Jue—, que la llamaba “lectura del cuerpo”. En lugar de hablar del cuerpo etéreo y cosas semejantes, prefiero usar el modelo holográfico para explicarla y llamarla “valoración del cuerpo holográfico”».
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Además de usarla en su consulta, imparte seminarios en los que enseña a utilizarla a otras personas.

Visión de rayos X

En el capítulo anterior analizamos la posibilidad de que el cuerpo no sea un compuesto sólido, sino un tipo de imagen holográfica en sí mismo. Esta idea está respaldada aparentemente por otra facultad que poseen muchos clarividentes y que consiste en ver dentro del cuerpo de una persona, literalmente. Las personas con la capacidad de ver el campo de energía muchas veces también pueden ajustar la vista y ver a través de la carne y los huesos como si fueran sólo capas de niebla coloreada.

En su investigación, Karagulla descubrió a unas cuantas personas, tanto dentro como fuera de la profesión médica, que poseían una visión de rayos X. Una de ellas era una mujer a la que identifica como Diane, que era presidenta de una empresa. Escribió lo que sentía justo antes de reunirse con ella: «Para mí, como psiquiatra, el reunirme con una persona de quien se decía que podía “ver” a través de mi cuerpo, suponía un cambio rotundo y total en mi forma habitual de proceder».
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Karagulla sometió a Diane a una larga serie de pruebas, le presentó a varias personas y le pedía que hiciera diagnósticos sobre la marcha. En una de esas ocasiones, Diane dijo que el campo de energía de una mujer estaba «marchito» y «roto en pedazos» y que eso indicaba un problema serio en el cuerpo físico. Luego le miró el interior del cuerpo y vio que tenía una oclusión intestinal cerca del bazo. Aquello sorprendió a Karagulla porque la mujer no mostraba ninguno de los síntomas que indican normalmente ese grave trastorno. Sin embargo, la mujer acudió al médico y las radiografías revelaron una oclusión precisamente en la zona que había indicado Diane. Tres días después operaron a la mujer para eliminar aquella oclusión que ponía en peligro su vida.

En otra serie de pruebas, Karagulla pidió a Diane que hiciera un diagnóstico de pacientes elegidos al azar, en la clínica de pacientes externos de un gran hospital de Nueva York. Cuando Diane hiciera un diagnóstico, ella determinaría la exactitud de sus observaciones acudiendo a la historia clínica del paciente. Una de las veces, Diane miró a una paciente, a la que ninguna de ellas conocía, y le dijo a Karagulla que la mujer no tenía glándula pituitaria (una glándula situada en el interior del cerebro), que el páncreas tenía pinta de no funcionar bien, que había tenido una enfermedad en el pecho y que ahora le faltaba el pecho, que de cintura para abajo no le pasaba energía suficiente por la columna vertebral y que tenía problemas en las piernas. El historial médico de la mujer reveló que le habían quitado la glándula pituitaria en una operación, que estaba tomando hormonas que afectaban al páncreas, que había tenido una doble mastectomía por causa del cáncer y una operación en la espalda para descomprimir la médula espinal y mitigar el dolor de las piernas y que tenía dañados los nervios, por lo que le era difícil vaciar la vejiga.

Caso tras caso, Diane reveló que podía ver las profundidades del cuerpo físico sin esfuerzo. Hacía descripciones detalladas de la situación de los órganos internos. Veía el estado de los intestinos, la presencia o ausencia de diversas glándulas y hasta describía la densidad o la fragilidad de los huesos. Como asegura Karagulla: «Aunque no podía evaluar lo que averiguaba sobre el cuerpo energético, sus observaciones sobre las dolencias físicas se correspondían con los diagnósticos médicos con una exactitud asombrosa».
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También Brennan puede ver dentro del cuerpo humano y denomina a esa habilidad «visión interna». Utilizándola, ha diagnosticado exactamente una amplia gama de alteraciones médicas entre las que se cuentan fracturas óseas, tumores fibrosos y cáncer. Dice que muchas veces puede decir el estado en que se encuentra un órgano por el color; por ejemplo, un hígado saludable se muestra de un color rojo oscuro, un hígado con ictericia presenta un tono enfermizo amarillento marronáceo, y el hígado de una persona que está recibiendo tratamiento de quimioterapia es de color marrón verdoso generalmente. Como muchos otros psíquicos con visión interna, Brennan puede ajustar y enfocar su mirada para ver incluso estructuras microscópicas, como virus y células sanguíneas individuales.

Personalmente me he encontrado con varios psíquicos con visión interna y puedo corroborar su autenticidad. Dryer es una de las psíquicas a las que he visto demostrar esa capacidad. En una ocasión, no sólo me diagnosticó acertadamente un problema médico interno, sino que además me dio una información sorprendente de un carácter completamente distinto. Hace unos cuantos años, empecé a tener problemas con el bazo. Para intentar remediar la situación, comencé a realizar ejercicios diarios de visualización, en los que veía imágenes de mi bazo en un estado de plenitud y salud, lo veía bañado por una luz sanadora, etcétera. Como desgraciadamente soy una persona muy impaciente, me enfadaba si no tenía éxito de la noche a la mañana. En la siguiente meditación, regañé mentalmente al bazo y le advertí en términos inequívocos que sería mejor que empezara a hacer lo que yo quería. Ese incidente tuvo lugar estrictamente en la intimidad de mis pensamientos y lo olvidé enseguida.

Unos días después vi a Dryer y le pedí que me mirara dentro del cuerpo y me dijera si había algo que yo debería saber (no le dije nada de mi problema de salud). Ella, sin embargo, describió inmediatamente el mal estado del bazo y luego hizo una pausa y frunció el ceño como si estuviera confundida: «Tu bazo está muy molesto por algo —murmuró. Y entonces, se dio cuenta de repente— ¿Has estado
chillando
a tu bazo?». Lo admití tímidamente. Dryer estuvo a punto de levantar las manos en un gesto de desesperación: «No debes hacer eso. Tu bazo está enfermo porque inconscientemente le estabas dando instrucciones equivocadas. Ahora que le has chillado, está verdaderamente confuso». Sacudió la cabeza con preocupación: «Nunca, nunca te enfades con tu cuerpo ni con tus órganos internos —me advirtió—. Mándales mensajes positivos únicamente».

El incidente no sólo puso de manifiesto la destreza con que ve Dryer el interior del cuerpo humano, también parecía sugerir que el bazo tiene una especie de mentalidad o de consciencia propia. Además de recordarme la afirmación de la doctora Pert de que ya no sabe dónde termina el cerebro y dónde empieza el cuerpo, me hizo preguntarme si los componentes del cuerpo —glándulas, huesos, órganos y células— no tendrían su propia inteligencia. Si el cuerpo es holográfico de verdad, quizá la observación de Candace Pert sea más correcta de lo que pensamos y todas las partes del todo contengan en gran medida la consciencia del todo.

Visión interna y chamanismo

En algunas culturas chamanísticas, la visión interna es uno de los prerrequisitos para llegar a ser un chamán. En los pueblos indios araucanos de las pampas chilena y argentina, se enseña a los chamanes recién iniciados a rezar expresamente para obtener ese poder. En la cultura araucana, el principal papel del chamán consiste en diagnosticar y curar las enfermedades y por tanto se considera esencial la visión interna.
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Los chamanes australianos la denominan «ojo potente», o «ver con el corazón».
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Los indios jíbaros de las boscosas laderas orientales de los Andes ecuatorianos adquieren la visión interna bebiendo un extracto de una planta de la jungla llamada
ayahuasca
, que contiene una sustancia alucinógena que, según ellos, confiere aptitudes psíquicas a la persona que la bebe. Según Michael Harner, antropólogo de la New School for Social Research de Nueva York, especialista en estudios chamanísticos, la
ayahuasca
permite al chamán jíbaro, «ver a través del cuerpo del paciente como si fuera de cristal».
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