El tiempo pasa en la vida de Paula. Nuevas experiencias, nuevos amigos, nuevas dificultades… la distancia es mal rival para el amor. Tendrá que tomar decisiones importantes, pero ninguna de ellas será fácil. Y menos después de todo lo que pasa en Londres… Álex está empeñado en convertirse en un gran escritor, aunque tiene otras cosas en su mente que le preocupan. Diana y Mario, por su parte, se verán envueltos en situaciones al límite donde deberán elegir cuál es la mejor opción. Las Sugus se han distanciado, pero… ¿algún día podrían volver a unirse? En aquellos días de diciembre, parece muy complicado…
Blue Jeans
Cállame con un beso
Canciones para Paula - 3
ePUB v1.0
Dirdam06.07.12
Cállame con un beso
Francisco de Paula Fernández (Blue Jeans), 2012
Editorial: EVEREST, S. A.
Diseño e ilustración de cubierta: Francisco Morais
ISBN: 978-84-441-4852-6
Editor original: Dirdam (v1.0
)
ePub base v2.0
Quiero comenzar dando las gracias a la vida por como me está tratando. Y enviar un halo de esperanza a los que no lo estáis pasando bien en estos tiempos difíciles que corren. Sé lo que es estar mal, no encontrar mi sitio y sentir que nada funciona a mi alrededor. Caer y no levantarme al instante, sino ir subiendo poquito a poco, pero esperando una nueva caída. Sin embargo, en el 2008, todo cambió de repente. Por eso, nunca perdáis la esperanza. Las cosas llegan si se desean mucho y se trabaja para conseguirlas. Jamás hay que darse por vencido. Si yo he logrado llegar a la meta, cualquier persona del universo puede hacerlo. De verdad, no desesperéis.
Como en
Canciones para Paula
y
¿Sabes que te quiero?,
mi mayor agradecimiento es para mis padres. Estoy convencido de que todo lo que sucede es porque tiene que suceder y también de que lo más importante de mi vida sois vosotros. Gracias por todo una vez más. También entra en este apartado mi hermana María, una persona que ha cambiado tanto con los años que a veces me cuesta reconocerla. Se merece lo mejor y que su vida esté llena de éxito.
Quiero darles las gracias, por su apoyo incondicional, a toda mi familia, en especial a todos mis tíos, que tanto se están alegrando de mi aventura. También a mis primos. Y sobre todo, a mis cuatro abuelos fallecidos. Desde donde estén seguro que no dejan de sonreír al ver lo que está pasando con su nieto.
Hay una persona que también apareció en el 2008 y que, sin ella, hubiera sido imposible que mi sueño se hiciera realidad. Una chica a la que quiero. Que me aconseja, que me debate, que me analiza lo que escribo, hasta me echa broncas. Ella es la clave de todo lo que pasa por mi cabeza. La que me soporta, me mima y me entiende. Ester es mi Paula, y su sonrisa, mi inspiración.
Cuando en octubre del 2009 Everest me propuso publicar la historia que tantos seguidores tenía en Internet, no me lo podía creer. Sin embargo, con gran profesionalidad y cariño, todo fue avanzando hasta convertirse en algo inimaginable para ellos y para mí. Creo que han sacado una matrícula de honor en cuanto a la difusión y tratamiento de
Canciones para Paula
. Para mí ha sido un verdadero honor compartir estos dos años con esta gran editorial. Gracias a don José Antonio, a Raquel López, a Ana María, a Fernando, a Vicky, a todo el grupo Everest y, en especial, a Alicia y a Nuria, que tanto me habéis aguantado y con quienes tanto he compartido. Os llevaré siempre dentro, esté donde esté.
Me gustaría hacer una mención especial a los diseñadores de las cubiertas de los libros. Sois unos auténticos artistas y, sin duda, habéis acertado de pleno en cada una de ellas.
Y también quería dar las gracias a todos los comerciales que se han portado fenomenal conmigo en cada una de las ciudades en las que he estado firmando libros. Gracias a los delegados Jaime Bango, Alberto López, Miguel Jiménez, Manolo Castro, José Ángel Gutiérrez y Martí Romaní. Y por supuesto, a Julia, Luis Enrique, Aurora, Iñaqui, Andrés, José Manuel, Dolores, Luis, Juan, Charly, Juan Antonio, José Antonio, Fernando, Aitor, Toni, Robert y Javier.
Y no podía olvidarme de todas las embajadoras de
Canciones para Paula
. Ellas han aportado su granito de arena en cada una de las presentaciones de los libros que hemos hecho por toda España. Millones de gracias por todo a María, Lidy y Maite, Marina, Anita (y Almu y Gonzalo), Marta, Alicia (y su madre), Laura LL, Lucía, Dalky, Chantal, Andrea (y Marta), Paloma, Carla, Aby y Sara.
Mi más grato agradecimiento, porque soy muy consciente de lo que hacéis, a los blogs y a todos los blogueros que tan bien nos han tratado. Las novelas pueden gustar o no gustar, pero las opiniones siempre hay que hacerlas desde el respeto. Y eso nunca ha faltado con mis novelas. Quería hacer una mención especial a Juvenil Romántica y a sus dos administradoras, Rocío y Eva. Gracias a ambas por ser como sois, como críticas, escritoras y, especialmente, como personas y amigas.
Gracias a Paula Dalli y a su familia, eres una
crack
y una chica extraordinaria. Y a Alba Rico (@aries13music) y sus padres. Aposté por ti y ya verás como llegarás lejísimos con tu talento y tu manera de hacer las cosas. También, muchas gracias a Robin. Ella siempre será la voz de
Canciones para Paula
.
En estos meses me he vuelto a reencontrar con gente de mi adolescencia y juventud universitaria. Me acuerdo mucho de vosotros. De la gente de Carmona, de todos los de «Aquellos maravillosos años en los Salesianos», de mis profesores en el colegio, de mis amigos del Maese Rodrigo y, por supuesto, de toda mi familia de la residencia Leonardo Da Vinci. No os imagináis la de veces que hablo de vosotros, aunque estemos separados y viviendo cada uno en una punta del mundo.
Gracias a Jose y a Jaime Roldán, por prestarme ese tesoro que os pedí. Jaime, eres un genio y tus consejos siempre son importantísimos para mí.
Otra vez, gracias a Lorenzo y a todo el Palestra Atenea por permitirme compartir con vosotros un año más de ilusiones y diversión.
Mil gracias a todos los chicos y chicas que trabajan en el Starbucks de Princesa y en el de Callao en Madrid. Especialmente, a Laura, María José, Luna, Adriana, Cristina, Irache, Maicol, Joaquín y Rubén.
No podían faltar en los agradecimientos «Las Clásicas» de
Canciones para Paula
. Sois las mejores (también Jorge, Álex, Noel, Martín, Pedro Jesús…). Ni de la gente de mi Twitter (@franciscodpaula) con quien tanto tiempo paso hablando de libros, series… (gracias a Mónica por crear el
pic bage
de CPP). Ni todos mis amigos de Facebook (Francisco de Paula Fernández) y del grupo
Canciones para Paula
o de mis ciento cincuenta cuentas de Tuenti. Vosotros, los seguidores, sois la parte más importante de este invento. Porque compráis, leéis, animáis, me ayudáis cuando lo necesito y no dejáis de apoyarme en toda esta aventura. Seguiremos en contacto siempre que queráis por las redes sociales.
Gracias a todas las personas que se acercaron y soportaron las colas y las esperas en las firmas de Madrid, Barcelona, Sevilla, Málaga, Bilbao, Zaragoza, Pamplona, Granada, Vitoria, (especialmente a Icíar, Elda y María por la idea del globo) Almería, Salamanca, Córdoba, Vigo, Gijón, Oviedo, Valencia, Alicante, Valladolid, Cáceres y Logroño. Prometemos visitar todas las ciudades que podamos en las firmas de
Cállame con un beso
. Sin duda, el contacto con vosotros es lo más bonito de esta experiencia. Y muy agradecido también a aquellas librerías, centros comerciales, bibliotecas (gracias especialmente a la de Salteras), institutos (Torredonjimeno fue especial y también San Sebastián de los Reyes) y fundaciones (como la Sánchez Ruipérez) que me invitaron y tan bien nos acogieron. Y a los medios de comunicación, que siempre me han tratado fenomenal.
Muchas gracias a Fati y Ester de Fotocopias Salamanca. Ellas empezaron haciéndome las copias de los cuadernillos de Canciones para Paula y continúan tratándome fenomenal, tres años y medio más tarde.
Seguro que me dejo a gente, pero el libro tiene que empezar. ¿Se nota que estoy feliz y agradecido, verdad? Muchas gracias a todas las personas que compréis y leáis esta última parte de la trilogía de Paula. Espero que os guste.
Una tarde de diciembre, en un lugar de Londres
El humo trepa hasta el techo de la habitación. Forma una nube grisácea que ella contempla ensimismada. Y eso que allí no se puede fumar. Paula coge el cigarrillo por el filtro y lo termina de apagar. Tose una, dos veces. Desde que lo dejó, odia el tabaco. Sin embargo, su compañera está completamente enganchada. Y más en época de exámenes. Aun así, Valentina no es mala chica.
Abre la ventana para que el cuarto se ventile, pero enseguida la vuelve a cerrar: hace frío. Demasiado. En aquel país, el invierno se hace notar con creces, a pesar de que todavía están en el final del otoño. Qué pocas veces ha visto el sol desde que llegó en septiembre. Quizá es lo que más echa de menos. Exceptuándolo a él, claro. Porque no tiene punto de comparación lo que Paula echa de menos el sol con lo que extraña a Álex.
Mira el reloj. ¿Estará ya conectado? Puede ser, casi son las cinco. Corre hasta el otro lado de la habitación donde está su portátil encima de la mesa. Lo saca de su funda y se lanza con él sobre la cama. Lo enciende y espera a que se cargue. ¡Qué lentitud! Da golpecitos con los dedos en el colchón con impaciencia. ¡Ya está! El Windows Vista por fin arranca. Rápidamente, abre el MSN con la esperanza de ver su
nick
entre los conectados.
Un cosquilleo le recorre todo el cuerpo. Y sonríe: Álex está allí. Sin embargo, su sonrisa va acompañada con un intenso calor en los ojos. Le pican. Se esfuerza por retener las lágrimas; no quiere que la vea llorar.
Prácticamente coinciden en su primer mensaje. Escriben y se saludan al mismo tiempo.
—¡Hola, cariño!
—¡Hola, pequeña!
Llega una invitación por parte de él para iniciar una videollamada. Ella se peina un poco con las manos, se coloca los auriculares y acepta. La
cam
de Paula se enciende primero. Se ve a sí misma y sonríe todo lo que puede. No están mal las mechitas rubias que se ha puesto en su pelo castaño. En el último año, no daba con el color adecuado. En cambio, este marrón clarito con reflejos dorados le gusta. Ahora solo falta que su cabello crezca algo más. Por los hombros está bien, pero lo quiere un poco más largo.
—¿Me ves? —pregunta la chica, sentándose sobre sus piernas y mirando fijamente a la cámara.
—Sí. ¡Estás preciosa!
Su voz llega a la vez que su imagen. Siente un escalofrío.
Álex está guapísimo. Se ha dejado una barbita de dos días que le hace más interesante aún. Da la impresión de que sus ojos brillan cuando habla y su sonrisa sigue siendo la más maravillosa que ha visto en su vida. «El chico de la sonrisa perfecta».
—No estoy preciosa. Ni me he peinado.
—¿No? Pues parece que vengas de la peluquería.
—¡Qué va! Si me he pasado el día estudiando.
Álex arquea una ceja. Frunce el ceño y pregunta:
—¿Seguro que solo has estudiado?
—Seguro —responde Paula con decisión. Pero, al instante, resopla y sonríe tristemente—. Vale, me has pillado. No he estudiado nada. ¡Es que no consigo concentrarme!