En los escalones de entrada del cuarto número impar equidiferente, el 7 de la calle Eccles, insertó la mano maquinalmente en el bolsillo trasero de sus pantalones para sacar la llave de casa.
¿Estaba allí?
Estaba en el bolsillo homólogo de los pantalones que se había puesto el día precedente al anterior.
¿Por qué se irritó doblemente?
Porque se había olvidado y porque recordaba que se había recordado a sí mismo dos veces no olvidarse.
¿Cuáles eran entonces las alternativas ante la pareja, respectivamente con premeditación y sin advertencia, sin llaves?
Entrar o no entrar. Llamar o no llamar.
¿La decisión de Bloom?
Una estratagema. Apoyando los pies en la enana tapia, trepó sobre las verjas de los semisótanos, se encajó el sombrero en la cabeza, se agarró a dos puntos en la unión inferior de las barras horizontales y las verticales, descendió el cuerpo gradualmente en su longitud de cinco pies y nueve pulgadas hasta dos pies y diez pulgadas del suelo de delante de los semisótanos, y permitió que su cuerpo se moviera libremente en el espacio al separarse de las barras horizontales y encogiéndose en preparación para el impacto de la caída.
¿Cayó?
Con el conocido peso de su cuerpo, ciento cincuenta y ocho libras en medida
avoirdupois
según lo había certificado la máquina graduada para pesarse a sí mismo periódicamente en el establecimiento de Francis Froedman, químico farmacéutico, en el 19 de la calle Frederick North, en la última fiesta de la Ascensión, a saber, el día doce de mayo del año bisiesto mil novecientos cuatro de la era cristiana (era judía cinco mil seiscientos sesenta y cuatro, era mahometana mil trescientos veintidós), número áureo 5, epacta 13, ciclo solar 9, letras dominicales CB, indicción romana 2, período juliano 6617, MXMIV.
¿Se levantó no lesionado por contusión?
Recuperando nuevo equilibrio estable se levantó no lesionado aunque contundido por el impacto, levantó el pestillo de la puerta del semisótano aplicando fuerza en su pestaña libremente móvil y mediante palanca de primer orden aplicada en su fulcro obtuvo acceso retardado a la cocina a través de la despensa subadyacente, prendió un fósforo mediante fricción, dejó libre gas inflamable de carbón haciendo girar la llave, encendió una alta llama que, regulándola, redujo a quiescente incandescencia, y finalmente encendió una vela portátil.
¿Qué sucesión discreta de imágenes percibió mientras tanto Stephen?
Apoyado en las verjas de los semisótanos percibió a través de los cristales transparentes de la cocina un hombre regulando una llama de gas de 14 bujías, un hombre encendiendo una vela, un hombre quitándose las botas una tras otra, un hombre dejando la cocina sosteniendo una vela de 1 bujía.
¿Reapareció el hombre en otro lugar?
Tras un lapso de cuatro minutos se hizo discernible el fulgor de su vela a través del montante de cristal semicircular semitrasparente sobre la puerta del vestíbulo. La puerta del vestíbulo giró gradualmente sobre sus goznes. En el espacio abierto de la puerta reapareció el hombre sin el sombrero, con su vela.
¿Obedeció Stephen a su señal?
Sí, entrando suavemente, ayudó a cerrar y echar la cadena a la puerta y siguió suavemente por el vestíbulo la espalda del hombre y sus pies afieltrados y su vela encendida dejando atrás una rendija luminosa de puerta a la izquierda y bajando cuidadosamente una escalera curva de más de cinco escalones hasta la cocina de la casa de Bloom.
¿Qué hizo Bloom?
Apagó la vela mediante una brusca expiración de aliento en su llama, acercó al fogón dos sillas de pino de asiento en cuchara, una para Stephen de espaldas a la ventana semienterrada, la otra para él mismo cuando fuera necesaria, se arrodilló sobre una rodilla, organizó en la rejilla una pira cruzada de astillas mojadas en resina y diversos papeles de colores y polígonos irregulares del mejor carbón Abram a veintiún chelines la tonelada de la empresa Flower y M’Donald de la calle D’Olier, 14, prendida en tres puntas salientes de papel con un fósforo encendido, desprendiendo de ese modo la energía potencial contenida en el combustible al permitir que sus elementos carbono e hidrógeno entraran en libre unión con el oxígeno del aire.
¿En qué apariciones semejantes pensó Stephen?
En otros, en otros lugares, en otros tiempos que, arrodillándose sobre una rodilla o sobre las dos, habían prendido fuegos para él, el Hermano Michael en la enfermería del colegio de la Compañía de Jesús en Clongowes Wood, Sallins, en el condado de Kildare; su padre, Simon Dedalus, en un cuarto sin amueblar en su primera residencia en Dublín, calle Fitzgibbon número trece; su madrina señorita Kate Morkan en casa de su hermana agonizante señorita Julia Morkan en Usher’s Island 15; su tía Sa, espposa de Richie (Richard) Goulding, en la cocina de su domicilio de la calle Clanbrassil 62; su madre Mary, esposa de Simon Dedalus, en la cocina del número doce de la calle North Richmond, la mañana del día de San Francisco Javier de 1898: el decano de estudios, Padre Butt, en el anfiteatro de física de la Universidad, 16 Stephen’s Green North: su hermana Dilly (Delia) en casa de su padre en Cabra.
¿Qué vio Stephen al levantar la mirada a la altura de una yarda desde el fuego hacia la pared de enfrente?
Bajo una fila de cinco campanillas con resortes de muelle, una cuerda curvilínea, extendida entre dos ganchos al sesgo cruzando el hueco al lado de la subida de la chimenea, de la cual colgaban cuatro pañuelos cuadrados de tamaño pequeño doblados por separado uno tras de otro en rectángulos adyacentes y un par de medias grises de señora con refuerzos de hilo de Lisle en lo de arriba y los pies en su posición habitual agarradas por tres pinzas de madera erectas, dos en sus extremos de fuera y la tercera en su punto de unión.
¿Qué vio Bloom en el fogón?
A la derecha en el hueco más pequeño una cacerola azul esmaltada: a la izquierda en el hueco más grande un cacharro de hervir agua de hierro negro.
¿Qué hizo Bloom en el fogón?
Desplazó la cacerola al hueco izquierdo, se levantó y llevó el cacharro del agua a la pila para hacer uso de la corriente girando el grifo para dejarla correr.
¿Corrió?
Sí. Desde el embalse de Roundwood en el condado de Wicklow de una capacidad cúbica de 2.400 millones de galones, pasando a través de un acueducto subterráneo de canales de filtrado de tubería simple y doble construidos a un coste inicial de instalación de 5 libras la yarda, atravesando el Dargle, Rathdown, el Glen de los Downs, y Callowhill hasta el depósito de 26 acres en Stillorgan, a una distancia de 22 millas legales, y desde ahí, a través de un sistema de cisternas auxiliares, con una pendiente de 250 pies hasta el término municipal en el puente Eustace, calle Upper Leeson, aunque por la prolongada sequía veraniega y el consumo diario de 12 millones y medio de galones el agua había descendido por debajo del nivel de las compuertas de rebose por cuya razón el inspector del distrito e ingeniero hidráulico, señor Spencer Harty, C. E., siguiendo instrucciones de la comisión de suministro de aguas, había prohibido el uso de las aguas municipales para propósitos que no fueran los del consumo (considerando la posibilidad de recurrir a las aguas no potables de los canales Grand y Royal como en 1893) especialmente dado que los empleados del Asilo South Dublin, a pesar de su ración de 15 galones por día y por asilado, proporcionada a través de un contador de seis pulgadas, habían resultado responsables de un desperdicio de 20.000 galones por noche según lectura de su contador bajo declaración del representante legal del municipio, señor Ignatius Rice, abogado, actuando así en detrimento de otra parte del público, contribuyentes independientes y de sana solvencia.
¿Qué admiraba en el agua Bloom, amador del agua, sacador de agua, portador de agua volviendo al fogón?
Su universalidad; su igualdad democrática y su fidelidad a su naturaleza buscando su propio nivel; su vastedad en el océano de la proyección de Mercator; su profundidad no sondeada en la fosa de Sundam en el Pacífico excediendo las 8.000 brazas; la inquietud de sus olas y partículas superficiales visitando uno tras otros todos los puntos de su litoral; la independencia de sus unidades: la variabilidad de estados del mar; su quiescencia hidrostática en calma; su turgidez hidrocinética en las aguas muertas y en las mareas vivas; su apaciguamiento después de la devastación; su esterilidad en los casquetes circumpolares, ártico y antártico; su importancia climática y comercial: su preponderancia de 3 a 1 sobre la tierra seca en el globo; su indisputable hegemonía en extensión en leguas cuadradas por toda la zona por debajo del trópico subecuatorial de Capricornio; la estabilidad multisecular de su fosa original; su lecho lúteofulvo; su capacidad para disolver y contener en solución todas las sustancias solubles incluyendo millones de toneladas de los metales más preciosos; sus lentas erosiones de penínsulas y promontorios con tendencia a bajar, sus depósitos aluviales; su peso y volumen y densidad: su imperturbabilidad en lagos y lagunas de meseta; su gradación de colores en las zonas tórrida y templada y frígida; sus ramificaciones vehiculares en corrientes continentales en cuencas lacustres y ríos confluyentes y fluyentes al mar con sus tributarios y las corrientes oceánicas, corriente del Golfo, con sus ramas nordecuatorial y sudecuatorial; su violencia en maremotos, trombas marinas, pozos artesianos, erupciones, torrentes, remolinos, desbordamientos, avenidas, olas de fondo, divisorias de aguas, géiseres, cataratas, torbellinos, maelstroms, inundaciones, diluvios, aguaceros: su vasta curva ahorizontal circumterrestre; su secreto en los manantiales y la humedad latente, revelada por instrumentos rabdománticos o higrométricos y ejemplificada por el agujero en la pared en Ashtown Gate, la saturación del aire, la destilación del rocío; la sencillez de su composición, dos partes constitutivas de hidrógeno por una parte constitutiva de oxígeno; sus virtudes curativas; su capacidad de hacer flotar en las aguas del Mar Muerto; su perseverante penetratividad en arroyuelos, canales, diques insuficientes, vías de agua en barcos; sus propiedades para limpiar, apagar la sed y el fuego, alimentar la vegetación; su infalibilidad como paradigma y parangón; sus metamorfosis como vapor, niebla, nube, lluvia, nevisca, nieve, granizo; su fuerza en las mangueras rígidas; su variedad de formas en lagos y bahías y golfos y calas y ensenadas y lagunas y atolones y archipiélagos y estrechos y fiords y minches y estuarios y brazos de mar; su solidez en glaciares, icebergs, témpanos; su docilidad en hacer funcionar ruedas hidráulicas, turbinas, dínamos, plantas hidroeléctricas, lavaderos, tenerías, fábricas textiles; su utilidad en canales, en ríos, si navegables, en diques flotantes y secos; su potencialidad derivable de mareas embridadas o cursos de agua cayendo de un nivel a otro nivel; su fauna y flora submarinas (anacústica, fotofóbica), numéricamente, si no literalmente, los habitantes del globo; su ubicuidad al constituir el 90 % del cuerpo humano; la nocividad de sus efluvios en marismas lacustres, pantanos pestilentes, agua de macetas echada a perder, charcos estancados bajo la luna menguante.
Habiendo puesto el cacharro de agua medio lleno sobre los carbones ahora ardiendo, ¿por qué volvió al grifo aún fluyente?
Para lavarse las manchadas manos con una pastilla a medio gastar de jabón Barrington con aroma de limón, a la que todavía se adhería papel (comprada trece horas antes por cuatro peniques y aún no pagada), en agua fresca inmutable y siempre mudable, y secárselas, cara y manos, en un largo trapo de holanda con borde rojo echado sobre un rodillo giratorio de madera.
¿Qué razón dio Stephen para declinar la oferta de Bloom?
Que era hidrófobo, odiando el contacto parcial por inmersión o total por sumersión en agua fría (habiendo tenido lugar su último baño en el mes de octubre del año precedente), detestando las sustancias acuosas como vidrio y cristal y desconfiando de las aguanosidades en pensamiento y lenguaje.
¿Qué impidió a Bloom dar a Stephen consejos de higiene y profilaxis a los que deberían añadirse sugerencias referentes a un mojado preliminar de la cabeza y contracción de los músculos con rápido salpicado de cara y cuello y región torácica y epigástrica en caso de baño en mar o río, siendo las partes de la anatomía humana más sensibles al frío la nuca, el estómago y el tenar o planta del pie?
La incompatibilidad de la aguanosidad con la errática originalidad del genio.
¿Qué adicionales consejos didácticos reprimió igualmente?
Dietéticos: referentes a los respectivos porcentajes de proteínas y energía calórica en el tocino, bacalao salado y mantequilla, la ausencia de las primeras en el nombrado en último lugar y la abundancia de la segunda en el nombrado en primer lugar.
¿Cuáles le parecían al anfitrión las cualidades predominantes de su invitado?
Confianza en sí mismo, una capacidad igual y opuesta de abandono y recuperación.
¿Qué fenómeno concomitante tuvo lugar en la vasija de líquido por efecto del fuego?
El fenómeno de la ebullición. Atizada por una constante corriente ascendente de ventilación entre la cocina y el tubo de la chimenea, se comunicó la ignición desde los manojos de material precombustible a las masas poliédricas de carbón bituminoso, conteniendo en forma mineral comprimida los residuos foliados fosilizados de bosques originales que a su vez habían derivado su existencia vegetativa del sol, fuente prístina de calor (radiante) transmitido a través del omnipresente luminífero y diatérmico éter. El calor (conveccionado), un modo de movimiento desarrollado por tal combustión, fue constante y crecientemente transmitido desde la fuente de calorificación al líquido contenido en el recipiente, siendo irradiado a través de la superficie oscura desigual y sin pulir del metal hierro, en parte reflejado, en parte absorbido, en parte transmitido, elevando gradualmente la temperatura expresable como resultado de un consumo de 72 unidades térmicas necesarias para elevar una libra de agua desde 50° a 212° grados Fahrenheit.
¿Qué anunció el cumplimiento de esa elevación de temperatura?
Una doble eyección falciforme de vapor de agua por debajo de la tapa del cacharro por ambos lados a la vez.
¿Para qué utilidad personal podía haber aplicado Bloom el agua así hervida? Para afeitarse.
¿Qué ventajas acompañaban al afeitado de noche?