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Authors: Mark Fabi

Tags: #Ciencia Ficción, Intriga

Wyrm (77 page)

BOOK: Wyrm
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—¿Qué?

—La droga que tomé para proteger mi sistema nervioso contra los efectos del NIL… se suponía que sus efectos debían desaparecer al cabo de ocho horas. Si estuve conectado durante casi cuarenta horas más, mi cerebro debería haber quedado totalmente frito. («Aquí tiene su cerebro con drogas. Es su cerebro con drogas con una guarnición de bacon con patatas y…»)

—Hummm… Tal vez fuese el virus.

—¿El virus?

—Sí, una infección viral. Los virus pueden alterar muchas funciones fisiológicas, incluidas las neurotransmisiones. Es posible que ese virus le haya salvado la vida.

Ya pronunciaba lo bastante bien como para empezar a recibir llamadas telefónicas, que llegaron como un torrente. Art, Robin y Krishna llamaron, y también León desde St. John, adonde había ido a pasar unas merecidas vacaciones.

El Dodo también llamó, e intercambiamos siglas recursivas durante un rato.

—Por cierto -dijo-, ¿has averiguado qué era lo que causaba el problema con la función de supresión de tu sistema, aquel proceso de tragarse a sí mismo?

—No, nunca lo descubrí. Tal vez intentaba decirme algo.

Aquel mismo día, poco después, vinieron a verme mis padres. Ambos mostraban sonrisas forzadas, y al ver los ojos de mamá supe que había estado llorando.

—Debíais de estar bastante preocupados por mí, ¿verdad?

—Sí, estábamos preocupados -admitió mi padre.

—Ojalá no nos hubieras ocultado nada -dijo mamá-. Ni siquiera supimos que algo iba mal hasta que leímos en la portada del
New York Times
que te habían arrestado.

¡La portada del
Times
No tenía ni idea de que mi pequeño roce con la ley hubiera generado tanta publicidad.

—¡Dios mío! Lo que debisteis de pensar de mí…

—Lo que pensábamos era que alguien había cometido un terrible error -dijo papá con firmeza.

—Espero convencer de ello a la justicia -dije. Ahora que pensaba con más claridad, me acordé de que tenía pendientes unas acusaciones de carácter federal y, desde luego, mi huida no había ayudado a mejorar la situación. Tampoco tenía muchas alternativas.

—Yo no me preocuparía por eso -dijo mi padre-. Macrobyte Software y Arthur Solomon se han ofrecido a pagar tu defensa, pero todo el asunto parece irrelevante porque un pirata anónimo se infiltró en los archivos de ese Beelzebub y los entregó al FBI. Tu abogado nos ha pedido que te dijéramos que espera que se retiren todos los cargos contra ti a finales de esta misma semana.

Estaba bastante seguro de saber quién era aquel pirata anónimo.

—Beelzebub está muerto -dije.

Había pasado algún tiempo imaginando cómo se sometía a la sonda de Wyrm, preguntándome qué era lo que había descubierto en su perversa mente que le había impulsado a suicidarse. Nadie lo sabría jamás, pero no era difícil imaginar que en las profundidades de una mente tan maligna como la de Beelzebub debía de haber algo espantoso. ¡Rayos!, la mía ya era bastante retorcida.

—¿Ya lo sabías? -dijo mamá-. Se ha publicado en los periódicos esta misma mañana. Su verdadero nombre era Bob Beales.

—¡Beales, el responsable de seguridad de Macrobyte! -exclamé.

Por supuesto. Ahora, todo encajaba. Como jefe de seguridad, Beales debía de tener acceso a los archivos de Dworkin y, desde luego, no debió de sentir ningún escrúpulo en aprovecharse al máximo de ellos.

—Sí -agregó mi padre-. Al parecer, en el pasado fue un protegido de Marión Oz.

—¡Oz! -exclamé-. ¿Beelzebub era un protegido de Oz?

—Michael, por favor -me tranquilizó mi madre-, no te pongas nervioso. Te perjudica.

—Sí, a finales de los años ochenta, en Yale -prosiguió mi padre-. Parece que fue Oz quien descubrió que su alumno estaba utilizando el talento en asuntos turbios. Lo delató, y Beales fue expulsado de la universidad. Se dice que Oz estaba muy afectado por ello, porque se sentía responsable de haber enseñado a Beales aquellos conocimientos.

—Hummm… Apuesto a que eso explica por qué Oz dejó de dedicarse a la piratería.

Y también el motivo de que desconfiase tanto de Macrobyte: debía de saber que Beales trabajaba allí.

—Hablando de piratas -dijo papá-, tu amigo George ha intentado explicarme lo que hicisteis para libraros de ese Wyrm, pero no he entendido ni una palabra. ¿Te importaría decírmelo de manera inteligible para un no iniciado?

Reprimí una sonrisa al imaginarme a mi padre escuchando una respuesta que era más complicada de lo que esperaba a una de sus preguntas.

—Haré algo mejor, papá -contesté-. Te lo explicaré en términos médicos. Lo que hicimos fue contagiar a Wyrm una enfermedad de autoinmunidad.

—¿Cómo?

—Sabíamos el código que utilizaba Wyrm para identificarse. Por desgracia, no teníamos un programa eliminador lo bastante potente como para destruirlo más deprisa de lo que él era capaz de regenerarse. Entonces comprendí que existía un programa con la potencia suficiente para conseguirlo…

—¿El propio Wyrm?

—Exacto. Sólo teníamos que alterar su sistema inmunitario para que atacase su propio código. El sistema inmunitario estaba controlado desde cinco ordenadores, por lo que teníamos que alterar los cinco. Pensando en ello, apuesto a que fue una de las pocas ocasiones en que los cinco estaban conectados al mismo tiempo, porque se acercaba el fin del milenio. Tuvimos suerte.

—¿Lo que quieres decir es que lograsteis que el programa Wyrm destruyera su propio código al hacer que su sistema inmunitario creyera que estaba atacando otra cosa?

—Sí. Básicamente, es eso.

—Se devoró a sí mismo.

El Dragón Oculto

Al lector astuto no se le habrá escapado que la acción de la batalla de Armageddon en el ciberespacio se corresponde, de forma aproximada, con los movimientos de una partida de ajedrez. De hecho, está relacionada con una partida en especial, la que jugaron el gran maestro armenio y futuro campeón del mundo Tigran Petrosian, y el gran maestro checo y eminente teórico Ludek Pachman en Bled, Yugoslavia, en 1961.

La partida comienza de una forma un tanto irregular, pero en el sexto movimiento, por trasposición de jugadas, llega a la Defensa Siciliana. Aunque los movimientos difieren un poco de la Variante del Dragón de la Siciliana, las negras crean una formación de peones que es muy similar a la estructura serpentina que da su nombre a la Variante del Dragón. Debido a todas estas características, me gusta llamar a esta partida El Dragón Oculto.

Puede observarse el aspecto serpentino de la formación de peones de las negras.

El jaque mate es inevitable en tres movimientos.

Petrosian se proclamó campeón del mundo al vencer a Mijail Botvinnik en 1963, por un resultado de 12
1/2
a 9
1/2
.

Notas

[1]
Literalmente,
bichos
. Como explica a continuación el autor es un término habitual en informática. (
N del t.
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[2]
Personaje mitológico que amputaba o estiraba las extremidades de los viajeros para adaptarlos a las medidas de su cama. (
N del t.
)
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[3]
En referencia al número de la bestia del Apocalipsis. (
N del t.
)
<<

[4]
Literalmente, «buen caballero». (
N del t.
)
<<

[5]
Según la
Divina Comedia
de Dante, leyenda grabada en las puertas del Infierno. (
N del t.
)
<<

[6]
«Rodando por el suelo de risa hasta partirme el culo», en inglés «ROFLMAO». (
N del t.
)
<<

[7]
Referencia a la novela humorística
La guía del autoestopista galáctico,
de Douglas Adams- en la que explican que la raza galáctica de los vogones está considerada como epítome del mal gusto. (
N del t.
)
<<

[8]
Siglas de
Computer-aided software engineering
(Ingeniería de software asistida por ordenador). (
N del t.
)
<<

[9]
Famoso jugador de béisbol en Estados Unidos. (
N del t.
)
<<

[10]
Un tipo de salmón ahumado que suele ingerirse con crema de queso y pan. (
N del t.
)
<<

[11]
Palabra de paso que exigieron los seguidores de Jefré para reconocer a sus enemigos; véase Jueces del 12) (
N del t.
)
<<

[12]
Además ZWEI significa "dos" en alemán, y por supuesto va después de EINE, "uno". (
N del t.
)
<<

[13]
En referencia a la serie de dibujos animados de TV,
Beavis and But-head
. (
N del t.
)
<<

[14]
En castellano en el original (
N del t.
)
<<

[15]
Juego de palabras, Bishop, entre otras aceptaciones, significa "alfil" en inglés (
N del t.
)
<<

[16]
Los nombres do los siete enanitos de Blancanieves son: Sabio. Cascarrabias, Mocoso, Mudito, Romántico, Dormilón y Bonachón. (
N del t.
)
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