The Unknown University (55 page)

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Authors: Roberto Bolaño

Tags: #Poetry, #General, #Caribbean & Latin American

BOOK: The Unknown University
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LAS ENFERMERAS

Una estela de enfermeras emprenden el regreso a casa.
Protegido

por mis polaroid las observo ir y volver.

Ellas están protegidas por el crepúsculo.

Una estela de enfermeras y una estela de alacranes.

Van y vienen.

¿A las siete de la tarde?
¿A las ocho

de la tarde?

A veces alguna levanta la mano y me saluda.
Luego alcanza

su coche, sin volverse, y desaparece

protegida por el crepúsculo como yo por mis polaroid.

Entre ambas indefensiones está el jarrón de Poe.

El florero sin fondo que contiene todos los crepúsculos,

todos los lentes negros, todos

los hospitales.

 

THE NURSES

A trail of nurses start heading home.
Protected

by my sunglasses I watch them come and go.

They’re protected by the sunset.

A trail of nurses and a trail of scorpions.

Come and go.

At six in the evening?
At eight

in the evening?

Sometimes one lifts a hand and waves to me.
Then reaches

her car, without turning back, and disappears,

protected by the sunset as I am by my shades.

Between both vulnerabilities sits Poe’s urn.

The bottomless vase holding all sunsets,

all dark lenses, all

hospitals.

 

EL FANTASMA DE EDNA LIEBERMAN

Te visitan en la hora más oscura

todos tus amores perdidos.

El camino de tierra que conducía al manicomio

se despliega otra vez como los ojos

de Edna Lieberman,

como sólo podían sus ojos

elevarse por encima de las ciudades,

y brillar.

Y brillan nuevamente para ti

los ojos de Edna

detrás del aro de fuego

que antes era el camino de tierra,

la senda que recorriste de noche,

ida y vuelta,

una y otra vez,

buscándola o acaso

buscando tu sombra.

Y despiertas silenciosamente

y los ojos de Edna

están allí.

Entre la luna y el aro de fuego,

leyendo a sus poetas mexicanos

favoritos.

¿Y a Gilberto Owen,

lo has leído?,

dicen tus labios sin sonido,

dice tu respiración

y tu sangre que circula

como la luz de un faro.

Pero son sus ojos el faro

que atraviesa tu silencio.

Sus ojos que son como el libro

de geografía ideal:

los mapas de la pesadilla pura.

Y tu sangre ilumina

los estantes con libros, las sillas

con libros, el suelo

lleno de libros apilados.

Pero los ojos de Edna

sólo te buscan a ti.

Sus ojos son el libro

más buscado.

Demasiado tarde

lo has entendido, pero

no importa.

En el sueño vuelves

a estrechar sus manos,

y ya no pides nada.

 

THE GHOST OF EDNA LIEBERMAN

They visit you in the darkest hour,

all of your lost loves.

The dirt path that led to the madhouse

unfolds itself again like the eyes

of Edna Lieberman,

as only her eyes could

rise over the tops of cities

and shine.

And they shine once more for you,

Edna’s eyes,

behind the ring of fire

that used to be the dirt path,

the trail you traveled by night,

round trip,

again and again,

looking for her or maybe

looking for your shadow.

And you wake up silently

and Edna’s eyes

are there.

Between the moon and the ring of fire,

reading her favorite

Mexican poets.

And Gilberto Owen?

Have you read him?

say your lips without sound,

says your breath

and your blood that circulates

like the beam of a lighthouse.

But her eyes are the lighthouse

piercing your silence.

Her eyes like the ideal

geography book:

maps of pure nightmare.

And your blood lights up

the shelves stacked with books, the chairs

stacked with books, the floor

covered with piled-up books.

But Edna’s eyes

are fixed on you.

Her eyes are the most

sought-after book.

You’ve understood it

too late, but

that’s okay.

In the dream you go back

to shaking her hands

and no longer ask for anything.

 

EL REY DE LOS PARQUES

¿Qué hace un tipo como tú en este lugar?

¿Planeas un crimen?

¿Pasó por tu cabeza la idea de entrar en aquella casa

silenciosamente, forzando una ventana

o por la puerta de la cocina?

Ya no eres el rey de los parques y jardines,

tu rostro está en los archivos de la policía

y con sólo apretar un botón la computadora escupe

una fotografía tuya de frente

y de perfil.

Ya no eres el rey de los parques, escúchame, un botón

y caes entre los dientes de la máquina, tu jeta

en la retina de todos, sargentos de la brigada criminal

y forenses, enfermeros y fotógrafos, peritos de la

policía científica y espaldas cuadradas que vigilan

las puertas del paraíso:

sombras crepusculares

que intentarán evitar una nueva caída.
Sombras que dicen:

no te metas en líos, sonofabich, sigue recto bajo los reflectores

y no mires atrás.

 

THE KING OF PARKS

What’s a guy like you doing here?

Are you plotting a crime?

Did you get it in your head to go into that house

silently, forcing open a window

or via the kitchen door?

You’re not the king of parks and gardens anymore,

your face is in the police archives

and just pushing a button on the computer spits out

a photo of you, front

and profile.

You’re not the king of parks anymore, listen up, a button

and you fall between the teeth of the machine, your mug

in the eyes of the world, sergeants of criminal and

forensic squads, nurses and photographers, expert medical

examiners and broad shoulders guarding

the gates of paradise:

twilight shadows

that will try to avert a new fall.
Shadows that say:

stay out of trouble, sonofabitch, keep walking straight under
the floodlights

and don’t look back.

 

LOS CREPÚSCULOS DE BARCELONA

Qué decir sobre los crepúsculos ahogados de Barcelona.
¿Recordáis

El cuadro de Rusiñol
Erik Satie en el seu estudi
?
Así

Son los crepúsculos magnéticos de Barcelona, como los ojos y la

Cabellera de Satie, como las manos de Satie y como la simpatía

De Rusiñol.
Crepúsculos habitados por siluetas soberanas,
magnificencia

Del sol y del mar sobre estas viviendas colgantes o subterráneas

Para el amor construidas.
La ciudad de Sara Gibert y de Lola
Paniagua,

La ciudad de las estelas y de las confidencias absolutamente
gratuitas.

La ciudad de las genuflexiones y de los cordeles.

 

TWILIGHT IN BARCELONA

What can be said about the drowning Barcelona twilights.
Remember

The Rusiñol painting
Erik Satie en el seu estudi
?

The magnetic Barcelona twilights are like that, like Satie’s eyes and

Long hair, like Satie’s hands and like Rusiñol’s affection.

Twilights inhabited by supreme silhouettes, magnificence

Of the sun and the sea over these hanging or subterranean abodes

Built for love.
City of Sara Gibert and Lola Paniagua,

City of slipstreams and completely gratuitous secrets.

City of genuflections and rope.

 

PALINGENESIA

Estaba conversando con Archibald MacLeish en el bar «Los Marinos»

De la Barceloneta cuando la vi aparecer, una estatua de yeso

Caminando penosamente sobre los adoquines.
Mi interlocutor

También la vio y envió a un mozo a buscarla.
Durante los primeros

Minutos ella no dijo una palabra.
MacLeish pidió consomé y tapas

De mariscos, pan de payés con tomate y aceite, y cerveza San
Miguel.

Yo me conformé con una infusión de manzanilla y rodajas de pan

Integral.
Debía cuidarme, dije.
Entonces ella se decidió a hablar:

Los bárbaros avanzan, susurró melodiosamente, una masa disforme,

Grávida de aullidos y juramentos, una larga noche manteada

Para iluminar el matrimonio de los músculos y la grasa.
Luego

Su voz se apagó y dedicose a ingerir las viandas.
Una mujer

Hambrienta y hermosa, dijo MacLeish, una tentación irresistible

Para dos poetas, si bien de diferentes lenguas, del mismo indómito

Nuevo mundo.
Le di la razón sin entender del todo sus palabras

Y cerré los ojos.
Cuando desperté MacLeish se había ido.
La
estatua

Estaba allí, en la calle, sus restos esparcidos entre la irregular

Acera y los viejos adoquines.
El cielo, horas antes azul, se había
vuelto

Negro como un rencor insuperable.
Va a llover, dijo un niño

Descalzo, temblando sin motivo aparente.
Nos miramos un rato:

Con el dedo indicó los trozos de yeso en el suelo.
Nieve, dijo.

No tiembles, respondí, no ocurrirá nada, la pesadilla, aunque
cercana,

Ha pasado sin apenas tocarnos.

 

PALINGENESIS

I was chatting with Archibald MacLeish in “Los Marinos” bar

In Barceloneta when I saw her appear, a plaster statue

Walking arduously over the cobblestones.
My friend

Saw, too, and sent a waiter to fetch her.
For the first

Few minutes she didn’t say a word.
MacLeish ordered consommé and

Shellfish tapas, pan de payés with tomato and oil, and San Miguel
beer.

I settled for a chamomile infusion and slices of

Wheat bread.
I should care for myself, I said.
Then she decided to
speak:

The barbarians are coming, she whispered melodiously, a deformed mass,

Pregnant with howls and oaths, a long night tossed up

To reveal the marriage of muscles and fat.
Then

Her voice shut off and she set about devouring dishes.

A hungry and beautiful woman, said MacLeish, an irresistible
temptation

For two poets, though from different languages, still from the same
indomitable

New world.
I said he was right without getting all of his words

And closed my eyes.
When I woke MacLeish had gone.
The statue

Was there in the street, her leftovers scattered on the irregular

Sidewalk and old cobblestones.
The sky, hours before blue, had
turned

Black as insurmountable rancor.
It’s going to rain, said a
barefoot

Little boy, shivering for no apparent reason.
We stared at each other
a while:

With his finger he gestured to pieces of plaster on the ground.
Snow,
he said.

Don’t shiver, I responded, nothing’s going to happen, the nightmare,
though close,

Has passed, barely touching us.

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