Área 7 (23 page)

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Authors: Matthew Reilly

Tags: #Intriga, Policíaco

BOOK: Área 7
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Fairfax frunció el ceño cuando Alvy se marchó.

¿Qué podría querer de una base de la Fuerza Aérea estadounidense perdida en medio de la nada una unidad de las fuerzas de élite y una acaudalada organización de extrema derecha sudafricanas?

* * *

Como era de esperar, Acero Hagerty y Nicholas Tate fueron directos al presidente. Elvis, por su parte, fue corriendo hacia donde se encontraba su compañero herido, Sex Machine.

Schofield estaba en el centro del área de descompresión del nivel 4 junto a Gant. Gant señaló hacia Hagerty y Tate.

—Los encontramos en el interior del
Marine One
, en la vaina de escape presidencial. Escondidos. —El asumirá el mando —dijo Schofield. —Es el oficial de mayor rango —dijo Gant. —Jamás ha estado en combate. —Mierda.

A pocos metros a su izquierda, junto a las cámaras de pruebas, Lumbreras y Herbie Franklin estaban sentados delante de un terminal informático. Schofield se colocó detrás de ellos. —Bueno, ¿y bien?

—Esto es muy extraño —dijo Herbie—. Miren aquí. —Señaló la pantalla. Decía:

A.E. (R) A-07

REGISTRO ACCESO SEGURIDAD

3 JULIO7-3-010229027

—Vale —dijo Herbie—. Todo es correcto al principio. Comprobaciones estándares del sistema por parte de un operador local. Probablemente uno de los operadores de la sala de control del hangar principal. Entonces se produce el cierre a las 6.58, tecleado por el operador 105-02. Es alguien importante. El prefijo 105 indica un coronel o superior. Probablemente el coronel Harper.

»Pero entonces, a las 7.37, algo ocurre en el nivel 1. En ese momento casi la mitad del suministro eléctrico auxiliar del complejo se funde.

—Un misil impactó en la caja de conexión —dijo Schofield, recordando la batalla con los Avenger en el hangar subterráneo del nivel 1. Lo dijo tan tranquilo, como si esas cosas pasaran todos los días.

—Eh… Vale —dijo Herbie—. Eso podría explicarlo. Esa caja de conexión albergaba los generadores auxiliares. La desafortunada consecuencia de ello, sin embargo, sucede aquí. —Señaló otra línea:

—Alguien apagó el suministro principal —dijo Herbie—. Esa es la razón por la que no pude desactivar las cámaras antes. ¿Ven esto? Pueden ver mi entrada a las 8.21. Soy el operador 008-92. El problema es que alguien más, el operador 008-72, ya había apagado las cámaras al desconectar el suministro principal. Tan pronto como alguien desconecta el suministro principal, el sistema cambia al auxiliar, pero ahora, debido al impacto del misil, este sitio solo dispone de la mitad de la electricidad auxiliar restante, que, como pueden ver, se está agotando con rapidez.

Pero… cuando el sistema auxiliar entra en acción, el sistema desconecta todos los sistemas secundarios no esenciales que puedan gastar energía, tales como un exceso de iluminación y la red de cámaras de seguridad. Ese es el protocolo de consumo mínimo que se menciona todo el rato.

—Así que, el cortar la energía, apagó las cámaras… —dijo Schofield pensando en voz alta.

—Sí.

—No quería que lo vieran…

—Más que eso —dijo Herbie—. Miren lo que hizo a continuación. Metió tres códigos de apertura: uno a las 8.01 y dos a las 8.04, abriendo así tres puertas de salida.

—El periodo ventana de cinco minutos —dijo Schofield.

—Exacto.

—¿Y bien? ¿Qué puertas abrió?

—Un segundo, lo averiguaré. —Herbie comenzó a teclear—. La primera fue la 003-C. —Apareció un esquema del complejo de la base en su pantalla—. Aquí está. El conducto de salida de emergencia.

—¿Y las otras dos?

—La 062-0 y la 100-0… —dijo Herbie en voz alta mientras escudriñaba la pantalla—. 062-0 significa puerta sesenta y dos/oeste. Pero entonces eso significa que se encuentra en…

—¿Qué? —dijo Schofield.

Herbie dijo:

—La 62-Oeste es la puerta a prueba de explosiones que sella el túnel oeste del nivel 6.

—¿Y la otra? ¿La l00-Oeste?

—Es donde termina el túnel de raíles en equis, junto al lago Powell, a unos sesenta y cinco kilómetros al oeste de aquí. La l00-Oeste es la puerta de seguridad que conduce hasta el lago.

Lumbreras preguntó:

—¿Por qué abriría esas tres puertas?

—Abres el conducto de la salida de emergencia para que entren tus compañeros. Para que te ayuden a robar el botín —dijo Schofield.

—¿Y las otras dos?

—Para que todos ellos puedan salir.

—Entonces, ¿para qué cortar el suministro? —preguntó Gant.

—Para desactivarlas las cámaras de seguridad—dijo Schofield—. Quienquiera que hiciera esto no quería que los de la Fuerza Aérea lo vieran.

—¿Lo vieran haciendo qué? —dijo Lumbreras.

Schofield y Gant se miraron.

Llevándose al niño —dijo.

—Rápido —le dijo Schofield a Herbie—. ¿Puede averiguar a quién pertenece el número de operador 008-72?

—Claro. —Herbie comenzó a teclear con rapidez.

Instantes después, dijo:

—Lo tengo.

Apareció una lista en la pantalla. Schofield la leyó hasta que encontró lo que estaba buscando:

008-72 BOTHA, Gunther W.

—¿Quién es Gunther Botha? —preguntó Schofield.

—Hijo de puta —dijo una voz a sus espaldas.

Era el presidente. Se colocó detrás de Schofield.

—Botha —espetó—. Tenía que haberlo sabido.

—Es un científico sudafricano. Estaba trabajando aquí, en la vacuna —dijo el presidente—. Cría cuervos y te sacarán los ojos.

—¿Por qué querría llevarse al niño?

—El sinovirus mata tanto a la gente blanca como a la negra, capitán —dijo el presidente—. Solo la gente de origen asiático está a salvo. Ese niño, sin embargo, ha sido genéticamente modificado para ser una vacuna universal, tanto para negros como para blancos. Pero, si solo se le proporcionara la vacuna a los blancos, entonces solamente ellos sobrevivirían a un brote del sinovirus. Y si Botha está trabajando para quien creo…

—Entonces, ¿qué hacemos ahora? —dijo Herbie.

—Ir a por el niño —dijo Schofield al instante—. Y…

—No, no lo hará, capitán —dijo Acero Hagerty, apareciendo de repente tras Schofield—. Se quedará aquí y protegerá al presidente.

—Pero…

—En caso de que no haya estado prestando atención, si el presidente muere, también Estados Unidos. El niño puede esperar. Creo que es el momento de que tenga claras sus prioridades, capitán Schofield.

—Pero no podemos dejarlo…

—Sí, podemos y, sí, lo haremos —dijo Hagerty. Su rostro enrojecía por momentos—. Por si lo ha olvidado, capitán, soy su superior y me debe obediencia. El Gobierno de Estados Unidos me paga para que piense por usted.

Así que esto es lo que va a pensar: su país es más importante que la vida de un niño.

Schofield no movió un músculo.

—No querría vivir en un país que permite que un niño muera.

Los ojos de Hagerty refulgieron.

—No. De ahora en adelante, hará lo que yo le diga, como yo le diga y cuando yo le diga…

El propio presidente estaba a punto de interferir cuando Schofield dio un paso adelante, colocándose justo delante de Hagerty.

—No, señor —dijo con firmeza—. No seguiré sus órdenes. Porque si hubiera esperado a que terminara de decir lo que iba a decir antes, me habría oído decir: «Vamos tras el niño y nos llevamos al presidente con nosotros». Por si no ha estado prestando atención, ese Botha y quienquiera que estuviera con él han abierto una salida. ¡Nos han proporcionado una manera de salir de aquí!

Hagerty se calló. Apretó fuertemente la mandíbula.

—Ahora, si no le importa —dijo Schofield—, y si nadie tiene una idea mejor, ¿qué tal si salimos de este lugar infernal?

* * *

En la sala de control que dominaba el hangar principal, los cuatro operadores de radiocomunicaciones de César Russell trabajaban a destajo.

—El suministro principal ha caído, las cámaras no funcionan. Todos los sistemas operan con el suministro eléctrico auxiliar…

—Señor, alguien ha introducido los códigos de apertura. La puerta oeste del nivel 6 ha sido abierta…

—¿Quién? —preguntó Russell de forma harto significativa.

El operador frunció el ceño.

—Todo apunta a que ha sido el profesor Botha, señor.

—Botha —dijo con calma César—. Qué predecible.

—Señor—dijo otro operador—, hay movimiento en el sistema de raíles en equis. Alguien se dirige por el oeste hacia los cañones…

—Oh, Gunther. No has podido contenerte, ¿verdad? Estás intentando quedarte con el niño. —César sonrió levemente—. ¿Tiempo estimado de llegada del tren al lago?

—Vía de sesenta y cinco kilómetros a doscientos setenta y cinco kilómetros por hora. Unos catorce minutos, señor.

—Que Bravo baje al nivel 6 para ir tras Botha. A continuación abra la puerta superior para que Charlie salga con los AH-77 y le corte el paso en el lago. Lo acorralaremos por delante y por detrás. Ahora en marcha. Aunque Gunther no lo sepa, necesitamos a ese niño. Todo esto no habrá servido de nada sin él.

Schofield, Madre, Gant y Libro II bajaron apresuradamente las escaleras de incendios.

Schofield corría con la Desert Eagle por delante de él. El balón colgaba de su cintura, pues había sujetado el asa del maletín a un gancho del uniforme de combate del séptimo escuadrón.

Tras ellos iban el presidente y Juliet, Herbie el científico, Acero Hagerty y Nicholas Tate. Cerrando la comitiva se hallaban Elvis y Lumbreras, que llevaban entre los dos a Sex Machine.

Llegaron a la puerta de acceso al nivel 6. El cuerpo destrozado y ensangrentado de Frank Cutler yacía aún en el suelo junto a la puerta.

—Tenga cuidado —le dijo Juliet a Schofield cuando este puso la mano en el pomo—. Aquí es donde nos cogieron antes. Schofield asintió.

Entonces, rápida y silenciosamente, abrió la puerta y se puso a cubierto. Ningún sonido. Ni disparos.

—¡Joder! —dijo Madre cuando se asomó por la puerta.

* * *

La plataforma elevadora de aviones seguía descendiendo.

Sobre ella, entre trozos y restos del AWACS, se encontraban los diez hombres de la unidad Bravo. Estaban descendiendo por el complejo en dirección al nivel 6, tras Gunther Botha y el niño.

La plataforma proseguía con su descenso por el hueco del elevador y las paredes sucias y grises de hormigón se sucedían ante la mirada de los hombres de la unidad Bravo.

Pasaron el nivel 3 y siguieron descendiendo hasta el 4, y luego…

¡La plataforma elevadora se sumergió en el agua!

Al llegar al nivel 5, el nivel de las jaulas y celdas, la plataforma se precipitó a la enorme cantidad de agua que se había acumulado en la base. Varias toneladas de agua cubrieron la plataforma, deslizándose por entre los restos del maltrecho avión.

—¡Maldición! —exclamó Boa McConnell, el líder de la unidad Bravo, cuando el agua le llegó a la cintura.

Se dispuso a hablar por el micro de su radio.

—La unidad Bravo informa de una importante inundación en el nivel 5. Está comenzando a llenar el hueco del elevador principal. Únicos accesos al nivel 6 por las escaleras de incendio del extremo este o el conducto de ventilación al oeste. Nos dirigimos al conducto de ventilación…

—Señor, estamos recibiendo la imagen por satélite del conducto de salida de emergencia…

Una hoja de papel brillante salió por una impresora cercana. El operador la cortó y comprobó el código de tiempo en la parte superior.

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