The Unknown University (53 page)

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Authors: Roberto Bolaño

Tags: #Poetry, #General, #Caribbean & Latin American

BOOK: The Unknown University
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MY LIFE IN THE TUBES OF
SURVIVAL

Because I was a pigmy and yellow and had pleasant features

And because I was smart and unwilling to be tortured

In a work camp or padded cell

They stuck me in this flying saucer

And told me fly and find your destiny, but what

Destiny was I going to find?
The damned ship looked like

The wandering Dutchman through the skies of the world, as if

I wanted to flee from my disability, from my particular

Skeleton: a spit in Religion’s face,

A silk stab in the back of Happiness,

Sustenance of Morals and Ethics, the escape

Ahead of my executioner brothers and my unknown brothers.

In the end, all human and curious, all orphans and

Blind players on the edge of the abyss.
But all this

Inside the flying saucer could only make me indifferent.

Or remote.
Or secondary.
The greatest virtue of my traitorous
species

Is courage, perhaps the only thing that’s real, palpable even in
tears

And goodbyes.
And courage was what I needed, locked up in

The saucer, casting surprising shadows on peasants and drunks

Sprawled out in irrigation ditches.
I invoked courage while the damned
ship

Glistened through ghettos and parks that to someone on foot

Would be enormous, but for me were only pointless tattoos,

Magnetic indecipherable words.
Scarcely a gesture

Hinted beneath the planet’s nutria cloak.

Had I become Stefan Zweig?
Was I seeing the approach

Of my suicide?
With respect to this, the ship’s bitter cold

Was indisputable.
But still, I sometimes dreamed

Of a warm country, a terrace and a faithful, desperate love.

My falling tears would linger on the saucer’s

Surface for days, evidence not of my pain, but of

A kind of glorified poetry that more and more often

Clenched my chest, my temples and hips.
A terrace,

A warm country and a love with big faithful eyes

Approaching slowly through my dreams, while the ship

Left smoldering trails in the ignorance of my brothers

And in their innocence.
And we were a ball of light, the saucer and I,

In the retinas of poor peasants, a perishable image

That would never adequately describe my longing

Or the mystery that was the beginning and end

Of that incomprehensible artifact.
Like that until the

End of my days, at the mercy of the winds,

Dreaming sometimes the saucer was smashing into a sierra

In America and my corpse, almost without a scratch, was rising up

To be seen by old highlanders and historians:

An egg in a nest of twisted shackles.
Dreaming

That the saucer and I had finished our rambling dance,

Our humble critique of Reality, in a painless, anonymous

Crash in one of the planet’s deserts.
Death

That brought me no peace, for after my flesh had rotted

I still went on dreaming.

 

F.
B.
—HE DEAD

Francis Bacon

Aprendió a vivir

Solo

Aprendió a soportar

La lentitud

De los atardeceres humanos

Su insoportable hedor

Aprendió

El arte de la paciencia

Similar en tantas cosas

Al arte de la indiferencia

Francis Bacon aprendió

A convivir con las horas

A convivir con las sombras

Máscaras

De la misma libertad

Ilegible

 

F.
B.
—HE DEAD

Francis Bacon

Learned to live

Alone

Learned to bear

The slowness

Of human dusk

Its unbearable stench

Learned

The art of patience

Similar in many ways

To the art of indifference

Francis Bacon learned

To live with hours

To live with shadows

Masks

Of the same illegible

Freedom

 

SOPHIE PODOLSKI

Aterido: hastiado,

Me voy

Al país de Sophie:

Allí donde

La nada: el círculo

Cantan

La gesta

De tu duro

Corazón: la metamorfosis

Lunar; el reptil

Entre los matorrales,

Una forma

De olvido: luna

Que recogí

En la oscuridad

De tus ojos.

 

SOPHIE PODOLSKI

Frozen: jaded,

I’m off

To Sophie’s country:

There where

Nothingness: the circle

They sing

The exploits

Of your solid

Heart: lunar

Metamorphosis; reptile

In the thicket,

A manner

Of forgetting: moon

I captured

In the darkness

Of your eyes.

 

HOMENAJE A RESORTES

Rostro doloroso, escéptico, apaleado, trasnochado, rostro

sumergido en el bote de orines de las pesadillas, amargo e
imbécil,

duro como el pellejo de las ratas de Chapultepec, vanidoso

y triste, rostro en las lindes del cero, metálico por dentro,

lleno de ecos propicios a la risa, a su risa, a sus muecas

gratuitas y secretas, rostro de los barrios aéreos de México,

el rostro de Resortes

¿Te acuerdas de Resortes?

El perfecto ciudadano

Del Distrito Federal

Sus muecas atroces

Su risa atroz

Iluminan el camino de mis sueños

Cuando regreso a México

Paso a paso

Siguiendo las huellas torcidas

De las estrellas

 

HOMAGE TO RESORTES

Painful, skeptical, battered, old face

submerged in the rusty boat of nightmares, bitter and foolish,

tough like the hide of Chapultepec’s rats, vain

and sad, face on the limits of zero, metallic on the inside,

full of echoes conducive to laughter, to his laughter, to his
gratuitous

and secret facial contortions, face of Mexico’s aerial neighborhoods,

the face of Resortes

Remember Resortes?

The perfect citizen

Of Mexico City

His terrible expressions

His terrible laugh

Light up the path of my dreams

When I return to Mexico

Step by step

Following the crooked tracks

Of the stars

 

HOMENAJE A TIN TAN

Cuando hayamos muerto y nuestros gusanos sean como Tin Tan,

Resortes y Calambres en la película extendida como una manta

sobre la Ciudad de México y las lavanderas cuneiformes y los

gangsters cuneiformes se persignen en el altar de nuestra

cinematografía, ¡Tin Tan, Resortes y Calambres en el Estudio

Churubusco de nuestros corazones rotos!
¿lo recuerdas?

¿puedes recordarlo todavía?

Tin Tan, Resortes y Calambres

En el final feliz

Buscándose la vida

Y no olvidemos

Ingratos

A Mantequilla

O al amigo de Tin Tan

Marcelo creo que se llamaba

Ni a doña Sara García

 

HOMAGE TO TIN TAN

When we’ve died and our worms are like Tin Tan,

Resortes and Calambres in the movie stretched like a blanket

over Mexico City and cuneiform wagtails and

cuneiform gangsters cross themselves on the altar of our

cinematography — Tin Tan, Resortes and Calambres in the
Churubusco

Studios of our broken hearts!
remember?

can you still remember?

Tin Tan, Resortes and Calambres

In the happy ending

Seeking out life

And let’s not be ungrateful

And forget

Mantequilla

Or Tin Tan’s friend

I think his name was Marcelo

Or doña Sara García

 

EL BURRO

A veces sueño que Mario Santiago

Viene a buscarme con su moto negra.

Y dejamos atrás la ciudad y a medida

Que las luces van desapareciendo

Mario Santiago me dice que se trata

De una moto robada, la última moto

Robada para viajar por las pobres tierras

Del norte, en dirección a Texas,

Persiguiendo un sueño innombrable,

Inclasificable, el sueño de nuestra juventud,

Es decir el sueño más valiente de todos

Nuestros sueños.
Y de tal manera

Cómo negarme a montar la veloz moto negra

Del norte y salir rajados por aquellos caminos

Que antaño recorrieran los santos de México,

Los poetas mendicantes de México,

Las sanguijuelas taciturnas de Tepito

O la Colonia Guerrero, todos en la misma senda,

Donde se confunden y mezclan los tiempos:

Verbales y físicos, el ayer y la afasia.

Y a veces sueño que Mario Santiago

Viene a buscarme, o es un poeta sin rostro,

Una cabeza sin ojos, ni boca, ni nariz,

Sólo piel y voluntad, y yo sin preguntar nada

Me subo a la moto y partimos

Por los caminos del norte, la cabeza y yo,

Extraños tripulantes embarcados en una ruta

Miserable, caminos borrados por el polvo y la lluvia,

Tierra de moscas y lagartijas, matorrales resecos

Y ventiscas de arena, el único teatro concebible

Para nuestra poesía.

Y a veces sueño que el camino

Que nuestra moto o nuestro anhelo recorre

No empieza en mi sueño sino en el sueño

De otros: los inocentes, los bienaventurados,

Los mansos, los que para nuestra desgracia

Ya no están aquí.
Y así Mario Santiago y yo

Salimos de Ciudad de México que es la prolongación

De tantos sueños, la materialización de tantas

Pesadillas, y remontamos los estados

Siempre hacia el norte, siempre por el camino

De los coyotes, y nuestra moto entonces

Es del color de la noche.
Nuestra moto

Es un burro negro que viaja sin prisa

Por las tierras de la Curiosidad.
Un burro negro

Que se desplaza por la humanidad y la geometría

De estos pobres paisajes desolados.

Y la risa de Mario o de la cabeza

Saluda a los fantasmas de nuestra juventud,

El sueño innombrable e inútil

De la valentía.

Y a veces creo ver una moto negra

Como un burro negro alejándose por los caminos

De tierra de Zacatecas y Coahuila, en los límites

Del sueño, y sin alcanzar a comprender

Su sentido, su significado último,

Comprendo no obstante su música:

Una alegre canción de despedida.

Y acaso son los gestos de valor los que

Nos dicen adiós, sin resentimiento, ni amargura,

En paz con su gratuidad absoluta y con nosotros mismos.

Son los pequeños desafíos inútiles –o que

Los años y la costumbre consintieron

Que creyéramos inútiles– los que nos saludan,

Los que nos hacen señales enigmáticas con las manos,

En medio de la noche, a un lado de la carretera,

Como nuestros hijos queridos y abandonados,

Criados solos en estos desiertos calcáreos,

Como el resplandor que un día nos atravesó

Y que habíamos olvidado.

Y a veces sueño que Mario llega

Con su moto negra en medio de la pesadilla

Y partimos rumbo al norte,

Rumbo a los pueblos fantasmas donde moran

Las lagartijas y las moscas.

Y mientras el sueño me transporta

De un continente a otro

A través de una ducha de estrellas frías e indoloras,

Veo a la moto negra, como un burro de otro planeta,

Partir en dos las tierras de Coahuila.

Un burro de otro planeta

Que es el anhelo desbocado de nuestra ignorancia,

Pero que también es nuestra esperanza

Y nuestro valor.

Un valor innombrable e inútil, bien
cierto,

Pero reencontrado en los márgenes

Del sueño más remoto,

En las particiones del sueño final,

En la senda confusa y magnética

De los burros y de los poetas.

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