Read The Unknown University Online
Authors: Roberto Bolaño
Tags: #Poetry, #General, #Caribbean & Latin American
LAS ENFERMERAS
Una estela de enfermeras emprenden el regreso a casa.
Protegido
por mis polaroid las observo ir y volver.
Ellas están protegidas por el crepúsculo.
Una estela de enfermeras y una estela de alacranes.
Van y vienen.
¿A las siete de la tarde?
¿A las ocho
de la tarde?
A veces alguna levanta la mano y me saluda.
Luego alcanza
su coche, sin volverse, y desaparece
protegida por el crepúsculo como yo por mis polaroid.
Entre ambas indefensiones está el jarrón de Poe.
El florero sin fondo que contiene todos los crepúsculos,
todos los lentes negros, todos
los hospitales.
THE NURSES
A trail of nurses start heading home.
Protected
by my sunglasses I watch them come and go.
They’re protected by the sunset.
A trail of nurses and a trail of scorpions.
Come and go.
At six in the evening?
At eight
in the evening?
Sometimes one lifts a hand and waves to me.
Then reaches
her car, without turning back, and disappears,
protected by the sunset as I am by my shades.
Between both vulnerabilities sits Poe’s urn.
The bottomless vase holding all sunsets,
all dark lenses, all
hospitals.
EL FANTASMA DE EDNA LIEBERMAN
Te visitan en la hora más oscura
todos tus amores perdidos.
El camino de tierra que conducía al manicomio
se despliega otra vez como los ojos
de Edna Lieberman,
como sólo podían sus ojos
elevarse por encima de las ciudades,
y brillar.
Y brillan nuevamente para ti
los ojos de Edna
detrás del aro de fuego
que antes era el camino de tierra,
la senda que recorriste de noche,
ida y vuelta,
una y otra vez,
buscándola o acaso
buscando tu sombra.
Y despiertas silenciosamente
y los ojos de Edna
están allí.
Entre la luna y el aro de fuego,
leyendo a sus poetas mexicanos
favoritos.
¿Y a Gilberto Owen,
lo has leído?,
dicen tus labios sin sonido,
dice tu respiración
y tu sangre que circula
como la luz de un faro.
Pero son sus ojos el faro
que atraviesa tu silencio.
Sus ojos que son como el libro
de geografía ideal:
los mapas de la pesadilla pura.
Y tu sangre ilumina
los estantes con libros, las sillas
con libros, el suelo
lleno de libros apilados.
Pero los ojos de Edna
sólo te buscan a ti.
Sus ojos son el libro
más buscado.
Demasiado tarde
lo has entendido, pero
no importa.
En el sueño vuelves
a estrechar sus manos,
y ya no pides nada.
THE GHOST OF EDNA LIEBERMAN
They visit you in the darkest hour,
all of your lost loves.
The dirt path that led to the madhouse
unfolds itself again like the eyes
of Edna Lieberman,
as only her eyes could
rise over the tops of cities
and shine.
And they shine once more for you,
Edna’s eyes,
behind the ring of fire
that used to be the dirt path,
the trail you traveled by night,
round trip,
again and again,
looking for her or maybe
looking for your shadow.
And you wake up silently
and Edna’s eyes
are there.
Between the moon and the ring of fire,
reading her favorite
Mexican poets.
And Gilberto Owen?
Have you read him?
say your lips without sound,
says your breath
and your blood that circulates
like the beam of a lighthouse.
But her eyes are the lighthouse
piercing your silence.
Her eyes like the ideal
geography book:
maps of pure nightmare.
And your blood lights up
the shelves stacked with books, the chairs
stacked with books, the floor
covered with piled-up books.
But Edna’s eyes
are fixed on you.
Her eyes are the most
sought-after book.
You’ve understood it
too late, but
that’s okay.
In the dream you go back
to shaking her hands
and no longer ask for anything.
EL REY DE LOS PARQUES
¿Qué hace un tipo como tú en este lugar?
¿Planeas un crimen?
¿Pasó por tu cabeza la idea de entrar en aquella casa
silenciosamente, forzando una ventana
o por la puerta de la cocina?
Ya no eres el rey de los parques y jardines,
tu rostro está en los archivos de la policía
y con sólo apretar un botón la computadora escupe
una fotografía tuya de frente
y de perfil.
Ya no eres el rey de los parques, escúchame, un botón
y caes entre los dientes de la máquina, tu jeta
en la retina de todos, sargentos de la brigada criminal
y forenses, enfermeros y fotógrafos, peritos de la
policía científica y espaldas cuadradas que vigilan
las puertas del paraíso:
sombras crepusculares
que intentarán evitar una nueva caída.
Sombras que dicen:
no te metas en líos, sonofabich, sigue recto bajo los reflectores
y no mires atrás.
THE KING OF PARKS
What’s a guy like you doing here?
Are you plotting a crime?
Did you get it in your head to go into that house
silently, forcing open a window
or via the kitchen door?
You’re not the king of parks and gardens anymore,
your face is in the police archives
and just pushing a button on the computer spits out
a photo of you, front
and profile.
You’re not the king of parks anymore, listen up, a button
and you fall between the teeth of the machine, your mug
in the eyes of the world, sergeants of criminal and
forensic squads, nurses and photographers, expert medical
examiners and broad shoulders guarding
the gates of paradise:
twilight shadows
that will try to avert a new fall.
Shadows that say:
stay out of trouble, sonofabitch, keep walking straight under
the floodlights
and don’t look back.
LOS CREPÚSCULOS DE BARCELONA
Qué decir sobre los crepúsculos ahogados de Barcelona.
¿Recordáis
El cuadro de Rusiñol
Erik Satie en el seu estudi
?
Así
Son los crepúsculos magnéticos de Barcelona, como los ojos y la
Cabellera de Satie, como las manos de Satie y como la simpatía
De Rusiñol.
Crepúsculos habitados por siluetas soberanas,
magnificencia
Del sol y del mar sobre estas viviendas colgantes o subterráneas
Para el amor construidas.
La ciudad de Sara Gibert y de Lola
Paniagua,
La ciudad de las estelas y de las confidencias absolutamente
gratuitas.
La ciudad de las genuflexiones y de los cordeles.
TWILIGHT IN BARCELONA
What can be said about the drowning Barcelona twilights.
Remember
The Rusiñol painting
Erik Satie en el seu estudi
?
The magnetic Barcelona twilights are like that, like Satie’s eyes and
Long hair, like Satie’s hands and like Rusiñol’s affection.
Twilights inhabited by supreme silhouettes, magnificence
Of the sun and the sea over these hanging or subterranean abodes
Built for love.
City of Sara Gibert and Lola Paniagua,
City of slipstreams and completely gratuitous secrets.
City of genuflections and rope.
PALINGENESIA
Estaba conversando con Archibald MacLeish en el bar «Los Marinos»
De la Barceloneta cuando la vi aparecer, una estatua de yeso
Caminando penosamente sobre los adoquines.
Mi interlocutor
También la vio y envió a un mozo a buscarla.
Durante los primeros
Minutos ella no dijo una palabra.
MacLeish pidió consomé y tapas
De mariscos, pan de payés con tomate y aceite, y cerveza San
Miguel.
Yo me conformé con una infusión de manzanilla y rodajas de pan
Integral.
Debía cuidarme, dije.
Entonces ella se decidió a hablar:
Los bárbaros avanzan, susurró melodiosamente, una masa disforme,
Grávida de aullidos y juramentos, una larga noche manteada
Para iluminar el matrimonio de los músculos y la grasa.
Luego
Su voz se apagó y dedicose a ingerir las viandas.
Una mujer
Hambrienta y hermosa, dijo MacLeish, una tentación irresistible
Para dos poetas, si bien de diferentes lenguas, del mismo indómito
Nuevo mundo.
Le di la razón sin entender del todo sus palabras
Y cerré los ojos.
Cuando desperté MacLeish se había ido.
La
estatua
Estaba allí, en la calle, sus restos esparcidos entre la irregular
Acera y los viejos adoquines.
El cielo, horas antes azul, se había
vuelto
Negro como un rencor insuperable.
Va a llover, dijo un niño
Descalzo, temblando sin motivo aparente.
Nos miramos un rato:
Con el dedo indicó los trozos de yeso en el suelo.
Nieve, dijo.
No tiembles, respondí, no ocurrirá nada, la pesadilla, aunque
cercana,
Ha pasado sin apenas tocarnos.
PALINGENESIS
I was chatting with Archibald MacLeish in “Los Marinos” bar
In Barceloneta when I saw her appear, a plaster statue
Walking arduously over the cobblestones.
My friend
Saw, too, and sent a waiter to fetch her.
For the first
Few minutes she didn’t say a word.
MacLeish ordered consommé and
Shellfish tapas, pan de payés with tomato and oil, and San Miguel
beer.
I settled for a chamomile infusion and slices of
Wheat bread.
I should care for myself, I said.
Then she decided to
speak:
The barbarians are coming, she whispered melodiously, a deformed mass,
Pregnant with howls and oaths, a long night tossed up
To reveal the marriage of muscles and fat.
Then
Her voice shut off and she set about devouring dishes.
A hungry and beautiful woman, said MacLeish, an irresistible
temptation
For two poets, though from different languages, still from the same
indomitable
New world.
I said he was right without getting all of his words
And closed my eyes.
When I woke MacLeish had gone.
The statue
Was there in the street, her leftovers scattered on the irregular
Sidewalk and old cobblestones.
The sky, hours before blue, had
turned
Black as insurmountable rancor.
It’s going to rain, said a
barefoot
Little boy, shivering for no apparent reason.
We stared at each other
a while:
With his finger he gestured to pieces of plaster on the ground.
Snow,
he said.
Don’t shiver, I responded, nothing’s going to happen, the nightmare,
though close,
Has passed, barely touching us.