Read The Unknown University Online
Authors: Roberto Bolaño
Tags: #Poetry, #General, #Caribbean & Latin American
MY LIFE IN THE TUBES OF
SURVIVAL
Because I was a pigmy and yellow and had pleasant features
And because I was smart and unwilling to be tortured
In a work camp or padded cell
They stuck me in this flying saucer
And told me fly and find your destiny, but what
Destiny was I going to find?
The damned ship looked like
The wandering Dutchman through the skies of the world, as if
I wanted to flee from my disability, from my particular
Skeleton: a spit in Religion’s face,
A silk stab in the back of Happiness,
Sustenance of Morals and Ethics, the escape
Ahead of my executioner brothers and my unknown brothers.
In the end, all human and curious, all orphans and
Blind players on the edge of the abyss.
But all this
Inside the flying saucer could only make me indifferent.
Or remote.
Or secondary.
The greatest virtue of my traitorous
species
Is courage, perhaps the only thing that’s real, palpable even in
tears
And goodbyes.
And courage was what I needed, locked up in
The saucer, casting surprising shadows on peasants and drunks
Sprawled out in irrigation ditches.
I invoked courage while the damned
ship
Glistened through ghettos and parks that to someone on foot
Would be enormous, but for me were only pointless tattoos,
Magnetic indecipherable words.
Scarcely a gesture
Hinted beneath the planet’s nutria cloak.
Had I become Stefan Zweig?
Was I seeing the approach
Of my suicide?
With respect to this, the ship’s bitter cold
Was indisputable.
But still, I sometimes dreamed
Of a warm country, a terrace and a faithful, desperate love.
My falling tears would linger on the saucer’s
Surface for days, evidence not of my pain, but of
A kind of glorified poetry that more and more often
Clenched my chest, my temples and hips.
A terrace,
A warm country and a love with big faithful eyes
Approaching slowly through my dreams, while the ship
Left smoldering trails in the ignorance of my brothers
And in their innocence.
And we were a ball of light, the saucer and I,
In the retinas of poor peasants, a perishable image
That would never adequately describe my longing
Or the mystery that was the beginning and end
Of that incomprehensible artifact.
Like that until the
End of my days, at the mercy of the winds,
Dreaming sometimes the saucer was smashing into a sierra
In America and my corpse, almost without a scratch, was rising up
To be seen by old highlanders and historians:
An egg in a nest of twisted shackles.
Dreaming
That the saucer and I had finished our rambling dance,
Our humble critique of Reality, in a painless, anonymous
Crash in one of the planet’s deserts.
Death
That brought me no peace, for after my flesh had rotted
I still went on dreaming.
F.
B.
—HE DEAD
Francis Bacon
Aprendió a vivir
Solo
Aprendió a soportar
La lentitud
De los atardeceres humanos
Su insoportable hedor
Aprendió
El arte de la paciencia
Similar en tantas cosas
Al arte de la indiferencia
Francis Bacon aprendió
A convivir con las horas
A convivir con las sombras
Máscaras
De la misma libertad
Ilegible
F.
B.
—HE DEAD
Francis Bacon
Learned to live
Alone
Learned to bear
The slowness
Of human dusk
Its unbearable stench
Learned
The art of patience
Similar in many ways
To the art of indifference
Francis Bacon learned
To live with hours
To live with shadows
Masks
Of the same illegible
Freedom
SOPHIE PODOLSKI
Aterido: hastiado,
Me voy
Al país de Sophie:
Allí donde
La nada: el círculo
Cantan
La gesta
De tu duro
Corazón: la metamorfosis
Lunar; el reptil
Entre los matorrales,
Una forma
De olvido: luna
Que recogí
En la oscuridad
De tus ojos.
SOPHIE PODOLSKI
Frozen: jaded,
I’m off
To Sophie’s country:
There where
Nothingness: the circle
They sing
The exploits
Of your solid
Heart: lunar
Metamorphosis; reptile
In the thicket,
A manner
Of forgetting: moon
I captured
In the darkness
Of your eyes.
HOMENAJE A RESORTES
Rostro doloroso, escéptico, apaleado, trasnochado, rostro
sumergido en el bote de orines de las pesadillas, amargo e
imbécil,
duro como el pellejo de las ratas de Chapultepec, vanidoso
y triste, rostro en las lindes del cero, metálico por dentro,
lleno de ecos propicios a la risa, a su risa, a sus muecas
gratuitas y secretas, rostro de los barrios aéreos de México,
el rostro de Resortes
¿Te acuerdas de Resortes?
El perfecto ciudadano
Del Distrito Federal
Sus muecas atroces
Su risa atroz
Iluminan el camino de mis sueños
Cuando regreso a México
Paso a paso
Siguiendo las huellas torcidas
De las estrellas
HOMAGE TO RESORTES
Painful, skeptical, battered, old face
submerged in the rusty boat of nightmares, bitter and foolish,
tough like the hide of Chapultepec’s rats, vain
and sad, face on the limits of zero, metallic on the inside,
full of echoes conducive to laughter, to his laughter, to his
gratuitous
and secret facial contortions, face of Mexico’s aerial neighborhoods,
the face of Resortes
Remember Resortes?
The perfect citizen
Of Mexico City
His terrible expressions
His terrible laugh
Light up the path of my dreams
When I return to Mexico
Step by step
Following the crooked tracks
Of the stars
HOMENAJE A TIN TAN
Cuando hayamos muerto y nuestros gusanos sean como Tin Tan,
Resortes y Calambres en la película extendida como una manta
sobre la Ciudad de México y las lavanderas cuneiformes y los
gangsters cuneiformes se persignen en el altar de nuestra
cinematografía, ¡Tin Tan, Resortes y Calambres en el Estudio
Churubusco de nuestros corazones rotos!
¿lo recuerdas?
¿puedes recordarlo todavía?
Tin Tan, Resortes y Calambres
En el final feliz
Buscándose la vida
Y no olvidemos
Ingratos
A Mantequilla
O al amigo de Tin Tan
Marcelo creo que se llamaba
Ni a doña Sara García
HOMAGE TO TIN TAN
When we’ve died and our worms are like Tin Tan,
Resortes and Calambres in the movie stretched like a blanket
over Mexico City and cuneiform wagtails and
cuneiform gangsters cross themselves on the altar of our
cinematography — Tin Tan, Resortes and Calambres in the
Churubusco
Studios of our broken hearts!
remember?
can you still remember?
Tin Tan, Resortes and Calambres
In the happy ending
Seeking out life
And let’s not be ungrateful
And forget
Mantequilla
Or Tin Tan’s friend
I think his name was Marcelo
Or doña Sara García
EL BURRO
A veces sueño que Mario Santiago
Viene a buscarme con su moto negra.
Y dejamos atrás la ciudad y a medida
Que las luces van desapareciendo
Mario Santiago me dice que se trata
De una moto robada, la última moto
Robada para viajar por las pobres tierras
Del norte, en dirección a Texas,
Persiguiendo un sueño innombrable,
Inclasificable, el sueño de nuestra juventud,
Es decir el sueño más valiente de todos
Nuestros sueños.
Y de tal manera
Cómo negarme a montar la veloz moto negra
Del norte y salir rajados por aquellos caminos
Que antaño recorrieran los santos de México,
Los poetas mendicantes de México,
Las sanguijuelas taciturnas de Tepito
O la Colonia Guerrero, todos en la misma senda,
Donde se confunden y mezclan los tiempos:
Verbales y físicos, el ayer y la afasia.
Y a veces sueño que Mario Santiago
Viene a buscarme, o es un poeta sin rostro,
Una cabeza sin ojos, ni boca, ni nariz,
Sólo piel y voluntad, y yo sin preguntar nada
Me subo a la moto y partimos
Por los caminos del norte, la cabeza y yo,
Extraños tripulantes embarcados en una ruta
Miserable, caminos borrados por el polvo y la lluvia,
Tierra de moscas y lagartijas, matorrales resecos
Y ventiscas de arena, el único teatro concebible
Para nuestra poesía.
Y a veces sueño que el camino
Que nuestra moto o nuestro anhelo recorre
No empieza en mi sueño sino en el sueño
De otros: los inocentes, los bienaventurados,
Los mansos, los que para nuestra desgracia
Ya no están aquí.
Y así Mario Santiago y yo
Salimos de Ciudad de México que es la prolongación
De tantos sueños, la materialización de tantas
Pesadillas, y remontamos los estados
Siempre hacia el norte, siempre por el camino
De los coyotes, y nuestra moto entonces
Es del color de la noche.
Nuestra moto
Es un burro negro que viaja sin prisa
Por las tierras de la Curiosidad.
Un burro negro
Que se desplaza por la humanidad y la geometría
De estos pobres paisajes desolados.
Y la risa de Mario o de la cabeza
Saluda a los fantasmas de nuestra juventud,
El sueño innombrable e inútil
De la valentía.
Y a veces creo ver una moto negra
Como un burro negro alejándose por los caminos
De tierra de Zacatecas y Coahuila, en los límites
Del sueño, y sin alcanzar a comprender
Su sentido, su significado último,
Comprendo no obstante su música:
Una alegre canción de despedida.
Y acaso son los gestos de valor los que
Nos dicen adiós, sin resentimiento, ni amargura,
En paz con su gratuidad absoluta y con nosotros mismos.
Son los pequeños desafíos inútiles –o que
Los años y la costumbre consintieron
Que creyéramos inútiles– los que nos saludan,
Los que nos hacen señales enigmáticas con las manos,
En medio de la noche, a un lado de la carretera,
Como nuestros hijos queridos y abandonados,
Criados solos en estos desiertos calcáreos,
Como el resplandor que un día nos atravesó
Y que habíamos olvidado.
Y a veces sueño que Mario llega
Con su moto negra en medio de la pesadilla
Y partimos rumbo al norte,
Rumbo a los pueblos fantasmas donde moran
Las lagartijas y las moscas.
Y mientras el sueño me transporta
De un continente a otro
A través de una ducha de estrellas frías e indoloras,
Veo a la moto negra, como un burro de otro planeta,
Partir en dos las tierras de Coahuila.
Un burro de otro planeta
Que es el anhelo desbocado de nuestra ignorancia,
Pero que también es nuestra esperanza
Y nuestro valor.
Un valor innombrable e inútil, bien
cierto,
Pero reencontrado en los márgenes
Del sueño más remoto,
En las particiones del sueño final,
En la senda confusa y magnética
De los burros y de los poetas.