La partícula divina (75 page)

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Authors: Dick Teresi Leon M. Lederman

Tags: #Divulgación científica

BOOK: La partícula divina
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Michael Turner, teórico y cosmólogo, escrutó el manuscrito en busca de errores sutiles en la teoría (y no tan sutiles); pilló muchos, los corrigió y nos devolvió a nuestro rumbo. Dado el sesgo experimental del libro, era como si Martín Lutero le hubiera pedido al papa que leyese las pruebas de sus noventa y cinco tesis. Mike, si han quedado algunos errores, échale la culpa a los editores.

Buena parte de la inspiración se le debe al Laboratorio Nacional del Acelerador Fermi (y su santo patrón en Washington, el departamento de energía de los Estados Unidos), y no poco del respaldo mecánico.

Gracias a Willis Bridegam, bibliotecario del Amherst College, dispusimos de los recursos especiales de la biblioteca Robert Frost y del sistema Five College. Karen Fox aportó sus creativas búsquedas.

Sospechamos que Peg Anderson, editora de nuestro manuscrito, se involucró hasta tal punto en el tema que hizo todas las preguntas que había que hacer, y con ello se ganó su ascenso en el campo de batalla a la categoría de licenciada en ciencias.

Kathleen Stein, la incomparable redactora de entrevistas de Omni, asignó la entrevista de la que salió el germen del libro. (¿O fue un virus?)

Lynn Nesbit tenía más fe en el proyecto que nosotros.

Y John Sterling, nuestro editor, ha tenido que pechar con todo el negocio. Esperamos que cuando tome un baño caliente, piense siempre en nosotros, y chille lo que le parezca apropiado.

LEON M. LEDERMAN

DICK TERESI

Nota sobre la historia y las fuentes

Cuando los científicos hablamos de historia, hay que estar alerta. No se trata de la historia que un historiador profesional, académico, escribiría. Se podría llamarla «historia de pega». El físico Richard Feynman la llamó mito-historia convencionalizada. ¿Por qué? Los científicos (ciertamente este científico) usan la historia como si fuera parte de la pedagogía. «Mira, esta es una secuencia de acontecimientos científicos. Primero fue Galileo, luego Newton y esa manzana…» Claro está, no fue así. Hubo muchos otros que ayudaron o estorbaron. La evolución de un concepto científico nuevo puede ser enormemente complicada, y lo era aun en los días en que no había faxes. Una pluma puede hacer muchísimo daño.

En los tiempos de Newton había una densa literatura de artículos publicados, libros, correspondencias, conferencias. Había ya batallas por la prioridad (quién merece el reconocimiento de haber sido el primero en hacer un descubrimiento) mucho antes de Newton. Los historiadores ordenan todo esto y crean una vasta y rica literatura sobre hombres y conceptos. Pero desde el punto de vista narrativo, la mito-historia tiene la gran virtud de filtrar el ruido de la vida real.

En cuanto a las fuentes, cuando se suma el conocimiento obtenido a lo largo de cincuenta años de trabajo en la física, es difícil precisar la de cada hecho, cita o información. Puede, incluso, que no haya fuente de algunas de las mejores anécdotas científicas, pero han llegado a ser hasta tal punto parte de la conciencia colectiva de los científicos que son «verdad», hayan ocurrido o no. Con todo, hemos abierto algunos libros, y en beneficio del lector, damos aquí algunos de los mejores. No es en absoluto una lista completa, ni pretendemos que las publicaciones que siguen a continuación sean las fuentes originales o las mejores para la información citada. Los listo sin un orden concreto, como no sea el capricho de un experimentador…

He sacado provecho de varias biografías de Newton, en especial de la versión de John Maynard Keynes y
Never at Rest
de Richard Westfall (Cambridge University Press, Cambridge, 1981).
Inward Bound: Of Matter and Forces in the Physical World
, de Abraham Pais (Oxford University Press, Nueva York, 1986) fue una fuente valiosísima, lo mismo que la clásica
A History of Science
, de sir William Dampier (Cambridge University Press, Cambridge. 1948). Las biografías recientes Schrödinger:
Life and Thought
, de Walter Moore (Cambridge University Press, Cambridge, 1989), y
Uncertainty: The Life and Science of Werner Heisenberg
, de David Cassidy (W. H. Freeman, Nueva York, 1991), fueron también de mucha ayuda, como
The Life and Times of Tycho Brahe
, de John Allyne Gade (Princeton University Press, Princeton, 1947),
Galileo at Work: His Scientific Biography
, de Stillman Drake (Chicago University Press, Chicago, 1978),
Galileo Heretic
, de Pietro Redondi (Princeton University Press, Princeton, 1987) y
Enrico Fermi, Physicist
, de Emilio Segré (University of Chicago Press, Chicago, 1970). Estamos en deuda con Heinz Pagels por dos libros:
The Cosmic Code
(Simon & Schuster, Nueva York, 1982) y
Perfect Symmetry
(Simon & Schuster, Nueva York, 1985), y con Paul Davies por
Superforce
(Simon & Schuster, Nueva York, 1984).

Algunos libros que no han sido escritos por científicos nos han proporcionado anécdotas, citas y otras informaciones valiosas, sobre todo
Scientific Temperaments
, de Philip J. Hilts (Simon & Schuster, Nueva York, 1982), y
The Second Creation: Makers of the Revolution in Twentieth-Century Physics
, de Robert P. Crease y Charles C. Mann (Macmillan, Nueva York, 1986).

El orden de cosas del Principio Mismo es, como se ha mencionado en el texto, más filosofía que física. El teórico-cosmólogo de la Universidad de Chicago Michael Tumer dice que es una conjetura razonable. Charles C. Mann aportó algunos buenos detalles sobre el notable número 137 en su artículo de la revista
Omni
titulado, cosa rara, «137». Consultamos una serie de fuentes sobre las creencias de Demócrito, Leucipo, Empédocles y los demás filósofos presocráticos:
A History of Western Philosophy
, de Bertrand Russell (Touchstone, Nueva York, 1972) (hay traducción castellana:
Historia de la filosofía occidental
, Aguilar, Madrid, 1973);
The Greek Philosophers: From Thales to Aristotle
, de W. K. C. Guthrie (Harper & Brothers, Nueva York, 1960), y
A History of Greek Philosophy
, de Guthrie también (Cambridge University Press, Cambridge, 1978) (hay traducción castellana:
Historia de la filosofía griega
, Gredos, Madrid, 1991);
A History of Philosophy: Greece & Rome
, de Frederick Copleston (Doubleday, Nueva York, 1960) (hay traducción castellana:
Historia de la Filosofía
, Ariel, Barcelona, 1993); y
The Portable Greek Reader
, a cargo de W. H. Auden (Viking Press, 1948).

Contrastamos muchas fechas y detalles con
The Dictionary of Scientific Biography
, a cargo de Charles C. Gillespie (Scribner's, Nueva York, 1981), una serie de varios volúmenes que le pueden costar a uno pasar muchas horas gozosas en la biblioteca.

Entre las fuentes misceláneas están
Johann Kepler
(Williams & Wilkins, Baltimore, 1931), que es una serie de artículos, y
Chemical Atomism in the Nineteenth Century
, de Alan J. Rocke (Ohio State University Press, Columbus, 1984). La sombría cita de Bertrand Russell que se reproduce en el capítulo 9 procede de
A Free Man's Worship
(1923) (hay traducción castellana:
Obras Completas
, Aguilar, Madrid, 1973).

Notas

{1}
El 21 de octubre de 1993, el Congreso de los Estados Unidos decidió que no siguiese adelante la construcción del Supercolisionador. El túnel estaba excavado sólo a medias; el acelerador, pues, no llegará a existir. La edición en inglés llegó a las prensas antes de saberse la noticia.

{2}
En abril de 1994 se anunció la detección de doce probables sucesos de quark
top
en el detector CDF del Fermilab, pero cabía la posibilidad de que se debieran al ruido de fondo. El 2 de marzo de 1995, loa grupos de ese detector y de su competidor en el propio Fermilab, el D0, anunciaron ya en firme la detección de 43 y 17 sucesos de quark
top
.

{3}
El grupo del CDF anunció en marzo de 1995 una masa de 176 ±13 GeV para el quark
top
; el grupo del detector DO, de 199 ±30 GeV.

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